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  • ¿Qué es el SPM?
  • Los inicios del SPM
  • El ciclo menstrual
  • ¿Una batalla de hormonas?
  • El temor al estigma social
  • En busca de alivio
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El síndrome premenstrual: ¿falacia, o realidad?

Su comportamiento es voluble e imprevisible. Tan pronto es simpática como discutidora. En sus palabras se trasluce la desesperanza. Aunque trate de consolarla, ella hace un drama de todo lo que usted dice y hace. Da demasiada importancia al más mínimo desacuerdo y lo utiliza para empezar una discusión acalorada. A los pocos días, tal vez una semana, esta “otra” mujer desaparece de pronto, y ella vuelve a ser la de siempre... por un tiempo.

HAY que reconocer que no todas las mujeres son tan variables. Pero algunas han notado que antes de la menstruación se comportan como si no fueran ellas. ¿A qué se deben esos cambios de temperamento? ¿Son de veras consecuencia de los cambios relacionados con el ciclo menstrual?

¿Qué es el SPM?

De acuerdo con la revista American Journal of Psychiatry, “la aparición cíclica de síntomas que son lo suficientemente marcados como para afectar algunos aspectos de la vida” y que se presentan sistemáticamente antes de la menstruación, puede indicar que la mujer padece SPM (síndrome premenstrual). Aunque no existen pruebas de laboratorio para diagnosticar el SPM, se ha establecido que durante cada ciclo menstrual de la mujer que lo padece, debe haber una o dos semanas en las que no note ningún síntoma. Algunos médicos calculan que, según esta definición, el SPM solo afecta al 10% de las mujeres.

No obstante, otros clínicos afirman que el porcentaje de mujeres aquejadas de SPM es mayor, entre un 40 y un 90%, y dicen que el síndrome se caracteriza por molestias como aumento de peso, fatiga, dolor en las articulaciones, dolores abdominales, migrañas, irritabilidad, hipersensibilidad mamaria, accesos de llanto, hambre insaciable de determinados alimentos, y cambios de humor. Hay más de ciento cincuenta síntomas relacionados con el SPM. Todas las mujeres, incluso las que ya han dejado de menstruar, pueden experimentar cualquiera de estos síntomas, o varios de ellos. Sin embargo, el SPM afecta, por lo general, a las mujeres de entre 30 y 40 años. Para la mayoría de ellas, los síntomas del SPM son controlables, aunque molestos. Este artículo tratará principalmente de estos casos menos severos.

Nancy Reame, investigadora de la Universidad de Michigán, informó que en Estados Unidos el SPM se considera “un problema de salud bastante genérico”, pero en otros países existen muchas diferencias en el tipo de síntomas y en su severidad. “En algunas culturas se mencionan muchos más síntomas físicos importantes, mientras que en otras se resaltan los síntomas emocionales”, dijo Reame, quien debido a sus investigaciones en China, citó como ejemplo a las mujeres de ese país. “En la cultura china no se aprueban los síntomas emocionales.” De ahí que cuando a las mujeres se les pregunta por sus problemas menstruales, se centren en los dolores.

Los inicios del SPM

La primera vez que se trató el tema del SPM fue en 1931, y lo hizo el doctor Robert T. Frank, de Nueva York, en un trabajo titulado “Las causas hormonales de la tensión premenstrual”. En él habló de mujeres que padecían fatiga, falta de concentración y tensión nerviosa antes de la menstruación.

Veintidós años después, Katharina Dalton y Raymond Greene, médicos ingleses, publicaron un artículo en una revista médica en el que acuñaron el término “síndrome premenstrual”. La doctora Dalton se refirió al SPM como “la afección más común del mundo, y probablemente la más antigua”. Sus hallazgos sobre el efecto que el SPM puede tener en el comportamiento de una mujer se hicieron públicos en 1980, cuando a ella y a otros médicos se les pidió que diagnosticaran el estado de dos mujeres británicas acusadas de asesinato. Ellos teorizaron que el comportamiento de una mujer puede verse afectado por las fluctuaciones hormonales que se producen durante el ciclo menstrual. A ambas les diagnosticaron SPM, y sobre esta base, se les redujeron los cargos de asesinato. A una de las acusadas se le atribuyó, alegando “responsabilidad atenuada”, el cargo inferior de homicidio sin premeditación.

Casos de agresividad femenina como los que se acaban de mencionar parecen ser muy aislados. Las causas que desencadenan dicho comportamiento y los síntomas físicos y psicológicos benignos que experimenta la mayoría de las mujeres al acercarse la menstruación siguen siendo objeto de debate en las páginas de revistas médicas y no médicas.

¿Es dicho comportamiento verdaderamente consecuencia de las fluctuaciones hormonales cíclicas que se producen en el organismo de la mujer? ¿O no es más que una falacia el que las hormonas produzcan tales trastornos y el cuerpo femenino sea incontrolable? Hay distintas opiniones en cuanto a los efectos que pueden tener las fluctuaciones hormonales en el comportamiento de una mujer, si es que los tienen. Muchos investigadores y médicos concuerdan en que un conocimiento más completo de la interacción entre el cerebro y las hormonas ováricas durante el ciclo menstrual es una de las claves para descubrir por qué algunas mujeres se ven aquejadas de SPM.

El ciclo menstrual

Cada cuatro semanas, aproximadamente, el cuerpo de la mujer inicia un ciclo sumamente complejo de fluctuaciones hormonales. De ahí que a la “menstruación”, palabra que se deriva del término latino mensis, que significa “mes”, se la llame también “regla” o “período”.

Para empezar el ciclo, el hipotálamo del cerebro envía un mensaje a la hipófisis, o glándula pituitaria. Una vez recibido, la hipófisis secreta FSH (hormona foliculoestimulante), la cual se desplaza a través de la sangre hasta los ovarios y estimula la producción de estrógenos. Al aumentar el nivel de estrógenos, la hipófisis reacciona liberando LH (hormona luteinizante), que lentifica la secreción de FSH. Cuando un óvulo maduro empieza a descender hacia la matriz, se inicia la secreción de progesterona, pero si este no es fecundado, los niveles de progesterona y de estrógenos descienden rápidamente.

El revestimiento del útero, al no tener hormonas con las que mantenerse, degenera y se expulsa por la vagina en la forma de sangre, fluidos y restos de tejido. El útero tarda de tres a siete días en expulsar por completo su revestimiento, terminando así un ciclo menstrual. Tan pronto como termina un ciclo, el cerebro vuelve a ordenar que se liberen hormonas, lo cual señala el comienzo de un nuevo ciclo.

¿Una batalla de hormonas?

Hay quienes dicen que lo que produce los síntomas premenstruales en la mujer es el desequilibrio entre los estrógenos y la progesterona. Afirman que las hormonas normalmente colaboran para lograr un equilibrio perfecto. Pero cuando se produce más cantidad de una que de otra, se desencadena una batalla que deja secuelas en el cuerpo de la mujer.

Los niveles elevados de estrógenos pueden hacer que algunas mujeres se sientan irritables. Cuando la que predomina es la progesterona, la mujer se siente deprimida y fatigada.

Hay investigadores que no concuerdan con la teoría de que el desequilibrio hormonal cause SPM. Arguyen que existen factores psicológicos y sociales que provocan síntomas premenstruales en algunas mujeres. En un artículo sobre las causas del SPM, la revista Patient Care dice que “en lo que respecta a los patrones, las proporciones, las cantidades y el momento de secreción de las hormonas gonadales, no se han encontrado diferencias bien definidas entre las mujeres que padecen SPM severo y las que no lo padecen”.

El estrés, por ejemplo, puede acelerar, retrasar o intensificar los síntomas del SPM. El libro PMS—Premenstrual Syndrome and You: Next Month Can Be Different (SPM. El síndrome premenstrual y usted: el próximo mes puede ser diferente) dice: “El estrés inhibe la liberación de hormonas, y una cantidad inadecuada de hormonas puede conducir al tipo de desequilibrio hormonal que empeora los síntomas del SPM”. Antes de la menstruación, los problemas de salud, económicos o familiares tal vez parezcan mayores y más difíciles de sobrellevar.

El temor al estigma social

Algunos investigadores sostienen que, si una mujer manifiesta síntomas relacionados con la menstruación, puede que no se la considere una trabajadora ideal o muy apta para tomar decisiones. Así lo expresa la psicóloga Barbara Sommer: “Es una manera que tiene la sociedad de mantener a las mujeres en su lugar. Si usted está indispuesta una vez al mes, entonces no debería efectuar trabajos serios, importantes o influyentes”.

Otros investigadores aseguran que las mujeres aceptan el SPM porque les permite utilizarlo como excusa para su comportamiento. En una entrevista publicada en la revista Redbook, la doctora Carol Tavris, autora de la obra The Mismeasure of Woman (Se evalúa mal a la mujer), comenta que el SPM “sirve de pretexto a las mujeres para decir: ‘¿Qué problema de salud tengo?’, en lugar de: ‘¿Qué sucede en mi vida que me hace sentir tan mal?’”.

En 1985, unas psiquiatras del Comité de la Mujer, perteneciente a la APA (Asociación Psiquiátrica Americana), se opusieron a la inclusión del SPM en el Manual Diagnóstico y Estadístico de la APA. Aunque se menciona en el apéndice de la actual edición del manual (1987) con el nombre de “trastorno disfórico de la última fase lútea”, una comisión de la APA ha propuesto incluir “trastorno disfórico premenstrual” en el cuerpo del texto de su próxima edición. El hecho de que aparezca en el manual lo convertiría oficialmente en un trastorno psiquiátrico.

“No debe constar en ninguna parte del libro porque no es un trastorno mental”, dijo la doctora Paula Kaplan, ex consejera de la comisión. Y añadió: “La próxima vez que se proponga a una mujer para el cargo de ministra de Justicia, se le preguntará: ‘¿Ha padecido usted trastorno disfórico premenstrual?’”.

En busca de alivio

Los profesionales de la medicina continúan debatiendo la cuestión del SPM. Están proponiéndose muchas teorías sobre la causa precisa del SPM y su tratamiento. Algunos médicos creen que puede haber dieciocho variedades de SPM, cada una con diferentes síntomas. Un estudio reciente informaba que el cinc quizás tenga algo que ver con la aparición de los síntomas del SPM. Otro estudio indicaba que el problema puede radicar en una deficiencia de vitamina B⁠6 que en ciertos casos ocasiona depresión leve.

Las mujeres que buscan alivio de los síntomas recurrentes del SPM prueban tratamientos como la iluminoterapia, la manipulación del sueño, la técnica de relajación profunda, los fármacos antidepresivos y los supositorios de progesterona. Pero hasta ahora no se ha encontrado ningún tratamiento que resulte efectivo en todos los casos.

Toda aquella mujer que antes de la menstruación padezca síntomas difíciles de controlar debería consultar a un médico. Cada caso de SPM es singular, y cada mujer merece consejo médico bien fundado y atención adecuada. Como los síntomas del SPM pueden parecerse a los de otros trastornos graves, como enfermedades de la glándula tiroides, endometriosis y depresión, es importante hacerse un reconocimiento médico.

Se recomienda que antes de acudir al médico, la mujer mantenga un diario o calendario detallado de los síntomas premenstruales físicos y emocionales que experimenta. Saber los días que tiende a sufrir más cambios de humor, irritabilidad o depresión puede ayudarla a ajustar su horario en consecuencia y a determinar si padece el SPM.

El médico quizás le sugiera que reduzca los factores que causan estrés en su vida. Una dieta nutritiva y ejercicio regular también pueden combatir el SPM. Cierto estudio universitario indicó que una dieta rica en carbohidratos y baja en proteínas mejoró el estado de ánimo de algunas mujeres que se sentían deprimidas en la etapa premenstrual. La gimnasia regular o el caminar a paso ligero durante el día también puede ayudar a combatir la fatiga y el desánimo.

Además, los miembros de la familia, particularmente el esposo, pueden ayudar mucho si procuran ser más bondadosos, considerados y comprensivos que de costumbre cuando el ciclo mensual causa problemas a la mujer.

El debate continúa

Hay quienes afirman que catalogar de “síndrome” los cambios físicos y emocionales normales que experimenta la mujer durante su ciclo menstrual es un error. Y otros desacreditan el SPM por considerar que estigmatiza a la mujer.

Sin embargo, para algunas mujeres, el SPM es muy real. Cada mes experimentan una serie de síntomas que no las dejan atender debidamente sus responsabilidades familiares y laborales. Pero la búsqueda de alivio y comprensión puede resultar frustrante, pues muchos profesionales de la medicina y especialistas en otros campos continúan debatiendo la realidad del SPM.

[Fotografía en la página 15]

Los miembros de la familia pueden ayudar siendo más bondadosos y considerados que de costumbre

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