BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w52 15/9 págs. 547-555
  • La ceremonia matrimonial

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • La ceremonia matrimonial
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1952
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • EJEMPLOS DE DAR CONSIDERACIÓN PROPIA A SU AUTOR
  • EL TESTIGO VERDADERO
  • MATRIMONIOS CIVILES SON CORRECTOS
  • GOZO Y OBLIGACIONES DEL MATRIMONIO
  • LUGAR DE LA CEREMONIA
  • MÚSICA ANTES DE LA CEREMONIA
  • ENSAYOS
  • CÓMO VESTIR
  • LA POSICIÓN QUE HA DE TOMARSE
  • LA RECEPCIÓN
  • ANILLOS
  • ELEGIBILIDAD PARA MATRIMONIO
  • VERIFICANDO EL ACTA MATRIMONIAL
  • PROCEDIMIENTO ESTABLECIDO QUE HA DE SEGUIRSE AL CASARSE
  • Matrimonio
    Ayuda para entender la Biblia
  • Ceremonia y requisitos del matrimonio
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
  • El matrimonio teocrático en medio de un mundo extranjero
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
  • Matrimonio
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1952
w52 15/9 págs. 547-555

La ceremonia matrimonial

Como la solemnizan los testigos de Jehová

EL TÉRMINO “matrimonio” se aplica a la unión del hombre y la mujer desposados. Jehová, el Creador del universo y todo lo que vive en él, es el autor del matrimonio. El matrimonio no fué instituído sólo para el placer y conveniencia de las criaturas humanas. En los propósitos de Jehová, el matrimonio ocupa un lugar noble y elevado. Sólo es cuando las criaturas comprenden esto y reconocen que el matrimonio es una “cuerda de tres hebras” que incluye al esposo, la esposa y su Creador, que pueden encontrar su mayor gozo y satisfacción en él.

Algunos textos de la Biblia que ilustran este hecho importante merecen consideración. El Génesis 1:27, 28 dice: “De manera que creó Dios al hombre a su imagen, a la imagen de Dios le creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios; y les dijo Dios: Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sojuzgadla.” Aquí, específicamente asociada con su creación y matrimonio, está una comisión para servir los propósitos elevados y excelsos de Jehová.

EJEMPLOS DE DAR CONSIDERACIÓN PROPIA A SU AUTOR

El Génesis, capítulo 24, contiene una descripción muy detallada de la selección de una esposa para Isaac, el heredero de la promesa abrahámica. Ilustra cómo los que esperan heredar la salvación, tanto los del resto cristiano como sus compañeros de buena voluntad, deben tomar en cuenta a Jehová al escoger su cónyuge. Note el primer punto que su lectura del Génesis 24 establece: La mujer debe ser piadosa y de origen temeroso de Dios. Una mujer cananea o pagana no llenaría los requisitos. Ahora bien, Abrahán, el padre del novio, apropiadamente cumplió con la instrucción que Dios le dió para él y su familia de salir de su tierra y del lugar de su nacimiento y de la casa de su padre. (Gén. 12:1) Por tanto, Isaac, la simiente, no habría de ser llevado de regreso allí. El punto es que ninguna infracción de lo que claramente era la dirección de Jehová habría de tolerarse. El siervo de Abrahán que fué enviado para conseguir la novia asimismo consideró al Señor Dios y esperó en él para que dirigiera y bendijera cada paso de su misión. La mujer tendría que ser apta de acuerdo con las normas establecidas por Jehová y debería aceptar voluntariamente el arreglo. Cuando se vió que el Señor había bendecido la selección de la novia, el siervo que representaba a Abrahán e Isaac hizo una dádiva adecuada de anillos y otras joyas a la joven y sus tutores, estableciendo así el contrato entre todos los interesados. Finalmente, la dirección del Señor fué aceptada por Isaac sin discusión y el matrimonio fué consumado cuando el siervo le entregó a Rebeca.

Es verdad que en éste nuestro día el Señor Dios no selecciona individualmente el cónyuge para los miembros de su pueblo; pero claramente revela en su Palabra, la Biblia, el procedimiento correcto que su pueblo ha de tomar al hacer esta selección. Si cada uno muestra la misma diligencia que Abrahán y su siervo mostraron al determinar la mente del Señor en su selección del cónyuge, tal selección no puede menos que tener Su bendición y tendrá mucho más éxito que de otro modo. Riqueza, distinción social y belleza física, cosas que el mundo considera de toda importancia, no son realmente los factores importantes para que un matrimonio tenga buen éxito. La compatibilidad piadosa es lo que han de esforzarse por hallar.

Hoy el propósito de Jehová tocante a la vindicación de su nombre y Palabra, el establecimiento de su reino y la bendición de todas las familias de la tierra, se concentra alrededor de la familia de Jehová, incluyendo a Cristo Jesús y su novia y aun a los compañeros de buena voluntad que acompañan a la novia. El gran cuidado que Abrahán mostró al seleccionar la cónyuge para Isaac debe ser imitado en cada caso por los que son miembros del cuerpo de Cristo o sus compañeros. Si eso se hace, entonces verdaderamente puede decirse de ellos, “Lo que Dios ha unido.”—Mat. 19:6, New World Translation (NW).a

El Salmo 45:1-15 manifiesta que en su preparación para el matrimonio la novia había de mostrar consideración adecuada no sólo para con el novio sino también para con el padre del novio. El Apocalipsis 21:1-5 representa a Cristo el novio y a su novia espiritual descendiendo de los cielos desde Dios para otorgar las bendiciones de Jehová a todas las criaturas dignas de la vida.

Es verdad que todos los casos anteriores son altamente proféticos y simbólicos. Sin embargo, esto de ningún modo altera el hecho de que todos los que se han dedicado al servicio de Jehová deben considerar Sus requisitos al escoger su cónyuge. El matrimonio que pasa por alto a Jehová Dios y sus propósitos concernientes a sus criaturas no es completo, ni realmente puede ser un matrimonio feliz.

Los puntos ya mencionados se presentan aquí con un propósito doble. Primero, para que los cristianos que entran al estado de matrimonio aprecien las obligaciones que justamente les pertenecen para con su Creador y Benefactor al comenzar en la vida como una unidad familiar y dirijan sus energías hacia el cumplirlas. Segundo, en éste nuestro día la gente de todos los países pasa por alto casi por completo la voluntad y propósito de Jehová Dios. Hay millones, cegados por las religiones así llamadas paganas o no cristianas, que no conocen a Dios ni sus propósitos y no pueden darle la consideración apropiada en su vida. Hay otros millones en tierras totalitarias que deliberada y maliciosamente rechazan a Dios y lo expulsan de su vida y actividad; mientras que en los países así llamados cristianos los apóstatas religiosos han corrompido la mente y oscurecido el razonamiento de la gente hasta tal grado que ésta vive principalmente para su propia gratificación y pasión baja y no considera seriamente sus obligaciones para con su Dios. Verdaderamente puede decirse: “El mundo por su propia sabiduría no llegó a conocer a Dios.” “Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios.”—1 Cor. 1:21; 3:19, NW.

Hoy, “La ira de Dios está siendo revelada desde los cielos contra toda la impiedad y la injusticia de los hombres que están suprimiendo la verdad de un modo injusto. Porque, aunque conocieron a Dios, no lo glorificaron como Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su corazón fatuo se obscureció.” (Rom. 1:18, 21, NW) De este modo, en cuanto a lo que concierne a los requisitos de Dios, la Biblia describe las tinieblas en que está el mundo tocante al matrimonio así como también tocante a casi todo otro asunto.

El apóstol Pedro escribió a sus compañeros cristianos: “Por otra parte, ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó fuera de la oscuridad a su luz maravillosa.” (1 Ped. 2:9, NW) Por lo tanto al cristiano se le exige que manifieste las excelencias de Jehová en todas las cosas, lo que incluye el amoldarse al modelo divino para el matrimonio en todos sus detalles. Esto lo hace para tener la aprobación de Dios y para su propia tranquilidad de ánimo. Lo hace con el propósito de poner un ejemplo y guía adecuados para el mundo cegado, particularmente para personas de buena voluntad en el mundo que desean conocer y servir a Dios.—1 Tim. 4:16, NW.

EL TESTIGO VERDADERO

Al principio sólo Jehová fué el testigo entre Adán y Eva cuando fueron unidos en matrimonio. Cualesquier expresiones de fidelidad y devoción que pudieran haberse hecho entre estos dos, se hicieron en la presencia de su Dios. Siempre estarían conscientes de este hecho a través de su vida futura. Sabían que cualquier infracción a su pacto o infidelidad de uno al otro sería conocida por su Dios. Esto constituiría la mayor influencia posible para retardar la iniquidad. Mientras honraran, amaran y respetaran a su Dios, no podrían ser infieles a las obligaciones sagradas que habían aceptado delante de Él.

Hoy, hombres, en la forma de sacerdotes, rabinos, ministros, etc., dicen que ellos son el testigo importante y responsable delante de quien los que contraen matrimonio deben prestar sus juramentos; y algunos hasta pretenden que a menos que la unión sea bendecida por ellos no está apropiadamente solemnizada. Francamente, esta pretensión de ellos absolutamente no es bíblica y por consiguiente es falsa. A lo más sólo son los testigos oficiales que cuidan de que los registros necesarios que el estado exige sean preparados y asentados apropiadamente. Cualquier alcalde, juez del tribunal u otro oficial designado por el estado como competente podría servir igual de bien. La única diferencia entre el clérigo y los otros oficiales públicos mencionados es que se supone que el clérigo conoce la mente del Señor en el asunto y que por eso está capacitado para instruir a los candidatos sobre sus obligaciones bíblicas del uno hacia el otro y hacia su Dios.

El testigo verdadero delante de quien el cristiano asume sus obligaciones es su Dios. Igual como en el caso de Adán y Eva, el cristiano que ha dedicado su vida al servicio de Dios está en la presencia de su Dios y asume sus obligaciones delante de él. Cuando es instruído apropiadamente, está consciente de su responsabilidad delante del Señor; y, mientras él honre, ame y respete a su Dios, respetará y será fiel a las obligaciones maritales que asumió delante de su Dios. Hombres temerosos de Dios de todas las edades reconocieron este principio.—Gén. 31:49, 50.

MATRIMONIOS CIVILES SON CORRECTOS

Al considerar la solemnización del matrimonio hasta este punto, hemos tratado sólo del servicio ministerial. Esto no es para denotar que los testigos de Jehová no acepten la pura ceremonia civil ejecutada por un siervo civil designado por el estado como propia y completa. La aceptamos. Aun en el caso de cristianos, se asume que en tales casos los candidatos, debido a su estudio de la Biblia, entienden claramente y tienen presente las obligaciones del uno para con el otro y para con su Dios, y no obstante, por alguna razón que es asunto de ellos, prefieren el servicio de matrimonio civil. Ese es su derecho y si quieren pueden ejercerlo. Los requisitos para el matrimonio varían en los diferentes estados y provincias. Los testigos de Jehová con gusto cumplen con tales reglamentos de los respectivos estados y provincias, con tal que ninguno de dichos reglamentos sea contrario a la ley de Dios sobre el matrimonio individual.

GOZO Y OBLIGACIONES DEL MATRIMONIO

El matrimonio está lleno de esperanza y expectativa para los que entran en ese estado. El futuro parece muy atractivo y gozoso para ellos; y esto es apropiado, si han considerado los requisitos del Señor y están determinados a ordenar su vida de acuerdo con ellos. Cuando la ley de Jehová se toma en consideración así, las palabras de Jesús, registradas en Mateo 19:4-6 (NW), pueden ser aceptadas como aplicándoles a ellos. “¿No han leído que el que los creó en el principio los hizo varón y hembra y dijo: ‘Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los dos serán una carne’? . . . Por lo tanto, lo que Dios ha unido que ningún hombre lo separe.”

El matrimonio así llega a ser una responsabilidad seria delante del Señor Dios. Con esto en mira Jehová hizo arreglos para el matrimonio de nuestros primeros padres y lo efectuó. Les dió instrucciones completas y adecuadas para su guía correcta. Les proveyó con un hogar edénico perfecto y hermoso, capaz de colmar los deseos del corazón temeroso de Dios. Jehová bendijo la unión.

Es la porción feliz de los que ahora se casan casarse en el día de Jehová, cuando Él está presente en la capacidad representativa de su Hijo y establece Su reino, que es mencionado como el gozo de toda la tierra. (Sal. 48:1, 2) Es posible que los que ahora se casan en el Señor y fielmente se mantienen en su posición disfruten de las bendiciones y gozos de este reino a través de su vida conyugal.

Sin embargo, es propio amonestar a los que entran al matrimonio que este estado gozoso puede lograrse y conservarse sólo poniendo a Dios primero en su vida y conservando un amor puro y limpio mutuamente. Sus responsabilidades están claramente delineadas para ellos en la Biblia. Será muy necesario estudiarlas diligentemente y aplicarlas diariamente. En Efesios 5:21-33 (NW) el apóstol resume la relación del uno al otro en estas palabras:

“Estén en sujeción los unos a los otros en temor de Cristo. Estén sujetas las esposas a sus esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de su esposa, así como el Cristo también es cabeza de la congregación, siendo él el salvador de este cuerpo. De hecho, así como la congregación está sujeta al Cristo, que las esposas también lo estén así a sus esposos en todo. Esposos, continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por causa de ella, para santificarla, limpiándola con el baño de agua por medio de la palabra, para presentarse a sí mismo la congregación en su esplendor, sin que tuviera una mancha o arruga o alguna de tales cosas, sino que fuera santa y sin tacha. De este modo los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, porque nadie jamás ha odiado a su propia carne, sino que la alimenta y la cuida, como el Cristo también hace con la congregación, porque nosotros somos miembros de su cuerpo. ‘Por esta razón el hombre dejará a su padre y madre y se unirá a su esposa, y los dos serán una carne.’ Este sagrado secreto es grande. Ahora estoy hablando tocante a Cristo y la congregación. No obstante, también, que cada uno de ustedes ame individualmente a su esposa así como se ama a sí mismo; por otra parte, la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo.”

Sólo el cristiano puede manifestar este grado de amor y confianza en este día cuando la gente no hace caso de los debidos principios de justicia, amor y verdad. La esposa cristiana reconoce que su esposo acepta sus obligaciones maritales como algo sagrado que le ha sido confiado delante de Jehová y el esposo reconoce que su esposa hace lo mismo. En consecuencia tienen fe, confianza y tranquilidad de ánimo.

Nuestros primeros padres perdieron su gozo, su hogar hermoso y la vida porque perdieron la fe en Dios. Se rebelaron en contra de la Palabra de Dios y despreciaron el consejo del Altísimo. (Sal. 107:11) La felicidad del cristiano casado, su hogar en o bajo el reino de Jehová, y su vida, sólo durarán si pone a Dios primero. Jesús dice: “Esto significa vida eterna, el que ellos adquieran conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú has enviado, Jesucristo.” (Juan 17:3, NW) Cuando se ayudan mutuamente para hacer esto, están cumpliendo con el deber más sagrado de un esposo o una esposa. Su cooperación mutua puede y debe ayudar a cada uno de ellos a vivir una piadosa vida cristiana.

Este pacto al que entran es secundario sólo a su dedicación para servir a su Dios. A la vista de Dios un pacto es una cosa muy sagrada. Por lo tanto, deben ser fieles a su dedicación a su Dios y al pacto que han hecho el uno con el otro.

LUGAR DE LA CEREMONIA

El Salón del Reino de una compañía de testigos de Jehová es uno de los lugares adecuados para efectuar una ceremonia de matrimonio cristiano. ¿Por qué? Porque este servicio constituye un testimonio al nombre y propósitos de Jehová, además de delinear las debidas obligaciones que las personas casadas tienen delante de su Dios.

El comité de la compañía debe ser consultado y el Salón del Reino usado sólo con su consentimiento. Fuera de posiblemente usar unas cuantas flores para decorar la plataforma, el Salón del Reino no debe ser cambiado en cuanto a alumbrado, equipo, etc. Generalmente cualquiera que use el Salón del Reino para una ceremonia matrimonial debe aceptarlo tal como esté. Está equipado adecuadamente para servicio piadoso. Si otros arreglos elaborados se necesitan, la ceremonia debería ser en otro lugar aparte del Salón del Reino, que es el lugar de reunión del pueblo de Jehová.

MÚSICA ANTES DE LA CEREMONIA

Esta generalmente puede dejarse a la discreción y buen gusto de los que hacen los arreglos para la boda, con tal que estén en la verdad. En el Salón del Reino se pueden cantar himnos del Reino adecuados o presentarse por ejecución de música. Por supuesto, todo esto es enteramente innecesario; pero es un acontecimiento de “una vez en la vida” para los que se casan, y, si los participantes piensan que tal fondo es de desearse, no hay objeción seria para ello siempre que se tome la precaución de ver que esta parte incidental del arreglo no sea amplificada a tal punto que eclipse el servicio verdadero, aquel que será pronunciado por el ministro.

ENSAYOS

Si éstos son necesarios, deben hacerse en algún otro lugar aparte del Salón del Reino y se deja a voluntad del ministro que oficia si desea asistir a ellos o no. Fuera de examinar el acta matrimonial para ver que se haya cumplido con todos los requisitos legales, averiguar si la mujer será “dada” en matrimonio o no, e investigar si en el servicio se usará un anillo, o dos o ninguno, él no tiene mucho que ver con los arreglos preliminares. Su presentación de los requisitos de Jehová y las obligaciones maritales que cada uno contrae hacia el otro en la ceremonia de ningún modo debe ser oscurecida por algún ritual innecesario.

CÓMO VESTIR

Generalmente éste es un detalle importante para la mayoría de las novias y en muchos casos para los novios y otros participantes. Les parece casi indispensable que la vestidura de boda sea elaborada, dependiendo de su así llamada posición social. Para justificar esto, ellos generalmente señalan al énfasis que el Señor da al adorno de la novia en el Salmo 45 y en otros lugares de la Biblia. Sin desear indebidamente restringir o de otro modo intervenir en este asunto controversial, parece bien sugerir aquí que tal adorno descrito en la Biblia casi siempre es espiritualmente típico y señala al adorno verdadero con el que la novia de Cristo y sus compañeros han de vestirse, y de ningún modo se intenta que prefiguren el adorno literal de una novia cristiana. El adorno que la novia de Cristo ha de ponerse consta de las cualidades cultivadas y producidas como fruto del espíritu de Jehová según éste opera en y a través del cristiano verdadero.—1 Ped. 3:1-6, NW.

La gente mundana, personas que no tienen este fruto del espíritu de Jehová, sienten que deben adornarse con lo mejor que tienen o pueden comprar si no tienen nada. Esta es la “exhibición ostentosa del medio de vida de uno [que] no origina con el Padre, sino que origina con el mundo”. (1 Juan 2:16, NW) Una exhibición exterior llamativa no es necesaria y es realmente inefectiva cuando se compara con la belleza que la novia cristiana cultiva. Tal exhibición mundana de ropa y prácticas tiende a despertar competencia con su envidia, celos, rivalidad y odio, y no va bien con una persona cristiana. Por lo tanto, exhortamos a las novias cristianas a que den su atención al adorno que es más piadoso. Esto no significa que los cristianos no deben estar vestidos nítida y atractivamente en tales ocasiones. Deben estarlo de acuerdo con las direcciones del Señor .—1 Tim. 2:9, 10, NW.

LA POSICIÓN QUE HA DE TOMARSE

Las personas que se casan deben normalmente situarse de frente al ministro que oficia, dando la espalda a la concurrencia. Pueden permanecer sentados o de pie durante el discurso, que comienza el servicio. Si prefieren sentarse, entonces deben ponerse de pie durante la porción concluyente del servicio. Se sugiere que la novia esté de pie a la izquierda del novio, lo cual será a la derecha del ministro. El “padrino de boda”, el amigo del novio, debe permanecer de pie al lado derecho del novio mientras que la madrina de boda permanece de pie al lado izquierdo de la novia.

Algunos contenderán que estos detalles son ritual innecesario. Simplemente contestamos que tienen que arreglarse de alguna manera y por eso, que de una vez sea ordenadamente. Se requiere que la novia y el novio estén presentes ante testigos y así quede confirmado delante de testigos que ellos aceptan las obligaciones del matrimonio; y prácticamente todos los estados y provincias requieren que dos testigos además del ministro que oficia firmen el acta matrimonial. El “padrino de boda” y la madrina de boda son a quienes generalmente se escoge con ese propósito. Estos testigos deben estar donde puedan oír y ver lo que ocurre a fin de inteligentemente firmar el acta. Sin embargo, no somos dogmáticos en este punto. Cualquier otro arreglo que se prefiera es enteramente satisfactorio siempre que se haga el reconocimiento debido de la acción tomada y se guarde mi registro y se mantenga el orden.

LA RECEPCIÓN

Aquí es donde mucho del buen efecto del testimonio dado hasta este punto al buen nombre y excelso propósito de Jehová se puede echar a perder. La recepción que sigue a la ceremonia matrimonial debe mantenerse en el mismo plano decoroso, el que es propio de la vida cristiana pura de los que participan, y debe ir a la par con los principios bíblicos que se presentaron en el servicio matrimonial. Naturalmente ha de ser una ocasión gozosa, pero no bulliciosa, no una que conduzca a excesos.

Otro detalle que exige meditación cuidadosa de antemano en la preparación de tal recepción es el uso de bebidas, particularmente vino o alguna otra bebida embriagadora. La Biblia menciona el uso apropiado del vino en tales ocasiones con aprobación, pero en ningún caso estimula o aprueba el uso excesivo del vino o la comida. (Sal. 104:15; Juan 2:1-10, NW; Pro. 23:19-21) Tenga presente también que la habilidad de la familia humana para resistir los efectos de las bebidas embriagadoras está disminuyendo con cada generación. Por lo tanto deben usarse con cuidado. Las personas que son débiles en esto no deben ser colocadas donde estas bebidas sean accesibles en cantidades ilimitadas. De otro modo, lo que se propuso como una expresión de amor y una ocasión de gozo puede resultar en una causa para tropiezo. Otra situación desafortunada que se produce es que a veces los que saben que tales bebidas son dañinas para ellos física o espiritualmente participan debido a la ocasión y por no ofender. Obviamente esto es impropio, y no debe permitirse que tal situación se produzca. Que los que desean participar de tales refrescos lo hagan; pero que respeten el derecho que tienen los que no desean hacerlo.

Por lo tanto sugerimos, sin ningún deseo de prohibir lo que el Señor permite, o aun de infringir en las libertades de alguno, que el anfitrión en tales ocasiones tenga cuidado juicioso y arregle para que el uso de tales bebidas se haga de un modo que resulte en la alabanza de Jehová y el bienestar de todos los presentes.

Algunos insinuarán el hecho de que Jesús, su madre y algunos de sus discípulos asistieron a las bodas en Caná de Galilea como razón para tener tal recepción en conexión con un matrimonio. No puede haber objeción bíblica a una recepción matrimonial. Es la manera en que la recepción se conduce lo que puede hacerla provechosa o inconveniente. El Señor quiere que su pueblo sea un pueblo feliz y que obtenga el disfrute sano de tales ocasiones. Sin embargo, difícilmente es concebible que las prácticas sensuales y la música y bailes mundanos de los griegos y romanos, populares en ese día, formaran parte alguna de la recepción matrimonial en Caná de Galilea, o que Jesús hubiera asistido a tal asamblea deshonradora de Dios. Hoy, prácticas semejantes a las efectuadas por los griegos y romanos del día de Jesús abundan desenfrenadas por la tierra, y esta amonestación se ofrece aquí a los cristianos para que no sean arrastrados a ellas a grado alguno.

Existe tanto de compañerismo excelente y elevador en lo que el pueblo del Señor puede tener dentro de los confines de la sociedad del nuevo mundo, incluyendo música, canto y baile y aun alimento y vino en moderación, que no hay excusa para imitar al mundo delincuente o seguir sus prácticas. Debe notarse la misma atmósfera piadosa en todas las cosas que hacemos a fin de que pueda ser evidente a todos que nosotros somos de un “sistema de cosas” diferente.

La recepción nunca debe celebrarse en el Salón del Reino. Que su uso se limite exclusivamente al testimonio para la alabanza de Jehová.

ANILLOS

En los servicios matrimoniales en que los testigos de Jehová ofician o son la pareja contrayente el intercambio de anillos entre la novia y el novio se deja a la entera discreción de los que se casan. En la selección de la novia para Isaac se reconoce que Rebeca aceptó un adorno para la mano. (Gén. 24:22, 30, 53, Mo; AT) Asimismo, en Lucas 15:22, el padre le dió un anillo a su hijo pródigo al regresar éste a casa.

Nosotros, por supuesto, reconocemos que se hace un uso extenso de anillos en muchos rituales paganos. Sin embargo, este hecho de ningún modo prohibe su uso en algún servicio cristiano, particularmente cuando la Biblia menciona su uso con aprobación. Ciertamente es más razonable pensar que Satanás, el dios mímico, copió su uso de Jehová, en vez de aceptar la posición insostenible de que Jehová copió su uso de prácticas paganas demoníacas. Si algunos prefieren no usarlos en su servicio matrimonial, ése es su derecho. Sobre este punto que cada uno se sienta libre para hacer lo que es propio y correcto a su mejor entendimiento. Un novio no se casa con su novia poniendo un anillo en su dedo.

ELEGIBILIDAD PARA MATRIMONIO

¿Quiénes están libres para entrar al estado de matrimonio según las normas manifestadas por Jesús y sus apóstoles en las Escrituras cristianas griegas y las leyes propias del país? Este asunto se ha tratado cabalmente en números anteriores de La Atalaya y se menciona aquí sólo brevemente. Para ser elegibles para el matrimonio, el hombre y la mujer deben haber alcanzado la edad de la discreción y madurez establecida mediante ley y no deben estar ligados legal o bíblicamente a ningún otro cónyuge. También deben haber cumplido con leyes del país tales como el obtener la licencia adecuada, esperar el tiempo exigido designado por ley después de recibir el acta y, donde se exija, obtener los necesarios análisis de sangre, exámenes de salud, etc. Todas estas estipulaciones son establecidas por ley y el ministro verá que se cumplan completamente antes de efectuar la ceremonia matrimonial.

Si el hombre o la mujer han sido casados antes, deben tener la plena y completa separación legal requerida por ley; y también deben tener la base bíblica adecuada para tal divorcio. Jesús aclara bien que sólo hay dos bases sobre las que una persona casada está libre para casarse de nuevo. Estas son: muerte o adulterio por parte del otro cónyuge. (Mat. 19:9; 1 Cor. 7:39, NW) El ministro está obligado a averiguar si esa libertad bíblica existe y aconsejarlos adecuadamente de que cualquiera que se case de nuevo sin estar bíblicamente libre está pecando delante de Dios. La libertad legal sola no libra a un cristiano para volverse a casar. Si a pesar de eso ellos persisten en casarse, el fiel ministro teocrático, a fin de evitar ser partícipe de su pecado, se abstiene de casarlos. En ciertos países el clero religioso expide amonestaciones a fin de saber de objeciones a un matrimonio, pero nosotros no hacemos eso.

VERIFICANDO EL ACTA MATRIMONIAL

El acta matrimonial es expedida por el estado o provincia y entre otras cosas bosqueja las condiciones bajo las cuales uno puede casarse en ese estado o provincia. El ministro que oficia debe verificar cuidadosamente para ver que se haya cumplido con todo de acuerdo con la ley, y que todos los anexos, tales como formularios de análisis de sangre, etc., se adjunten donde así se exige por ley. A la conclusión de la ceremonia, él debe llenarla adecuadamente, hacer que los testigos la firmen y enviarla por correo al oficial designado.

PROCEDIMIENTO ESTABLECIDO QUE HA DE SEGUIRSE AL CASARSE

Al tiempo designado, las personas que se han de casar, una vez que hayan llenado los requisitos de acuerdo con la ley del estado y las normas del Señor, deberán venir y colocarse de frente al ministro; el hombre a la izquierda del ministro y la mujer a su derecha. Se pronunciará una amigable e íntima plática adecuada, dirigida principalmente a los dos que van a casarse, en la que se delinearán las debidas obligaciones bíblicas que cada uno contrae hacia el otro y hacia su Dios al aceptar la responsabilidad del matrimonio. Material como el que contienen los primeros 19 párrafos de este artículo es apropiado. Después de esto, la novia, el novio y los dos testigos deben permanecer de pie juntos delante del ministro.

El ministro entonces dirá al hombre, usando su nombre cristiano o bautismal:

“¿Acepta usted, ________, en la presencia de Jehová Dios y de estos testigos, a ________ para que sea su esposa en matrimonio, para amarla y cuidarla, de acuerdo con la ley divina como se delinea en las Sagradas Escrituras para los esposos cristianos, mientras los dos vivan?”

El hombre debe contestar entonces: “Sí.”

El ministro entonces le dirá a la mujer, usando su nombre cristiano:

“¿Acepta usted, ________, en la presencia de Jehová Dios y de estos testigos, a ________ para que sea su esposo en matrimonio, para amarlo y cuidarlo y respetarlo profundamente, de acuerdo con la ley divina como se delinea en las Sagradas Escrituras para las esposas cristianas, mientras los dos vivan?”

La mujer debe contestar: “Sí.”

Si hay arreglos para que la mujer sea dada en matrimonio por su padre o alguna otra persona, el ministro dirá: “¿Quién da a esta mujer para que se case con este hombre?” El padre o quienquiera que la da en matrimonio dirá: “Yo.” Entonces se retirará y se sentará con el auditorio. Si no se hacen arreglos para dar la mujer en matrimonio, esto se puede descartar.

El ministro entonces le pedirá al hombre que repita después de él:

“Yo, ________, te acepto, ________, para que seas mi esposa en matrimonio, para amarte y cuidarte de acuerdo con la ley divina como se manifiesta en las Sagradas Escrituras para los esposos cristianos, mientras los dos vivamos o hasta la terminación divina del arreglo marital.”

Luego el ministro le pedirá a la mujer que repita después de él:

“Yo, ________, te acepto, ________, para que seas mi esposo en matrimonio, para amarte y cuidarte y respetarte profundamente, de acuerdo con la ley divina como se manifiesta en las Sagradas Escrituras para las esposas cristianas, mientras los dos vivamos o hasta la terminación divina del arreglo marital.”

Si se desea una ceremonia con anillo, en este momento el hombre puede colocar el anillo en el dedo anular de la mano izquierda de la mujer. En el caso de una ceremonia en que se haga uso de dos anillos, la mujer debe colocar el anillo en el dedo anular de la mano izquierda del hombre. Si lo desea, el ministro puede hacer la siguiente observación en conexión con esta ceremonia: “Este anillo [o anillos] es una señal exterior y visible que manifiesta ante todos la unión de este hombre y esta mujer en los vínculos del matrimonio.”

El ministro entonces dirá: “Puesto que [el nombre del hombre] y [el nombre de la mujer] han entrado en un pacto delante de Jehová Dios y de estos testigos para aceptarse mutuamente en matrimonio, yo, como un ministro ordenado y por la autoridad conferida a mí por las Sagradas Escrituras y el Estado (Provincia) de ________, pronuncio que son esposo y esposa juntos. Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.”

Entonces el ministro concluirá con una oración apropiada, pidiendo la bendición y dirección de Jehová sobre la unión para su gloria y alabanza y para el bien eterno de los que se acaban de casar.

[Nota]

a Desde ahora en adelante se usará el símbolo NW para indicar New World Translation of the Christian Greek Scriptures, versión en inglés a la cual nos hemos referido en español como la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Cristianas Griegas.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir