Por qué la gente fuma y por qué no debería hacerlo
La escasez de alimento en África estuvo en los titulares de muchos periódicos en 1985, pero fue el hábito de fumar cigarrillos lo que mató a más de dos millones de personas durante ese año. El hambre causó un gran chapaleteo e incitó al mundo a acción, pero el hábito de fumar apenas hizo una ola pequeña en la charca. El ponerle fin al uso del tabaco sería la “redada narcótica” más grande de toda la historia, pero no intente aguantar la respiración esperando que esto suceda. Hay fuerzas poderosas que obran en contra de esto.
EL HÁBITO de fumar ha llegado a ser una epidemia mundial. Más de mil millones de personas fuman cinco billones de cigarrillos al año. En 1964, el inspector general de sanidad de los Estados Unidos, C. Everett Koop, advirtió respecto a los peligros del hábito de fumar. Desde entonces el porcentaje de fumadores estadounidenses ha disminuido, pero el uso del tabaco ha aumentado un 20%. Mundialmente, el uso del tabaco ha aumentado un 75%. Ha alcanzado niveles epidémicos en los países desarrollados y está en crecimiento gigantesco en los países en vías de desarrollo. Las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar causan la muerte de millones de personas cada año. El 5% de las muertes en el mundo están relacionadas con el uso del tabaco. La cantidad anual de muertes en Europa y en los Estados Unidos a consecuencia del uso del tabaco constituye un 20% de la cantidad total de muertes en dichos lugares. En Canadá, constituye un 17% de los adultos que mueren.
La mayor ironía y tragedia de todo esto la declaró verídicamente la OMS (Organización Mundial de la Salud) al decir que el hábito de fumar es “el más grave problema de salud que se puede evitar en el mundo”. Entonces, ¿por qué continúa fumando la gente y segando la cosecha mortífera del uso del tabaco? La razón por la cual no deberían fumar es obvia. Pero el motivo de por qué lo hacen va más allá.
Un informe bastante documentado sobre el hábito de fumar, publicado en enero de este año por el Instituto Worldwatch de Washington, D.C., provee la información supracitada y mucha más. Este dice que “la cantidad de estadounidenses que mueren debido al uso del tabaco es 13 veces mayor que la de los que mueren debido al uso de drogas fuertes, y ocho veces más que los que mueren en accidentes de tráfico”. Mata a más estadounidenses cada año que los que murieron en la II Guerra Mundial. El informe de Worldwatch también hizo la siguiente observación: “Los gobiernos conducen operaciones paramilitares contra la producción y el transporte de la marihuana o el opio, pero no contra el tabaco, un producto mucho más mortífero”.
Mientras más aprende la ciencia, más queda de manifiesto el efecto mortífero del tabaco. Más de dos millones de fumadores mueren cada año debido a enfermedades cardíacas, cáncer pulmonar y enfisema. El corazón de un fumador trabaja más duro que el de una persona que no fuma. Como promedio, el corazón del fumador late de ocho a diez veces más por minuto durante el día y de tres a cinco veces más cuando la persona está durmiendo. Una investigación publicada en la revista Science declaró: “El hábito de fumar cigarrillos, según se conoce, es la principal causa singular de mortalidad debido al cáncer en los Estados Unidos, y se calcula que el tabaco ha contribuido a un 30% de todas las muertes relacionadas con el cáncer”. Este 30% se debe, por su mayor parte, al cáncer pulmonar. En África del Sur, un adicto al tabaco que se fumaba 90 cigarrillos al día dañó su nervio óptico y quedó ciego... llegó a ser víctima de ambliopía tóxica debido al tabaco.
¿Liberada a la esclavitud?
La mujer moderna liberada está fumando más y segando más de la cosecha de este hábito. En un tiempo el cáncer mamario era el mayor asesino de las mujeres estadounidenses... ahora es el cáncer pulmonar. Ha subido vertiginosamente un 500% desde 1950; mató a más de 38.000 mujeres el año pasado. Las enfermedades cardíacas también están afectando a las mujeres. El hábito de fumar impone una carga al corazón y al sistema circulatorio, así que cada año 800.000 mujeres sufren, ya sea de ataques cardíacos o de apoplejía. Las mujeres que padecen de bronquitis crónica y que fuman, ahora tienen la dudosa distinción de exceder a los hombres por un millón de casos. Las sustancias químicas en el humo del cigarrillo causan daño genético que podría ocasionar cáncer en las mujeres embarazadas y en sus fetos. ¿Liberada la mujer moderna? ¿Liberada, tal vez, a la esclavitud al tabaco junto con sus compañeros varones?
Para minimizar los peligros, algunos fumadores cambian del uso de cigarrillos a la pipa o a los cigarros. En diciembre del año pasado la revista Journal of the American Medical Association esfumó esa ilusión. El tabaco que se usa en las pipas y en los cigarros contiene más nicotina, más ácidos cancerosos y produce más gas peligroso de monóxido de carbono que el tabaco que se usa en los cigarrillos. Las encuestas muestran que muchas personas, especialmente los adolescentes, creen que el tabaco de mascar y el rapé son una sana alternativa de los cigarrillos. Esto no es cierto. El año pasado en los Estados Unidos un joven de 19 años de edad murió debido a cáncer oral. Ante un subcomité congregacional, la madre de este joven dijo que él comenzó a usar rapé a la edad de 12 años, pero rehusó abandonarlo debido a que este tabaco no llevaba una etiqueta de advertencia y los atletas le daban publicidad.
El que usted masque o chupe el rapé húmedo que se sitúa entre el carrillo y la encía, sería buscar problemas tales como cáncer oral, enfermedad de la encía y adicción a la nicotina. Este cáncer se desarrolla en el lugar donde el tabaco toca el carrillo y la encía, entonces la malignidad a menudo se extiende a otras partes del cuerpo. El tabaco que se prepara para mascar y el rapé contienen más de 20 nitrosomonas y aromáticos hidrocarburos policíclicos que producen cáncer. El informe de Worldwatch dijo que en los últimos 20 años el uso del tabaco de mascar y el rapé ha aumentado un 40%, junto con un aumento correspondiente de cáncer oral.
Víctimas del humo de otras personas
Los fumadores no solo ponen en peligro su propia salud, sino también la de otras personas. Más de diez estudios que se efectuaron el año pasado indican que el fumar pasivo —el inhalar el humo de los cigarrillos de otras personas— le produjo cáncer pulmonar a personas que no fuman pero cuyos cónyuges son fumadores. La investigación que se ha efectuado en el Japón, Alemania Occidental, Grecia y los Estados Unidos indica que “los cónyuges de fumadores tienen dos o tres veces más probabilidad de desarrollar cáncer pulmonar que los cónyuges de los que no fuman”. Por medio de un estudio que se realizó se “calculó que el fumar pasivo en los Estados Unidos causa más muertes de cáncer que todos los contaminantes industriales del ambiente combinados”. Algunos científicos canadienses han informado que no hay ningún nivel sano para el humo de segunda mano. Este humo contiene “más de 50 carcinógenos conocidos y 3.800 sustancias químicas compuestas”. Cierta revista médica dijo lo siguiente: “Mientras más fumadores hayan vivido con uno, mayor es el riesgo de que uno desarrolle cáncer”.
No son solo las bocanadas de humo lo que contamina el aire de otras personas. Durante el intervalo entre las bocanadas, el humo no filtrado es despedido del cigarrillo mientras el fumador lo sostiene en la mano o mientras permanece en el cenicero. Esta corriente adicional de humo constituye un 85% del humo en una habitación donde hay fumadores. Este humo contiene sustancias irritantes tales como formaldehído, amoníaco, acroleína, óxido nitroso, hidrocarburos y macropartículas. El humo aumenta 50 veces más la cantidad de carcinógenos que inhalan las personas no fumadoras que están cerca.
Los hijos de padres fumadores padecen de más catarros, gripe, bronquitis, asma y neumonía. Los hijos de madres fumadoras sufren daño respecto a su capacidad de aprender. Los estudios han señalado que estos niños son más lentos al leer, y en la escuela tal vez estén varios meses retrasados en sus estudios, en comparación con los hijos de padres que no fuman. Las madres que fuman dan a luz a niños faltos de peso dos veces más a menudo que las madres que no fuman. En India, 39% de las mujeres mascan tabaco. Y como resultado tienen niños faltos de peso. The Harvard Medical School Health Letter (carta de salud de la Escuela de Medicina de Harvard), de julio del año pasado, terminó su artículo sobre los peligros del fumar pasivo, titulado “¿El último suspiro?”, con esta declaración: “Los adultos que fuman deben reconocer que cuando encienden un cigarrillo en la presencia de infantes están participando en una severa forma de abuso de los niños”. ¡Y también están abusando de toda otra persona que esté cerca de ellos!
¿Por qué empiezan a fumar las personas?
En vista de todo esto, ¿por qué empiezan a fumar las personas? En la actualidad, la mayoría de los fumadores nuevos son adolescentes. Ellos son el blanco especial de la publicidad tabacalera, a pesar de que dichas empresas lo niegan. Tales compañías no andan tras la juventud directamente, pero su manera de abordarla es sutil y surte efecto. Un caricaturista ridiculizó los anuncios de estas empresas al decir: “Las empresas tabacaleras no queremos que ustedes jóvenes fumen, a menos que quieran parecerse a los adultos”. Sus anuncios están llenos de las atracciones favoritas de la juventud: automóviles deportivos, planeadores de piloto suspendido, montadores de las olas, vaqueros, atletas, hombres considerados muy varoniles y mujeres atractivas... todas personas jóvenes y hermosas, llenas de alegría que se divierten al aire libre. Un escenario mucho más verdadero sería el de los hospitales y las funerarias... pero ese anuncio no vendería los cigarrillos.
Mariel Hemingway, un ídolo de muchos jóvenes, se preocupa al ver a los adolescentes fumar. Ella dice: “Creo que es una forma de rebelión, pero eso es muy insensato. Siempre que veo a los jóvenes fumando no puedo menos que decir: ‘¿Cómo es posible que ustedes fumen? ¡Se criaron en una sociedad en la cual se sabía que el cigarrillo era un asesino!’”. Sin embargo, el fumar significa que uno es parte del grupo que está a la onda... que uno siempre está calmado y que es maduro y sofisticado. Al fumar, los adolescentes se sienten independientes, cuando en realidad están capitulando a la presión de sus iguales. También están siendo manipulados por las empresas tabacaleras. Estas empresas saben que su futuro depende de los jóvenes. Si pueden enviciarlos mientras son adolescentes, entonces probablemente serán buenos clientes el resto de su vida.
La ley federal de los Estados Unidos ya ha proscrito la publicidad del cigarrillo por la televisión y la radio, pero en diciembre del año pasado la Asociación Médica de los Estados Unidos promovió que “la proscripción se extendiera a todos los demás productos de tabaco y medios de publicidad”. Inmediatamente surgieron quejas de protesta por parte de las industrias tabacaleras, de publicidad y de la prensa. ¡Sus derechos de libertad de palabra comercial bajo la Primera Enmienda sería violada! Ya que no pudieron refutar las cuestiones relacionadas con la salud, la juventud y la adicción, algunas empresas ahora han inventado una nueva cuestión: sus derechos civiles y los del fumador. Por ejemplo, Philip Morris alega lo siguiente: “Hoy día, la tolerancia por mi hábito de fumar quizás esté bajo ataque. Mañana, tal vez sea la tolerancia por el derecho que otra persona tiene de orar o de escoger un lugar donde vivir”. Las empresas realmente están preocupadas por su “derecho” de hacer dinero mediante promover la droga.
¿Por qué es tan difícil dejar de fumar?
El tabaco contiene nicotina. La nicotina es una droga. Esta sirve de estimulante. También es adictiva. Las empresas tabacaleras niegan esto, pero el inspector general de sanidad de los Estados Unidos, el Dr. Koop, indica que el Dr. William Pollin, director del Instituto Nacional del Abuso de las Drogas, dijo que “la nicotina es la droga más adictiva de nuestra sociedad”.
Mil millones de fumadores están enviciados con la nicotina. Pocos de ellos lo admiten. ‘Yo puedo abandonar el hábito cuando quiera’, son las baratas palabras que se usan como remedio sicológico. Una vez que la persona se haya habituado, es una experiencia traumática el liberarse de ese vicio. Millones de personas se esfuerzan por hacerlo, muchas tienen éxito, pero la mayoría de ellas fracasan. En diciembre del año pasado, en una investigación que se realizó respecto al tabaco y la salud, el inspector general de sanidad de los Estados Unidos informó sobre un estudio de 1980 que indicaba que un 60% de los fumadores estadounidenses hicieron un esfuerzo determinado por abandonar el hábito de fumar. No obstante, más del 80% de ellos experimentaron un relapso dentro de un año.
El abandonar este hábito no es placentero, pero vale la pena luchar por ello. Así que, hágalo. Hágalo por usted mismo, por su dignidad propia, por su salud y por la salud de sus hijos. También hágalo por la comodidad y la salud de las personas a su alrededor. Esta última razón es importante si usted se considera cristiano. Usted tiene que amar a su prójimo. Difícilmente sería mostrar amor el contaminar el aire de su prójimo con el humo venenoso que usted despide al fumar. (Mateo 7:12; 22:39.) Por eso las personas que usan tabaco y llegan a ser testigos de Jehová abandonan este hábito, y los Testigos que en un tiempo vendían productos de tabaco dejan de distribuirlos.
No hay manera fácil de abandonar tal hábito. Si usted fuma, usted es un drogadicto que está tratando de mantenerse intoxicado con la nicotina. Las personas que han dejado este hábito saben que el abstenerse de la nicotina no es fácil. No obstante, los millones de casos de enfermedad y muerte relacionados con el uso del tabaco cada año son poderosos incentivos para abandonar dicho hábito. Pero para la mayoría de los fumadores, tales incentivos no son tan poderosos como la adicción que los impele a continuar fumando. Una investigación científica reciente muestra que el consumo habitual de la nicotina se puede comparar al uso de anfetaminas, cocaína y heroína. La nicotina “satisface, según los estudios de laboratorios, el criterio técnico de una droga adictiva debido a que afecta la función del cerebro, altera el humor de la persona y sirve de recompensa biológica [la intoxicación con la nicotina] que provoca cierto comportamiento tanto en los animales del laboratorio como en los humanos voluntarios”.
Cuando dichos fumadores recibieron cloruro amónico, la excreción de la nicotina despedida de los riñones aumentó seis veces. Ellos compensaron esta falta de nicotina mediante el fumar un 20% más de cigarrillos y así repusieron la nicotina que su sistema anhelaba. Un artículo de la revista Science News señaló que los fumadores preocupados que cambian a cigarrillos que contienen menos ácidos “compensan al inhalar más profundo y tomar bocanadas más grandes”. El artículo dijo que “esta autorregulación del índice de la nicotina tal vez sea evidencia adicional de que la nicotina produce dependencia física”. Un hecho interesante es que los estudios de laboratorios han mostrado que el recibir la nicotina por vía intravenosa también produce intoxicación y así se remueve la necesidad de fumar.
¿Cuál es la mejor manera de romper el hábito del tabaco? El consenso general se refleja en estas citas del número de febrero de 1986 de la revista Health: “La motivación de sí mismo es la única cosa que salvará al fumador”. “No hay ninguna píldora mágica para hacerlo abandonar o hacerlo huir de los cigarrillos.” “Cada día hay quienes abandonan el hábito de fumar... aun los que están más adictos a la nicotina y al hábito.” “El abandonar el hábito súbitamente nunca ha matado a nadie y parece ser la mejor manera de deshacerse del hábito de fumar.” “En el análisis final, la mayoría de los expertos en la cesación del hábito aconsejan que se trate de dar al hábito una zafada rápida: hágalo súbitamente y tire los ceniceros. Cuando aumente el deseo de fumar, salga a caminar o a correr, dése un baño en agua tibia o váyase de compras. En otras palabras, ‘¡haga cualquier cosa, menos fumar!’.”
Si usted fuma y quiere abandonar el hábito, escuche la voz de la experiencia de estas personas. Si eso no es suficiente, entonces preste atención a la voz más importante, la de Cristo Jesús, quien dijo: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo”. (Mateo 22:39.) Abandone el hábito de fumar debido a que usted se ama a sí mismo y abandónelo debido a que ama a su prójimo como a sí mismo.
[Ilustración en la página 13]
MUERTES EUROPEAS/E.U.A. 20% DEBIDO AL HÁBITO DE FUMAR
MUERTES CANADIENSES 17% DEBIDO AL HÁBITO DE FUMAR
MUERTES MUNDIALES 5% DEBIDO AL HÁBITO DE FUMAR
[Ilustración en la página 14]
Los fumadores, aprisionados por la adicción a la nicotina, hacen que las víctimas inocentes sufran también
[Recuadro en la página 16]
Un editorial en la revista Journal of the American Medical Association dijo lo siguiente respecto a lo que llaman “tabacoísmo”:
“Como sociedad, no hemos despertado a la seriedad del peligro que impone a la salud el uso del tabaco. Tenemos que reconocer que hoy día el “tabacoísmo” es la toxicomanía más mortífera en los Estados Unidos y que está exigiendo una cantidad mayor de vidas y dólares que la cocaína, la heroína, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, los accidentes de tráfico, los asesinatos y los ataques terroristas combinados”.
Después de llamar atención al gasto de mil millones de dólares al año para la guerra contra el cáncer, este editorial declara: “Lo que hace falta es una guerra similar contra las causas del cáncer. [...] En la actualidad se calcula que los ciudadanos de este país están dejándose vencer por el “tabacoísmo”, a una proporción de 1.000 vidas por día”.
Para guerrear contra el “tabacoísmo” y su epidemia de “cáncer, enfisema y enfermedad cardiovascular”, el editorial recomienda: “La meta es que con el tiempo se deriven impuestos de la venta del tabaco que igualen el costo que la sociedad paga por el uso del tabaco. Si está costándole a nuestra sociedad y a nuestra economía (a todos nosotros) más de $2.60 por cada cajetilla de cigarrillos, entonces a las personas que desean fumar se les debería requerir que paguen esta cantidad. [...] Debe procurarse una significante disminución en la subvención federal en el cultivo del tabaco. [...] Etiquetas de advertencia deben ponerse en todos los productos de tabaco. [...] Toda la publicidad del tabaco tiene que ser removida de los medios publicitarios. [...] Las personas famosas y las estrellas de cine deberían desistir de embellecer el uso del tabaco”.
El editorial concluyó diciendo: “Creo que es tiempo de ver las cosas como realmente son y de ser valerosos. Se han trazado los límites. El toque de corneta está resonando”. (JAMA, 11 de abril de 1986.)