Historias bíblicas en hielo y nieve
DE NUESTRO CORRESPONSAL EN ALEMANIA
“SENCILLAMENTE genial.” Así resumió Anja sus impresiones. Georg, por su parte, expresó: “Es sorprendente lo que se puede crear con estos materiales”. Llenos de curiosidad, formamos un grupo y fuimos a Lübeck, en el norte de Alemania, para asistir al festival de esculturas de hielo Ice World, cuyo título era “La Biblia: historias del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento”.
Llegamos a Lübeck, y un manto de nubes de lluvia cubría el famoso portal de ladrillos de Holstentor. A unos cuantos pasos de ahí se hallaba una carpa que por fuera se veía de lo más común. Al entrar, sin embargo, nos encontramos con un deslumbrante y colorido mundo de figuras de nieve y de hielo cristalino que destellaban bajo cambiantes luces de colores.
Ni siquiera habíamos comenzado el recorrido cuando recordamos la advertencia que habíamos recibido de que nos abrigáramos... ¡adentro sí que hacía frío! Una temperatura de 10 °C bajo cero [14 °F] puede parecer moderada para quien vive en una zona fría, pero en nuestro caso, a más de uno nos dolió descubrir que habíamos olvidado la bufanda y los guantes. De todos modos, al contemplar las fabulosas y coloridas figuras de hielo, ya no nos importó el frío.
Las escenas bíblicas
Vimos un ángel tocando su trompeta; en sus ropas se apreciaban finos pliegues y él parecía flotar sobre el piso nevado. Había también una muestra en hielo de las distintas etapas de la creación, incluida la creación de Adán. Más adelante llegamos al arca de Noé, donde nos hizo sonreír el hipopótamo de hielo que trataba de empujar a otro por la puerta del arca, mientras un pequeño roedor helado aprovechaba para deslizarse al interior por debajo de la panza del animal que estaba atorado. Cerca de ahí se hallaba Noé, de pie junto a una pila de leña.
Pasamos luego al jardín de Edén, con una escena del pecado de Adán y Eva. Entonces nos detuvimos ante una enorme figura que al instante despertó en nosotros el deseo de querer examinarla más de cerca: era Moisés con las dos tablas de la Ley en su mano. ¿Por qué nos llamó tanto la atención?
Porque las tablas de hielo no tenían escritos los Diez Mandamientos, sino el Tetragrámaton: ¡el nombre de Dios, Jehová! Fue sensacional ver tan prominente despliegue del nombre divino en su forma hebrea. En la portada del folleto de la exhibición incluso aparecía esta figura de Moisés, con el Tetragrámaton bien visible, justo en el centro. Por supuesto, le tomamos muchas fotos. Cerca de ahí estaba la estatua de un becerro iluminado con la luz dorada de un reflector. Para nosotros, fue un recordatorio de la idolatría inmoral en que incurrieron los israelitas al poco tiempo de su liberación de Egipto.
Lamentablemente, no se reconocían bien los murales de nieve de Jacob con Esaú y de José con Faraón. A decir verdad, era de esperarse que algunos murales se deterioraran después de los 100.000 visitantes que hubo durante las primeras tres semanas de la exhibición. Por fortuna, no ocurrió lo mismo con la enorme representación de Sansón derribando las columnas del templo filisteo. En otra escena, Dalila le está cortando el cabello.
También figuraba David en la exposición bíblica, primero cuando derrota a Goliat, y luego cuando se queda mirando mientras Bat-seba se baña. En otra esquina se representaba el nacimiento de Jesús, justo al lado opuesto de la escena de nieve de la Última Cena.
Después de mirar todas estas esculturas, estábamos congelados, así que salimos al café de la Sala Holstein, que estaba al lado. En las pantallas de la sala se exhibía un video de cómo se hicieron las esculturas.
Cómo se esculpieron
Al principio se trasladaron desde Bélgica 350 toneladas de hielo cristalino en bloques de dos metros [6 pies] por uno [3 pies] por 60 centímetros [2 pies], los cuales se fueron apilando según las futuras dimensiones de cada escultura. Además, unos cañones de nieve artificial fabricaron 200 toneladas de nieve, con las que se llenaron unas cajas enormes. Finalmente, los escultores utilizaron motosierras, cinceles, cepillos de dientes y pajitas para transformar el hielo y la nieve en escenas basadas en la Biblia.
De acuerdo con la directora del proyecto, Jana Kürbis, el mayor desafío fue crear y mantener las condiciones climáticas adecuadas. Pero todo el trabajo invertido en la realización de este proyecto fue muy valorado. “¡Esto es increíble!”, exclamó una señora. Otro visitante comentó que la exhibición era “verdaderamente formidable”, aunque su esposa lamentó saber tan poco de la Biblia.
Muchas personas, niños incluidos, iban de una figura a otra leyendo los letreros explicativos de las escenas bíblicas representadas. El festival Ice World no solo nos dejó con varios rollos de fotografías, sino que también nos brindó perdurables recuerdos de historias bíblicas en hielo y nieve.
[Ilustración de la página 16]
El nombre de Dios, Jehová, aparecía en su forma hebrea en el folleto de la exhibición
[Ilustración de las páginas 16 y 17]
La creación de Adán
[Ilustración de la página 17]
Sansón derribando las columnas del templo filisteo
[Ilustración de la página 17]
David y Goliat
[Ilustración de la página 17]
El arca de Noé
[Reconocimientos de la página 16]
Moisés en hielo: Foto von: Nils Bergmann; cristal de nieve: snowcrystals.net; creación de Adán: Foto von: Nils Bergmann