Se puede hacer frente a la tensión... pero, ¿cómo?
USTED probablemente se haya dado cuenta de que la tensión ha alcanzado ahora proporciones epidémicas y que usted mismo pudiera ser llevado por ésta a alguna enfermedad seria. Pero, ¿qué se puede hacer al respecto?
Como se mencionó en el artículo anterior, uno de los pasos más importantes es identificar la causa o fuente de la tensión. El tomo I de “Understanding Human Behavior” (Entendiendo el comportamiento humano) explica por qué es tan vital esto: “Recuerde que la tensión existe cuando un problema físico o sicológico hace que la mente y el cuerpo estén en constante estado de alerta, aunque esa condición no sea de gran intensidad. En muchos casos solo hay que identificar los problemas físicos y sicológicos para la remoción de éstos [y] la tensión inevitablemente desaparece.” El punto es que si usted puede determinar claramente lo que le está causando tensión su reacción a ello probablemente sea menos severa, aunque no pueda evitar la causa.
Pero veamos de cerca algunas sugerencias prácticas que ciertamente pueden ayudarle a enfrentarse a la tensión que quizás se le presente.
Trate de adaptarse
Hay quienes se esfuerzan por huir de mucho de lo que produce tensión. Por ejemplo, quizás cambien de residencia o de lugar de empleo para escapar de condiciones que producen tensión, como las de trabajar en un lugar ruidoso o maloliente, o vivir en una ciudad sucia y atestada de gente
Eso pudiera ayudar, pero medidas drásticas de esa índole no son siempre necesarias para sentir menos tensión. Por ejemplo, para disminuir la tensión del viajar en autobuses o autopistas atestados, algunas personas salen de casa más temprano, o más tarde. Usan provechosamente el tiempo de espera para leer, estudiar o escribir cartas. Pero lo más importante es que por medio de adaptarse de esta manera obtienen confianza en que están en control en su vida, lo que, según dicen los peritos, es la clave para enfrentarse con éxito a la tensión.
La adaptación puede ayudar a los que son padres. Hay padres que parecen ir tambaleando de una crisis a otra. Lo que pudiera servirles de ayuda para disminuir la tensión de esta fuente es establecer pautas firmes y consecuentes para los hijos. La Biblia ha resultado ser una excelente fuente de consejo sabio en cuanto a vivir con los hijos y educarlos. (Compare con Efesios 6:1-4; Proverbios 29:15, 17) A millones de testigos de Jehová que han aplicado el consejo de Dios les ha beneficiado el enfrentarse, como resultado de ello, a menos tensión.
Como ejemplo adicional, ¿qué pudiera hacer usted para adaptarse si el ruido contribuye a la tensión que siente? En un hogar, pudiera serle útil cerrar las ventanas, colgar cortinas que absorban el sonido o cerrar la puerta del cuarto en que se tiene encendido el radio o la televisión. Se pudieran dar pasos similares en el empleo, o se pudiera tomar en consideración el usar protectores pequeños para los oídos para disminuir la tensión resultante del ruido. De manera similar, el que usted mantenga el lugar donde vive o trabaja en condición nítida y limpia puede eliminar tensión al hacer más placenteros sus alrededores.
No es de esperarse que el que usted adopte algunos de estos métodos elimine por completo toda tensión potencialmente perjudicial. Pero si esto por lo menos resulta en menos tensión para usted, su vida será más saludable y más feliz.
Hable con otros sobre la tensión
No mantenga todas sus preocupaciones y tensiones dentro de usted. El desahogarse puede traerle mucho alivio. Hable de sus preocupaciones con algún amigo compasivo a quien respete y que pueda ayudarle o aconsejarle. Por supuesto, no debería ser su deseo el convertirse en un quejumbroso que anduviera siempre gimiendo acerca de problemas verdaderos o imaginarios. Pero uno no se convierte en esa clase de persona al hablar de sus problemas a un amigo en quien se confía.
Más que simplemente obtener alivio emocional, usted pudiera llegar a tener un punto de vista nuevo de sus problemas, y beneficiarse de las sugerencias prácticas de una persona experimentada. (Pro. 18:24; 20:5; Tito 2:3-5) Muchos han recibido ayuda en lo relativo a la tensión al haber expresado sus sentimientos a Dios, quien escucha el clamor rogativo y las oraciones de los afligidos.—2 Cró. 6:19.
El ejercicio le ayudará
Recuerde que su cuerpo suele responder a la tensión por “pelear o huir”; está preparado para esfuerzo arduo. El participar en ejercicios físicos con regularidad le ayudará a deshacerse del exceso de azúcares y grasas que la tensión pone en la sangre, contrarrestando así los efectos bioquímicos de la tensión y restaurando el equilibrio saludable del cuerpo.
Por eso, ¿le gusta participar en ejercicios, como nadar, dar caminatas o jugar tenis? Entonces, participe en ellos. Y si está en tensión pero no le gusta el ejercicio, esfuércese por hacerlo de todos modos. Se sentirá mejor, especialmente si hace alguna forma de ejercicio vigoroso diariamente, tal como diariamente siente tensión.
El ejercicio saludable que opte por practicar puede ser el de la larga caminata de ida y vuelta a la tienda de comestibles, en vez de ir en automóvil o autobús. El ejercicio pudiera ser el de subir por las escaleras en vez de usar el ascensor. O usted pudiera ‘quemar la tensión’ por medio de trabajo provechoso como el de usar la azada en un jardincito, golpear una alfombra para quitarle el polvo, o algún otro trabajo útil.
Equilibre el trabajo y el juego
Muchas personas tienen el punto de vista de que el trabajo y el juego son enemigos hostiles entre sí, un punto de vista que solo acrecienta la tensión que quizás sientan.
Es bueno reconocer que el trabajo no es una plaga inicua. Física y mentalmente es bueno para usted el que esté activo y sea productivo, como al ganarse el sustento y los medios de disfrutar del juego. (Ecl. 3:12, 13) En “Stress Without Distress” (Tensión sin ansiedad), el Dr. Hans Selye dice: “Su objetivo más importante no debería ser trabajar [o estar ocupado] lo menos posible. . . . Para disfrutar plenamente del descanso, usted primeramente tiene que estar cansado, tal como para el mayor disfrute de una comida el mejor cocinero es el hambre.”
Aun cuando esté trabajando, tome unos minutos con regularidad para “jugar” por medio de estirarse. Eso puede aliviarle los músculos del rostro, el cuello, los hombros y la espalda, de modo que se aminora el desarrollo de tensión.
Pero tal como dedica tiempo a trabajar, dedique tiempo al esparcimiento. Sí, saque tiempo para algún recreo, quizás un pasatiempo que lo mantenga absorto y lo aparte de las causas físicas o emocionales de su tensión. El Dr. Selye añade: “En la mayoría de los casos, la diversión que consiste en pasar de una actividad a otra es más relajante que el descanso completo.”
Duerma lo suficiente
Algunas personas tienen el hábito de quedarse despiertas conversando mientras disfrutan de una taza de café, o viendo un programa de televisión, quizás un programa cómico o un programa de entrevistas, que, según ellas, les ayuda a descansar. Sea cual sea el efecto relajante que se afirme que estas cosas tienen, hay que comparar este efecto con la constante falta de sueño que pudiera irse acumulando. En sí misma una deficiencia de sueño significa tensión para la mente y el cuerpo, e impide el que uno pueda enfrentarse a otras tensiones.
Puesto que la tensión causa cambios físicos en el cuerpo, usted puede ver por qué es vital obtener suficiente descanso y sueño. El sueño permite que su cuerpo se repare, y recobre así un estado bioquímico equilibrado. Shakespeare lo describió muy bien de esta manera: “El sueño que teje la deshilada seda en rama del cuidado. La muerte de la vida de cada día, el baño de la penosa labor, Bálsamo para la mente herida, el segundo plato que sirve la gran naturaleza, Principal nutridor en el banquete de la vida.”
Por lo tanto, si usted es víctima de la tensión, trate de dormir más, especialmente por medio de formar un patrón normal de sueño semana tras semana.
Ajuste su punto de vista
Al enfrentarse a la tensión, el asunto más importante no es dónde o cómo vive o trabaja usted. Tampoco es lo más importante la cantidad de ejercicio o sueño que obtenga. Es cómo ve usted la vida y los problemas o tensiones que ésta trae.
Un estudio de tres años entre controladores del tránsito aéreo mostró una muy alta incidencia de hipertensión. Pero no todos sufrían efectos graves. El Dr. Robert M. Rose descubrió que ‘lo que parecía aumentar la incidencia de enfermedades era la actitud de los hombres para con el trabajo.’ De manera similar, después de décadas de investigación en el campo de la tensión, el Dr. Hans Selye escribió: “En vez de depender de drogas u otras técnicas, creo que hay otra forma de manejar la tensión, una mejor, que envuelve el adoptar una actitud diferente para con los varios sucesos de la vida.”
Es preciso aprender a evaluar las prioridades en la vida. Usted quizás tenga que enfrentarse a una situación que haya de envolver tensión... un nuevo empleo, una función social, el tener otro hijo, el conseguir un préstamo para una compra grande. Antes de tomar una decisión en cuanto a lo que va a hacer o cómo responder, pregúntese: ‘¿Estoy dispuesto a aceptar la tensión que este trabajo envuelve? ¿Vale la pena? Realmente, ¿cuán importante es esto para mi vida?’ Tal evaluación saludable le ayudará a darse cuenta de sus limitaciones y prioridades, lo cual resultará en que usted sea una persona más feliz.
Mucho de lo que la Biblia dice acerca de nuestro punto de vista sobre el dinero comunica esta misma idea. Por ejemplo, el apóstol Pablo escribió: “Los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, . . . El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y haciendo esfuerzos por realizar este amor algunos . . . se han acribillado con muchos dolores.” (1 Tim. 6:9, 10) También, Jesús habló acerca de un hombre que se esforzó por acumular muchas riquezas, solo para morir repentinamente. La conclusión de Cristo fue: “Así pasa con el hombre que atesora para sí pero no es rico para con Dios.” (Luc. 12:16-21) Nos instó a no inquietarnos —a no sentir tensión o preocupación— respecto a alimento, ropa y abrigo. Usted quizás diga que eso no es fácil. Es cierto. Pero el punto es que tenemos que comenzar a esforzarnos por llegar a tener ese punto de vista. No olvide que un viaje de mil kilómetros comienza con un paso.
Jesús dijo además en su Sermón del Monte: “Nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.” (Mat. 6:25-34) Ese consejo bíblico penetra en el mismo corazón del consejo más adelantado en cuanto a la mejor manera de enfrentarse a la tensión.
¿Alivio duradero de la tensión?
En la actualidad no sería pensar en armonía con la realidad el que llegáramos a imaginarnos que podríamos evitar completamente la tensión. Prescindiendo de cómo vivamos o lo buena que sea nuestra actitud, siempre habrá cosas que puedan causarnos tensión perjudicial. El delito aún abunda. El prejuicio y la injusticia nos apesadumbran. Tenemos que aprender a enfrentarnos con éxito a la tensión.
Pero, ¿se podrá poner fin algún día a la tensión dañina... a la ansiedad o angustia? La respuesta basada en pruebas es: Sí. El que usted aprenda cómo y cuándo será esto puede influir en lo que usted pueda hacer en cuanto a enfrentarse con éxito ahora mismo a la tensión. El siguiente artículo examinará esto.
[Ilustración en la página 12]
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