Los jóvenes preguntan...
¿Debo adoptar la última moda?
RESPECTO al reciente baile que está de moda, conocido como “break-dancing”, varios jóvenes comentaron: “Lo bailan en la escuela... en el gimnasio y en los pasillos”. “Los he visto bailándolo encima de las mesas y los bancos de la escuela.” La ropa y los cortes de pelo de la nueva ola, incluso el estilo “punk”, son también modas populares. El usar zapatos deportivos de lona con trajes de vestir y los juegos de video han sido también tendencias populares que han captado la atención pública. Sí, la nuestra es una era de novedades. Pero ¿por qué? ¿De dónde provienen las modas?
Una moda se define como una actividad o interés que usualmente se sigue con celo exagerado por algunas personas, pero que es pasajero. Por ejemplo, considere la corta carrera del juguete conocido como “Hula Hoop”. El número del 12 de diciembre de 1983 de la revista Newsweek dijo: “Ningún juguete ha creado la tremenda manía que inspiró el ‘Hula Hoop’. El aro plástico —que se vendía por $2 [E.U.A.]— apareció en 1958, y 30.000.000 de estadounidenses lo acogieron rápidamente. Pero con la misma rapidez se cansaron del aro que medía aproximadamente un metro (tres pies) de diámetro, y para fines de año la moda había desaparecido”.
En primer lugar, ¿cómo llegan a ser tan populares las modas? En algunos casos, se esparcen oralmente. A menudo son los músicos, artistas de cine y de teatro, atletas, fabricantes, grupos raciales y otras personas quienes promueven las modas. Astutos anuncios de publicidad o de televisión se preparan especialmente con el propósito de captar la atención de los jóvenes. Pero ¿por qué se dirigen a menudo los anunciantes a los jóvenes?
¿Por qué siguen los jóvenes las modas?
Es normal desear que otras personas nos acepten, y los jóvenes particularmente sienten esa necesidad. Puesto que son conscientes de esta necesidad, algunos anunciantes se aprovechan de ella como medio para promover alguna moda. Frecuentemente los anuncios representan a los jóvenes como personas populares, prósperas y felices debido a que llevan puesto, usan o escuchan esto a aquello. Un señor a quien la revista U.S.News & World Report entrevistó dijo: “Las modas, prescindiendo de dónde se originen, crean cierta clase de posición social. [...] Las modas atraen al deseo de la gente de ser parte de algo que es nuevo”.
Neil, de dieciocho años de edad, concuerda con esto. “Todo el mundo quiere ser aceptado”, dice él al explicar por qué muchos jóvenes siguen lo que está en boga. Gerardo, quien también tiene 18 años de edad, observa que los jóvenes tal vez usan ropa de cierta marca para “ganarse el respeto de sus amigos”. Pam, de 13 años de edad, resumió muy bien el poder de la presión que ejercen otros jóvenes al decir: “Debido a que uno ve a los amigos usarlos, uno quiere tenerlos también”.
Tal vez conozcas a jóvenes que siguen cierta tendencia, no porque les parezca atractiva, sino porque se considera que es lo que está de moda. ¿Te ha pasado esto alguna vez? No obstante, puede que te hayas preguntado...
¿Son malas todas las modas?
No necesariamente. Por ejemplo, una actividad que se ha hecho cada vez más popular en los últimos años es el correr. Algunas personas que han seguido esta tendencia con moderación dicen que las ha ayudado a mejorar de salud.
Pero las modas no siempre promueven la salud. Considera el “break-dancing”. Se le ha descrito como “una mezcla enérgica de acrobacia y movimientos parecidos a los de un robot”, “una combinación de elementos aceptables como la acrobacia, la pantomima y la música”. Por supuesto, el bailar puede ser una diversión limpia y sana.
Pero es bueno señalar que se ha informado que ciertas formas de “break-dancing” son peligrosas. Se ha dicho que pueden causar dolores de espalda y dificultad para agacharse... síntomas de lo que la revista American Family Physician llama el síndrome dorsal del “break-dance”. Especialmente peligroso es lo que llaman “head-spinning”, o sea, el hacer girar el cuerpo sobre la cabeza. Según la revista Asiaweek un joven de Malaysia se rompió el cuello y murió mientras bailaba el “break-dance”. No es de sorprender que en Yakarta, Indonesia, el gobierno haya proscrito el “head-spinning”, aunque permite otras formas menos peligrosas de dicho baile. ¿Es sabio participar en una actividad que puede poner en peligro tu salud o hasta tu propia vida? (Compara esto con 1 Crónicas 11:17-19.)
¿Debo seguir esa moda?
Hay quienes permiten que otras personas decidan por ellos qué está de moda y qué es anticuado. En efecto, se convierten en poco menos que esclavos. Como dice Romanos 6:16: “¿No saben que si siguen presentándose a alguien como esclavos para obedecerle son esclavos de él porque le obedecen?”. Es interesante la siguiente observación de la revista McCall’s: “Casi todo ha llegado a estar sujeto a la moda: el alimento, los pasatiempos, los libros, la jerga, los muebles, los animales favoritos, la gente y los lugares”. Pero ¿es sabio convertirse en “esclavo” de otros, permitiéndoles decidir lo que uno debe comer, leer, comprar, o adónde debe ir?
Un proverbio bíblico dice: “Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos”. (Proverbios 14:15.) En armonía con este sabio consejo, cuídate de no permitir que otros te dicten qué está de moda y qué no lo está. No dejes que otros te impongan qué será parte de tu estilo de vida, tu dieta ni tu vestuario.
Algo más que debes tomar en cuenta antes de adoptar una moda es el estilo de vida de los que la promueven y la practican. A menudo estas personas llevan una vida inmoral que se refleja en las manías que promueven. Algunos expresan protesta y rebelión por medio de la moda que inician. El cristiano que procura conformar su vida a las normas bíblicas querrá considerar si cierta moda está en armonía con lo que la Biblia dice en Filipenses 4:8: “Cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas”. Si una moda no se adhiere a esta lista, ¿sería sabio seguirla?
Otros asuntos para considerar serían: 1) ¿Qué opinan tus padres de tal moda? Antes de pensar que tus padres son “anticuados” o que no están ‘en la onda’, recuerda el consejo bíblico en Proverbios 23:22: “Escucha a tu padre, que causó tu nacimiento, y no desprecies a tu madre simplemente porque ha envejecido”.
2) ¿Cómo afectará la opinión que otros tienen de ti y de lo que representas? ¿Importa realmente lo que otros piensen? El apóstol Pablo vio la necesidad de razonar con algunos cristianos del primer siglo respecto a la responsabilidad que estos tenían de tomar en cuenta el punto de vista de sus compañeros cristianos. Llegó hasta el punto de decir: “Por lo tanto, si el alimento hace tropezar a mi hermano, no volveré a comer carne jamás, para no hacer tropezar a mi hermano”. (1 Corintios 8:13.)
3) ¿Cómo te afectará física y espiritualmente? Antes de seguir una moda en particular, pregúntate: ¿Reflejaría “buen juicio” el seguirla? (2 Timoteo 1:7.) ¿Pondría en peligro mi salud, quizás hasta la vida? ¡Cuánto mejor es dedicar el tiempo a actividades que no te causen daño físico ni socaven tu progreso espiritual!
Por eso, aunque muchos jóvenes se apresuren a adoptar las últimas modas y manías, tú puedes ser diferente. Puedes aprender a pensar por ti mismo y a tomar decisiones sabias. La Biblia dice: “La escena de este mundo está cambiando”. (1 Corintios 7:31.) No tienes que ser atrapado en la continua corriente de cambios que causa que muchas personas se preocupen en cuanto a qué deben hacer, decir o ponerse. (Compáralo con Mateo 6:31, 32.) Dirige tu vida a ganarte la aprobación de Dios. El cultivar las cualidades que agradan a Dios también te ayudará a conseguir amigos genuinos... amigos que te aceptan, no porque sigues la moda más reciente, sino por la clase de persona que eres.
[Comentario en la página 14]
Los anuncios representan a menudo a los jóvenes como personas populares, prósperas y felices debido a que siguen cierta tendencia
[Ilustraciones en la página 15]
¿Recuerdas el “Hula Hoop”?
¿Qué opinas sobre el “break-dancing”?