Defensa principal contra el abuso de las drogas
LA POLICÍA encontró a un músico joven del Canadá en malas condiciones. Dijo a los oficiales que había decidido probar LSD debido a que ya no le servía de estímulo la marihuana. El resultado fue un “mal viaje” durante el cual se metió los dedos en las cuencas de los ojos porque “no quería ver lo que estaba viendo.” Se dañó severamente ambos ojos, y los doctores temían que perdería la vista de uno de ellos.
Relatos como éstos no son raros en las noticias. Doctores, abogados y hasta la mayoría de los que usan drogas admiten que las fuertes drogas “psicodélicas” como el LSD y la heroína así como las píldoras excitantes y las deprimentes, las anfetaminas y los barbitúricos, son peligrosas. La heroína y los barbitúricos, en particular, producen adicción. Pocos adictos a la heroína se curan.
Por otra parte, las personas que usan marihuana, entre ellas, muchos jóvenes de edad universitaria y secundaria, presentan argumentos para defender la “yerba.” La llaman un “intensificador social.”
Un estudiante universitario dijo que con la marihuana “la mente se deleita magníficamente con situaciones o recuerdos muy sencillos.” Algunos le atribuyeron más importancia, declarando que tienen un propósito más intenso en fumar, pues dicen: Las drogas “son nuestro único medio de sentir amor en la debacle actual de autodestrucción.” Es un “retorno a Edén,” y las drogas son un “paraíso instantáneo,” o un “análisis instantáneo de uno mismo.”
ALGUNOS HECHOS EN CUANTO A LOS EFECTOS DE LA MARIHUANA
Hay dos preguntas que se hacen con suma frecuencia: ¿Es probable que los que usan marihuana pasen a drogas más fuertes? ¿Es peligrosa la marihuana en sí?
Debido a que la verdad en cuanto a la marihuana ha sido ocultada en una “neblina” de ignorancia, y notando su esparcimiento epidémico, los gobiernos están estableciendo comisiones para investigar la droga. Además, un número grande de científicos está llevando a cabo investigación independientemente. ¿Qué han descubierto? ¿Conduce el fumar marihuana al uso de drogas más fuertes?
Una hoja publicada por el Departamento de Salud, Educación y Beneficencia de los EE. UU. informa que “es posible que los que usan una droga ilegal queden expuestos a una variedad de ellas por tener tratos con vendedores de drogas y otros individuos que las usan.” Y bajo el encabezamiento “Los más recientes hallazgos sobre la marihuana,” el U.S. News & World Report del 1 de febrero de 1971 declara que “hay evidencia de que personas que han llegado a apoyarse en la droga por razones psicológicas —creyendo que ésta aliviará la tensión y el decaimiento— muy probablemente pasarán a drogas más fuertes.”
Los peligros físicos de las drogas fuertes están bien atestiguados. En cuanto a la marihuana, “dosis suficientemente altas . . . pueden causar episodios psicóticos agudos —aunque temporarios— cuando menos se esperan, los cuales se manifiestan en forma de ilusiones, alucinaciones, paranoia, abatimiento y pánico,” dice un informe del Comité Temporario del Estado de Nueva York para Avaluar las Leyes sobre Drogas. “Además, la investigación preliminar indica que el usar la marihuana con regularidad y de continuo o el tomar dosis extremadamente altas de ella puede causar daño al hígado, defectos genéticos, daño cerebral y enfermedad de las vías respiratorias superiores.” ¿Qué individuo sensato se expondría deliberadamente a sí mismo y a su posteridad a la desdicha y a una vida abreviada como resultado de estas enfermedades?
EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO
¿Dice algo la Biblia en relación con el tema de las drogas? ¿No suministra ayuda para resistir el uso de ellas? ¿Podemos, con la ayuda de la Biblia, fortalecer a nuestros hijos para que las resistan?
Las drogas se conocían en los días de la antigüedad cuando se estaba escribiendo la Biblia. ¿Por qué uso, especialmente, eran conocidas? Por su uso relacionado con la brujería, hechicería, espiritismo. Pero las drogas no ponían a quienes las usaban en ‘comunión con Dios,’ como alegan algunos defensores de las drogas modernas. En Gálatas 5:20, el espiritismo no está clasificado como fruto del espíritu de Dios, sino como una de las “obras de la carne” que impiden que uno entre en el reino de Dios. Aquí la palabra griega para “práctica de espiritismo” o “brujería” es pharmakía, literalmente, “droguería.”
Sobre esta palabra, el Expository Dictionary of New Testament Words de Vine comenta: “PHARMAKÍA . . . significaba principalmente el uso de medicina, drogas, hechizos; entonces, envenenamiento; entonces, brujería, . . . Vea también Rev. 9:21; 18:23. . . . En la brujería, el uso de drogas, fueran sencillas o potentes, generalmente iba acompañado de encantamientos y ruegos a poderes ocultos, con el suministro de varios encantos, amuletos, etc., cuyo supuesto propósito era proteger al solicitante o paciente de la atención y poder de los demonios, pero realmente impresionar al solicitante con los recursos y poderes misteriosos del hechicero.”
Si uno se deja llevar a la práctica del espiritismo se expone a toda clase de prácticas malas que pueden acarrear influencia demoníaca y locura, y ciertamente dará por resultado muerte eterna. Dios dice: “Pero en cuanto a . . . los que son repugnantes en su suciedad y asesinos y fornicadores y los que practican espiritismo [griego, pharmakoís, “drogueros”] . . . su porción será en el lago que arde con fuego y azufre. Esto significa la muerte segunda.”—Rev. 21:8, Kingdom Interlinear Translation.
HACHÍS, LA DROGA DE ASESINOS
La marihuana es un producto de la planta Cannabis sativa, un cáñamo, de la cual también se hace el hachís. Esta droga es parecida a la marihuana y los que fuman marihuana la usan frecuentemente.
El origen de la palabra “asesino” testifica al poder del hachís para incitar a actos de violencia. “Asesino” proviene de la palabra árabe hassasin, que se usaba para describir la Orden de los Asesinos, una orden musulmana que se fundó en Persia alrededor de 1090 E.C. Al tiempo de las cruzadas estos hombres aterrorizaban a los cristianos y a otros enemigos con asesinato secreto, asesinatos religiosos cometidos bajo la influencia del hachís.
LAS DROGAS ESCLAVIZAN A QUIENES LAS USAN
Todas estas drogas, desde la marihuana, pasando por el LSD, hasta la heroína, producen adicción física o psicológica, o ambas. Los investigadores dicen: “Los científicos . . . concuerdan en que las señales de adicción psicológica [a la marihuana] son comunes.” Es verdad que ciertas drogas, administradas bajo la atención de un médico, pueden servir algún propósito medicinal. Pero los que usan la marihuana no pueden hallar ninguna excusa semejante, pues, dice el Departamento de Salud, Educación y Beneficencia de los EE. UU., “desemejante a otras drogas, ésta no tiene uso conocido en la medicina moderna.”
A los cristianos que llevan a cabo la pelea por la fe, se les advierte: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien.” (1 Ped. 5:8) La persona que afloja la vigilancia, particularmente cuando lo hace en busca de “estímulos” y por algo que incapacita sus procesos normales de pensar y discernir, está exponiéndose a ataque de parte de Satanás y los demonios. Esa persona desecha el gobierno de sí misma, y obra de manera contraria a su devoción a Dios y Cristo. El apóstol Pablo dijo: “Yo no me dejaré poner bajo autoridad por cosa alguna” (es decir, algo que pusiera a Pablo en desventaja para servir a Dios).—1 Cor. 6:12; Gál. 5:22, 23.
CRISTO RECHAZÓ LA IRREALIDAD Y LAS DROGAS
¿Cuál fue el punto de vista de Jesucristo en cuanto a escapar de la realidad y el uso de las drogas? Cuando Pedro, uno de sus apóstoles, hizo una sugerencia que lo tentó a escapar de la realidad apartando la vista siquiera por un instante del proceder difícil de sacrificio delante de él, Jesús contestó rápidamente: “Ponte detrás de mí, Satanás.”—Mar. 8:32, 33.
Más tarde, cuando estaba por ser fijado en el madero de tormento, le ofrecieron a Jesús “vino mezclado con mirra, pero él rehusó tomarlo.” (Mar. 15:23) ¿Por qué rehusó Jesús? El Dictionary de Vine comenta: “[El verbo] SMURNIZO . . . se usa transitivamente en el N.T., con el significado de mezclar o drogar con mirra, Marcos 15:23; sin duda se ofreció la mezcla para amortiguar el dolor (la palabra de Mateo ‘hiel’ [Mat. 27:34] sugiere que mirra no era el único ingrediente). Cristo rehusó participar de cualquier medio de alivio como ése; quiso retener toda su facultad mental para cumplir plenamente con la voluntad del Padre.” Precisamente antes de morir, Cristo aceptó un poco de vino agrio para apagar su sed. Esto, de paso, indica que Jesús hizo distinción entre las drogas y el vino.—Juan 19:28-30.
PADRES, AYUDEN A SUS HIJOS
Los padres pueden ayudar a sus hijos, y deben prepararlos con anticipación. Deben abordar el tema con la actitud correcta. Quizás los jóvenes opinen que tienen buenas razones para usar drogas, porque oyen argumentos que favorecen las drogas de parte de asociados mundanos que los rodean. Los niños son básicamente inteligentes y no quieren una simple serie de “Nos,” sino razones adecuadas. Los padres, empleando amor, consideración y bondad, razonando sobre los hechos y utilizando para ello consejo bíblico, pueden fortalecer a los hijos para que resistan la amenaza de las drogas.—2 Tim. 2:24-26.
La relación de la persona con Dios es lo que debe recibir el mayor énfasis. Pues, si no se incluye a Dios en el cuadro, la discusión puede constar de razonamientos que nada prueban y nada logran y a su fin dejar al niño sintiendo que realmente recibió poco consejo válido y autoritativo que le beneficiaría. Y los padres mismos tienen que poner el ejemplo apropiado, no siendo “dados a mucho vino,” y no confiando en píldoras estimulantes (anfetaminas) y sedativos (barbitúricos) para sustituir al gobierno de sí mismos cuando afrontan problemas emocionales, problemas de peso (por falta de control en el comer), etcétera.—1 Tim. 3:8; Pro. 23:20.
Los padres deben señalar a sus hijos que el comercio y uso ilícitos de las drogas están suprimidos por leyes muy fuertes en muchos países, y que los castigos por violarlas varían pero incluyen hasta la pena de muerte. El cristiano que trafica en drogas o usa drogas ilícitas está infringiendo la ley, es delincuente; está rehusando obedecer a Dios, rehusando ‘pagar de vuelta a César las cosas de César,’ y no está demostrando la debida sujeción a las autoridades superiores, como Dios manda.—Mat. 22:21; Rom. 13:1.
Además, la persona que se siente atraída a usar drogas debe comprender que, muy a menudo, a fin de comprar drogas, los que las usan se ponen a robar y hasta a usar violencia. En una encuesta realizada por el Centro de Criminología de la Universidad de Toronto, Canadá, que abarcó a 967 personas de dieciocho años de edad y para arriba, se alistó las drogas como la causa principal del crimen, con la falta de disciplina en el hogar ocupando el segundo lugar.
Las drogas debilitan la integridad a Dios. Un folleto del Gobierno de los EE. UU. informa: “La persona que usa marihuana descubre que le es más difícil tomar decisiones que requieren claridad de pensamiento. Y halla que acepta con mayor facilidad las sugerencias de otras personas.” Si hubieran estado fumando marihuana para escapar de la realidad, ¿les habría sido posible a los tres compañeros hebreos de Daniel mantenerse firmes en su decisión, como lo hicieron, ante la muerte en un horno ardiente?—Dan. 3:1-25.
ENFRENTÁNDOSE A LA “PREMURA PROCEDENTE DEL GRUPO”
Es preciso que los padres reconozcan que probablemente la fuerza más poderosa que tiende a promover el uso de las drogas es “la premura procedente de los de su mismo grupo.” Este es el deseo de ser “aceptado” por la muchedumbre y el temor de que lo llamen cobarde o “inadaptado.” Por lo general un “amigo” es el promotor. “El ‘vendedor’ puede ser el muchacho de la casa al lado,” dice el Times de Nueva York. A menudo el promotor obsequia un cigarrillo de marihuana o una droga más fuerte al individuo para iniciarlo a fin de que más tarde llegue a ser un cliente lucrativo. En un esfuerzo evidente por causar más adicción, algunos rocían la marihuana con heroína antes de venderla.
¿Cómo, entonces, combatirá con éxito el uso de las drogas el joven que constantemente es apremiado por compañeros, en la escuela, en el trabajo y en otros lugares? La regla bíblica es: “Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles,” y, “Huye de los deseos incidentales a la juventud, mas sigue tras la justicia, la fe, el amor, la paz, junto con los que de corazón limpio invocan al Señor.” (1 Cor. 15:33; 2 Tim. 2:22) Por lo tanto, los que están aprendiendo a respetar las leyes de Dios, los de “corazón limpio,” son aquellos cuyo compañerismo es valioso.
Si el joven es testigo cristiano de Jehová, tiene la más fuerte arma posible. Esta es su conocimiento de la Palabra de verdad de Dios y la habilidad de dar testimonio al reino de Dios. (Efe. 6:17) A menudo, si él dice a sus asociados que es testigo de Jehová y que no puede participar con ellos en su uso de drogas, lo dejarán en paz. Si, siempre que surge la oportunidad, habla acerca de los principios bíblicos y de las cosas mejores que vendrán con el reino de Dios, muchos lo respetarán por abstenerse de las drogas. Además, quizás hasta pueda ayudar a algunos de sus asociados a evitar o desprenderse del uso de las drogas.
VIVIENDO AHORA SEGÚN LA REALIDAD
“Psicodélico” significa “manifestación de la mente (o alma).” Pero no es por medio de algún análisis de su propia mente y corazón imperfectos que el hombre encuentra lo que es bueno. (Rom. 7:18; Jer. 17:9, 10) Más bien, es por medio de un entendimiento de la mente de Dios y de su Hijo Jesucristo. Es la Palabra y espíritu de Dios lo que nos revela estas cosas de inestimable valor. (1 Cor. 2:9-13) La Biblia también hace posible que uno analice lo que realmente está en el propio corazón de uno, de modo que pueda efectuar correcciones en armonía con la justa voluntad de Dios, no un simple “viaje” a la sensualidad que deja al individuo más confuso y decaído que antes.—Heb. 4:12.
Aunque los que usan drogas alegan que alcanzan “Edén,” el “paraíso” y el “amor,” los que se adhieren al principio de la devoción piadosa tienen la “promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.” (1 Tim. 4:8) Viven en la realidad y disfrutan de la vida, manteniéndose ocupados, libres de aburrimiento o frustración, pues tienen un propósito en la vida. (1 Cor. 15:58) Por otra parte, un estudiante universitario confesó: “He dejado de tomar drogas. . . . Se me había hecho demasiado fácil ‘ponerme en onda’ . . . sin nunca llegar a zanjar los verdaderos problemas, sin jamás pensar en realidad. Se me hizo difícil distinguir entre las fronteras de la ilusión y la realidad.”
Es verdad que la escena actual de este mundo es deprimente. Pero el apóstol Pablo nos consuela: “La escena de este mundo está cambiando.” (1 Cor. 7:31) En vez de guerra, odio, prejuicio y muerte, se ha acercado un verdadero paraíso edénico, en el cual Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos [de la humanidad], y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (Rev. 21:4) Cualquiera que tenga el deseo de aprender acerca de Dios puede obtener verdadera tranquilidad de ánimo y, en vez de un “paraíso instantáneo” fantástico y propio de los sueños, puede alcanzar un paraíso verdadero, duradero, por medio de estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Si buscamos a Dios, él se dejará ser hallado de nosotros, pues, “de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros.”—Hech. 17:27; 2 Cró. 15:2.