El Paraíso... ¿tan solo una fantasía?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Hawai
EL CIELO azul y despejado, las playas cálidas y arenosas, las olas suaves y espumosas... ¿es así como usted se imagina un paraíso? Palmeras que se mueven suavemente en las cálidas brisas tropicales, montañas verdes como esmeraldas que ascienden hasta las nubes, estruendosas cascadas que se precipitan a estanques frescos y solitarios, coloridos arcos iris y espectaculares puestas de Sol... los cuadros mentales del paraíso a menudo se componen de estas cosas.
Por supuesto, una isla tropical quizás no sea lo que toda persona considere un paraíso. Cierta joven que se mudó a una isla del Pacífico dijo con anhelo: “Echo de menos los días frescos del otoño cuando los árboles resplandecen por su follaje otoñal. También echo de menos las noches tranquilas del invierno cuando todo está cubierto por una capa de nieve recién caída”.
Aunque las concepciones del paraíso varían, hay ciertas cosas que toda persona desearía. Una de estas es que sus seres amados estén allí junto con usted. Otra es el disfrutar de un sentido de paz y seguridad, sí, que las inquietudes de la vida actual sean removidas.
Pero ¿es realista creer que se puede hallar un paraíso hoy día? ¿Es la solución a esto el mudarse a una zona donde se pueda disfrutar de la hermosura de la naturaleza en alrededores no estropeados?
“El paraíso del Pacífico”
Aunque muchos lugares hermosos del mundo son, con buena razón, considerados por quienes los visitan como paradisíacos, Hawai es uno de los que permanecen en la lista de los lugares favoritos de la mayoría de las personas. Hoy día, más de cuatro millones de turistas visitan a Hawai cada año y se ha ganado el merecido nombre de “El paraíso del Pacífico”.
La mayoría de los visitantes quedan impresionados por lo que ven aquí... las imponentes y hermosas montañas, los acantilados y las cascadas; las cristalinas y azules aguas oceánicas y las playas de blancas arenas; la abundancia de flores y árboles frutales; el clima templado; y las amigables personas locales.
Cada una de las islas del archipiélago hawaiano tiene sus atracciones particulares. Por ejemplo, en Kauai, la “Isla jardín”, los visitantes pueden maravillarse con el “Gran cañón del Pacífico”, también conocido como el cañón Waimea. Oahu cuenta con la mundialmente famosa playa de Waikiki y “Diamond Head”. En Maui, el extraño y, no obstante, hermoso cráter del Haleakala es uno de los lugares favoritos para observar la salida del Sol. En la isla de Hawai, o la Isla Grande, es donde dos de los volcanes activos más grandes del mundo —Kilauea y Mauna Loa— hacen sus exhibiciones llameantes de vez en cuando. Aquí también encontrará las exóticas playas de arena negra. Dondequiera que usted mire habrá cosas asombrosas y hermosas que estimularán sus sentidos.
¡Pero un momento! Antes que usted se mude aquí con su familia y sus pertenencias considere esto: ¿Es Hawai verdaderamente todo lo que uno esperaría de un paraíso? Contando con su belleza natural y sus paisajes espectaculares, ¿es Hawai realmente lo que usted consideraría un paraíso?
¿Es un verdadero paraíso?
“Tal vez lo haya sido en el pasado —dice un nativo, quien es segunda generación de japoneses—, no obstante, ahora tenemos los mismos problemas que todas las demás personas tienen... congestiones de tráfico, superpoblación, contaminación y delitos.” Como cabeza de familia y padre de tres hijos, él observa: “Los problemas del desempleo y del alto costo de la vida dificultan proveer para la familia. Los robos y asaltos aumentan la preocupación”.
“Por supuesto que sí, comparado con muchos lugares en que he estado —dice un hombre de negocios chino-hawaiano que ha viajado extensamente por el Oriente, los Estados Unidos y el Pacífico—. No obstante, gran parte de la vida sencilla y libre de preocupaciones del antiguo Hawai ha desaparecido.” Recordando el pasado, él continúa diciendo: “Cuando era niño, visitaba libremente a mis vecinos. Todos compartían lo que tenían y nadie cerraba las puertas con cerrojo. Pero ya no es así. La gente hoy día tiene mucho temor”. Entonces, tocando un tema que no se considera a menudo, él dijo: “Una de las verdaderas perdiciones del Hawai moderno es una floreciente sociedad aficionada a las drogas. Tal vez esto se deba al clima y también a los problemas de la sociedad moderna que apoyan el deseo por el escapismo”.
Comentarios como estos señalan lo que está ocurriendo en Hawai y otros lugares “paradisíacos” alrededor del mundo. La gente, anhelando disfrutar de la vida en un ‘lugar ideal’, ha venido en tropel a estas hermosas islas. El resultado no es solo un incremento y una expansión sin precedente en la población y economía de Hawai —junto con su parte de problemas sociales—, sino también un impacto devastador al ambiente natural.
Hoy día la contaminación de los recursos naturales y otros problemas ambientales afectan todos los rincones de la Tierra. El crimen, el abuso de las drogas y la congestión de viviendas plagan las ciudades alrededor del mundo. La enfermedad, la vejez y la muerte afligen a la gente en todas partes.
Es patente que un verdadero paraíso es más que sencillamente un hermoso lugar donde vivir. Son las personas y el modo como viven lo que hace que un lugar hermoso sea un paraíso. Aun si usted vive en el lugar más espléndido del mundo, no está viviendo en un verdadero paraíso si existen cosas como los delitos, el desempleo, los altos precios y otros problemas similares.
¿Significa esto que el vivir en un verdadero paraíso es solo una ilusión, una fantasía? ¿Será algún día el paraíso terrestre —el paraíso global— una realidad?
Base para la esperanza
La verdad es que hay muchas personas que tienen la firme esperanza de que habrá un paraíso global. Para ellas, las palabras que Jesucristo habló hace muchos siglos todavía les son tan atrayentes como cuando estas se expresaron por primera vez: “Estarás conmigo en el Paraíso”. (Lucas 23:43.)
¿Es esto meramente una ilusión, o una esperanza sin base ninguna para su cumplimiento? ¿Qué es el Paraíso que Jesús prometió? ¿Y cómo se realizará?
Jesús hizo esa promesa a un criminal que aparentemente se había arrepentido, pero que había sido condenado a morir en un madero de tormento. Con corazón contrito, el criminal dijo: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”. En respuesta Jesús le dijo: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso”. (Lucas 23:40-43.)
¿Notó usted en este diálogo cuál es la clave para el establecimiento del Paraíso? Jesús no le dijo al malhechor que tenía un alma inmortal que iría a un paraíso en otro mundo ese día. Aun Jesús mismo tuvo que esperar y ser resucitado por Dios tres días después. Más bien, Jesús estaba señalando a un paraíso futuro que sería establecido en la Tierra cuando él viniera en el poder del Reino. Sí, la clave para que el Paraíso se establezca es el Reino de Dios, por el cual Jesús enseñó a sus seguidores a orar: “Venga tu reino”. (Mateo 6:10.)
Pero ¿cómo traerá el Reino de Dios un paraíso global? ¿Es realista creer que triunfará cuando todos los demás reinos, así como gobiernos de toda clase, han fracasado?
El Reino de Dios al rescate
La Biblia claramente indica los pasos que tomará el Reino de Dios para restaurar el Paraíso a la Tierra. Mirando hacia el futuro, el libro bíblico de Revelación nos dice lo que tiene que suceder primero, diciendo: “Las naciones se airaron, y vino tu propia ira, y el tiempo señalado [...] para causar la ruina de los que están arruinando la tierra”. (Revelación 11:17, 18.)
Cuando Jehová Dios ve la manera como las naciones han ensuciado el aire, el agua y el terreno por su explotación egoísta de los recursos de la Tierra y sus guerras sangrientas y destructivas, hay abundante razón para que él se sienta airado y tome acción para poner fin al proceder negligente de ellas. Por eso él va a “causar la ruina de los que están arruinando la tierra” antes que sea demasiado tarde. Esto entonces permitirá que la capacidad natural que tiene la Tierra de repararse invierta el daño causado y esta regrese a condiciones paradisíacas.
El Reino también se encargará de erradicar el crimen y a los criminales que le roban a uno la seguridad y felicidad que son tan esenciales para el Paraíso. “Porque los malhechores mismos serán cortados —escribió el salmista—, pero los que esperan en Jehová son los que poseerán la tierra.” Bajo la gobernación del Reino cada persona será un amigo y un verdadero prójimo. Ya no habrá más necesidad de cerrojos, sistemas de seguridad y policías. La Biblia promete: “Verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz”. (Salmo 37:9, 11.)
La vejez, las enfermedades y la muerte —cosas que roban el gozo— serán cosas del pasado. El profeta Isaías nos dice: “Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’”. “Y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (Isaías 33:24; Revelación 21:4.)
¿Qué hay de las necesidades humanas fundamentales de alimento, abrigo y trabajo remunerador? Hoy día, la escasez de alimento y el hambre afligen a millones de personas. Grandes sectores de la humanidad viven en condiciones inferiores al nivel medio y están desesperados por la falta de empleo o por su incapacidad laboral. Para que un paraíso global se haga realidad, estos problemas tienen que ser eliminados. ¿Cumplirá el Reino con esta tarea? Preste atención a esta maravillosa descripción de cómo será la vida bajo el gobierno del Reino:
“Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto. No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá. Porque como los días de un árbol serán los días de mi pueblo; y la obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal. No se afanarán para nada, ni darán a luz para disturbio; porque son la prole que está compuesta de los benditos de Jehová”. (Isaías 65:21-23.)
¿No es así como usted se imaginaría que fuera el Paraíso? ¡Estas y muchas otras cosas maravillosas escritas en la Biblia no son meramente fantasías o sueños! Al hablar de tales bendiciones del Reino, la Biblia a menudo añade la expresión “el mismísimo celo de Jehová de los ejércitos hará esto”. (Isaías 9:7; 37:32.) Esto nos asegura que Jehová Dios, quien tiene la capacidad y el poder para ‘satisfacer el deseo de toda cosa viviente’, también está deseoso y dispuesto a hacerlo. (Salmo 145:16.) Sí, gracias a la voluntad de Jehová, la esperanza de que se establecerá un paraíso global pronto se realizará.
Esfuércese por llegar al Paraíso
Quizás a usted se le haga difícil creer en la maravillosa perspectiva de que en el futuro habrá un paraíso en la Tierra. Tal vez hasta opine que esto es demasiado bueno para ser verdad. Pero nuestro deseo natural por la paz y felicidad nos dice que no deja de ser realista el tener esperanzas de que habrá un Paraíso. Nuestro Creador, quien creó en nosotros el deseo por estas cosas, nos ha mostrado cómo esa esperanza puede ser y será realizada.
Los acontecimientos mundiales y las profecías bíblicas que se han cumplido indican que el tiempo para que Dios restaure el Paraíso en toda la Tierra no está muy lejos. Así, en vez de meramente soñar con vivir en un paraíso o dedicar su tiempo y sus recursos a la búsqueda inútil de vida en un paraíso por sus propios medios, tome tiempo y haga el esfuerzo para ver lo que la Biblia dice al respecto.
Jesucristo dio a conocer la base para que disfrutemos de la vida en un verdadero paraíso cuando dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. (Juan 17:3.) El adquirir conocimiento exacto de la voluntad de Dios y el vivir de acuerdo con esta es la única manera de realizar el deseo de uno respecto al Paraíso. ¿Está usted esforzándose por alcanzarlo?
[Fotografías en la página 19]
Una isla paradisíaca cuyo ambiente ha sido estropeado seriamente
[Reconocimiento en la página 17]
Fotografías de la Hawaiian Visitors Bureau