Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos
7-13 DE MAYO
TESOROS DE LA BIBLIA | MARCOS 7, 8
“Tome su madero de tormento y sígame de continuo”
(Marcos 8:34) Entonces llamó a sí a la muchedumbre con sus discípulos y les dijo: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo.
nwtsty nota de estudio para Mr 8:34
repúdiese a sí mismo: O también “renuncie a todos sus derechos”. Esto significa que debemos estar dispuestos a negarnos a nosotros mismos por completo o a dejar que Dios sea nuestro dueño. La frase en griego puede traducirse apropiadamente como “debe decirse no a sí mismo”, porque en ocasiones significa renunciar a deseos, ambiciones o preferencias personales (2Co 5:14, 15). Marcos utiliza el mismo verbo griego al escribir sobre la ocasión en la que Pedro niega a Jesús (Mr 14:30, 31, 72).
¿Cómo está corriendo usted la carrera de la vida?
14 “Si alguien quiere venir en pos de mí —dijo Jesucristo a un grupo de discípulos y otras personas—, repúdiese a sí mismo (o, “que se niegue a sí mismo”, La Nueva Biblia, Latinoamérica) y tome su madero de tormento y sígame de continuo.” (Marcos 8:34.) Cuando aceptamos esta invitación, debemos estar preparados para cumplir con ella “de continuo”, no porque haya ningún mérito especial en la abnegación, sino porque una indiscreción momentánea, un error de buen juicio, puede malograr todo lo que se ha conseguido, incluso poner en peligro nuestro bienestar eterno. El progreso espiritual por lo general se logra lentamente, ¡pero con cuánta rapidez puede perderse si no estamos siempre en guardia!
(Marcos 8:35-37) Porque el que quiera salvar su alma, la perderá; mas el que pierda su alma por causa de mí y de las buenas nuevas, la salvará. 36 En realidad, ¿de qué provecho le es al hombre ganar todo el mundo y pagarlo con perder su alma? 37 ¿Qué, realmente, daría el hombre en cambio por su alma?
w08 15/10 págs. 25, 26 párrs. 3, 4
¿Qué está usted dispuesto a hacer para obtener la vida eterna?
3 En esa misma ocasión, Jesús hizo dos preguntas que dan mucho en que pensar: “¿De qué provecho le es al hombre ganar todo el mundo y pagarlo con perder su alma?” y “¿Qué, realmente, daría el hombre en cambio por su alma?” (Mar. 8:36, 37). Muchos dirían que la respuesta a la primera pregunta de Jesús es que no sirve de nada ganar todo el mundo y perder el alma —es decir, la vida— en el intento, pues los bienes materiales solo son útiles si uno está vivo para disfrutarlos. Cuando Jesús hizo la segunda pregunta, “¿Qué, realmente, daría el hombre en cambio por su alma?”, quienes lo estaban escuchando tal vez recordaron lo que aseguró Satanás en los días de Job: “Todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma” (Job 2:4). Muchas personas que no adoran a Jehová concordarían con la afirmación de Satanás, porque harían lo que fuera con tal de seguir vivos, incluso pasar por alto principios morales. Pero no es así como vemos las cosas los cristianos.
4 Sabemos que Jesús no vino a la Tierra para darnos salud, dinero y una larga vida en este mundo. Vino para ofrecernos la oportunidad de vivir para siempre en un nuevo mundo, algo de mucho más valor para nosotros (Juan 3:16). Así, cuando el cristiano lee la primera pregunta de Jesús, seguramente la entiende de la siguiente manera: “¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo y pagarlo con perder la posibilidad de vivir para siempre?”. La respuesta es evidente: no le sirve de nada (1 Juan 2:15-17). La segunda pregunta de Jesús la podríamos plantear así: “¿Qué sacrificios estoy dispuesto a hacer para vivir en el nuevo mundo?”. La respuesta se hace patente por nuestra forma de vivir y demuestra si nuestra esperanza es sólida o no (compárese con Juan 12:25).
(Marcos 8:38) Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del hombre también se avergonzará de él cuando llegue en la gloria de su Padre con los santos ángeles”.
¿Quién es el Hijo del Hombre?
En efecto, para recibir la aprobación de Jesús, sus discípulos tienen que ser valientes y estar dispuestos a hacer sacrificios. Jesús dice: “Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación infiel y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles” (Marcos 8:38). Como él mismo explica, cuando venga, “pagará a cada uno según lo que haya hecho” (Mateo 16:27).
Busquemos perlas escondidas
(Marcos 7:5-8) de modo que estos fariseos y escribas le preguntaron: “¿Por qué no proceden tus discípulos conforme a la tradición de los hombres de otros tiempos, sino que toman su comida con manos contaminadas?”. 6 Él les dijo: “Aptamente profetizó Isaías acerca de ustedes, hipócritas, como está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. 7 En vano me siguen adorando, porque enseñan como doctrinas mandatos de hombres’. 8 Soltando el mandamiento de Dios, ustedes tienen firmemente asida la tradición de los hombres”.
Preguntas de los lectores
¿Por qué daban tanta importancia a lavarse las manos los enemigos de Jesús?
▪ Esta era una de las muchas cuestiones por las que los enemigos de Jesús los criticaban a él y a sus discípulos. La Ley mosaica contenía normas sobre la pureza ceremonial. Tenían que ver con cosas como la menstruación y las emisiones de semen, la lepra o qué hacer con los cadáveres humanos o animales. También daba instrucciones sobre cómo eliminar las impurezas: haciendo sacrificios, lavando lo que era impuro o salpicándolo con agua (capítulos 11 a 15 de Levítico y capítulo 19 de Números).
Los rabinos o maestros judíos daban muchas explicaciones sobre cada uno de los detalles de estas leyes. La obra Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús dice: “Cada uno de ellos [los tipos de impureza] es sometido a una investigación acerca de las circunstancias en las que puede ser contraída la impureza en cuestión, cómo y en qué medida puede ser transmitida a otros, los utensilios y objetos susceptibles de quedar impuros y, finalmente, los medios y ritos exigidos para la purificación”.
Los enemigos de Jesús le preguntaron: “¿Por qué no proceden tus discípulos conforme a la tradición de los hombres de otros tiempos, sino que toman su comida con manos contaminadas?” (Mar. 7:5). No es que les preocupara la higiene. Los rabinos exigían que se derramara agua sobre las manos antes de comer como parte de un rito. La obra antes citada dice: “Se discute también qué recipientes han de usarse para derramar el agua, qué clase de agua es la adecuada, quién ha de derramarla y qué proporción de las manos ha de quedar cubierta por el agua”.
La reacción de Jesús ante estas normas humanas fue sencilla. Les dijo lo siguiente a aquellos líderes religiosos judíos del siglo primero: “Aptamente profetizó Isaías acerca de ustedes, hipócritas, como está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí [Jehová]. En vano me siguen adorando, porque enseñan como doctrinas mandatos de hombres’. Soltando el mandamiento de Dios, ustedes tienen firmemente asida la tradición de los hombres” (Mar. 7:6-8).
(Marcos 7:32-35) Aquí le trajeron un hombre sordo y con un impedimento del habla, y le suplicaron que pusiera la mano sobre él. 33 Y él se lo llevó aparte de la muchedumbre, en privado, y puso sus dedos en los oídos del hombre y, después de escupir, le tocó la lengua. 34 Y con una mirada al cielo suspiró profundamente y le dijo: “Éffatha”, esto es: “Sé abierto”. 35 Pues bien, las facultades de oír de aquel fueron abiertas, y el impedimento de su lengua fue desatado, y empezó a hablar normalmente.
w00 15/2 págs. 17, 18 párrs. 9-11
¿Tenemos “la mente de Cristo”?
9 El hombre era sordo y casi no podía hablar. Es posible que Jesús se fijara en el nerviosismo o la vergüenza particulares de ese hombre, e hizo algo poco usual. Se lo llevó a un lugar privado, lejos de la muchedumbre. Allí le comunicó por gestos lo que iba a hacer. “Puso sus dedos en los oídos del hombre y, después de escupir, le tocó la lengua.” (Marcos 7:33.) Luego, Jesús miró al cielo y suspiró profundamente. Estas acciones dieron a entender al hombre que lo que se iba a hacer por él se debía al poder de Dios. Finalmente, Jesús dijo: “Sé abierto” (Marcos 7:34). En ese momento, el hombre recuperó el oído y pudo hablar con normalidad.
10 Jesús fue muy considerado con los demás. Era sensible a los sentimientos ajenos, lo cual lo motivó a actuar de manera acorde con esos sentimientos. Como cristianos, hacemos bien en cultivar y demostrar la mente de Cristo a este respecto. La Biblia nos exhorta: “Todos ustedes sean de un mismo ánimo y parecer, compartiendo sentimientos como compañeros, teniendo cariño fraternal, siendo tiernamente compasivos, de mente humilde” (1 Pedro 3:8). Esto realmente requiere que hablemos y actuemos de tal modo que se tengan en cuenta los sentimientos ajenos.
11 En la congregación podemos demostrar consideración por los sentimientos de los demás tratándolos con dignidad y como nos gustaría que se nos tratara a nosotros (Mateo 7:12). Eso supone tener cuidado con lo que decimos y cómo lo decimos (Colosenses 4:6). Recordemos que ‘las palabras irreflexivas pueden ser como estocadas de una espada’ (Proverbios 12:18). ¿Y qué decir de la familia? El esposo y la esposa que verdaderamente se aman son sensibles a los sentimientos de su pareja (Efesios 5:33). Evitan las palabras duras, la crítica constante y el sarcasmo mordaz, pues no es fácil curar sentimientos heridos. Los hijos también tienen sentimientos, y los padres amorosos los tienen en cuenta. Cuando se necesita corrección, tales padres la dan respetando la dignidad de sus hijos y no haciéndoles pasar vergüenza innecesaria (Colosenses 3:21). Cuando demostramos consideración por los demás, evidenciamos que tenemos la mente de Cristo.
Lectura de la Biblia
(Marcos 7:1-15) Ahora bien, los fariseos y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén se juntaron en torno de él. 2 Y cuando vieron a algunos de los discípulos de él tomar su comida con manos contaminadas, es decir, no lavadas 3 —porque los fariseos y todos los judíos no comen a menos que se laven las manos hasta el codo, teniendo firmemente asida la tradición de los hombres de otros tiempos, 4 y, al volver del mercado, no comen a menos que se limpien por rociadura; y hay muchas otras tradiciones que han recibido para tenerlas firmemente asidas: bautismos de copas y cántaros y vasos de cobre—; 5 de modo que estos fariseos y escribas le preguntaron: “¿Por qué no proceden tus discípulos conforme a la tradición de los hombres de otros tiempos, sino que toman su comida con manos contaminadas?”. 6 Él les dijo: “Aptamente profetizó Isaías acerca de ustedes, hipócritas, como está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. 7 En vano me siguen adorando, porque enseñan como doctrinas mandatos de hombres’. 8 Soltando el mandamiento de Dios, ustedes tienen firmemente asida la tradición de los hombres”. 9 Además, siguió diciéndoles: “Diestramente ponen ustedes a un lado el mandamiento de Dios para retener su tradición. 10 Por ejemplo, Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’, y: ‘El que injurie a padre o a madre termine en muerte’. 11 Pero ustedes dicen: ‘Si un hombre le dice a su padre o a su madre: “Todo lo que tengo por lo cual pudieras sacar provecho de mí es corbán (es decir, una dádiva dedicada a Dios)”’..., 12 ya no le dejan hacer ni una sola cosa por su padre o su madre, 13 y así invalidan la palabra de Dios por la tradición suya que ustedes transmitieron. Y hacen muchas cosas parecidas a esto”. 14 Entonces, llamando a sí otra vez a la muchedumbre, procedió a decirles: “Escúchenme, todos ustedes, y capten el significado. 15 Nada hay que entre en el hombre de fuera de él que pueda contaminarlo; mas las cosas que proceden del hombre son las cosas que contaminan al hombre”.
14-20 DE MAYO
TESOROS DE LA BIBLIA | MARCOS 9, 10
“Una visión que fortalece nuestra fe”
(Marcos 9:1) Además, siguió diciéndoles: “En verdad les digo: Hay algunos de los que están de pie aquí que de ningún modo gustarán la muerte hasta que primero vean el reino de Dios ya venido en poder”.
Cristo: el centro de las profecías
9 Ha transcurrido más de un año desde que Jesús demostró que era el Mesías, y ya ha tenido lugar la Pascua del año 32 E.C. Muchos de los que creían en Jesús han dejado de seguirle, tal vez debido a la persecución, el materialismo o las inquietudes de la vida. Puede que otros estén confundidos o decepcionados porque no accedió a los deseos del pueblo de hacerlo rey. Además, ante el desafío de los guías religiosos judíos, se negó a suministrar una señal del cielo para glorificarse (Mateo 12:38, 39). Tal proceder quizá haya desconcertado a algunos. Por otro lado, Jesús ha comenzado a revelar a sus discípulos algo que encuentran muy difícil de entender, a saber, que debe “ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos y de los sacerdotes principales y de los escribas, y ser muerto” (Mateo 16:21-23).
10 Jesús sabe que dentro de nueve o diez meses llegará el momento de “irse de este mundo al Padre” (Juan 13:1). Profundamente interesado en sus discípulos leales, promete a algunos de ellos precisamente lo que había negado a los judíos infieles: una señal del cielo. “En verdad les digo que hay algunos de los que están en pie aquí que de ningún modo gustarán la muerte hasta que primero vean al Hijo del hombre viniendo en su reino.” (Mateo 16:28.) Lógicamente, Jesús no está afirmando que algunos de sus discípulos vivirán hasta la instauración del Reino mesiánico en 1914. Lo que se propone es dar a tres de sus discípulos más allegados un anticipo espectacular de la gloria que tendrá como Rey mediante una visión conocida como la transfiguración.
(Marcos 9:2-6) Por consiguiente, seis días después Jesús tomó consigo a Pedro y a Santiago y a Juan, y los llevó a una montaña encumbrada donde estuvieran solos. Y fue transfigurado delante de ellos, 3 y sus prendas de vestir exteriores se volvieron relucientes, mucho más blancas de lo que pudiera blanquearlas cualquier limpiador de ropa en la tierra. 4 También, se les apareció Elías con Moisés, y estaban conversando con Jesús. 5 Y, tomando la palabra, Pedro dijo a Jesús: “Rabí, es excelente que estemos aquí, de modo que erijamos tres tiendas: una para ti y una para Moisés y una para Elías”. 6 De hecho, no sabía cómo debía responder, porque estaban aterrados a gran grado.
Cristo: el centro de las profecías
11 Seis días después, Jesús se lleva a Pedro, Santiago y Juan a una montaña alta, probablemente una de las estribaciones del monte Hermón. Allí es “transfigurado delante de ellos, y su rostro resplandec[e] como el sol, y sus prendas de vestir exteriores se [hacen] esplendorosas como la luz”. Además, se aparecen los profetas Moisés y Elías, y conversan con Jesús. Es posible que este asombroso suceso tenga lugar de noche, lo que hace que la experiencia sea particularmente impactante. De hecho, es tan real que Pedro se ofrece a levantar tres tiendas para alojar a Jesús, a Moisés y a Elías. El apóstol aún no ha acabado de hablar, cuando los cubre una nube brillante, de la cual sale una voz que dice: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado; escúchenle” (Mateo 17:1-6).
(Marcos 9:7) Y se formó una nube que los cubría con su sombra, y de la nube salió una voz: “Este es mi Hijo, el amado; escúchenle”.
nwtsty nota de estudio para Mr 9:7
una voz: Esta es la segunda de las tres veces mencionadas en los Evangelios donde Jehová habla directamente con los seres humanos (Mr 1:11; Jn 12:28).
Busquemos perlas escondidas
(Marcos 10:6-9) Sin embargo, desde [el] principio de la creación ‘Él los hizo macho y hembra. 7 Por este motivo dejará el hombre a su padre y a su madre, 8 y los dos serán una sola carne’; de modo que ya no son dos, sino una sola carne. 9 Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”.
Puntos sobresalientes del libro de Marcos
10:6-9. El propósito de Dios es que los cónyuges permanezcan juntos. Por lo tanto, en vez de recurrir enseguida al divorcio, la pareja debe esforzarse por poner en práctica los principios bíblicos para superar cualquier dificultad que surja en su matrimonio (Mat. 19:4-6).
(Marcos 10:17, 18) Y al salir él para seguir su camino, cierto hombre vino corriendo y cayó de rodillas delante de él y le hizo una pregunta: “Buen Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar vida eterna?”. 18 Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno solo, Dios.
nwtsty notas de estudio para Mr 10:17, 18
Buen Maestro: Aquel hombre usó el título formal “Buen Maestro” con la intención de alabar a Jesús, pues ese era el trato que esperaban los líderes religiosos. Aunque a Jesús no le parecía mal que lo llamaran “Maestro” y “Señor” (Jn 13:13), siempre le daba todo el mérito a su Padre.
Nadie es bueno, sino uno solo, Dios: Con estas palabras, Jesús reconoció que Jehová es quien establece la norma suprema de lo que está bien. Solo Jehová, como Soberano del universo, tiene el derecho a decidir qué está bien y qué está mal. Al comer del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, Adán y Eva se rebelaron contra Dios e intentaron quitarle ese derecho. Jesús, en cambio, es humilde y reconoce que quien debe fijar las normas es su Padre. Gracias a la Biblia, sabemos lo que Dios considera que está bien (Mr 10:19).
NUESTRA VIDA CRISTIANA
“Lo que Dios ha unido bajo un yugo...”
(Marcos 10:4) Ellos dijeron: “Moisés permitió escribir un certificado de despedida y divorciarse [de ella]”.
nwtsty nota de estudio para Mr 10:4
certificado de despedida: O “certificado de divorcio”. La Ley exigía al esposo que quería divorciarse preparar un documento legal, lo que quizás implicaba consultar a los ancianos. Así tenía tiempo para reconsiderar una decisión tan seria como esa. Según parece, la Ley pretendía evitar divorcios apresurados y dar a las mujeres cierta protección legal (Dt 24:1). Sin embargo, en tiempos de Jesús, los líderes religiosos hicieron que divorciarse fuera muy sencillo. El historiador judío del siglo primero Josefo, que era fariseo y estaba divorciado, dijo que el divorcio estaba permitido “por cualquier causa, y entre hombres hay muchas causas de ésas”.
(Marcos 10:11) Y él les dijo: “Cualquiera que se divorcie de su esposa y se case con otra comete adulterio contra ella,
nwtsty notas de estudio para Mr 10:11
se divorcie de su esposa: O también “le pida a su esposa que se vaya”. Para entender bien estas palabras de Jesús, hay que tener en cuenta Mateo 19:9, donde se añade la frase “a no ser por motivo de fornicación”. Las palabras de Jesús sobre el divorcio registradas en Marcos se refieren a la persona que se divorciaba por una razón que no fuera la inmoralidad sexual (en griego porneía).
comete adulterio contra ella: Jesús rechazó la idea rabínica tan común entonces de que los hombres podían divorciarse “por toda suerte de motivo” (Mt 19:3, 9). Para la mayoría de los judíos, era impensable que un hombre fuera acusado de adulterio. Según los rabinos, solo las mujeres podían ser culpables de adulterio. Al decir que el esposo tenía las mismas obligaciones morales que la esposa, Jesús elevó la posición de la mujer y la dignificó.
Lectura de la Biblia
(Marcos 9:1-13) Además, siguió diciéndoles: “En verdad les digo: Hay algunos de los que están de pie aquí que de ningún modo gustarán la muerte hasta que primero vean el reino de Dios ya venido en poder”. 2 Por consiguiente, seis días después Jesús tomó consigo a Pedro y a Santiago y a Juan, y los llevó a una montaña encumbrada donde estuvieran solos. Y fue transfigurado delante de ellos, 3 y sus prendas de vestir exteriores se volvieron relucientes, mucho más blancas de lo que pudiera blanquearlas cualquier limpiador de ropa en la tierra. 4 También, se les apareció Elías con Moisés, y estaban conversando con Jesús. 5 Y, tomando la palabra, Pedro dijo a Jesús: “Rabí, es excelente que estemos aquí, de modo que erijamos tres tiendas: una para ti y una para Moisés y una para Elías”. 6 De hecho, no sabía cómo debía responder, porque estaban aterrados a gran grado. 7 Y se formó una nube que los cubría con su sombra, y de la nube salió una voz: “Este es mi Hijo, el amado; escúchenle”. 8 De repente, sin embargo, miraron alrededor y no vieron a nadie con ellos ya, sino a Jesús solo. 9 Mientras venían bajando de la montaña, él les ordenó expresamente que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta después que el Hijo del hombre se hubiera levantado de entre los muertos. 10 Y tomaron la palabra a pecho, pero entre sí trataban acerca de lo que quería decir esto de levantarse de entre los muertos. 11 Y se pusieron a interrogarle, diciendo: “¿Por qué dicen los escribas que Elías tiene que venir primero?”. 12 Él les dijo: “Elías sí viene primero y restaura todas las cosas; pero ¿cómo es que está escrito respecto al Hijo del hombre que él tiene que pasar por muchos sufrimientos y ser menospreciado? 13 Pero yo les digo: Elías, de hecho, ha venido, e hicieron con él cuantas cosas quisieron, así como está escrito de él”.
21-27 DE MAYO
TESOROS DE LA BIBLIA | MARCOS 11, 12
“Dio más que nadie”
(Marcos 12:41, 42) Y se sentó con las arcas de la tesorería a la vista, y se puso a observar cómo la muchedumbre echaba dinero en las arcas de la tesorería; y muchos ricos echaban muchas monedas. 42 Luego vino una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas, que tienen muy poco valor.
nwtsty notas de estudio para Mr 12:41, 42
arcas de la tesorería: Antiguas obras judías afirman que esos cofres o recipientes tenían forma de trompeta o de cuerno, y una pequeña abertura en la parte superior. Ahí, la gente depositaba contribuciones para diferentes propósitos. La palabra griega que se usa aquí también aparece en Juan 8:20, donde se traduce “la tesorería”. Al parecer, esa expresión se refiere a una zona situada en el atrio de las mujeres (vea sgd, sección 15). Según ciertos escritos rabínicos, había 13 arcas de la tesorería alrededor del atrio. Se cree que en el templo también había una cámara principal del tesoro donde se depositaba el dinero de las arcas de la tesorería.
dos monedas pequeñas: Lit., “dos leptones”, plural de la palabra griega leptón, que significa algo pequeño y delgado. El leptón era la moneda de cobre o bronce más pequeña que se utilizaba en Israel en aquel tiempo (1 denario = 128 leptones) (vea sgd, sección 18).
que tienen muy poco valor: Lit., “que equivalen a un cuadrante”. La palabra griega kodrántes (del latín quadrans) hace referencia a una moneda romana de cobre o bronce (1 denario = 64 cuadrantes). Aquí, Marcos usa una moneda romana para explicar el valor de las monedas que usaban los judíos (vea sgd, sección 18).
(Marcos 12:43) Entonces él llamó a sí a sus discípulos y les dijo: “En verdad les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que están echando dinero en las arcas de la tesorería;
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Jehová valora su servicio de toda alma
16 Un par de días después, el 11 de Nisán, Jesús pasó una larga jornada en el templo, donde se cuestionó su autoridad y tuvo que sortear preguntas problemáticas sobre los impuestos, la resurrección y otros asuntos. Denunció a los escribas y fariseos, entre otras cosas, por ‘devorar las casas de las viudas’. (Marcos 12:40.) Luego Jesús se sentó, probablemente en el atrio de las Mujeres, donde, según la tradición judía, había trece arcas de la tesorería. Se sentó un rato observando atentamente a la gente cuando echaba sus contribuciones. Acudieron muchos ricos, algunos quizá con aires de superioridad, o incluso, con ostentación. (Compárese con Mateo 6:2.) Jesús se fijó en una mujer en particular. Unos ojos comunes quizá no hubieran notado nada extraordinario en ella o en su dádiva. Pero Jesús, que conocía el corazón, sabía que era una “viuda pobre”. También conocía la cantidad exacta de su don: “Dos monedas pequeñas, que tienen muy poco valor”. (Marcos 12:41, 42.)
17 Jesús llamó a sus discípulos porque quería que oyeran personalmente la lección que iba a enseñar. Ella “echó más que todos los que están echando dinero en las arcas de la tesorería”, dijo Jesús. A su juicio, había echado una cantidad mayor que todos los demás juntos. Dio “cuanto poseía”, el último dinero que le quedaba, y así se puso en las bondadosas manos de Jehová. De esta manera se singularizó como ejemplo de dar a Dios a una persona cuya dádiva carecía prácticamente de valor material. Sin embargo, a los ojos de Dios fue inestimable. (Marcos 12:43, 44; Santiago 1:27.)
(Marcos 12:44) porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su indigencia, echó cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir”.
Jehová valora su servicio de toda alma
17 Jesús llamó a sus discípulos porque quería que oyeran personalmente la lección que iba a enseñar. Ella “echó más que todos los que están echando dinero en las arcas de la tesorería”, dijo Jesús. A su juicio, había echado una cantidad mayor que todos los demás juntos. Dio “cuanto poseía”, el último dinero que le quedaba, y así se puso en las bondadosas manos de Jehová. De esta manera se singularizó como ejemplo de dar a Dios a una persona cuya dádiva carecía prácticamente de valor material. Sin embargo, a los ojos de Dios fue inestimable. (Marcos 12:43, 44; Santiago 1:27.)
¿Es sacrificio su contribución?
De este relato podemos aprender muchas lecciones valiosas. Quizás la más sobresaliente es que, aunque todos tenemos el privilegio de apoyar la adoración verdadera mediante las posesiones materiales, lo que en verdad es precioso a la vista de Dios no es que demos o contribuyamos lo que, de todos modos, no nos hace falta, sino que demos lo que es valioso para nosotros. En otras palabras ¿estamos dando algo que en realidad no echaremos de menos, o es un verdadero sacrificio nuestra contribución?
La sabiduría de ‘la Palabra de Dios’
15 ¿Verdad que es significativo que la Biblia destaque a la viuda entre quienes fueron al templo aquel día? De este modo, Jehová muestra que es apreciativo, que le complace lo que le damos de corazón, sin compararlo con lo que otros puedan donar. No cabe duda de que Dios empleó el mejor método para enseñarnos esta reconfortante verdad.
Busquemos perlas escondidas
(Marcos 11:17) sino que siguió enseñando y diciendo: “¿No está escrito: ‘Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones’? Pero ustedes la han hecho una cueva de salteadores”.
nwtsty nota de estudio para Mr 11:17
casa de oración para todas las naciones: De los tres evangelistas que citan de Isaías 56:7, solo Marcos incluye la frase “para todas las naciones [personas]” (Mt 21:13; Lu 19:46). Se suponía que el templo de Jerusalén debía ser un lugar donde tanto los israelitas como los extranjeros pudieran orar a Jehová y adorarlo (1Re 8:41-43). Con razón, Jesús condenó a los judíos que comerciaban en el templo porque lo habían convertido en una cueva de salteadores. La conducta de estos hombres hacía que personas de todas las naciones dejaran de ir a la casa de Jehová, lo que las privaba de conocerlo.
(Marcos 11:27, 28) Y vinieron de nuevo a Jerusalén. Y al ir él andando por el templo, los sacerdotes principales y los escribas y los ancianos se le acercaron 28 y se pusieron a decirle: “¿Con qué autoridad haces estas cosas?, ¿o quién te dio esta autoridad para hacer estas cosas?”.
Usa una higuera para enseñar sobre la fe
Poco tiempo después, Jesús y sus discípulos llegan a Jerusalén. Como Jesús tiene por costumbre, va al templo y se pone a enseñar. El día anterior, echó a los comerciantes, así que tal vez por eso los sacerdotes principales y los ancianos del pueblo le preguntan ahora: “¿Con qué autoridad haces tú estas cosas? ¿Quién te autorizó a hacer estas cosas?” (Marcos 11:28).
Lectura de la Biblia
(Marcos 12:13-27) Entonces le enviaron algunos de los fariseos y de los partidarios de Herodes, para sorprenderlo en su habla. 14 Al llegar estos, le dijeron: “Maestro, sabemos que eres veraz y no te importa nadie, porque no miras la apariencia exterior de los hombres, sino que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la verdad: ¿Es lícito pagar la capitación a César, o no? 15 ¿Debemos pagar, o no debemos pagar?”. Echando de ver su hipocresía, él les dijo: “¿Por qué me ponen a prueba? Tráiganme un denario para verlo”. 16 Trajeron uno. Y él les dijo: “¿De quién es esta imagen e inscripción?”. Ellos le dijeron: “De César”. 17 Jesús entonces dijo: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”. Y se maravillaban de él. 18 Entonces vinieron a él saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le hicieron la pregunta: 19 “Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguien muere y deja atrás una esposa, pero no deja hijo, su hermano debe tomar la esposa y levantar prole de ella a su hermano. 20 Hubo siete hermanos; y el primero tomó una esposa, mas no dejó prole cuando murió. 21 Y el segundo la tomó, pero murió sin dejar prole; y el tercero lo mismo. 22 Y ninguno de los siete dejó prole. Con posterioridad a todos, también la mujer murió. 23 En la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa ella? Porque los siete la tuvieron por esposa”. 24 Jesús les dijo: “¿No es por esto por lo que están equivocados, por no conocer ni las Escrituras ni el poder de Dios? 25 Porque cuando se levantan de entre los muertos, ni se casan los hombres ni se dan en matrimonio las mujeres, sino que son como los ángeles en los cielos. 26 Mas concerniente a los muertos, de que son levantados, ¿no leyeron en el libro de Moisés, en el relato acerca de la zarza, cómo Dios le dijo: ‘Yo soy el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’? 27 Él no es Dios de muertos, sino de vivos. Ustedes están muy equivocados”.
28 DE MAYO A 3 DE JUNIO
TESOROS DE LA BIBLIA | MARCOS 13, 14
“No ceda al temor al hombre”
(Marcos 14:29) Pero Pedro le dijo: “Aun si a todos los demás se les hace tropezar, sin embargo a mí no se me hará”.
(Marcos 14:31) Pero él se puso a decir con insistencia: “Aunque tenga que morir contigo, de ningún modo te repudiaré”. También, todos los demás decían la misma cosa.
(Marcos 14:50) Y todos lo abandonaron y huyeron.
(Marcos 14:47) Sin embargo, uno de los que estaban de pie allí sacó su espada e hirió al esclavo del sumo sacerdote y le quitó la oreja.
(Marcos 14:54) Mas Pedro, de lejos, lo siguió hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado junto con los servidores de la casa y calentándose delante de la brillante lumbre.
(Marcos 14:66-72) Ahora bien, mientras Pedro estaba abajo en el patio, vino una de las sirvientas del sumo sacerdote, 67 y, viendo a Pedro que se calentaba, lo miró directamente y dijo: “Tú, también, estabas con el Nazareno, este Jesús”. 68 Pero él lo negó, diciendo: “Ni lo conozco, ni entiendo lo que dices”, y salió fuera al vestíbulo. 69 Allí la sirvienta, al verlo, comenzó de nuevo a decir a los que estaban de pie por allí: “Este es uno de ellos”. 70 De nuevo lo negaba. Y otra vez, después de poco, los que estaban de pie por allí se pusieron a decir a Pedro: “Ciertamente eres uno de ellos, porque, de hecho, eres galileo”. 71 Pero él comenzó a maldecir y a jurar: “No conozco a este hombre de quien hablan”. 72 E inmediatamente cantó un gallo por segunda vez; y Pedro recordó el dicho que Jesús le había hablado: “Antes que un gallo cante dos veces, me repudiarás tres veces”. Y, abatido, rompió a llorar.
Aprendió lo que significa el perdón
14 Los sigilosos pasos de Pedro lo llevan hasta la casa del poderoso y acaudalado sumo sacerdote Caifás, una de las mansiones más impresionantes de toda Jerusalén. Casas como esta solían construirse con un patio interior y tenían una puerta al frente. Cuando Pedro llega a la entrada, la portera no le permite pasar. Pero Juan, que conocía al sumo sacerdote y ya estaba dentro, habla con ella y consigue que lo deje entrar. Al parecer, Pedro no se queda con Juan ni tampoco intenta ir a donde está su Maestro en el interior de la mansión. Prefiere quedarse en el patio, donde varios esclavos y sirvientes pasan la fría noche frente a una fogata, mientras testigos falsos entran y salen de la casa para declarar en contra de Jesús (Mar. 14:54-57; Juan 18:15, 16, 18).
Pedro
Una vez que Pedro llegó a la casa del sumo sacerdote, otro discípulo que debía haberle seguido o acompañado le ayudó para que pudiese entrar hasta el mismo patio. (Jn 18:15, 16.) Una vez allí, no permaneció discretamente callado en algún rincón oscuro, sino que fue y se calentó en el fuego. El resplandor hizo posible que se le reconociese como compañero de Jesús, y su acento galileo dio pábulo a las sospechas. Al ser acusado, Pedro negó por tres veces que conociese a Jesús, y, finalmente, llevado por la vehemencia de su negación, llegó a echar maldiciones. Desde alguna parte de la ciudad se oyó a un gallo cantar por segunda vez, y Jesús “se volvió y miró a Pedro”. Este, abatido, salió fuera y lloró amargamente. (Mt 26:69-75; Mr 14:66-72; Lu 22:54-62; Jn 18:17, 18; véanse CANTO DEL GALLO; JURAMENTO.) Sin embargo, la súplica que Jesús había hecho a favor de Pedro con anterioridad recibió respuesta, y su fe no desfalleció por completo. (Lu 22:31, 32.)
Busquemos perlas escondidas
(Marcos 14:51, 52) Pero cierto joven que llevaba puesta sobre su [cuerpo] desnudo una prenda de vestir de lino fino se puso a seguirlo de cerca; y trataron de prenderlo, 52 pero él dejó atrás su prenda de lino y se escapó desnudo.
Puntos sobresalientes del libro de Marcos
14:51, 52. ¿Quién era el joven que “se escapó desnudo”? Marcos es el único que menciona este incidente, por lo que es razonable llegar a la conclusión de que hablaba de sí mismo.
(Marcos 14:60-62) Por fin se levantó en medio de ellos el sumo sacerdote e interrogó a Jesús, diciendo: “¿No respondes nada? ¿Qué es lo que estos testifican contra ti?”. 61 Mas él se quedó callado y no respondió nada. De nuevo el sumo sacerdote se puso a interrogarle, y le dijo: “¿Eres tú el Cristo el Hijo del Bendito?”. 62 Entonces Jesús dijo: “Lo soy; y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder y viniendo con las nubes del cielo”.
Se lo llevan a Anás y después a Caifás
Él sabe que a los judíos les irrita que alguien afirme ser el Hijo de Dios. En ocasiones anteriores, cuando Jesús ha expresado que Dios es su Padre, los judíos han querido matarlo, alegando que estaba “haciéndose igual a Dios” (Juan 5:17, 18; 10:31-39). Caifás, consciente de lo que piensan, actúa con astucia y le manda a Jesús: “¡Te ordeno que nos digas bajo juramento delante del Dios vivo si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios!” (Mateo 26:63). Por supuesto, Jesús ha reconocido antes que su Padre es Dios (Juan 3:18; 5:25; 11:4). Y, si no lo admitiera ahora, podría dar a entender que él niega ser el Cristo y el Hijo de Dios. Así que responde: “Lo soy. Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del poder y viniendo con las nubes del cielo” (Marcos 14:62).
Lectura de la Biblia
(Marcos 14:43-59) E inmediatamente, mientras todavía hablaba, llegó Judas, uno de los doce, y con él una muchedumbre con espadas y garrotes, de parte de los sacerdotes principales y de los escribas y de los ancianos. 44 Ahora bien, el que lo traicionaba les había dado una señal fija, diciendo: “Al que bese, ese es; deténganlo y llévenselo con seguridad”. 45 Y vino en seguida y se acercó a él y dijo: “¡Rabí!”, y lo besó muy tiernamente. 46 De modo que ellos le echaron mano y lo detuvieron. 47 Sin embargo, uno de los que estaban de pie allí sacó su espada e hirió al esclavo del sumo sacerdote y le quitó la oreja. 48 Mas, tomando la palabra, Jesús les dijo: “¿Salieron con espadas y garrotes como contra un salteador para arrestarme? 49 Día tras día estaba con ustedes en el templo enseñando, y sin embargo no me detuvieron. No obstante, es con el fin de que se cumplan las Escrituras”. 50 Y todos lo abandonaron y huyeron. 51 Pero cierto joven que llevaba puesta sobre su [cuerpo] desnudo una prenda de vestir de lino fino se puso a seguirlo de cerca; y trataron de prenderlo, 52 pero él dejó atrás su prenda de lino y se escapó desnudo. 53 Entonces condujeron a Jesús al sumo sacerdote, y se reunieron todos los sacerdotes principales y los ancianos y los escribas. 54 Mas Pedro, de lejos, lo siguió hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado junto con los servidores de la casa y calentándose delante de la brillante lumbre. 55 Mientras tanto, los sacerdotes principales y todo el Sanedrín buscaban testimonio contra Jesús para darle muerte, pero no hallaban ninguno. 56 Muchos, en realidad, testificaban falsamente contra él, pero sus testimonios no estaban de acuerdo. 57 También, algunos se levantaban y daban falso testimonio contra él, diciendo: 58 “Nosotros le oímos decir: ‘Yo derribaré este templo que fue hecho de manos y en tres días edificaré otro, no hecho de manos’”. 59 Pero tampoco sobre esta base estaba de acuerdo su testimonio.