Traduciendo la Biblia en la India
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en la India
INDIA es un país de muchos idiomas. Las cifras del censo revelan un total de 1.652 lenguas maternas, y una población de más de 600 millones de personas que las hablan. El hacer asequible la Biblia en algunos de los idiomas más importantes de la India ha exigido mucha perseverancia y paciencia. Es de interés que ningún otro libro del mundo se ha traducido tan extensamente ni ha afectado tan profundamente la vida de tantas personas.
Aunque la cristiandad había logrado establecerse en la India allá en el siglo IV E.C., la Biblia no apareció en ningún idioma indio sino hasta el siglo XVIII. Es cierto que en 1665 un misionero holandés en la isla de Ceilán (Sri Lanka) tradujo el evangelio de Mateo al tamil. Sin embargo, en vez de imprimir esta versión en tamil, se circuló escrita a mano en hojas de la palmera de la India. Durante los siguientes 310 años, la Biblia entera o porciones de ella aparecieron gradualmente en unos 130 idiomas indios.
Tamil y la ‘Versión Dorada’
El año 1706 fue importante respecto a la traducción de la Biblia en la India. En ese año dos alemanes ansiosos de traducir la Biblia al tamil llegaron a la estación danesa de intercambio en Tranquebar, el Tamil Nadu del día actual. Los mercaderes daneses, y también su capellán, les dieron una acogida hostil.
Pero, andando el tiempo, uno de estos alemanes, que se llamaba Ziegenbalg, empezó a aprender el tamil por medio de sentarse entre los niños y trazar con ellos en el polvo los caracteres del alfabeto tamil. Para el año 1714 este hombre produjo, en tamil, las Escrituras Griegas Cristianas (que comúnmente se llaman el “Nuevo Testamento”). Al tiempo que murió en 1719, Ziegenbalg había completado las Escrituras Hebreas (el “Antiguo Testamento”) hasta el libro de Rut. La Biblia completa en tamil apareció en 1728.
Más tarde otro alemán, Philip Fabricius, produjo una revisión de la Biblia en tamil. Se dice que, “fue muy despacio, gateando, por el texto original de la Biblia . . . pesando cuidadosamente cada palabra a fin de ver la mejor manera de traducirla.” Fabricius trabajó 35 años en su revisión, durante un tiempo en que los ingleses y franceses luchaban por la supremacía en el sur de la India. A menudo la zona estaba expuesta al sitio, y al saqueo de parte de hordas merodeadoras, y Fabricius se veía obligado a buscar refugio para sí mismo y sus preciosos manuscritos en la colonia holandesa de Pulicat.
A pesar de esas dificultades, la obra de revisión tuvo buen éxito. Se clasifica la versión de Fabricius como uno de los logros más notables en el entero campo de la traducción bíblica. Se le llegó a conocer como la ‘Versión Dorada.’ Todas las subsiguientes revisiones en tamil se basaron en esta obra. Es interesante que la revisión de 1936 vertió el nombre personal de Dios como Yehowah en todas partes de las Escrituras Hebreas.
La perseverancia de William Carey
La experiencia de William Carey, un zapatero británico, ilustra la gran paciencia que se requirió para conseguir la traducción de la Biblia a los idiomas indios. Para financiar su obra de traducir la Biblia, Carey trabajó como plantador de índigo para la Compañía de las Indias Orientales. Dentro de 21 años Carey y sus asociados lograron traducir toda la Biblia o porciones de ella a 36 de las lenguas que se hablan en la India.
Esos hombres se enfrentaron a tremendos obstáculos. La falta de higiene en un clima tropical perjudicó su salud. Además, su obra estaba proscrita por la Compañía de las Indias Orientales, que escribió: “Tal proyecto [incluso la obra de traducir la Biblia] es pernicioso, imprudente, inútil, dañino, peligroso, falto de provecho, fantástico.” Pero estos traductores perseveraron puesto que apreciaban el valor del mensaje de la Biblia en la vida de los que la leyeran.
A fin de publicar sus traducciones, Carey construyó una prensa de madera primitiva en Calcuta en 1798. Al principio, la gente de la localidad se refería a la prensa como el ‘dios que los ingleses adoran.’ Durante 1800 Carey trasladó su establecimiento de imprenta a la colonia danesa más hospitalaria en Serampur. En 1805 se produjeron las Escrituras Griegas Cristianas en chino en esa prensa. Después de cuatro años, se produjo la entera Biblia en bengalí. Entonces experimentaron un revés en 1812, cuando un incendio en la imprenta de Serampur destruyó varias traducciones de la Biblia que se habían hecho con mucho cuidado y que todavía no se habían publicado.
Pero Carey rápidamente reorganizó sus actividades de imprimir. Las Escrituras salieron en la lengua oriyā en 1815, y en 1818 se produjeron Biblias en sánscrito e hindi. Pasó un año y se publicó la versión mahrātta (marāthī). En conjunto, Carey imprimió más de 212.000 volúmenes entre 1801 y 1832. Su socio, W. Ward, al escribir a alguien en Inglaterra, su lugar de origen, dijo: “Quiero a Inglaterra, te quiero a ti; . . . pero el dar el Nuevo Testamento a un hombre que nunca antes lo ha visto . . . éste es mi bendito trabajo. Si permanece por largo tiempo en la Tierra, tarde o temprano, producirá una cosecha preciosa.”
Algunos dieron su vida
La traducción de la Biblia en la India también costó caro en vidas humanas. Esto resalta de las experiencias que tuvieron las personas que se afanaron en la traducción al telugu, la cual requirió más de 120 años. Evidentemente el docto alemán Benjamin Schultze había completado una traducción al telugu para 1732, pero nunca se había impreso. Parece que se envió el manuscrito a Halle, Alemania, donde lo perdieron o se olvidaron de él.
Más tarde, otra traducción al telugu fue destruida en el incendio de Serampur de 1812. Entonces, uno tras otro, cuatro traductores sucumbieron, víctimas de enfermedades tropicales fatales. La primera Biblia completa en telugu no apareció sino hasta 1854.
Malayalam, tulu, garo
Cuando los traductores de la Biblia llegaron a un territorio donde se hablaba malayalam, un sacerdote de la iglesia siria de la localidad declaró: “La Iglesia Siria languidece por falta de las Escrituras.” Sin embargo, en 1841 se logró imprimir y publicar la entera Biblia en malayalam usando una prensa rústica que se construyó de una descripción contenida en la Encyclopædia Britannica. Es digno de mención el hecho de que el nombre de Dios, Jehová, aparece, como es debido, por toda la porción de las Escrituras Hebreas de la Biblia en malayalam.
Después de terminar esta tarea, que le tomó 24 años, Benjamin Bailey escribió: “Si por medio de esta traducción se lleva a una sola persona a creer en Jesucristo de modo salvador . . . me consideraré abundantemente recompensado por toda mi labor y afán, y a Dios atribúyase toda la gloria.”
Puesto que las lenguas tenían que reducirse a forma escrita antes que las Escrituras pudieran traducirse a ellas, varias comunidades de la India han desarrollado una forma escrita de sus lenguas por motivo de la Biblia. En casi todo caso el primer libro que se publicó en esas lenguas fue la Palabra de Dios.
Como ejemplo de esto se menciona la Biblia en tulu, una lengua que hablan más de un millón de personas en la costa occidental de la India. A fin de traducir las Escrituras al tulu, los traductores se valieron de la escritura del pueblo adyacente que habla kannada. Se publicó la Biblia en tulu en 1847, solo 16 años después que la Biblia entera se publicó en kannada (canara).
Es interesante el relato de la traducción al garo, una lengua que se habla en Assam. Después de desarrollar una forma escrita para el garo, los traductores empezaron a trabajar en su versión. No hicieron su trabajo apresuradamente; reconocían con aprecio la importancia de la exactitud. Una vez completado el libro de Génesis, exclamaron: “¡Parece una tarea larguísima hasta el fin de Malaquías!” Muchas veces solo lograban traducir un versículo al día. En su esfuerzo por lograr la exactitud, los traductores consultaban todas las versiones que podían conseguir en inglés, francés, alemán, sueco y otras lenguas de la India, además de las lenguas originales de la Biblia.
Respecto a esta versión en garo, que se completó en 1924, uno de los traductores escribió: “Las pilas y pilas y pilas de [manuscritos], y los montones y montones y montones de pruebas que se acumularon hacen que mi carne sienta dolor y mis nervios hormigueo al pensar en todo el cansancio que representan. Pero pronto se olvida ese lado del asunto por el gozo de ver a los garos con una Biblia completa en su propia lengua. Lo que esto significa para los que leen por primera vez acerca de las maravillas de Dios, no es algo que podemos comprender fácilmente nosotros los que hemos tenido [la Biblia] desde la infancia.”
A veces la traducción apropiada de ciertas palabras hebreas y griegas presentó dificultades especiales. Los que trabajaron en la versión en panjabi en la escritura gurmukhi hicieron varias visitas a los comerciantes locales para determinar las palabras correctas para frases técnicas. Los traductores consultaron con carpinteros para conseguir la traducción de palabras relacionadas con el Tabernáculo, tales como “espigas,” “encajaduras” y “marco de entrepaños.” (Éxo. 26:19) Y tuvieron que visitar a carniceros para hallar términos para “la grasa que cubre los intestinos” y otras expresiones parecidas.—Lev. 3:3, 4.
También hubo momentos de humor. Por ejemplo, los traductores decidieron llamar “el cuarto más interior,” o el Santísimo (que se traduce “Oráculo” en la Versión Autorizada y la de Valera), Akash Vani, que quiere decir “voz celestial.” (1 Rey. 6:5-31) ¡Pero el día siguiente la Radio de Toda India anunció que la palabra hindi oficial para “radio” sería desde allí en adelante Akash Vani! Por eso, más bien que ser acusados de blasfemia por instalar una radio en el templo del rey Salomón, se escogió otra palabra.
Por falta de tiempo y espacio no es posible presentar un relato completo del tremendo trabajo que se requirió para poner la Biblia entera en 34 de las lenguas principales de la India, así como porciones de ella en muchas más. En conjunto, unos 525 millones de habitantes de la India pueden leer la Palabra de Dios en sus lenguas maternas. Estas traducciones han facilitado en gran manera la obra de los testigos de Jehová de predicar en la India las “buenas nuevas” del reino de Dios. (Mat. 24:14) Más de 4.750 individuos actualmente participan en esta obra de instrucción bíblica, y otros 3.174 individuos y sus familias usan estas traducciones de la Biblia cuando los Testigos visitan sus hogares para estudiar la Biblia con ellos.
La traducción de la Biblia ciertamente ha beneficiado a los habitantes de la India. El mensaje de la Biblia ha dado verdadero significado a la vida actual y ha provisto una esperanza fidedigna para el futuro a los que han cifrado en ella su fe.