La moderna “liberación” de los homosexuales
HASTA 1861 la homosexualidad era una ofensa que se castigaba con la muerte en Inglaterra. De hecho, la posibilidad de ser encarcelado por actos homosexuales persistió en esa nación hasta una fecha reciente, 1967. Muchos otros países occidentales tienen una historia similar.
Sin embargo, en los últimos años las leyes y actitudes han cambiado mucho. A modo de ejemplo: en California una candidata para la alcaldía de San Francisco prometió nombrar a homosexuales a juntas y comisiones municipales en proporción con el porcentaje de homosexuales en la población, lo cual, según cálculos, ascendía a aproximadamente el 15 por ciento. Como resultado, los homosexuales apoyaron a la candidata en la votación.
Hombres y mujeres que se destacan en la vida pública ya pueden ser homosexuales bastante abiertamente. Muchos clérigos declaran francamente que son homosexuales y abogan libremente a favor de ese modo de vivir. Para muchas personas la homosexualidad ya no tiene el estigma que antes tenía. La vida homosexual ha logrado cierto grado de “respetabilidad.”
Desde la primera guerra mundial se ha desafiado la autoridad de los sacerdotes y clérigos de la cristiandad. La gente ya no está dispuesta a aceptar como indisputable lo que las iglesias dicen. La gente ha exigido mayor libertad, especialmente en lo que se refiere a moralidad.
Un blanco principal en la lucha por mayor libertad ha sido la posición tradicional de las iglesias en contra de la homosexualidad. Con frecuencia se dice ahora que las declaraciones de la Biblia sobre este asunto no tienen significado práctico en este siglo veinte. Como resultado de la presión, muchas autoridades religiosas han cedido, han abandonado la Biblia y han aceptado abiertamente esta ‘nueva moralidad.’
Un ejemplo típico de esto es el modo en que el primado de la Iglesia Anglicana del Canadá abordó la situación. Él comentó: “No hemos modificado las Escrituras. Hemos hecho un esfuerzo por comprenderlas a un nivel más profundo. . . . La orientación homosexual no es pecaminosa, excepto en el sentido de que quizás se haya condicionado dentro de un mundo pecaminoso.”
Cuánta “liberación”
¿No ha llegado el tiempo para quitar por completo toda restricción religiosa? ¿Para erradicar el oprobio social? Eso expresa el sentir de muchos que buscan emancipar a hombres y mujeres de lo que consideran un entremetimiento en la vida personal. Ha sido en este ambiente de cambio que se han concebido y fomentado los movimientos de liberación homosexual.
Sin embargo, para muchos esta libertad recién hallada es de corta duración. Las “bendiciones” que produce son contradictorias y la felicidad que promete es una ilusión.
Francis Cormier, pastor de una pequeña iglesia evangélica independiente que se halla en Montreal, Canadá, dio un resumen de su vida de homosexual. Él, quien actualmente sirve de consejero para homosexuales, confesó que “la mayoría de los homosexuales no son felices ni están bien adaptados como algunos afirman, sino que son personas desesperadamente desdichadas.” Añadió: “Muchos hasta se suicidan.”
En confirmación de estos hallazgos, An Introduction to the Pastoral Care of Homosexual People (Introducción al cuidado pastoral para homosexuales), publicado en las Islas Británicas por la Iglesia Católica Romana, dice lo siguiente: “Los homosexuales comúnmente sufren de una falta de respeto de sí mismos y una soledad que a los heterosexuales se les hace difícil comprender, si acaso no imposible. En la sociedad mixta de todos los días, los homosexuales se sienten extraños.” Además: “Para muchos homosexuales la soledad que hay en su vida es una carga.” Ciertamente hay gran diferencia entre inadaptaciones como éstas y la “liberación” que con tantas ansias buscan algunos.
¿Por qué se hacen homosexuales?
¿Por qué, pues, se hacen homosexuales algunas personas? ¿A qué se debe que la cantidad de homosexuales siga aumentando? Pocas cuestiones se han discutido con más ardor que ésta en los últimos años.
El informe católico romano antes mencionado hace el siguiente comentario: “Parece que la mayoría de los jóvenes pasan por una fase en que la tendencia homosexual se hace dominante; pero puede ser que el desarrollo emocional se detenga en esa etapa.” Los años de la adolescencia son años difíciles. En esa época de la vida, a menudo sucede que a los muchachos y las muchachas jóvenes se les hace difícil relacionarse unos con otros sin sentir vergüenza. Por eso, frecuentemente vemos que se separan en grupos compuestos exclusivamente de muchachos o de muchachas.
La mayoría de los jóvenes pueden hacer los ajustes necesarios y lograr un equilibrio en su vida sexual. Sin embargo, lamentablemente, hay muchos escollos. Refiriéndose a algunos de éstos, el secretario de la Sociedad Responsable, de Inglaterra, dijo: “Nos tienen muy preocupados los persistentes y vehementes esfuerzos que los propagandistas homosexuales militantes están haciendo por ganarse prosélitos entre los adolescentes. En el estudio americano hecho por Masters y Johnson se presenta prueba arrolladora de que la homosexualidad es comportamiento aprendido.”
Las escuelas de segunda enseñanza y las universidades son terreno natural para el desarrollo de la homosexualidad. La publicación The Little Blue Book (El librito azul), que se pasa a los alumnos de Oxford, Inglaterra, dice lo siguiente: “Muchos homosexuales ‘salen’ (es decir empiezan a ser francos acerca de ser homosexuales) cuando están en el colegio o la universidad. Al irse del hogar, quizás por primera vez, a menudo escapan de cierta presión y de ciertas expectativas. Además, los estudiantes tienden a ser más tolerantes y liberales para con los homosexuales, por lo menos superficialmente.”
En la Universidad de Glasgow, en Escocia, hay una guía gratuita para homosexuales intitulada “Escena homosexual,” en la cual se ofrece el siguiente consejo: “Si usted descubre que siente atracción sexual hacia personas de su mismo sexo, lo mejor que puede hacer es aceptarlo.” Se informa que un padre airado dijo: “Hay muchos alumnos jóvenes a quienes esta clase de material pudiera corromper.” En otras palabras... la homosexualidad se puede evitar, al igual que se puede aprender.
Enfrentándose a los hechos
Hay otro aspecto de la homosexualidad que a menudo queda relegado a último plano. Este tiene que ver con los frecuentes casos de enfermedades venéreas entre los homosexuales. ¿Es grave este problema?
A las clínicas de Inglaterra que tratan las enfermedades venéreas acude una cantidad inesperadamente alta de homosexuales. Un visitante interesado en asuntos de la salud dijo: “Creo que eso se debe a la mayor promiscuidad sexual que hay entre ellos, pues tienen más encuentros casuales que otras personas.” En comprobación de la realidad de que éste es un problema mundial, se cita el hecho de que en la ciudad de Nueva York el 55 por ciento de los casos de sífilis infecciosa en 1977 ocurrieron entre varones homosexuales. Terry Alan Sandholzer, escritor independiente sobre asuntos médicos, informó: “Se ha calculado que, de los casos de sífilis que se informan en las ciudades grandes, hasta el 50 por ciento tienen que ver con varones homosexuales, lo mismo que aproximadamente la tercera parte de los casos que hay en toda la nación.” Ciertamente eso es pagar un precio alto por la “liberación” sexual.
A la vez que la homosexualidad se ha exteriorizado, se ha hecho un esfuerzo concertado por presentar tal práctica bajo un nuevo aspecto. Entre los de habla inglesa se ha considerado con desaprobación la palabra “homosexual,” que coloca el acento sobre lo “sexual.” En su lugar se ha hecho resaltar el término “gay,” que quiere decir “alegre.” En The Concise Oxford Dictionary se nos dice que esta palabra, usada con este sentido, es un eufemismo, es decir, una palabra suave que sustituye por una severa o directa.
Si alguien estuviera pensando entrar en el mundo homosexual, entonces sería prudente que se enfrentara a los hechos acerca de las enfermedades venéreas estrechamente relacionadas con ese mundo.
Escrituras precristianas
¿Puede ayudarnos la Biblia de alguna manera? ¿Tiene ésta algo que decir sobre el modo de vivir moderno y sobre los cambios en las actitudes para con la moralidad? Puesto que muchas personas todavía respetan la autoridad de la Biblia, consideremos lo que ésta dice.
La ley de Moisés se expresa sin ambigüedades. La prohibición contra la homosexualidad (y en el mismo contexto contra el incesto y la bestialidad) se declara llanamente dos veces en el libro de Levítico. La traducción de Levítico 18:22 en la Nueva Biblia Española dice: “No te acostarás con un hombre como con mujer. Es una abominación.” En su paráfrasis de este mismo versículo, The Living Bible lo expresa así: “La homosexualidad está absolutamente prohibida, porque es un pecado enorme.”
¿Qué castigo se imponía entonces por esta ofensa? De nuevo, el paráfrasis de The Living Bible dice: “La pena por actos homosexuales es la muerte para ambas personas. Ellas mismas se la han acarreado.” (Levítico 20:13) Explicando con más detalles la palabra “abominación,” que frecuentemente se usa en traducciones literales de ese versículo, The Amplified Bible sugiere las siguientes palabras como sustitutos “... perverso, contranatural, aborrecible y detestable” y la Versión Popular dice “acto infame.”
De los dos textos citados queda patente que hace casi 4.000 años se entendía cabalmente lo que era la homosexualidad y había gente que la practicaba. También es evidente que Jehová Dios se declaró firmemente en contra de esa práctica en lo que tenía que ver con la adoración verdadera. Nunca fue un modo de vida aprobado por Dios.
Testimonio de las Escrituras Griegas Cristianas
¿Qué posición adoptó la congregación cristiana primitiva respecto a este asunto importante? El apóstol Pablo fue honrado y directo en su modo de hablar acerca de la homosexualidad. Esto fue lo que dijo, según lo que está registrado en 1 Corintios 6:9-11 en la New International Version: “¿No saben ustedes que los inicuos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: Ni los que sexualmente son inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los prostitutos [griego: malakos] ni los ofensores homosexuales [griego: arsenokoites], ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y eso es lo que algunos de ustedes eran.”
Malakos proviene de la palabra “suave.” Metafóricamente significa “afeminado,” y ‘en este sentido malo’ se refiere a la práctica de formas de lascivia sexual, como lo explica el Expository Dictionary of New Testament Words de W. E. Vine. Es de interés que malakia es la palabra griega moderna para “masturbación.”
Pablo vuelve a usar la palabra arsenokoites al escribir a Timoteo en 1 Timoteo 1:10. Las traducciones naturalmente varían en su modo de verter la palabra... “homosexuales” (Versión Popular), “sodomitas” (Biblia de Jerusalén) e “invertidos” (Nueva Biblia Española) son unos cuantos ejemplos. No cabe duda de que los cristianos primitivos veían desde un punto de vista muy serio estas desviaciones hacia la homosexualidad y el lesbianismo. Una última referencia a lo que Pablo escribió, esta vez a los cristianos de Roma, sirve para explicar por qué veían el asunto así.
“Por eso, Dios los ha abandonado a pasiones vergonzosas. Hasta sus mujeres han cambiado las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza; de la misma manera, los hombres han dejado sus relaciones naturales con la mujer y arden en malos deseos los unos por los otros. Hombres con hombres cometen acciones vergonzosas, y sufren en su propio cuerpo el castigo de su perversión.”—Rom. 1:26, 27, Versión Popular.
El muy disputado informe Homosexual Relationships, emitido por la Iglesia Anglicana, hace el siguiente comentario acerca del texto bíblico citado: “Lo que Pablo quiere decir por ‘contra la naturaleza’ es ‘contra la naturaleza’ del género humano con relación al patrón de Dios en su obra de creación. Todo comportamiento homosexual es una divergencia del proyecto creativo de Dios, y, en las palabras de un escritor: ‘cuando se ponen en el contexto de la creación, todas las relaciones homosexuales son relaciones contra la naturaleza.’”
Ese informe concluye así: “La evidencia que hay parece condenar claramente el comportamiento homosexual. Para muchos, esto resuelve el asunto. Tales personas sostienen que la Biblia indica tan claramente que esta clase de comportamiento recibe la desaprobación divina que debe ser incorrecta en toda circunstancia, y especialmente para los cristianos, quienes reconocen la Biblia como una colección de escritos inspirados que da guía autorizada para la conducta de la vida humana.”
Las Santas Escrituras son bastante claras. Aunque muchos tratan de justificar el modo de vivir homosexual, los hechos bíblicos hablan por sí mismos. ¿No es lógico que el Creador del hombre sepa lo que es mejor para éste? ¿No deberíamos acudir a la Fuente de la vida para aprender cómo vivir de una manera que le sea grata a él?
En el transcurso de los años, los testigos de Jehová han tenido el privilegio de ayudar a un número bastante grande de homosexuales a abrazar un modo de vivir más feliz, y a comportarse de una manera que Dios aprueba. Se puede proporcionar esta ayuda a cualquiera que la necesite.