De nuestros lectores
Agotamiento nervioso Gracias por la serie de artículos “¿Padece usted agotamiento nervioso?” (8 de enero de 1995). Aunque sirvo de precursora, desde hace varios meses me siento sin fuerzas y me falta motivación. Los artículos me han mostrado algunos puntos que pienso aplicar, sobre todo la sugerencia de no criticar a los demás.
M. S., Alemania
Los artículos me parecieron extraordinarios porque me ayudaron a identificar por fin mi problema. Estoy casada, soy madre de cuatro hijos y siempre tengo muchos quehaceres. Lamentablemente mi familia me da pocas muestras de agradecimiento. Me siento mejor al saber que es un problema común a las personas sensibles. No dejen nunca de publicar artículos como estos.
J. M., Italia
Desde hace algún tiempo me siento fatigada, apática, inútil, desesperanzada e intranquila. Después de leer el artículo comprendo de dónde se derivan estos sentimientos. Quiero que sepan lo bien que nos sentimos cuando nos comprenden y cuando sabemos que Jehová y su organización se interesan lo suficiente en nosotros como para suministrarnos artículos animadores.
Z. L., Estados Unidos
El agotamiento nervioso contribuyó a que dejara el servicio de Betel y más adelante el de precursor. Por poco renuncio también a servir de anciano. Ahora me doy cuenta de que hubo ocasiones en que descuidé la comunicación. He mejorado en este aspecto, y lo noto en mi estado de ánimo.
E. R., Estados Unidos
Fue alentador saber que otros ministros cristianos se han enfrentado a este problema y lo han superado.
C. L., Suiza
Madres solteras Gracias por el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo pueden las madres solteras afrontar su situación?” (8 de octubre de 1994). En él reconocen que estas jóvenes quedaron embarazadas por su conducta inmoral. Pero en vez de insistir en ello y hacer que la muchacha se sienta aún peor, ofrecen consejos prácticos.
J. D., Estados Unidos
Hace diez años tuve un hijo sin estar casada. No obstante, con la ayuda de Jehová y de mis padres cristianos, me ha ido bien. Después de terminar mis estudios escolares, fui ministra de tiempo completo durante seis años y me casé con un cristiano que actualmente sirve de anciano. Me he beneficiado muchísimo de la misericordia y bondad de Jehová, y puedo utilizar mi experiencia para ayudar a otros.
A. M., Estados Unidos
Cuando leí el artículo, no pude contener las lágrimas. Yo viví exactamente la misma situación que allí se describía. Ahora que soy cristiana me alegro de poder criar a mi hija sabiamente.
C. R. S., Brasil
Roncar El artículo “¿Ronca usted?” (8 de septiembre de 1994) advertía de los posibles riesgos de roncar. Pero decían que el que ronca habitualmente padece el síndrome de apnea del sueño. No necesariamente. Con la edad se tiende a roncar. Otras causas probables son las alergias y los problemas de los senos nasales. Pero si además de roncar persistentemente, la persona de vez en cuando deja de respirar por un lapso de tiempo y a continuación respira entrecortadamente o bufa, y durante el día se siente soñolienta o cansada, es probable que la causa sea la apnea del sueño. El tratamiento más común no es la cirugía, sino dispositivos de aire comprimido que impiden la obstrucción de las vías respiratorias durante el sueño.
C. S., Estados Unidos
Agradecemos estas observaciones, y lamentamos cualquier malentendido que haya podido ocasionar nuestro artículo. Las autoridades médicas coinciden en que no es anormal roncar alguna que otra vez. Como sucede con todo problema de salud, para obtener el tratamiento adecuado es indispensable consultar a un facultativo.—La dirección.