Febrero
Viernes 1 de febrero
Noé procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Dios. Hizo precisamente así (Gén. 6:22).
Noé nunca había construido un arca. Así que tenía que confiar en Jehová y hacer “precisamente así”, es decir, todo lo que Jehová le había mandado. ¿Cuál fue el resultado? Gracias al arca, Noé y su familia se salvaron. Además, confiar en la guía de Jehová lo ayudó a ser un buen padre. Educó bien a sus hijos y les puso un buen ejemplo, algo que no era nada fácil en aquel mundo antes del Diluvio (Gén. 6:5). Si usted es padre, ¿cómo puede hacer “precisamente así”? Escuche a Jehová. Deje que lo ayude a criar a sus hijos mediante los consejos de su Palabra y de su organización. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los padres, algunos hijos dejan a Jehová. Pero los padres que se han esforzado al máximo para que la verdad llegue al corazón de los hijos pueden tener la conciencia tranquila. Además, pueden tener la esperanza de que algún día su hijo regrese a Jehová. w18.03 30 párrs. 10, 11
Sábado 2 de febrero
Sean hospitalarios unos para con otros (1 Ped. 4:9).
¿Alguna vez hemos querido ser hospitalarios pero nos hemos sentido incapaces? Quizás seamos tímidos y tengamos miedo de no saber de qué hablar y de que los invitados se aburran. O puede que tengamos poco dinero y creamos que nunca podremos ofrecerles lo mismo que otros miembros de la congregación. Pero nuestra casa no tiene por qué ser lujosa. Lo importante es que esté ordenada y limpia, y que hagamos sentir a gusto a los invitados. No hay motivo para estar preocupados, porque lo que de verdad importa es que les demostremos amor. Recordemos que siempre es bueno que nos interesemos por nuestros invitados (Filip. 2:4). A la mayoría de las personas les gusta hablar de su vida. Y uno de los mejores momentos para escucharlas es cuando pasamos tiempo juntos. Un anciano escribe: “Tener en mi casa a hermanos de la congregación me ayuda a comprenderlos mejor y me da tiempo para descubrir cosas sobre ellos, sobre todo cómo conocieron la verdad”. Si nos interesamos por nuestros invitados, podemos estar seguros de que todos disfrutaremos de la ocasión. w18.03 17 párrs. 15-17
Domingo 3 de febrero
¿Por qué te demoras? Levántate, bautízate (Hech. 22:16).
Los padres cristianos quieren ayudar a sus hijos a tomar buenas decisiones. Retrasar sin necesidad el bautismo de sus hijos puede provocar problemas espirituales (Sant. 4:17). Pero, como es lógico, los padres quieren estar seguros de que, antes de que sus hijos se bauticen, estén preparados para asumir la responsabilidad de ser discípulos de Cristo. Algunos superintendentes de circuito están preocupados porque conocen a jóvenes de unos 20 años criados en familias de Testigos y que todavía no se han bautizado. La mayoría van a las reuniones, salen a predicar y se consideran testigos de Jehová. Sin embargo, por algún motivo, no se deciden a dedicar su vida a Jehová y bautizarse. ¿Cuál puede ser la razón? En algunos casos, son los padres quienes les han dicho que esperen. w18.03 8 párrs. 1, 2
Lunes 4 de febrero
Tengan entre sí la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús (Rom. 15:5).
Para ser como Cristo, necesitamos conocer su forma de ser, pensar y actuar. Lo que más le preocupaba a él era su relación con Dios. Ser como Jesús nos acerca más a Jehová. Por eso es tan importante que aprendamos a pensar como Jesús. ¿Qué nos ayudará a lograrlo? Los discípulos de Jesús lo vieron hacer milagros, presentar discursos, tratar con todo tipo de personas y aplicar los principios divinos (Hech. 10:39). Claro, nosotros no podemos ver a Jesús. Pero Jehová nos ha dado los relatos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan para que tengamos una idea clara de cómo era su personalidad. Si los leemos y meditamos en ellos, aprenderemos mucho sobre la forma de pensar de Jesús. Y así podremos seguir estos consejos: “Sigan sus pasos con sumo cuidado y atención” y “ármense de la misma disposición mental” que tuvo Cristo (1 Ped. 2:21; 4:1). w18.02 22 párrs. 15, 16
Martes 5 de febrero
La fe sigue a lo oído (Rom. 10:17).
Desde el principio de la historia humana, los hombres y mujeres de fe han aprendido acerca de Dios de tres maneras principales: observando lo que él ha creado, escuchando a otros siervos fieles de Dios y experimentando las bendiciones de obedecer sus normas y principios (Is. 48:18). Cuando Noé se fijó en la creación, pudo ver pruebas abundantes de la existencia de Dios y de sus muchas cualidades. Así pudo comprender “su poder sempiterno y Divinidad”, es decir, que Jehová es muy poderoso y el único Dios verdadero (Rom. 1:20). Como resultado, Noé hizo más que creer en Dios; llegó a tener una fe fuerte en él. Sin duda, aprendió mucho de sus familiares, como su padre, Lamec, que era un hombre de fe y nació cuando Adán todavía estaba vivo. Otros parientes fueron su abuelo Matusalén y su tatarabuelo Jared, que murió trescientos sesenta y seis años después de que Noé nació (Luc. 3:36, 37). En cualquier caso, lo que Noé aprendió le llegó al corazón y lo impulsó a servir a Dios (Gén. 6:9). w18.02 9 párrs. 4, 5
Miércoles 6 de febrero
Que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado (Efes. 4:26).
Si un hermano o un familiar hace o dice algo que nos hiere en lo más profundo, el efecto en nosotros puede ser devastador. Supongamos que no somos capaces de olvidar lo ocurrido. ¿Guardaremos resentimiento durante años? ¿O seguiremos el consejo de la Biblia de arreglar enseguida las cosas? Mientras más tiempo dejemos pasar, más nos costará hacer las paces. ¿Qué lo ayudará a hacer las paces? Primero, ore de corazón a Jehová y pídale que lo ayude a tener una conversación positiva con el hermano. Recuerde que él también es amigo de Dios (Sal. 25:14). Jehová trata con cariño a sus amigos y espera lo mismo de nosotros (Prov. 15:23; Mat. 7:12; Col. 4:6). Luego, piense bien en lo que va a decir. No dé por sentado que el hermano le hizo daño a propósito. Y acepte la posibilidad de que quizás usted contribuyó de algún modo al problema. w18.01 10 párrs. 15, 16
Jueves 7 de febrero
Ámense unos a otros; así como yo los he amado (Juan 13:34).
A diferencia de la gente que muestra tanta falta de amor, los que adoran a Jehová demuestran amor sincero por el prójimo. Esto siempre ha sido así. Jesús dijo que los mandamientos más importantes de la ley de Moisés eran primero amar a Dios y segundo amar al prójimo (Mat. 22:38, 39). También dijo que a los cristianos verdaderos se les identificaría por el amor que se mostrarían entre sí (Juan 13:35). Incluso llegarían al grado de amar a sus enemigos (Mat. 5:43, 44). Jesús mostró un inmenso amor al prójimo. Viajó de ciudad en ciudad predicando las buenas nuevas del Reino de Dios. Curó a ciegos, cojos, leprosos y sordos, e incluso resucitó a muertos (Luc. 7:22). Llegó al punto de dar su vida por todos los seres humanos. Reflejó a la perfección el amor de su Padre. Hoy día, los testigos de Jehová de todo el mundo imitan a Jesús y muestran amor al prójimo. w18.01 29, 30 párrs. 11, 12
Viernes 8 de febrero
Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder (Filip. 4:13).
Puede que hayas reunido los requisitos para bautizarte siendo muy joven. Aun así, no sabes qué dificultades enfrentarás en el futuro. Algo que te ayudará a permanecer fiel en cualquier situación es recordar siempre que tu dedicación a Jehová es incondicional. Esto significa que le has prometido al Rey del universo que le seguirás sirviendo pase lo que pase, aunque tus padres o tus amigos dejen de servirle (Sal. 27:10). En toda circunstancia, puedes pedirle a Jehová que te ayude a reunir las fuerzas para cumplir con tu dedicación (Filip. 4:11, 12). Jehová quiere que seas su amigo. Pero mantener esa amistad y trabajar para conseguir tu propia salvación requiere esfuerzo. De hecho, Filipenses 2:12 dice: “Sigan obrando su propia salvación con temor y temblor”. Piensa con cuidado en qué harás para cuidar tu amistad con Jehová y permanecer fiel pese a los problemas. Y no te confíes. Recuerda que hasta algunos que le sirvieron a Dios durante años le han fallado. w17.12 24 párrs. 4, 6, 7
Sábado 9 de febrero
He ofrecido voluntariamente todas estas cosas (1 Crón. 29:17).
Jehová nos da el honor y la oportunidad de apoyar la enorme obra del Reino en nuestros días. Él nos asegura que, si lo hacemos, recibiremos bendiciones (Mal. 3:10). Y promete que la persona generosa tendrá éxito en la vida (Prov. 11:24, 25). Además, seremos felices, pues “hay más felicidad en dar que en recibir” (Hech. 20:35). Por otro lado, tenemos el honor de enseñarles con nuestras palabras y acciones a nuestros hijos y a los nuevos cómo ellos también pueden contribuir y recibir muchas bendiciones. Todo lo que tenemos viene de Jehová. Darle de nuestros recursos demuestra que lo amamos y que agradecemos todo lo que ha hecho por nosotros. Cuando el pueblo de Israel hizo donaciones para la construcción del templo, “se entregó al regocijo por haber hecho ofrendas voluntarias (1 Crón. 29:9). Que nosotros también sigamos disfrutando del gozo y la satisfacción que se sienten al darle a Jehová de lo que él nos ha dado. w18.01 21 párrs. 18, 19
Domingo 10 de febrero
Cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia (1 Cor. 15:23).
La resurrección celestial tendría lugar algún tiempo después del comienzo de “la presencia” de Cristo. Los ungidos que estén vivos en la Tierra durante la gran tribulación serán “arrebatados” en las nubes (1 Tes. 4:13-17). Todos serán “cambiados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta” (1 Cor. 15:51, 52; Mat. 24:31). La mayoría de los cristianos fieles de hoy día no son ungidos ni han sido llamados para gobernar con Cristo en los cielos. Esperan el fin de este mundo malvado durante “el día de Jehová”. Nadie puede saber cuándo llegará el fin, pero todo indica que está cerca (1 Tes. 5:1-3). Después, habrá una resurrección diferente. Millones de personas resucitarán y vivirán en el Paraíso en la Tierra. Tendrán la esperanza de ser perfectos y no volver a morir jamás. w17.12 11 párr. 15; 12 párrs. 18, 19
Lunes 11 de febrero
Porque donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil (Sant. 3:16).
Será más difícil que sintamos celos si cultivamos amor y bondad en el corazón. La Palabra de Dios dice: “El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso” (1 Cor. 13:4). Para impedir que la envidia eche raíces en nuestro interior, debemos tratar de ver las cosas igual que las ve Jehová. Debemos entender que nuestros hermanos son miembros del mismo cuerpo, que es la congregación. Esto nos ayudará a mostrar empatía, en armonía con estas palabras: “Si un miembro es glorificado, todos los demás miembros se regocijan con él” (1 Cor. 12:16-18, 26). Así, en lugar de sentirnos celosos, nos alegrará que otros reciban bendiciones. Pensemos en el caso de Jonatán, un hijo del rey Saúl. No se puso celoso porque Jehová no lo escogió a él para ser el siguiente rey, sino a David. Al contrario, Jonatán le mostró a David amor y bondad, y le dio ánimo y apoyo (1 Sam. 23:16-18). ¿Podemos copiar su ejemplo? w17.11 27 párrs. 10, 11
Martes 12 de febrero
No juzgará por la mera apariencia de las cosas a sus ojos, ni censurará simplemente según lo que oigan sus oídos. Y con justicia tiene que juzgar a los de condición humilde, y con rectitud tiene que administrar censura (Is. 11:3, 4).
¿Por qué incluyó Jehová la Ley en la Biblia? No fue para que nos obsesionemos con todos sus detalles, sino para que comprendamos y apliquemos “los asuntos de más peso”, es decir, los principios en los que se basa (Mat. 23:23). La Ley de Moisés contiene “la armazón del conocimiento y de la verdad” sobre Jehová y sus justos principios (Rom. 2:20). Por ejemplo, las ciudades de refugio enseñan a los ancianos a juzgar “con verdadera justicia”. También nos enseñan a todos nosotros a mostrarnos “amor leal y misericordias” (Zac. 7:9, nota). Aunque ya no estamos bajo la Ley, la justicia y la misericordia siguen siendo importantes para Jehová, pues él no cambia. ¡Qué privilegio es servir a nuestro Dios! Por lo tanto, imitemos sus hermosas cualidades y refugiémonos en él. w17.11 13, 14 párrs. 2, 3; 17 párrs. 18, 19
Miércoles 13 de febrero
Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento (Prov. 3:13).
Los hermanos que enseñan desde la plataforma deben asegurarse de que la Biblia sea lo más importante de su discurso (Juan 7:16). Procure que la manera de presentarlo o las historias o ejemplos que use no les quiten protagonismo a los versículos que lea. Además, recuerde que no es lo mismo leer de la Biblia que enseñar de la Biblia. De hecho, si usa demasiados textos, la mayoría de las personas no los recordarán. Por eso, escoja con cuidado los textos y dedique tiempo a leerlos, explicarlos, ilustrarlos y aplicarlos (Neh. 8:8). Trate de entender la relación entre las frases del bosquejo y los textos que las acompañan. Pero lo más importante es que le pida ayuda a Jehová para transmitir las valiosas enseñanzas de su Palabra (Esd. 7:10). w17.09 26 párrs. 11, 12
Jueves 14 de febrero
Vuelvan a mí, y yo volveré a ustedes (Zac. 1:3).
El año 537 antes de nuestra era fue muy feliz para el pueblo de Jehová. Había estado cautivo en Babilonia durante setenta largos años, pero ahora era libre. Los israelitas estaban entusiasmados de poder volver a Jerusalén para reconstruir el templo y adorar allí a Dios. En 536, pusieron los cimientos del templo. Dieciséis años después, la reconstrucción se había detenido por completo. Jehová tuvo que recordarles a los israelitas que dejaran de poner en primer lugar sus propios intereses. Así que en el año 520 Jehová envió al profeta Zacarías para recordarle a su pueblo por qué lo había liberado de Babilonia. Es interesante que el nombre Zacarías significa “Jehová Ha Recordado”. Esto tal vez les hizo pensar a los israelitas en una verdad muy importante: aunque ellos se habían olvidado de lo que Jehová había hecho a su favor, él no los había olvidado a ellos (Zac. 1:3, 4). Dios les prometió con cariño que los ayudaría a restablecer la adoración verdadera. Pero también les advirtió con firmeza que solo aceptaría que lo adoraran si lo hacían de corazón. w17.10 21, 22 párrs. 2, 3
Viernes 15 de febrero
Háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos (Efes. 4:32).
Según los expertos en salud mental, mostrar compasión puede mejorar nuestra salud y nuestras relaciones personales. Cuando ayudamos a los que sufren, somos más felices y optimistas, nos sentimos menos solos y tenemos menos pensamientos negativos. Sin duda, ser compasivos nos reporta muchos beneficios. Si amamos a los demás y buscamos maneras de ayudarlos, tendremos una buena conciencia porque sabremos que estamos haciendo lo que Jehová quiere. Y esto nos hará mejores padres, esposos y amigos. Además, quienes muestran compasión por lo general reciben ayuda y apoyo cuando lo necesitan (Mat. 5:7; Luc. 6:38). Por supuesto, no solo mostramos compasión porque nos reporta beneficios. Lo hacemos sobre todo porque queremos imitar y dar gloria a Jehová, la Fuente del amor y la compasión (Prov. 14:31). w17.09 12 párrs. 16, 17
Sábado 16 de febrero
Él tiene que sentarse y gobernar en su trono, y tiene que llegar a ser sacerdote sobre su trono (Zac. 6:13).
Además de ser nombrado rey y sumo sacerdote, Jesús recibió el encargo de edificar “el templo de Jehová”. En 1919, realizó esta obra liberando al pueblo de Dios de Babilonia la Grande y restaurando la congregación cristiana. También nombró al “esclavo fiel y discreto” para que dirija la obra que se hace en los patios terrestres del gran templo espiritual (Mat. 24:45). Jesús también ha estado refinando al pueblo de Jehová y ayudándolo a adorar a su Dios de manera limpia (Mal. 3:1-3). Durante el Reinado de Mil Años, Jesús y sus 144.000 reyes y sacerdotes ayudarán a los seres humanos fieles a ser perfectos. Una vez hecho esto, solo habrá adoradores de Dios en la Tierra limpia. Por fin habrá sido restaurada por completo la adoración verdadera. w17.10 29 párrs. 15, 16
Domingo 17 de febrero
Él tiene que morar en la ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote (Núm. 35:25).
Si el homicida involuntario quería que se le mostrara misericordia, tenía que actuar con decisión y huir a la ciudad de refugio más cercana (Jos. 20:4). Su vida dependía de que llegara lo antes posible a la ciudad y se quedara allí hasta que muriera el sumo sacerdote. Esto implicaba renunciar a muchas cosas, como su trabajo, la comodidad de su hogar y la libertad para viajar. Pero los sacrificios valían la pena. En la actualidad, el pecador que se arrepiente también debe actuar para que Dios le muestre misericordia. Tiene que dejar por completo el pecado que esté cometiendo, pero también tiene que evitar cualquier cosa que pueda llevarlo a pecar. Si nosotros también hacemos todo lo posible por dejar un pecado grave, le demostraremos a Jehová que nos preocupa mucho nuestra situación y que no damos por sentada su misericordia (2 Cor. 7:10, 11). w17.11 10, 11 párrs. 10, 11
Lunes 18 de febrero
Sean hospitalarios unos para con otros sin rezongar (1 Ped. 4:9).
Jehová nos manda que seamos generosos con nuestros hermanos (1 Juan 3:17). Pero debemos hacerlo con el motivo correcto. Preguntémonos: “¿Soy hospitalario sobre todo con mis mejores amigos y con quienes considero importantes en la congregación? ¿Invito solo a quienes creo que luego harán algo por mí? ¿O busco maneras de ser generoso con los hermanos que no conozco bien o que no pueden devolverme el favor?” (Luc. 14:12-14). Supongamos que un hermano necesita ayuda porque ha tomado malas decisiones o que alguien a quien invitamos nunca nos ha dado las gracias. En tales situaciones, sigamos el consejo del texto de hoy. Seguir este principio nos hará felices, porque estaremos dando con el motivo correcto (Hech. 20:35). w17.10 9 párr. 12
Martes 19 de febrero
¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios? (Gén. 39:9).
La esposa de Potifar se fijó en José porque era “de hermosa figura y de hermosa apariencia”, y trató de seducirlo repetidas veces. Pero él no cedió a sus descaradas insinuaciones. Y, cuando ella lo agarró de la ropa para que se acostara con ella, él huyó. ¿Qué aprendemos del ejemplo de José? Que, para no desobedecer las leyes de Dios, a veces quizás tengamos que “huir” de una tentación (Prov. 1:10). Antes de ser Testigos, algunos hermanos comían o bebían en exceso, fumaban, consumían drogas o cometían pecados sexuales. Puede que estos hermanos se vean ante la tentación de caer de nuevo en estas cosas incluso después de bautizarse. Si esto nos pasa a nosotros, debemos detenernos y pensar en el daño que le haremos a nuestra amistad con Jehová si no controlamos nuestros impulsos. Tratemos de prever las situaciones en las que estas tentaciones pueden presentarse y pensemos en cómo las evitaremos (Sal. 26:4, 5; Prov. 22:3). Y, si alguna vez nos vemos ante una tentación, pidámosle a Jehová que nos dé sabiduría y autodominio para resistirla. w17.09 4, 5 párrs. 8, 9
Miércoles 20 de febrero
Háganse amigos por medio de las riquezas injustas, para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de habitación eternos (Luc. 16:9).
Una forma de hacernos amigos de Jehová es manteniéndonos lo más separados posible del mundo comercial y aprovechando nuestras circunstancias para buscar riquezas verdaderas. Esto fue lo que hizo Abrahán, un hombre de fe de tiempos antiguos. Como quería ser amigo de Jehová, fue obediente, dejó la próspera ciudad de Ur y vivió en tiendas de campaña (Heb. 11:8-10). Él sabía que las riquezas verdaderas vienen de Jehová. Por ello, nunca intentó aprovechar su situación para enriquecerse, porque eso habría indicado falta de fe (Gén. 14:22, 23). Tiempo después, Jesús le dijo a un joven rico que tuviera esa misma fe: “Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo, y ven, sé mi seguidor” (Mat. 19:21). Aquel joven no tenía una fe como la de Abrahán, pero otros sí han mostrado total confianza en Jehová. w17.07 10 párr. 12
Jueves 21 de febrero
Jehová prometió darle la tierra a Abrahán como posesión, y después de él a su descendencia, cuando todavía no tenía hijo (Hech. 7:5).
Después de que Abrahán cruzó el río Éufrates, pasaron cuatrocientos treinta años hasta que sus descendientes formaron la nación que viviría en esa tierra (Éx. 12:40-42; Gál. 3:17). Abrahán no vio cumplirse durante su vida todo lo que Dios le había prometido, pero estuvo dispuesto a esperar de buena gana y con paciencia porque tenía fe en Jehová (Heb. 11:8-12). ¿Nos imaginamos la alegría que sentirá cuando resucite en el Paraíso? Se sorprenderá cuando vea todo lo que dice la Biblia sobre su vida y la de sus descendientes. También se sentirá muy feliz al entender el importante papel que tuvo en el cumplimiento del propósito de Jehová con respecto a la descendencia prometida. Sin duda, verá que la larga espera valió la pena. w17.08 6 párrs. 10, 11
Viernes 22 de febrero
Amortigüen los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a inmundicia (Col. 3:5).
La palabra original que aparece en la Biblia y que se traduce “inmundicia” es un término amplio que incluye mucho más que los pecados sexuales. Por ejemplo, puede referirse al hábito perjudicial de fumar o a contar chistes sucios (2 Cor. 7:1; Efes. 5:3, 4). También puede hacer referencia a cosas malas que la gente hace en privado, como leer libros eróticos o ver pornografía. Estas cosas pueden conducir al hábito sucio de la masturbación (Col. 3:5). Los que tienen la costumbre de ver pornografía alimentan un “apetito sexual” descontrolado. Como consecuencia, pueden hacerse adictos al sexo. Algunos investigadores han observado que los que son adictos a la pornografía tienen los mismos síntomas que los drogadictos o los alcohólicos. No nos sorprende que los efectos de ver pornografía sean tan perjudiciales. Algunos de estos son una profunda vergüenza, baja productividad en el trabajo, una vida familiar infeliz, divorcio y hasta suicidio. w17.08 19 párrs. 8, 9
Sábado 23 de febrero
Él ha hecho fuertes las barras de tus puertas; ha bendecido a tus hijos en medio de ti. Está poniendo la paz en tu territorio (Sal. 147:13, 14).
El escritor del Salmo 147 estaba pensando en el regreso de los israelitas a Jerusalén cuando cantó las palabras citadas arriba. Lo reconfortaba mucho saber que Dios reforzaría las puertas de Jerusalén para proteger a sus siervos. Es posible que pasemos por situaciones difíciles que nos hagan sentir ansiedad. Pero Jehová puede darnos sabiduría. El escritor de este salmo dijo que Dios “está enviando su dicho a la tierra; con velocidad corre su palabra”. También dijo que “está dando la nieve como lana”, “esparce la escarcha lo mismo que ceniza” y “está arrojando su hielo”. Luego el salmista preguntó: “Delante de su frío, ¿quién puede subsistir?”. Y por último señaló que Jehová “envía su palabra y los derrite” (Sal. 147:15-18). ¿Qué aprendemos de todo esto? Que Dios puede controlar la nieve y el granizo porque lo conoce todo y es todopoderoso. Así que también puede ayudarnos a superar cualquier obstáculo. w17.07 20 párrs. 14, 15
Domingo 24 de febrero
Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas (Rev. 4:11).
Dios tiene el derecho a gobernar. Su gobernación es la mejor y merece todo nuestro apoyo. ¿Por qué? Jehová lo hizo todo, así que tiene pleno derecho a gobernar a los seres humanos y a los ángeles. Satanás no tiene ningún derecho de gobernar el universo porque no ha creado nada. Cuando él y la primera pareja se rebelaron contra la soberanía de Jehová, actuaron con arrogancia (Jer. 10:23). Es verdad que tenían libertad de elección y que por eso podían decidir independizarse de Dios, pero ¿tenían el derecho de hacerlo? No. Esta libertad nos permite tomar muchas buenas decisiones todos los días, pero no nos da el derecho de rebelarnos contra nuestro Creador. Queda claro que oponerse a Jehová es darle mal uso a la libertad de elección. Los humanos necesitamos que Dios nos gobierne. w17.06 27, 28 párrs. 2-4
Lunes 25 de febrero
Con tal que termine mi carrera y el ministerio (Hech. 20:24).
Si atesoramos nuestro ministerio, haremos como Pablo y seguiremos predicando aunque se nos persiga (Hech. 14:19-22). En la década de 1930 y a principios de la de 1940, nuestros hermanos de Estados Unidos enfrentaron mucha oposición. Pero, como Pablo, se mantuvieron firmes y no dejaron de predicar. Para proteger su derecho a hacerlo, acudieron muchas veces a los tribunales. En 1943, el hermano Nathan Knorr hizo este comentario sobre una victoria en el Tribunal Supremo de Estados Unidos: “Estas victorias se las debemos a ustedes. Lo que finalmente ha hecho posible esta decisión ha sido la firmeza del pueblo del Señor”. Así es, nuestro amor por el ministerio puede vencer a la persecución. Si vemos el ministerio como un valiosísimo tesoro que nos ha confiado Jehová, no nos conformaremos con “hacer horas”. Más bien, haremos todo lo posible para “dar testimonio cabal de las buenas nuevas” (2 Tim. 4:5). w17.06 11, 12 párrs. 11, 12
Martes 26 de febrero
Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente (Mat. 22:37).
Amar profundamente a Dios nos ayuda a obedecer sus mandamientos, a odiar lo que es malo y a aguantar (Sal. 97:10). Sin embargo, Satanás y su mundo hacen todo lo posible por debilitar nuestro amor a Dios. La gente tiene un concepto erróneo del amor; en vez de amar al Creador, se ama a sí misma (2 Tim. 3:2). El mundo de Satanás fomenta “el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno” (1 Juan 2:16). El apóstol Pablo les avisó a los cristianos que era peligroso perseguir los deseos de la carne. Les escribió: “Tener la mente puesta en la carne significa muerte, [...] porque el tener la mente puesta en la carne significa enemistad con Dios” (Rom. 8:6, 7). En realidad, quienes han dedicado su vida a conseguir riquezas o a satisfacer sus deseos sexuales han acabado decepcionados y con muchos dolores (1 Cor. 6:18; 1 Tim. 6:9, 10). w17.05 18 párrs. 5, 6
Miércoles 27 de febrero
Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma (2 Tes. 3:10).
Cuando los Testigos refugiados son agradecidos y no exigen nada contribuyen a que sus anfitriones les den con alegría. Es cierto que depender mucho tiempo de la generosidad de los demás puede dañar su amor propio y su relación con los demás hermanos, pero lo que sí está claro es que necesitan ayuda (2 Tes. 3:7-9). No hace falta mucho dinero, sino tiempo e interés. Podemos hacer algo tan sencillo como enseñarles a usar el transporte público, a comprar comida saludable a buen precio o a conseguir, por ejemplo, una máquina de coser o una cortadora de césped para ganar algo de dinero. Lo más importante es que los ayudemos a integrarse completamente en la congregación. Si es posible, ofrezcámonos a llevarlos a las reuniones. Salgamos a predicar con ellos y digámosles cómo hablarles del Reino de Dios a las personas del territorio. w17.05 5 párrs. 11, 12
Jueves 28 de febrero
Desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra, para que mediante ella crezcan a la salvación (1 Ped. 2:2).
A las personas con mente carnal les cuesta ver con equilibrio las cosas materiales, pues les cuesta darse cuenta de qué cosas son importantes para Dios (1 Cor. 2:14). Cuando esto ocurre, les resulta más difícil ver la diferencia entre lo bueno y lo malo (Heb. 5:11-14). Como resultado, algunas desarrollan un deseo desmedido e insaciable por lo material (Ecl. 5:10). Afortunadamente, existe un antídoto para este problema: tomar con regularidad una dosis de la Palabra de Dios, la Biblia. Tal como meditar en las verdades de Dios fortaleció a Jesús para resistir las tentaciones, seguir los principios de la Biblia nos ayuda a nosotros a luchar contra el materialismo (Mat. 4:8-10). Cuando lo hacemos, le demostramos a Jesús que lo amamos más que a cualquier cosa material. w17.05 26 párr. 17