Rindiendo servicio sagrado noche y día
“Dios, a quien rindo servicio sagrado con mi espíritu con respecto a las buenas nuevas acerca de su Hijo.”—Rom. 1:9.
1, 2. ¿Cómo muestra la Biblia que nuestro “servicio sagrado” a Dios envuelve sacrificios?
HOY no se requiere de los siervos de Dios que ofrezcan sacrificios según el pacto de la Ley, que Cristo Jesús cumplió y que Dios por lo tanto quitó de en medio. Pero sí hay sacrificios que constituyen parte vital de nuestro “servicio sagrado.” ¿Cuáles son?
2 Pablo el apóstol de Cristo Jesús nos muestra cuáles son en Hebreos 13:15, 16. Después de hablar del “servicio sagrado” que rendía en el tabernáculo el sacerdote de Israel y cómo éste se cumplió en Jesús, Pablo dice: “Por medio de él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.”
3. ¿Qué requieren de nosotros las palabras inspiradas de Pablo en Hebreos 13:15?
3 ¿Qué significa esto para nosotros? Significa que deberíamos querer hablar francamente la verdad acerca de Jehová Dios y acerca de las buenas nuevas de su Reino. Y deberíamos estar haciendo esto, no solo de vez en cuando, esporádicamente, en los fines de semana o noches de reunión, sino, como dice el apóstol, “siempre”... todos los días, noche y día, manteniéndonos alerta en cuanto a oportunidades de hacerlo.
4. ¿Se lleva a cabo nuestro “servicio sagrado” solo con nuestros labios? (1 Juan 3:18)
4 ¿Quiere decir esto que nuestro “servicio sagrado” es enteramente un asunto de hablar? No, porque después de hablar del “sacrificio de alabanza,” el apóstol pasa a hablar de otros sacrificios que Dios quiere de nosotros. Dice, en el Heb. 13 versículo 16: “Además, no olviden el hacer bien y el compartir cosas con otros, porque con dichos sacrificios Dios se agrada mucho.” Sí, nuestro “servicio sagrado” tiene que ser un servicio equilibrado, uno en el cual las palabras de alabanza a Dios estén equilibradas con actos, con el “hacer bien y el compartir cosas con otros.”
5. (a) ¿Cómo puede dar testimonio de las buenas nuevas toda nuestra vida? (b) ¿Qué efecto tendrá esto en otros de nuestra comunidad?
5 Así es que, lo mismo que Jesús, queremos que toda nuestra vida sea un testimonio a la verdad. Por supuesto, no podemos ejecutar milagros como lo hizo Jesús para ayudar a la gente, pero nuestra conducta excelente, nuestra honradez y sinceridad, y el estar dispuestos a ayudar a la gente cuando podemos y con lo que tenemos tienen igual aceptación. Podemos hacer tal como se nos insta en Gálatas 6:10: “Realmente, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.” Al proceder así establecemos la base para que las personas abran los oídos a la verdad. Por lo tanto, no podemos retraernos de declarar las buenas nuevas a todos, haciéndolo generosa y denodadamente ‘desde la abundancia de nuestro corazón.’ De otro modo, ¿cómo realmente se ayudará a la gente que observa nuestras buenas obras y excelente modo de vivir? Tenemos que dejar que la gente sepa que las buenas nuevas de Dios son lo que nos ha impelido a hacer las obras excelentes. (Mat. 5:16; 12:34, 35) Entonces verán que existe la posibilidad de que ellos lleguen a ser lo mismo que nosotros, si ellos también aprenden las buenas nuevas. A menos que tengamos las obras excelentes, beneficiosas y bondadosas acompañadas de buena conducta así como también el “sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre,” no le estamos rindiendo de lleno a Dios “servicio sagrado.”—Heb. 13:15.
6. ¿Qué se requiere, entonces, para que nuestro “servicio sagrado” sea completo?
6 Queda manifiesto, pues, por los ejemplos de Jesús y los apóstoles, que nuestro “servicio sagrado” no es enteramente asunto de cambiar nuestra personalidad y hacer cosas bondadosas. Esto es una parte, el fundamento, de nuestro servicio, al cual agregamos el sacrificio de alabanza. (Sal. 106:12) Nuestro “servicio sagrado” no puede ser completo a menos que tanto vivamos las buenas nuevas como las declaremos.
7. ¿Quién determina cuánto tiempo empleamos en los diferentes sacrificios que constituyen nuestro “servicio sagrado”?
7 Hoy todos podemos demostrar que estamos entre los que rinden “servicio sagrado” a Dios día y noche. Jehová Dios no ha establecido para nosotros un código legal que nos diga cuánto tiempo debemos emplear en ofrecer el sacrificio de alabanza (salvo que dice “siempre”) o cuánto en los otros sacrificios que agradan a Dios. Nos toca a nosotros equilibrar esto. Pero todos estos sacrificios —el fruto de nuestros labios al hacer declaración pública de su nombre y el hacer lo bueno y el compartir cosas con otros— todos tienen que estar presentes y hallar un lugar en nuestra vida, en las horas del día y en las horas de la noche.—Compare con Hechos 26:7.
8. ¿Qué ejemplo de servicio de “noche y día” nos suministró Jesús? (Mar. 1:35; Luc. 6:12)
8 Jesús tenía las buenas nuevas en su corazón, meditaba en ellas y consideraba de qué manera podía hacer que la gente entendiera el mensaje. Siempre estaba listo, “noche y día,” para hablar las buenas nuevas, aun cuando estuviera muy cansado. Siempre había en él celo para declarar la verdad. (Juan 2:17) Recuerde como le habló a una mujer, a una samaritana, considerada por los judíos como en un nivel demasiado bajo para que pudiera apreciar cosas sagradas. (Juan 4:7-26) Pero Jesús no juzgó a la mujer, aunque también sabía que llevaba una vida inmoral. El testimonio que le dio resultó en una maravillosa y extensa declaración del nombre y los propósitos de Dios.—Juan 4:39-42.
TODO EL PROCEDER DE NUESTRA VIDA UN “SERVICIO SAGRADO”
9. Esencialmente, ¿qué abarca el “servicio sagrado” y cómo ponen de manifiesto esto los escritos inspirados de Pablo? (Col. 3:17)
9 Se ve, pues, que el “servicio sagrado” no es algo que ocupe solo parte de nuestra vida. No está limitado a una sola actividad, ni a cierto número de actividades, sino que abarca todo aspecto de nuestro vivir diario. Se puede resumir con estas palabras: ‘Sigan haciendo todo como para Jehová, sea el comer o el beber o el hacer cualquier otra cosa.’ (1 Cor. 10:31) Mostrando lo abarcador que debe ser este servicio, el apóstol dice en Romanos 12:1, 2: “Les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio. Y cesen de amoldarse a este sistema de cosas.”a
10. (a) ¿Qué determina si alguna actividad en particular forma parte de nuestro “servicio sagrado”? (b) ¿Qué servicio de “noche y día” exige la Palabra de Dios que lleven a cabo los padres, y cómo deben considerar ellos esto?
10 Son muchas las cosas que están envueltas en esto, pero la mira que uno tiene, su meta y lo que impele su corazón son los factores claves para determinar si lo que uno hace es realmente “servicio sagrado” o no. Por ejemplo, hay muchos padres y madres entre nosotros. Parte, en realidad gran parte, de su “servicio sagrado” a Dios tiene que ver con sus hijos. Salmo 127:3 dice que son “una herencia de parte de Jehová.” ¿Están cuidando ustedes de esa herencia como para él y para la gloria de él? Este rasgo de su servicio también es uno de “noche y día,” porque la Palabra de Dios indica que los padres deben estar inculcando los excelentes principios de Dios en sus hijos desde cuando se levantan hasta cuando se acuestan. (Deu. 6:4-9) Para hacer esto, una cosa fundamental es estudiar la Biblia con ellos. Pero un padre no debe decir para sí: ‘Tengo un estudio bíblico con mis hijos una vez a la semana, así como lo tengo con otras personas. Por lo tanto, tienen suficiente con eso para saber lo que es correcto y seguir los principios bíblicos.’ Esto sencillamente no es cierto. Recuerde que la Biblia dice que Dios considera “santos” o sagrados a los hijos de un padre o una madre creyente. (1 Cor. 7:14) ¿Cómo trataría usted algo que hubiese sido encomendado a su cuidado, de lo cual usted supiera que Dios lo consideraba sagrado? ¿No lo guardaría usted con sumo cuidado todos los días, día y noche?
11. ¿Por qué no pueden desatender los padres este aspecto del “servicio sagrado”?
11 Lo que ustedes, padres, hagan ahora para enseñar y disciplinar a sus hijos bien pudiera salvarlos. Por otra parte, si son negligentes ahora, pudieran perderlos. Es decir, de repente puede llegar el tiempo —antes de que se den cuenta de ello— cuando las palabras que les dirijan caigan en oídos sordos. El mundo tendrá más influencia en ellos que ustedes. Entonces, ¿cómo verá Dios el modo en que ustedes habrán manejado propiedad que le era sagrada a él?
12, 13. (a) ¿Cómo pueden llevar a cabo los padres sabia y eficazmente la exhortación que se encuentra en Deuteronomio 6:4-9? (b) ¿Por qué querrán los padres cristianos más que solo un “buen hijo” o una “buena hija” desde el punto de vista mundano? (Pro. 3:1-4)
12 El inculcar la Palabra de Dios en los hijos todo el día no quiere decir predicarles constantemente. Exige que uno manifieste por su vida diaria y conversación lo que realmente significa la verdad de Dios. En toda ocasión, sea por la relación amorosa y estrecha que tienen con ellos o por su asociación amigable e íntima y comunicación libre de trabas, pueden ayudarlos a apreciar a Jehová Dios, su sabiduría, su amor y lo justo de sus caminos. Escúchenlos, razonen con ellos. Cuando les den instrucciones o tareas que hacer, o los disciplinen, muestren por qué, y expliquen los buenos resultados de obedecerlos como madre o padre y, por consiguiente, de obedecer a Dios como Cabeza sobre todo.
13 No pueden sencillamente tratar de tener un “buen hijo” o una “buena hija” en el sentido en que el mundo emplea esa expresión. Por supuesto, ustedes quieren que sus hijos sean de buenos modales, respetuosos, honrados y considerados para con otros. Pero quieren que su hijo o hija sea así porque, sobre todo, ha llegado a conocer y amar a Jehová Dios. Para que la crianza de su hijo o hija sea diferente de la de los jóvenes del mundo, y verdaderamente sea un “servicio sagrado,” es preciso dirigir la mente y corazón de él o ella a Jehová, para que llegue a ser un alabador de Jehová.—Sal. 148:12, 13.
14. ¿Cómo pueden los esposos y las esposas rendir “servicio sagrado” por medio del arreglo del matrimonio?
14 Los esposos y las esposas pueden rendir “servicio sagrado” por medio de hacer que su matrimonio sea uno de éxito y una honra a la institución divina del matrimonio. Un hombre o una mujer pudiera ser muy amable y agradable para con otros, y soportar con paciencia equivocaciones o hasta sufrir indignidades y agravios por parte de ellos sin desquitarse. Pero en sus tratos con el cónyuge, el esposo o la esposa pudiera ser presto para enojarse, andar ‘leyendo entre las líneas’ de lo que dice el cónyuge, manifestar una actitud de pendenciero, andar buscando una ocasión para criticar. O pudiera ser que la pareja cortara toda comunicación entre sí. Prescindiendo de las otras cosas que una persona casada haga, no está rindiéndole de lleno a Dios “servicio sagrado” acepto si él o ella no hace caso del pacto sagrado del matrimonio.—Efe. 5:22-25, 29.
15. ¿Qué poderosa contribución puede hacer un ama de casa a la difusión de las buenas nuevas en su comunidad?
15 Las amas de casa tienen una excelente oportunidad para rendir “servicio sagrado” acepto a Dios. Sus obras excelentes que otros pueden ver ciertamente incluirían el mantener una casa limpia y ordenada, el preparar las comidas y tener la ropa arreglada para los de su familia. Pues, ¿qué hay que se exhiba más a la vista de otros que el hogar de uno? La hospitalidad de la esposa, su pronta disposición en cuanto a ayudar a sus vecinos, especialmente el que esté lista para hacer lo extraordinario por ayudar a otras hermanas de la congregación en lo que necesiten... éstos son los sacrificios que agradan mucho a Dios. Cuando la gente sabe estas cosas acerca de ella, entonces la declaración pública de las buenas nuevas por ella en el territorio de la congregación tiene una influencia más poderosa.—Hech. 9:36-41; Tito 2:4, 5.
16. ¿Cómo pueden los niños y los jóvenes rendir “servicio sagrado” a Dios todos los días con excelentes resultados?
16 Si los hijos de la casa se interesan en rendirle “servicio sagrado” a Jehová, le pueden mostrar respeto a su padre y ayudar a su madre a honrar a Dios por medio de ayudarles a mantener la casa limpia y en buen orden. Y en los casos en los cuales los padres no están en la verdad, de esta manera los hijos pueden hacer mucho para llevar a sus padres a honrar a Dios. El modo en que se portan delante de sus compañeros de escuela, el respeto que les muestran a los maestros, el hablar a otros acerca de las buenas nuevas cuando se presenta la oportunidad y el trabajar en estrecha unión con la congregación en las cosas que se hacen en el Salón del Reino y en participar en el servicio del campo ciertamente son cosas que Dios cuenta como “servicio sagrado” a él. (Pro. 20:11; Tito 2:6-8) Una buena prueba a tu servicio, en cuanto a si es verdadero “servicio sagrado” o no, es hacerte esta pregunta: ‘¿Salgo al servicio del campo, tal vez llevando literatura bíblica a otros?’ Eso es digno de encomio. Pero, ahora, también pregúntate: ‘En la escuela y en otros lugares, ¿cómo me porto? ¿Hago lo que hacen los jóvenes mundanos? ¿O recuerdo que he de rendir “servicio sagrado” a Jehová noche y día?’ Tú, como otros, puedes efectuar mucho en cuanto a interesar a la gente en las buenas nuevas por tu conducta diaria y tu actitud excelente.
17. ¿Qué servicio en particular se exige que lleven a cabo los ancianos?
17 De los ancianos cristianos también se exige que sirvan noche y día. Parte del “servicio sagrado” que ustedes rinden es a favor de sus hermanos, atendiendo sus necesidades espirituales. El apóstol Pablo pudo decirles a los ancianos de la congregación de Éfeso: “Por lo tanto manténganse despiertos, y recuerden que por tres años, noche y día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas.” (Hech. 20:31) Hoy día sus hermanos necesitan la ayuda de ustedes tanto como los hermanos de Éfeso necesitaban ayuda allá en el primer siglo.
18-21. (a) ¿En qué consistió el “servicio sagrado” que Pablo rindió día y noche? (b) ¿Por qué calificaba su trabajo seglar como parte de su “servicio sagrado” a Dios, y qué lección tiene esto para nosotros?
18 ¿Puede usted hacer lo que hizo Pablo, servir día y noche? Las palabras de Pablo no quieren decir necesariamente que empleó cada minuto en hablar o predicar. No, porque en Hechos 20:34 sigue explicando que él trabajó con sus propias manos haciendo trabajo seglar a fin de atender las cosas materiales que necesitaban él y los que trabajaban con él. De hecho, cuando escribió a los tesalonicenses, dijo: “Ciertamente ustedes recuerdan, hermanos, nuestra labor y afán. Fue trabajando noche y día, para no poner una carga costosa sobre ninguno de ustedes, que les predicamos las buenas nuevas de Dios.”—1 Tes. 2:9.
19 Sí, a veces Pablo estuvo ocupado no solo de día, sino también de noche en trabajo seglar, como el de hacer tiendas. Pero es importante que preguntemos: ¿Por qué hizo esto? ¿Fue por motivos materialistas, o debido a un deseo de lujos? No, sino como él mismo dice, fue “para no poner una carga costosa” sobre sus hermanos. Al hacer esto dio un ejemplo para que nadie pudiera acusarlo de llevar una vida suave gracias al sostén financiero de las personas a quienes servía las buenas nuevas. En virtud de que su motivo y su mira eran dar adelanto a la verdad y eliminar todo tropiezo de la mente de las personas a quienes servía, de él se podía decir que estaba ocupado en el servicio de Dios aun durante aquellas horas de trabajo seglar. Pero ¿qué hay si hubiese tenido un motivo egoísta, si no hubiese estado haciendo todas las cosas como para Jehová y para adelantar los intereses del Reino? Entonces su trabajo no hubiera diferido del de ninguna otra obra seglar. No hubiera sido un “servicio sagrado.”
20 Sin embargo, Pablo, dado que tenía una conciencia limpia y un motivo correcto al hacer su trabajo seglar, podía hacer que esta porción de su “servicio sagrado” a Dios armonizara con la comisión que Dios le había dado por medio de proclamar las buenas nuevas con mucho denuedo y celo. Y Dios bendijo en gran manera ese “servicio sagrado.” Como Pablo dijo, en nuestro texto temático: “Dios, a quien rindo servicio sagrado con mi espíritu con respecto a [¿qué? a] las buenas nuevas acerca de su Hijo.” (Rom. 1:9) Ciertamente todos tenemos que maravillarnos ante los efectos trascendentales que tuvieron los fieles esfuerzos de Pablo por rendirle a Dios “servicio sagrado.”
21 Por lo tanto, es preciso que cada uno de nosotros nos preguntemos: ¿Cómo considero mi trabajo y en qué tengo puesta mi mira? La única respuesta razonable se halla en el consejo que el apóstol le dio al joven Timoteo: “Ve entrenándote teniendo como mira la devoción piadosa. Porque . . . la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.”—1 Tim. 4:7, 8; Juan 6:27.
22. ¿Qué propósito doble logramos por medio de nuestra devoción piadosa?
22 Sí, el principal objeto de nuestra devoción piadosa es rendirle “servicio sagrado” a Jehová y aportarle honra a su nombre, ayudando así a otros a apreciar la clase de Dios que él es y a entrar en una relación íntima con él. Pero al hacer esto también llevamos una vida más feliz aun ahora, en este tiempo. Y esto significa ‘la vida que ha de venir,’ no solo para nosotros, sino también para nuestras familias y para toda persona en la cual influyan nuestra conducta y nuestra proclamación de las buenas nuevas.
23, 24. ¿Qué nos sirve de estímulo para que sigamos probándonos en cuanto a lo genuino de nuestro “servicio sagrado”?
23 Respecto a ‘la vida que ha de venir,’ y más que eso, la oportunidad de tener una vida ininterrumpida desde ahora y hasta la eternidad, la visión que tuvo el apóstol Juan de la grande muchedumbre sobreviviente es una de las cosas que más nos anima a ‘seguir poniéndonos a prueba para ver si estamos en la fe,’ probando si realmente estamos rindiendo “servicio sagrado” de lleno. (2 Cor. 13:5) Sí, Dios nos extiende la esperanza suprema de ser parte de esa multitud grande y sin número que él va a proteger a través de la grande tribulación venidera e introducir en su nuevo orden justo.
24 ¡Qué maravillosa expectativa se pone ante nosotros por hacer lo que es correcto, razonable y lo más deleitoso! ¡Pues, todo residente de la Tierra pronto le estará rindiendo “servicio sagrado” a Dios, y qué verdadero paraíso será la Tierra entonces!—Rev. 22:1-3.
25. Para pasar con vida a través de la grande tribulación que se aproxima, ¿qué debemos estar haciendo aun ahora?
25 Si queremos estar entre los que escapen de la destrucción durante la grande tribulación, tenemos que estar haciendo ahora mismo lo que Juan vio que hacía la grande muchedumbre después de haber pasado la tribulación. Estaban “clamando con voz fuerte, diciendo: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.’” (Rev. 7:10) No con vacilación, no con incertidumbre, sino como con una “voz fuerte,” impulsada por confianza y por amor sincero y devoción de toda alma... así es como queremos hacer declaración pública del nombre de Jehová Dios y respecto a todas las cosas grandiosas que ese nombre representa y todas las gloriosas promesas que respalda. Queremos estar alabando a Jehová y su Hijo ‘siempre,’ unos a otros en nuestros hogares, en nuestras reuniones, y a todos los que nos escuchen en nuestra comunidad o dondequiera que estemos. Y si hacemos esto, todas las huestes celestiales, que ‘siempre contemplan el rostro del Padre’ de Cristo, nos respaldarán completamente, diciendo “Amén” a la proclamación de las buenas nuevas que hacemos como parte especialmente designada de nuestro genuino “servicio sagrado” a Dios.—Mat. 18:10; Rev. 7:12.
26. ¿Qué mueve a millares de personas en toda la Tierra a buscar a Jehová hoy día, y qué causa para regocijo nos da esto?
26 Es el “servicio sagrado” que rinde el pueblo de Jehová lo que está atrayendo a miles de personas a él hoy día. Ven la actitud de amor y de disposición de ayudar, la limpieza, la integridad genuina, la apacibilidad de los testigos de Jehová. Entonces oyen y se sienten impelidos a escuchar las buenas nuevas que los siervos de Dios declaran celosamente. Así se glorifica a Jehová Dios ahora y todavía se le glorificará con mayor resplandor por toda la Tierra, al ser alabado vigorosamente por los agradecidos sobrevivientes de la tribulación... todo esto como el excelente y feliz resultado de verdaderamente rendirle “servicio sagrado” a Dios día y noche.
[Nota]
a El Theological Dictionary of the New Testament, comentando sobre el uso del verbo latreúein (rendir servicio sagrado) dice: “El uso abarcador de latreuin para la totalidad de la conducta del justo para con Dios se encuentra por primera vez en Luc. 1:74” “. . . en Fili. 3:3 nuevamente encontramos latreúein en un sentido metafísico amplio en el cual abarca toda la existencia cristiana.”—Tomo IV, págs. 63, 64.