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La resurrección nuestra esperanza fortificanteLa Atalaya 1954 | 15 de septiembre
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cristianos no son como otros. No se afligen demasiado. Aunque reconocen la muerte como enemigo, no van más allá del amor y cariño naturales ni permiten que la tristeza afecte su proceder determinado de mantener integridad en el servicio de Jehová. Más bien, continúan más firmemente en él, sabiendo que el servicio fiel les asegurará un lugar en el nuevo mundo, de modo que puedan ver a sus amados otra vez en la resurrección.
25. ¿Por qué debe animarnos la esperanza de la resurrección a mayor actividad ahora?
25 ¡Qué amoroso y considerado el Dios que servimos! Su promesa de resurrección debe animarnos a mayor actividad ahora. Más y más se acerca el tiempo en que la resurrección será una realidad, no sólo para los miembros de los 144,000 que han sido resucitados desde 1918, sino para los que vivirán sobre la tierra. Piense en el gozo que Cristo y sus coherederos celestiales tendrán a medida que sus manos amorosamente administren el mérito del sacrificio del rescate de Cristo durante el gran sábado del reinado de Cristo para levantar a miles de millones de los muertos de la tierra del hoyo de la muerte. (Luc. 14:5; Juan 5:26; 6:53) Piense en el gozo de las otras ovejas de Jehová en la tierra paradisíaca cuando venga la notificación de Jehová, diciendo a su organización que se prepare para recibir a los muertos resucitados. Entonces tendrán gozo sobreabundante haciendo arreglos para alimentar, alojar, educar y entrenar a las multitudes resucitadas para que éstas ocupen sus lugares en la sociedad del Nuevo Mundo. ¡Qué grandiosa convención será ésa! Maravilloso, alentador del corazón el esperar el tiempo cuando Sheol-Hades, “el sepulcro común de la humanidad,” sea destruído por la resurrección y cuando, finalmente, los de la sociedad humana perfeccionada estén ante Dios al fin de los mil años y, pasando la prueba, oigan la aprobación expresada por Dios, justificándolos como dignos de vida permanente en este globo hermoseado. El milagro de la resurrección, multiplicado mil millones de veces, habrá efectuado brillantemente los propósitos de Dios consiguiendo la victoria sobre la muerte, sin que haya necesidad de que sea repetido en las infinitas edades venideras.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1954 | 15 de septiembre
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Preguntas de los lectores
● En el número del 1 de mayo de La Atalaya se contesta la pregunta procedente de Etiopía, “¿Debemos adorar a Jesús?” En el párrafo 5 se cita Hebreos 1:6 en relación a los ángeles de Dios adorando a Jesús, pero en el párrafo final dice: “La respuesta a la pregunta que se considera aquí tiene que ser que ninguna adoración distinta ha de rendirse a Jesucristo ahora glorificado en el cielo. Nuestra adoración ha de dirigirse a Jehová.” ¿No contradice esto la declaración de Hebreos 1:6?—T. P., Estados Unidos.
En respuesta a las varias preguntas sobre este punto en unas cuantas cartas que se han recibido, preguntamos: ¿Es usted un ángel de Dios en el cielo? Si usted lo es, entonces Hebreos 1:6 aplica a usted. Si usted no es un ángel de Dios en el cielo, entonces Hebreos 1:6 no se dirige a usted, porque en Hebreos 1:6 y sus dos versículos precedentes el escritor dice concerniente al glorificado Jesús: “De modo que ha llegado a ser mejor que los ángeles al grado que ha heredado un nombre más excelente que el de ellos. Por ejemplo, ¿a cuál de los ángeles dijo él alguna vez: ‘Tú eres mi Hijo; hoy he llegado a ser tu Padre’? Y otra vez: ‘Yo le seré Padre a él, y él me será Hijo’? [6] Pero cuando él vuelve a traer a su Primogénito a la tierra habitada, él dice: ‘Y que todos los ángeles de Dios le adoren.’”) (Heb.1:4-6, NM) Aquí el apóstol Pablo cita del Salmo 97:7, el cual, en las palabras de Una Traducción Americana, dice: “Todos los que sirven a imágenes forjadas son avergonzados, ellos que se enorgullecían de sus nulidades. ¡Adórenle, todos ustedes los dioses!” En la Versión de los Setenta (LXX) griega estas palabras cursivas dicen: “Adoradlo [proskyneo], todos vosotros sus ángeles.” (Edición de Bágster; también Thomson) El apóstol también puede haber estado citando de la Versión de los Setenta Deuteronomio 32:43, la parte de apertura del cual dice: “Regocijaos, vosotros los cielos, con él, y que todos los ángeles de Dios le adoren; regocijaos vosotros gentiles, con su pueblo y que todos los hijos de Dios se fortalezcan en él . . . ” (Bágster; semejantemente Thomson) Examinando el contexto del Salmo 97:7 y Deuteronomio 32:43 notamos que la referencia es a Jehová Dios como el que ha de ser adorado. ¿Significa esto que Jesús es el mismo que Jehová debido a la manera en que el escritor de Hebreos 1:6 aplica la cita?
Al traducir Hebreos 1:6 Una Traducción Americana no va de acuerdo con la traducción del Salmo 97:7 que usa “adoren” sino que dice: “Y que todos los ángeles de Dios se inclinen ante él.” La Traducción del Nuevo Mundo dice: “Y que todos los ángeles de Dios le adoren.” ¿Es inferior la Traducción del Nuevo Mundo aquí, o ha violado su regla general de esforzarse hasta donde es posible por traducir cada palabra griega de las Escrituras cristianas griegas por un equivalente inglés? La respuesta a estas preguntas es ¡No! ¿Por qué razón entonces, dice “adorar” en vez de “inclinarse” o “rendir homenaje a”?
Como ya se declaró en el artículo de La Atalaya al que se ha hecho referencia, la palabra griega aquí traducida “adoren” es la palabra proskyneo. Por más extraño que parezca, esta palabra se deriva de la palabra griega para “perro,” kýon, y por lo tanto significa, adecuadamente, “agacharse arrastrarse, acariciar,” como un perro lo haría a los pies de su amo. Prácticamente aplicada, por lo tanto, la palabra fundamentalmente significa “postrarse, inclinarse, o rendir homenaje.” Y en los países que la Biblia menciona ésta era la actitud adecuada tanto en el caso de veneración y homenaje civiles como de adoración religiosa. Esto se da a ver en la Biblia, tanto en el texto original hebreo como en el griego.
En la Versión del rey Jaime o Autorizada de la Biblia proskyneo se traduce “adorar,” sin excepción, en sus 60 apariciones. Sin embargo, en la Traducción del Nuevo Mundo proskyneo se traduce “rendir homenaje” y “adorar.” Por ejemplo los magos de Oriente y el rey Herodes dijeron que querían “rendir homenaje” (proskyneo) al bebé que había nacido rey de los judíos. “Rendir homenaje” es preferible aquí porque ni los magos ni el rey Herodes tenían la idea de adorar al bebé como Dios. (Mat. 2:2, 8, 11) Proskyneo se vierte adecuadamente “rendir homenaje” a veces, porque frecuentemente en la Versión de los Setenta griega de la Biblia la acción de este verbo se dirige a hombres; por ejemplo, cuando el patriarca Abrahán se inclinó (proskyneo) ante los nativos paganos de la tierra de Canaán, los heteos, los hijos de Het. (Gén. 23:7, 12, LXX) O, como cuando el patriarca Jacob y sus esposas y sus hijos todos se inclinaron repetidamente (proskyneo) ante su hermano gemelo Esaú, a quien Jehová Dios dijo que Él odiaba. (Gén. 33:3, 6, 7, LXX) O, como cuando el emperador Nabucodonosor se inclinó (proskyneo) ante el profeta Daniel. (Dan. 2:46, LXX) Podrían darse otros ejemplos, tal como Apocalipsis 3:9, en que proskyneo no se vierte correctamente al traducirse “adorar” sino debe traducirse “inclinarse” o “rendir homenaje.”
En la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras cristianas griegas cuando esta palabra proskyneo se dirige a Dios, entonces se traduce correctamente “adorar,” como cuando Jesús contestó al Tentador y dijo: “¡Márchese, Satanás! Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar [proskyneo], y es a él solamente que tienes que rendir servicio sagrado.’” (Mat. 4:10, NM) A la mujer samaritana Jesús dijo: “Los adoradores genuinos adorarán al Padre con espíritu y verdad, porque, en verdad, el Padre está buscando que tal clase le adore. Dios es un Espíritu, y los que le adoran tienen que adorarle [proskyneo] con espíritu y verdad.” (Juan 4:23, 24, NM) En cada uno de estos casos proskyneo pudiera haberse traducido “inclinarse” o “rendir homenaje,” pero ciertamente cuando nos inclinamos a o rendimos homenaje a Jehová Dios no lo hacemos en el mismo sentido en que lo hicieron Abrahán, Jacob y otros cuando se inclinaron o rindieron homenaje a hombres. En Juan 4:23, 24, que se acaba de citar, aun la traducción literal del Dr. Young de la Biblia cambia de “inclinarse” a “adorar.” Por eso la Traducción del Nuevo Mundo no es más inconsistente que la traducción literal de la Biblia del Dr. Young. El inclinarse ante hombres no significa necesariamente adoración.
En la Traducción del Nuevo Mundo notamos que cuando este verbo griego proskyneo se aplica a Jesús como hombre sobre la tierra o materializado como hombre después de su resurrección, se traduce “rendir homenaje.” Sin embargo, cuando se refiere al glorificado Jesús en los cielos invisibles en la presencia de los santos ángeles, la Traducción del Nuevo Mundo hace un cambio y vierte proskyneo al ser aplicada a él con la palabra “adorar.” (Heb. 1:6) Esto se hace correcta y consistentemente. Este verbo griego aparece sólo dos veces en el libro de Hebreos, aquí en Hebreos 1:6 y en Hebreos 11:21 donde se describe que Jacob adoraba a Jehová Dios: “Por fe Jacob, cuando estaba por morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró
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