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  • ‘Haz rodar sobre Jehová tus obras’
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
w78 15/9 págs. 21-25

‘Haz rodar sobre Jehová tus obras’

“Haz rodar sobre Jehová mismo tus obras y tus planes serán firmemente establecidos.”—Pro. 16:3.

 1. ¿Qué reconocieron los apóstoles que era una de las mayores necesidades que los cristianos tienen?

UNA de las cosas que más necesita la gente en nuestros tiempos es estímulo. Debido a las presiones de este mundo y por las deficiencias que uno nota en sí mismo, todo individuo se siente desanimado a veces. Los cristianos no son una excepción a esto. El apóstol Pablo describió el propósito de su visita a una congregación “para que haya un intercambio de estímulo entre ustedes, por cada uno mediante la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía.” (Rom. 1:12) Cuando varones cristianos de Jerusalén viajaban a otras ciudades, ‘animaban a los hermanos con muchos discursos y los fortalecían.’ (Hech. 15:32; 20:1) Este es un excelente patrón o modelo para que lo sigan los ancianos y superintendentes viajantes hoy día.—Compare con Filipenses 2:1.

 2. ¿Qué aconseja la Biblia que hagamos cuando nos encaramos a un trabajo o un problema difícil?

2 Puede ser que a veces usted se enfrente a un problema, o tenga que hacer un trabajo, que parezca una montaña. O quizás se encare a alguna circunstancia muy desfavorable en la vida. ¿Qué debe hacer? En vez de desanimarse o darse por vencido, debe volverse al “Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo.” (2 Cor. 1:3, 4) Sí, ‘haga rodar sobre Jehová mismo sus obras, y sus planes serán firmemente establecidos.’—Pro. 16:3.

 3. ¿Qué significa ‘hacer rodar las obras de uno sobre Jehová’?

3 Sin embargo, ¿qué significa ‘hacer rodar sobre Jehová mismo sus obras’? Significa hacer que la carga se ruede de los hombros de usted, por decirlo así, y vaya a los de él. Por supuesto, los planes o deseos que usted tenga deben ser correctos, buenos, en armonía con la Palabra de verdad de Dios, no dirigidos a satisfacción egoísta, venganza, y así por el estilo. Pero en vez de sentir que la carga está sobre usted, ponga todo delante de Jehová, sí, coloque de lleno la cuestión en Sus manos. Entonces, por medio de la oración y por medio de seguir el consejo de la Biblia hasta donde más y mejor pueda, espere que él efectúe lo que usted pide.—Sant. 1:2, 5; Mat. 7:7, 8.

EL CRECIMIENTO Y LA PROSPERIDAD VIENEN DE DIOS

 4. ¿Por qué es esencial que el cristiano tenga presente el ‘hacer rodar sus obras sobre Jehová’?

4 Este es un asunto muy serio. Si el cristiano no hace esto, puede empezar a confiar demasiado en sí mismo, y a pensar, quizás ni siquiera conscientemente, en su propia importancia o aptitud. Si parece que sus planes tienen éxito, pudiera atribuirse el éxito, solo para después descubrir que su “éxito” fue solo temporario o superficial. Ese éxito no le trae gloria a Dios ni ayuda verdaderamente a otras personas. Porque, “a menos que Jehová mismo edifique la casa, de nada vale que sus edificadores hayan trabajado duro en ella. A menos que Jehová mismo guarde la ciudad, de nada vale que el guarda se haya quedado despierto.”—Sal. 127:1.

 5. ¿Cómo señaló el apóstol Pablo lo incorrecto de glorificarnos nosotros mismos o glorificar a otros hombres?

5 El apóstol Pablo dio énfasis a este principio cuando escribió a la congregación cristiana de Corinto. En esta congregación muchos estaban siguiendo o glorificando a hombres ambiciosos. (2 Cor. 11:4, 5, 13) Además, es posible que algunos hayan dado indebida importancia a Pablo y Apolos. (1 Cor. 1:12) Pero Pablo se utilizó a sí mismo, a Apolos (o Apolo) y Cefas como ilustraciones, para mostrar lo impropio que es glorificarse uno mismo o cifrar su confianza o esperanzas en uno mismo o en cualquier hombre o grupo de hombres. (1 Cor. 4:6) Dijo: “En fin de cuentas, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Auxiliares [o siervos] que os llevaron a la fe, cada uno con lo que le dio el Señor. Yo planté, Apolo regó, pero era Dios quien hacía crecer; por tanto, ni el que planta significa nada, ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios.”—1 Cor. 3:5-7, Nueva Biblia Española.

 6. ¿En qué le resultará al cristiano el no ‘hacer rodar sus obras sobre Jehová’?

6 Pablo entonces señaló que ellos posiblemente habían estado trabajando con grandes esfuerzos por edificar sobre el fundamento correcto, que es Jesucristo. No obstante, si no edificaban debidamente —y no ‘hacían rodar sus obras sobre Jehová’ y por lo tanto no ponían su confianza en que él les diera buen éxito— descubrirían, para vergüenza de ellos, que habían edificado o construido cosas de ningún valor, cosas que no resistirían la prueba de Dios.—1 Cor. 3:10-15.

 7. ¿Por qué debe vigilarse el cristiano para no confiar en sí mismo o tomar para sí la honra por lo que se logra?

7 La razón por la cual los cristianos tienen que vigilarse muy cuidadosamente es porque es inclinación humana el confiar en uno mismo, tomar la honra por lo que se logra y obrar independientemente. Dios dijo, poco después del Diluvio del día de Noé: “La inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud.” (Gén. 8:21) Todos hemos heredado esta inclinación de Adán, quien adoptó un proceder de independencia, para hacer las cosas por su propia cuenta, según su propia dirección de los asuntos. Pero en realidad llegó a estar bajo el dominio del Diablo.—Gén. 3:5.

ENSALCEMOS EL NOMBRE DE DIOS, NO A NOSOTROS

 8. ¿Cuál debería ser la principal motivación en todas las cosas que hagamos?

8 El nombre de Dios y el de su Hijo tienen que ser santificados en todo lo que los cristianos hagan. Esto significa que nuestro fin debe ser dar a conocer y ensalzar la soberanía de Dios, su justicia, su misericordia y sus otras excelentes cualidades. (1 Ped. 3:15) Si no hacemos esto, o nosotros u otra persona recibirá la honra por lo que se hace, y esto no tendrá buen resultado. Un caso acerca del cual Dios hizo que se conservara el registro, y que enfatiza este hecho, se encuentra en una situación que se desarrolló después que Israel se estableció en la Tierra Prometida.

 9. ¿Cómo experimentaron los israelitas los resultados de ‘hacer rodar sus obras sobre Jehová’?

9 En aquel tiempo, Samuel el fiel profeta estaba juzgando a Israel. Porque el pueblo había vacilado entre la adoración de Jehová y la de otros dioses, habían sufrido mucho a manos de sus enemigos. Pero Samuel los dirigió en el camino correcto. Los exhortó a librarse de los dioses falsos que estaban en medio de ellos. Ellos obedecieron y empezaron a servir a Jehová solamente. Así, ‘mientras hacían rodar sus obras sobre Jehová,’ se les otorgó una victoria decisiva sobre sus enemigos enconados, los filisteos.—1 Sam. 7:3, 4, 10-14.

10, 11. Aun después de haberlos guiado tan excelentemente Jehová, ¿cómo sucedió que los israelitas no lo ensalzaron ni confiaron en él?

10 Así y todo, después de efectivamente haber experimentado su propia insuficiencia o deficiencia y el hecho de que dependían por completo de Jehová para recibir bendiciones, más tarde, cuando Samuel había envejecido, exigieron un rey. Dijeron: “Nómbranos un rey que nos juzgue, sí, como todas las naciones.” Cuando Samuel oró a Dios con relación a este asunto, la respuesta de Jehová fue: “No es a ti a quien han rechazado, sino que es a mí a quien han rechazado de ser rey sobre ellos.”—1 Sam. 8:4-7.

11 Samuel entonces les advirtió acerca de la opresión que sufrirían bajo la gobernación de un rey humano, pero ellos replicaron: “No, sino que un rey es lo que llegará a haber sobre nosotros. Y tenemos que llegar a ser, nosotros también, como todas las naciones, y nuestro rey tiene que juzgarnos y salir delante de nosotros y pelear nuestras batallas.”—1 Sam. 8:10-20.

12. Por no ‘hacer rodar sus obras sobre Jehová,’ ¿qué resultados les vinieron?

12 Aquí el pueblo de Israel reveló su verdadera condición de corazón, al esperar que hombres impartieran éxito a sus planes. No tuvieron la fe necesaria para ‘hacer rodar sus obras sobre Jehová.’ Poco tiempo después, Dios exhibió su descontento por medio de causar una lluvia en el mismo día en que ellos iban a segar su trigo. (1 Sam. 12:17, 18) Después de aquello, Israel sufrió mucho bajo sus reyes, con la excepción de unos cuantos hombres fieles, tales como los reyes David, Josías y Ezequías. Esto vino como resultado de no reconocer que Jehová era su verdadero rey.

COLOQUE TODO EN MANOS DE DIOS

13. En todo lo que nosotros como siervos de Dios emprendemos, ¿cómo debemos proceder?

13 Por este ejemplo podemos ver que, en todo problema a que se encaran los siervos de Dios y en todas sus empresas, Jehová está envuelto. Primero tenemos que tener presentes la voluntad y el nombre de Jehová. Entonces podemos colocar los asuntos ante él y saber que el firme establecimiento de nuestros planes está en sus manos. Si lo que deseamos se realiza, Dios recibe la alabanza. Si el resultado difiere de lo que habíamos planeado, todavía podemos saber que él está haciendo, o permitiendo, lo que es mejor para nosotros.—Rom. 8:28.

14. ¿Por qué es incorrecto el que nosotros como cristianos atribuyamos algún logro a nuestra aptitud o ingeniosidad?

14 En el mundo, el éxito de una persona suele estar en proporción directa con su aptitud e ingeniosidad, de modo que los individuos se atribuyen la honra de sus logros. Pero en el servicio de Dios no es así. De otra manera, la medida de la posición que ocupa una persona ante Dios sería su aptitud o personalidad. En realidad, la persona que menos pone su confianza en su personalidad o aptitud es aquella a quien Dios bendice. El apóstol Pablo dijo: “Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros.” (2 Cor. 4:7; compare con 2 Corintios 12:9.) En todo tiempo los cristianos tienen que estar alerta para no recaer en la tendencia natural de la carne imperfecta y olvidar que son ‘simplemente siervos de Dios,’ que plantan y riegan la semilla, pero que es Dios quien la hace crecer.—1 Cor. 3:6, 7.

15. ¿Por qué se basan los logros en el servicio que damos a Dios en el mismo principio que el buen funcionamiento de nuestro cuerpo?

15 La parte que Dios ejecuta mientras le servimos se puede comparar con la manera en que funcionan nuestros cuerpos. Los órganos que Dios diseñó para nosotros funcionan sin que estemos conscientes de su funcionamiento. Solo en parte podemos explicar cómo trabajan. Además, el alimento que conseguimos crece con solamente esfuerzo menor por parte de nosotros, y en algunos casos sin esfuerzo alguno por nosotros, y sin embargo está lleno de todos los importantes factores nutritivos. El Sol, la lluvia, el terreno y la semilla hacen los trabajos principales. Por eso, en realidad, nuestra vida depende completamente de las cosas que Dios suministra. Él hace casi todo el trabajo. Nuestro servicio a Dios se basa en el mismo principio. Dice el apóstol Pedro: “Si alguno sirve, que sirva como dependiendo de la fuerza que Dios suministra; para que en todas las cosas Dios sea glorificado por medio de Jesucristo.”—1 Ped. 4:11; compare con Mateo 6:25-31.

EL EXCELENTE EJEMPLO DE ABRAHÁN

16. ¿Cómo fue que Abrahán tuvo que ‘hacer rodar sus obras sobre Jehová’ con relación a la descendencia prometida?

16 Abrahán es un excelente ejemplo de un hombre que francamente ‘hizo rodar sus obras sobre Jehová.’ Él tenía solo la palabra de promesa procedente de Jehová de que Dios haría de él una gran nación y de que por medio de él todas las familias de la Tierra serían bendecidas. (Gén. 12:2, 3) El apóstol llama atención a la fe de Abrahán, al decir:

“(Él [Abrahán] es el padre de todos nosotros, así como está escrito: ‘Te he nombrado padre de muchas naciones.’) Esto fue a la vista de Aquel en quien tenía fe, sí, de Dios, que vivifica a los muertos y llama las cosas que no son como si fueran. Aunque más allá de toda esperanza, no obstante, basado en esperanza tuvo fe, para venir a ser padre de muchas naciones de acuerdo con lo que se había dicho: ‘Así será tu descendencia.’ Y, aunque no se debilitó en la fe, consideró su propio cuerpo, ahora ya amortiguado, pues tenía como cien años, también el amortiguamiento de la matriz de Sara. Mas a causa de la promesa de Dios no titubeó con falta de fe, sino que se hizo poderoso por su fe, dando gloria a Dios y estando plenamente convencido de que lo que había prometido también lo podía hacer. Por tanto, ‘le fue contado por justicia.’”—Rom. 4:16-22.

17. ¿Cómo ‘hizo rodar sus obras sobre Jehová’ Abrahán cuando Dios le pidió que sacrificara a aquél por medio de quién había de venir la descendencia?

17 Abrahán sabía que, para que de él y su esposa Sara viniera un hijo, Dios tendría que intervenir. Sabía que él no tenía ningún poder con relación a esto. Pero esto no hizo que Abrahán se desesperara. Cuando le nació un hijo, Abrahán sabía que era por un milagro de Jehová, que restauró las facultades reproductivas suyas y de Sara. Esto dio más fortaleza a su fe. Ahora, sabía que por medio de este hijo vendría la descendencia. ¿Qué hizo él cuando Dios le pidió que sacrificara a este hijo? Esto tiene que haberle causado gran sorpresa a Abrahán. Él pudiera haber considerado que esta solicitud era “realmente demasiado.” Pero se entregó absolutamente en manos de Jehová, como se registra en el libro bíblico de Hebreos:

“Por fe Abrahán, cuando fue probado, ofreció, por decirlo así, a Isaac, y el que gustosamente había recibido las promesas trató de ofrecer a su hijo unigénito, aun que se le había dicho: ‘Lo que será llamado “descendencia tuya” será por Isaac.’ Pero estimó que Dios podía levantarlo aun de entre los muertos; y de allí lo recibió también a manera de ilustración.”—Heb. 11:17-19.

DIOS PUEDE DARLE ÉXITO EN SU CAMINO

18, 19. Considerando estos asuntos, ¿por qué debemos encararnos con ánimo y confianza a trabajos o problemas difíciles?

18 Después de leer tal relato, ¿cómo puede cualquiera de nosotros pensar, en ocasión alguna, que tenemos que confiar en nuestro propio poder, posición o aptitud para lograr algo en el servicio de Dios? Sirve de refrescante estímulo el saber que si ponemos confianza implícita en Jehová y le obedecemos, tal como lo hizo Abrahán, no tenemos que preocuparnos por el resultado, sin importar lo difícil que sea el trabajo o el problema a que nos encaremos. Pudiera ser asunto de suministrar a nuestra familia las cosas que la familia necesita. O pudiera ser que una viuda que tuviera hijos estuviera muy ocupada tratando de educarlos en “la disciplina y regulación mental de Jehová.” (Efe. 6:4) O quizás el problema sea hallar tiempo para el servicio del campo. Algunos quizás tiemblen al pensar en ir de casa en casa y enseñar a la gente con la Biblia en la mano. Recuerde que ‘usted puede hacer todas las cosas por medio de aquel que le imparte poder.’ (Fili. 4:13) Tenga presente que Jehová Dios y Jesucristo están a su lado. Usted puede aguantar “como si viera a Aquel que es invisible,” tal como lo hizo Moisés cuando se enfrentó a la tarea de proporciones montañosas de sacar de Egipto a tres millones de esclavos israelitas, a través de un desierto desolado... una tarea que estaba completamente más allá de lo que seres humanos pudieran hacer. (Heb. 11:27-29) Moisés tuvo que ‘hacer rodar su carga entera sobre Jehová.’ Entonces Jehová hizo la obra. Ciertamente nuestros problemas no son más difíciles que el problema a que se encaró Moisés.

19 Por eso nos aconseja la Biblia que ‘oremos incesantemente’ y que ‘perseveremos en oración.’ De este modo podemos ‘hacer rodar nuestras obras sobre Jehová,’ mientras continuamos esperando que él haga que nuestros planes lleguen a estar firmemente establecidos. (1 Tes. 5:17; Rom. 12:12) Como hizo Jesús, nosotros entonces santificaremos el nombre de Jehová y lo reconoceremos a él como el que en realidad produce los resultados, y le daremos a él la honra por ellos y lo alabaremos por lo que se logra.

[Ilustración de la página 24]

Dios hace que nuestros cuerpos funcionen y que el alimento crezca con poco o ningún esfuerzo por parte nuestra

[Ilustración de la página 25]

Así, también, es Dios quien produce el crecimiento espiritual

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