Ponderando las noticias
Escapándose de ser violadas
● Después de analizar treinta y seis intentos de violación y treinta y seis violaciones que se completaron, Frank J. Javorek, del Hospital General de Denver, dio un informe de los factores más significativos que establecieron la diferencia entre los intentos de violación y las violaciones completadas. Según “Science News,” en el orden de importancia estos factores “fueron si la víctima gritó o pidió ayuda a gritos o no, y si la víctima trató de correr para escaparse o no. El segundo factor en importancia fue el vecindario en que residía la víctima y si la víctima estaba despierta y alerta o no al tiempo del ataque.”
En algunas situaciones, por supuesto, los gritos no se oyen y es imposible correr. Sin embargo, el 86 por ciento de las mujeres que gritaron y a la misma vez corrieron evitaron que se les violara.
Es interesante el hecho de que la ley que Dios entregó al Israel de la antigüedad especificaba que si una muchacha comprometida cometía fornicación tanto ella como el otro individuo envuelto habrían de ser ejecutados. Sin embargo, si la muchacha pedía ayuda a gritos, pero no era rescatada, esto se aceptaba como prueba de su inocencia. En este caso solo se ejecutaba al hombre, mientras que la muchacha quedaba libre de culpa.—Deu. 22:23-27.
Leyéndoles a sus hijos
● La aptitud en la lectura es la llave al conocimiento en muchos campos. Pero hoy, es cada vez mayor la cantidad de niños graduados de escuela que leen muy mal.
Los testigos de Jehová han hallado que sus hijos se han beneficiado mucho de que se les lea en voz alta aun antes de que vayan a la escuela. Más tarde, cuando sus hijos aprenden a leer, los padres continúan leyendo junto con ellos con regularidad.
Jane Bingham, profesora asociada sobre literatura infantil en Michigan, dice que cuando el padre o la madre le lee en voz alta a un hijo esto “puede darle a la criatura cosas, el interés y la dirección hacia el individuo,” que no puede obtener en la escuela. También recomienda lo siguiente: “Si es del todo posible, cuando le lea a su hijo deje que la criatura se siente cerca de usted, o en su regazo, o abrácela.” Esto aumenta la seguridad y el gozo del hijo, y le ayuda a aprender que el leer de los libros puede ser una experiencia agradable. El leer de manera interesante es provechoso también: “Escucharán la lectura del directorio telefónico si lo hace dramáticamente,” declara Jane Bingham.
Esta lectura por los padres, junto con literatura infantil que explique los elevados principios morales de la Biblia, suministra un fundamento de gran valor. Ayuda al niño para el resto de su vida, y compensa por la educación escolar deficiente. También, está en armonía con los principios docentes que se hallan en la Palabra de Dios.—Deu. 6:7; Neh. 8:8; 1 Tim. 4:12, 13.
¿Es eficaz la absolución en masa?
● A principios de diciembre de 1976 se llevó a cabo un servicio de absolución en masa en el Coliseo Mid-South de Memphis, Tennessee. Presentes en la arena deportiva estuvieron unos 12.000 católicos, cuyos pecados del pasado fueron supuestamente perdonados así por un obispo sin que se les interrogara ni confesara ante un sacerdote. Aunque en ocasiones de “grave necesidad” (como cuando los soldados han ido a la guerra) se ha empleado la absolución general, ésta fue la primera ceremonia de absolución en masa de su clase en los Estados Unidos de América. Según la Prensa Asociada, “el servicio se concibió para atraer de nuevo al redil a los católicos alejados, en particular las divorciadas.”
¿Es eficaz la absolución general? No lo es según la Biblia. Esta no dice nada a favor de tal rito y no da a los cristianos la instrucción de que se confiesen ante un sacerdote. Tampoco hay nada en la Biblia que indique que algún individuo imperfecto puede conceder absolución de pecados. Aunque a los cristianos que necesitan ayuda espiritual se les anima a buscar ayuda de los ancianos de la congregación, solo Jehová Dios puede perdonar el error. (Sant. 5:13-15) Por eso, el rey David le dijo a Dios: “Por fin te confesé mi pecado . . . Y tú mismo perdonaste el error de mis pecados.”—Sal. 32:1-5.