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  • ¿Cómo puedo dejar de llevar una doble vida?

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  • ¿Cómo puedo dejar de llevar una doble vida?
  • ¡Despertad! 1994
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¡Despertad! 1994
g94 22/1 págs. 18-20

Los jóvenes preguntan...

¿Cómo puedo dejar de llevar una doble vida?

“Pasaba por alto todo lo que mis padres me decían —confiesa Ann—.a Me volví rebelde y empecé a mentirles. Les decía que me iba de compras, pero en realidad iba a ver a un muchacho.”

ANN llevaba una doble vida, y al poco tiempo empezó a desatender no solo a sus padres, sino también su conciencia educada por la Biblia. Mantenía relaciones sexuales con su novio en secreto. Ella recuerda: “Intenté apartar por completo a Jehová de mi mente”. Sin embargo, no tardó en estrellarse con la cruda realidad de que ‘lo que uno siembra, eso también segará’. Ann quedó embarazada. “Quiero a mi hijo con toda mi alma —dice—, pero nadie debería pasar por esto. No sin estar casada, no sola.”

¿Te has visto atrapado de alguna forma en una doble vida, ocultando lo que eres a tus padres y a otros cristianos? Quizás tan solo salgas por ahí con amigos de la escuela que sabes que no son del agrado de tus padres. O tal vez hayas caído en conducta mucho más grave, como fumar, abusar del alcohol o mantener relaciones sexuales premaritales. En cualquier caso, como le ocurrió a Ann, es solo cuestión de tiempo que sufras graves consecuencias.b

A pesar de todo, este hecho no impide que algunos jóvenes sigan un derrotero rebelde. Son como el hombre que se mira en el espejo e “inmediatamente olvida qué clase de hombre es”. (Santiago 1:23, 24.) Esperamos que tú no seas así. Quizás hayas empezado ya a examinarte y no te guste lo que ves en ti. Quieres cambiar. Ves la necesidad de hacerlo. La pregunta es: ¿cómo?

Primer paso: arrepentimiento

En primer lugar debes tomar la firme decisión de cambiar. Hechos 3:19 nos insta: “Arrepiéntanse, por lo tanto, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de parte de la persona de Jehová”. Sin embargo, el arrepentimiento es más que una simple actitud intelectual. Arrepentirse quiere decir “sentir pesar, contrición o compunción por haber hecho o dejado de hacer alguna cosa”. El escritor bíblico Santiago exhorta: “Dense a la desdicha, y laméntense, y lloren. Que su risa se torne en lamento, y su gozo en desaliento. Humíllense a los ojos de Jehová”. (Santiago 4:9, 10.) ¿Cómo puede alguien llegar a sentirse mal por algo de lo que ha disfrutado hasta ese momento? Reflexiona en por qué es malo. Piensa en el dolor que le causa a Dios. Considera los problemas que tu derrotero secreto te ha causado y las mentiras que has tenido que decir para ocultarlo. Recuerda que Dios detesta la práctica de la mentira. (Salmo 5:6.) Meditar en estos hechos te puede ayudar a rechazar la mala conducta tanto intelectual como emocionalmente.

Sin embargo, no basta con que te sientas mal por algo que has hecho. Un joven llamado Robert, que llegó a consumir drogas en secreto, admite: “Era desgraciado. A pesar de que sabía distinguir lo bueno de lo malo, seguía manteniendo una doble vida”. Está claro: hay que actuar con valentía. En 2 Crónicas 7:14 Jehová dijo que si un pecador ‘se humilla y ora y busca su rostro y se vuelve de sus malos caminos, entonces él mismo oirá desde los cielos y perdonará su pecado’.

‘Buscar el rostro de Dios’ quiere decir acercarse a él en oración, confesar el error y suplicar perdón. Quizás no sea fácil, pero sin duda sentirás un gran alivio al hacerlo. El salmista declaró: “Cuando me quedé callado, se me gastaron los huesos por mi gemir todo el día. Porque día y noche tu mano estaba pesada sobre mí. [...] Por fin te confesé mi pecado, y no encubrí mi error”. (Salmo 32:3-5.)

Cuéntaselo a tus padres

Hay alguien más que tiene derecho a conocer tus problemas. ¿De quién se trata? Un adolescente llamado Brian confiesa: “Uno de mis mayores errores fue ir a mis supuestos amigos con mis problemas en vez de dirigirme a mi madre cristiana. Pero tenía miedo de hablar con ella porque sabía cómo reaccionaría, así que recurrí a mis amigos, que me apartaron más y más de la verdad”. No cometas el mismo error. Entrega tu corazón a tus padres piadosos. (Compara con Proverbios 23:26.) Tienen derecho a saber lo que has estado haciendo. El capítulo 2 del libro Lo que los jóvenes preguntan.—Respuestas prácticas ofrece varias sugerencias sobre cómo hablar con tus padres con respecto a esto.c

Lógicamente, no se van a alegrar de que les hayas mentido. No obstante, los padres siempre aman a sus hijos. El escritor Clayton Barbeau comenta: “No te van a repudiar porque hayas cometido un error o te hayas metido en algún lío. Hijas que han quedado embarazadas o hijos que han contraído una enfermedad de transmisión sexual o que se emborrachan o toman drogas creían que sus padres reaccionarían con horror y asco, dinamitarían la casa y se irían a otra ciudad. Pero cuando se lo contaron, descubrieron que sus padres les dieron un abrazo compasivo o les pusieron la mano sobre el hombro y les dijeron: ‘Parece que te has metido en un buen lío; veremos qué se puede hacer para salir de él’”. Así es, cuando el susto y la cólera iniciales se disipan, la mayoría de los padres tratan de dar apoyo a sus hijos. Esto ocurre sobre todo en el caso de los padres cristianos. Su principal preocupación no es avergonzarte ni herirte, sino solucionar el problema. (Compara con Isaías 1:18.) A este respecto, quizás también hagan que hables con los ancianos de la congregación. (Santiago 5:14, 15.)

Es cierto, tendrás que soportar algún castigo bien merecido que te impongan tus padres y tal vez una restricción más severa. Pero, en realidad, eso puede ayudarte a evitar que caigas de nuevo en los mismos hábitos. Además, el que hables con tus padres y veas su interés amoroso bien pudiera cambiar tu opinión sobre ellos. Es probable que hasta ahora te hayan molestado sus reglas y restricciones. Una muchacha llamada Paulette admitió: “Es duro aceptar el consejo y la guía que nos dan nuestros padres. Pero he llegado a darme cuenta de que son para nuestro beneficio y felicidad duraderos”.

Cambia de compañías

Es muy raro que un joven lleve una doble vida en solitario. Quizás tengas un grupo de amigos que alienten tu rebeldía. Para que no vuelvas a llevar una vida secreta, debes cambiar de compañías. El salmista dijo: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son”. (Salmo 26:4.) Romper viejas amistades no es sencillo. Quizás necesites orar como el salmista: “Del hombre de engaño e injusticia quieras proveerme escape”. (Salmo 43:1.) Actúa en armonía con esta oración diciendo a tus antiguos compañeros que has cambiado y estás decidido a hacer las cosas como es debido. En vez de ser un discípulo secreto de Jesús, habla a otros de tu fe. (Compara con Juan 19:38.) Por lo general las malas compañías se buscarán enseguida otros amigos.

Después tienes que sustituir las malas amistades por amigos cuya compañía te beneficie. ¿Hay pocos jóvenes piadosos? Entonces piensa en el profeta Jeremías, que dijo: “No me he sentado en el grupo íntimo de los que gastan bromas, para empezar entonces a alborozarme. A causa de tu mano me he sentado absolutamente solo”. (Jeremías 15:17.) Es mejor estar solo que buscar la compañía de jóvenes que debiliten tu espiritualidad. Sin embargo, por lo general se pueden encontrar amigos verdaderos si uno se esfuerza. Por ejemplo, Tammy comenzó a relacionarse con una prima que era evangelizadora de tiempo completo. “Nos hicimos muy amigas —recuerda Tammy—. Los días que no tenía clases, salía con ella a predicar. Aquello me ayudó a hacer cambios en mi vida.”

Ahora bien, “la mejor protección —dice un joven alemán— es una buena conciencia, que resulta de una relación íntima con Jehová Dios”. Una muchacha que llevó una doble vida admite: “Nunca llegué a cultivar una relación íntima con mi padre, Jehová”. Gracias a la oración y al estudio personal, pudo empezar a cambiar. “Ahora tengo una relación con Jehová que nadie podrá quitarme nunca”, dice con orgullo. Tú también puedes disfrutar de esa relación íntima con Jehová. Te guiará y te apoyará, incluso cuando te resulte difícil cambiar tus antiguos hábitos. Salmo 37:24 dice de uno de los siervos fieles de Dios: “Aunque caiga, no será arrojado abajo, porque Jehová está sosteniendo su mano”. Es verdad, con la ayuda de Jehová puedes dejar de llevar una doble vida.

[Notas a pie de página]

a Algunos de los nombres se han cambiado.

b Consulta los artículos de “Los jóvenes preguntan...” del 22 de diciembre de 1993 y 8 de enero de 1994.

c Publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

[Comentarios en la página 19]

“Intenté apartar por completo a Jehová de mi mente”

Debes tomar la firme decisión de cambiar

[Fotografía en la página 20]

Explica a tus antiguos amigos que has cambiado y que ya no participarás con ellos en mala conducta

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