Dichos sabios para el día moderno
“Adquiere la sabiduría, y con todo lo que adquieras, adquiere el entendimiento.”—Pro. 4:7.
1. ¿Por qué no es un deseo netamente egoísta el desear vivir en felicidad, y cómo podrá lograrse esto en un mundo perfecto?
VIVIR en felicidad—eso es lo que todos deseamos, ¿no es cierto? Tal vez ésta parezca una pregunta egoísta. Sin embargo, el hombre fué hecho originalmente para vivir, y ser feliz al vivir. De modo que es un deseo natural el de vivir en felicidad. Al demostrar que somos dignos de la vida eterna vindicamos a Dios el Dador de vida. En armonía con eso Jehová Dios creó perfecto al primer hombre y lo puso en un paraíso, el jardín de Edén, donde le era posible vivir para siempre disfrutando de la vida en perfección. Puesto que todos nosotros estábamos entonces en los lomos de ese hombre original, y todavía no habíamos nacido de él, esa posibilidad de vida eterna en completa felicidad también era nuestra. Pero se perdió para nosotros la oportunidad de que naciésemos de padres perfectos en un paraíso de felicidad. ¿Cómo? Por la imprudencia de nuestro primer padre humano, Adán, y ¡fíjese usted en qué condición está toda la humanidad en este llamado día moderno! La familia humana tiene todo menos felicidad, la duración probable de su vida se ha reducido a mucho menos que un promedio de cien años, y la mismísima existencia de la entera familia humana ahora parece estar amenazada por la temida explosión repentina de la bomba humana en una tercera guerra mundial del tipo más moderno. Felizmente, nuestro Creador, Jehová Dios, ha dispuesto de nuevo la oportunidad para que los que aman la vida logren la felicidad eterna en un mundo perfecto. ¿Lograrla cómo? Mediante la sabiduría.
2. ¿Cómo se distingue dicha sabiduría que trae vida de la sabiduría de este mundo?
2 La sabiduría de esta clase que trae vida difiere mucho de la sabiduría que este mundo posee. La sabiduría de este mundo lo ha llevado a esta condición lamentable, y si se usa la sabiduría de este mundo no hay posibilidad ni de salirse de esta condición lamentable ni de lograr al fin vida en felicidad. La sabiduría de este mundo es de abajo, de debajo, del hombre degradado y egoísta, que se apoya en su propio entendimiento. Hasta donde viene de la región fuera de la humanidad, es decir, de lo invisible, viene de los demonios inicuos, de los diablos, por la cual razón es demoníaca, diabólica. La sabiduría de este mundo no sabe que “el dios de este mundo” es Satanás el Diablo, el gran adversario de Jehová y del hombre. Eso es lo único que explica por qué la raza humana ha llegado a una condición tan degradada, tan desamorada y egoísta, estando incapacitada para vivir consigo misma e incapacitada para conservar la paz y armonía entre los miembros de su propia familia, y por qué va por el camino que la lleva a su propio suicidio en un guerrear atómico debido a diferencias políticas, religiosas, raciales y económicas. Muy por lo contrario, la sabiduría que conduce a la vida sin fin en el mundo feliz y libre desciende de arriba. Tal sabiduría viene de fuera del hombre, viene de Jehová Dios, el gran Dador de vida, paz y felicidad.
3. ¿Con qué sabiduría, entonces, tenemos que ser sabios, y de dónde tenemos que conseguirla, como lo ilustró el rey más sabio de la antigüedad?
3 Entonces, para vivir tenemos que ser sabios con una sabiduría distinta de la de este mundo. No debemos obtener esta sabiduría de las escuelas educativas de este mundo ni de su llamada escuela de la experiencia. Tenemos que obtenerla del único lugar de donde puede obtenerse: de Jehová Dios. Del rey más sabio de la antigüedad recibimos este consejo: “Jehová mismo da la sabiduría; procedentes de su boca hay conocimiento y discernimiento. Y para los rectos atesorará sabiduría práctica; para los que andan en integridad él es un escudo.” (Pro. 2:6, 7) De esta misma fuente él había obtenido, su propia sabiduría, de modo que sabía qué decirnos. Era un joven cuando llegó a ser el rey de las doce tribus de Israel en el año 1037 antes de la era cristiana. Cuando Jehová Dios se le apareció mediante un sueño y le preguntó al joven rey Salomón lo que deseaba, Salomón respondió: “Dame ahora sabiduría y conocimiento para que pueda salir delante de este pueblo y para que pueda entrar, ¿pues quién podría juzgar a este gran pueblo tuyo?” Esta petición le agradó a Dios, y realmente dió a Salomón sabiduría y conocimiento extraordinarios. (2 Cró. 1:7-12; 1 Rey. 5:12) El registro histórico nos dice: “La sabiduría de Salomón era más vasta que la sabiduría de todos los orientales y que toda la sabiduría de Egipto.”—1 Rey. 4:30.
4. El acudir ahora a parte de esta sabiduría de Salomón que ha sido preservada es como ¿qué actividad de la antigüedad, y la sabiduría de quién estamos estudiando en realidad?
4 En apoyo de esto la historia bíblica nos dice además: “Él podía hablar tres mil proverbios y sus cánticos llegaron a ser mil cinco.” El libro de la Biblia que se conoce como los Proverbios viene, muy adecuadamente, de la pluma de Salomón. Lo introducen estas palabras: “Los proverbios de Salomón el hijo de David, el rey de Israel, para conocer uno la sabiduría y la disciplina, para discernir los dichos del entendimiento, para recibir la disciplina que da perspicacia, justicia y juicio y rectitud, para dar a los inexpertos sagacidad, al joven conocimiento y habilidad para pensar. La persona sabia oirá y adquirirá más instrucción, y el hombre entendido es el que adquiere dirección diestra, para comprender proverbio y dicho que causa perplejidad, las palabras de los sabios y sus enigmas.” (Pro. 1:1-6) Está escrito en la historia bíblica: “Y continuaban viniendo de todos los pueblos para oír la sabiduría de Salomón, aun de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría.” (1 Rey. 4:32, 34) Dado que toda la gente de la tierra, incluyendo a la reina de Sabá, vino de cerca y de lejos para oír la sabiduría de Salomón, muestra sabiduría de parte de nosotros el que acudamos a parte de su sabiduría, que el poder de Dios ha preservado para nosotros en el libro de los Proverbios. Dado que este libro fué escrito bajo inspiración celestial, y dado que la sabiduría de Salomón fué en realidad la que “Dios le había puesto en su corazón,” entonces cuando estudiamos el libro de los Proverbios en realidad no estamos estudiando simplemente la sabiduría de Salomón, la sabiduría de un mero hombre, sino la sabiduría de Jehová Dios. (1 Rey. 10:23, 24) Estos proverbios resumen verdades eternas y por lo tanto están tan al día ahora como lo estaban entonces.
EL SECRETO DE LA SABIDURÍA
5. ¿Cuál es el secreto de la sabiduría que Salomón nos da, y por qué comparó consigo mismo a Salomón el mayor testigo de Jehová en la tierra?
5 Salomón, el rey de Jerusalén, en sus proverbios nos da el secreto de la sabiduría verdadera. Es éste: “El temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es lo que entendimiento es. Porque por mí tus días llegarán a ser muchos y a ti se te añadirán años de vida.” También: “El temor de Jehová es el principio del conocimiento. La sabiduría y la disciplina son lo que han despreciado meros necios.” (Pro. 9:10, 11; 1:7) Podemos discernir de estas palabras que Salomón estimuló a otros a tener conocimiento y temor de Jehová, y que fué testigo de Jehová; de hecho, el testigo más sobresaliente de Jehová de su día. El mayor testigo que ha habido sobre la tierra comparó a Salomón consigo mismo. Este fué Jesucristo, quien dijo hace diecinueve siglos: “La reina del sur [la reina de Sabá] será levantada en el juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino desde los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, pero, ¡miren! algo más que Salomón está presente.” (Mat. 12:42) Será interesante ver qué escribió el rey Salomón acerca de Jesucristo, quien era más sabio y mayor que Salomón.
6. Por esto, ante todo ¿qué les es necesario a todos los que buscan la vida, y en el interés de esto qué están haciendo hoy los testigos de Jehová exactamente como lo hizo Salomón?
6 Sin embargo, dado que el conocimiento y la sabiduría dadores de vida tienen su comienzo en el conocer y temer a Jehová, ante todo es necesario que todo el que busca la vida tema a Jehová Dios. Antes que podamos temerle inteligentemente tenemos que conocerlo, no según lo que la cristiandad religiosamente confusa enseña concerniente a él, sino según lo que los Proverbios y el resto de la Palabra escrita de Dios nos dicen concerniente a él. Y tal como el rey Salomón testificó concerniente a Jehová Dios, de igual manera los testigos de Jehová del día moderno están trayendo muy activamente a todos los pueblos el conocimiento verdadero de Dios mediante la página impresa y por la palabra hablada, tal como lo predijo Salomón mismo.
7. Entonces, ante todo, ¿qué tenemos que saber, y por qué esto?
7 Ante todo, tenemos que saber que Jehová Dios es el Creador de todas las cosas visibles e invisibles, y sirviéndonos de base ese conocimiento nos es preciso tener fe o una creencia viva e impelente en que él existe. ¿Por qué? Porque “sin fe es imposible lograr su buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser el galardonador de los que con sinceridad le buscan.” (Heb. 11:6) La creación visible en todo nuestro alrededor y también las fuerzas invisibles que hemos llegado a conocer son la maravilla de toda la humanidad, aun de los científicos materialistas que no creen en un creador personal. Cuanto más estudian y aprenden, tanto más se ven obligados a confesar que la creación despliega un conocimiento, sabiduría y entendimiento que ellos nunca podrán alcanzar. Y ¿por qué no? Porque, según escribe el inspirado Salomón: “Jehová mismo con sabiduría fundó la tierra. Afirmó sólidamente los cielos con discernimiento. Mediante su conocimiento las aguas agitadas mismas fueron separadas, y los cielos nublados continúan goteando lluvia ligera.” (Pro. 3:19, 20) Puesto que él es la fuente de toda la creación visible e invisible, hubo un tiempo en el pasado eterno en que Jehová Dios estuvo completamente solo, pues él es eterno.
8. Aunque estuvo solo entonces, ¿qué conocimiento tenía?
8 Aunque estuvo completamente solo en el espacio infinito, tenía conocimiento; se conocía a sí mismo y sabía que no había ningún otro en el espacio sin límites. Estaba bien enterado de todos los poderes que estaban encerrados en él, pues era el Todopoderoso, para quien nada es imposible. Sabía el tiempo en que había de dar principio a su creación. Cuando llegó ese tiempo comenzó a ejercer sabiduría.
9. ¿Cómo mostró Jehová sabiduría incomparable desde el mismo comienzo de la creación, y entonces para hacer qué usó Jehová a su único Hijo, y por qué?
9 Desde el mismo comienzo de la creación él desplegó una sabiduría incomparable. ¿Cuál fué, pues, su primera creación? Un hijo—su primer hijo, su único hijo directo. Él no era terrestre, tal como lo somos nosotros, porque la tierra no existía entonces. Era un espíritu, lo mismo que su Padre celestial, y por eso podía ver, oír y hablar con su Padre, y estar en su compañía personal. No sabemos lo que Jehová Dios llamó a su hijo en ese entonces. Pero Jehová Dios le dió inmensurablemente más sabiduría que la que le dió en tiempo alguno al rey Salomón; a tal grado que fué como si Dios hubiese hecho de esta cosa llamada sabiduría una criatura viviente, personal. Fué como si de la sabiduría misma se hubiese hecho una persona, por lo perfectamente que exhibía este hijo la sabiduría de su Padre celestial. El hijo hasta se refiere a sí mismo como la sabiduría. Tal como sucede frecuentemente sobre la tierra, que el hijo trabaja con su padre, de igual manera Jehová Dios deseaba que su hijo trabajase con él. Sabía que no era bueno que un hijo tan talentoso se quedara inactivo. El no usar los talentos de su hijo en su servicio sería desperdiciarlos. Este hijo sabio no era un haragán. Ansioso de trabajar, deseaba hacer lo que su Padre y Creador y Dador de vida celestial quería que hiciese. En armonía con esto, Jehová Dios usó a este único Hijo para que creara todas las demás cosas visibles e invisibles, animadas e inanimadas.
10. ¿De qué habla este Hijo celestial, y por qué se refiere a sí mismo como la sabiduría, aunque en el hebreo “sabiduría” está en el género femenino?
10 Bajo la inspiración de Dios, los Proverbios de Salomón representan al Hijo celestial de Dios como la sabiduría personificada, y por lo tanto como hablando de la obra creativa desde el mismo principio. Por supuesto, en el idioma hebreo la palabra “sabiduría” está en el género femenino, pero cuando el hijo de Dios usó la palabra “sabiduría” al referirse a sí mismo no quiso decir que él fuera femenino o mujeril. Sólo se estaba refiriendo a una cualidad sobresaliente que Dios le había dado y estaba usándola como si fuera su nombre para mostrar que esta cualidad de Dios estaba activa por medio de él en la obra de creación. De modo que dice:
11. ¿Qué dice la sabiduría personificada con referencia a la creación, en Proverbios 8:12, 22-31?
11 “Yo, la sabiduría, he morado con la sagacidad y hallo hasta el conocimiento de las habilidades para pensar. Jehová mismo me produjo como el principio de su camino [Apocalipsis 3:14], el más temprano de sus logros de mucho tiempo atrás. Desde tiempo indefinido fuí instalada, desde el comienzo, desde tiempos anteriores a la tierra. Cuando no había aguas agitadas fuí dada a luz como con dolores de parto, cuando no había manantiales cargados pesadamente de agua. Antes de que las mismas montañas se hubieran asentado, primero que los cerros, fuí dada a luz como con dolores de parto, cuando aún no había hecho él la tierra y los espacios abiertos y la primera parte de las masas de polvo de la tierra productiva. Cuando él preparó los cielos yo estaba allí; cuando decretó un horizonte sobre la faz de las aguas agitadas, cuando afirmó las masas de nubes arriba, cuando hizo fuertes las fuentes de las aguas agitadas, cuando fijó al mar su decreto de que las aguas mismas no debieran pasar más allá de su orden, cuando decretó los fundamentos de la tierra, entonces vine a estar a su lado como obrero maestro y vine a ser aquello con lo que él estaba especialmente encariñado día por día, estando yo alegre delante de él siempre, estando alegre por el suelo productivo de su tierra, y las cosas con que estaba encariñada yo estaban con los hijos de los hombres.”—Pro. 8:12, 22-31.
12. ¿Por qué, entonces, puede decirse que “Jehová mismo con sabiduría fundó la tierra,” y cómo demostraron estar con los hijos de los hombres las cosas con las que estaba encariñada la sabiduría?
12 En un sentido muy real, entonces, podría decirse que “Jehová mismo con sabiduría fundó la tierra,” porque usó a su Hijo sabio como un “obrero maestro” a su lado para hacerlo. Esto está en completo acuerdo con lo que el apóstol cristiano Juan nos dice más tarde acerca de cómo llegó a existir toda la creación. (Juan 1:1-3) Este Hijo creado de Dios no sabía entonces que, mucho después de Jehová haberle dicho: “Hagamos al hombre a nuestra imagen,” él mismo llegaría a ser hombre para poder recobrar a la humanidad de las terribles consecuencias de la imprudencia del primer hombre, de haber pecado contra el mandamiento sencillo de Jehová Dios. Así, en un sentido muy especial el Hijo de Dios mostró que, citándolo a él: “las cosas con que estaba encariñada yo estaban con los hijos de los hombres.” Sobre la tierra él fué mucho más sabio que el rey Salomón, y les dijo a sus fieles apóstoles que, cuando tuvieran que dar un testimonio delante de los gobernantes políticos de esta tierra: “Les daré habla potente y sabiduría que todos sus opositores juntos no podrán resistir o disputar.” (Luc. 21:15) Uno de sus apóstoles, llamado Pablo, pone de manifiesto la diferencia entre la sabiduría de este mundo y la sabiduría de sus filósofos griegos y la sabiduría de Dios. Dice:
13. ¿Cómo explicó Pablo, en 1 Corintios 1:20-30, la diferencia entre la sabiduría de este mundo y la sabiduría de Dios?
13 “¿No ha constituído Dios en insensatez la sabiduría del mundo? Pues ya que, en la sabiduría de Dios, el mundo por su propia sabiduría no llegó a conocer a Dios, le agradó a Dios por la insensatez de lo que es predicado salvar a los que creen. Porque tanto los judíos piden señales como los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo empalado, para los judíos causa de caída pero para las naciones insensatez; no obstante, para los que son llamados, tanto judíos como griegos, Cristo el poder de Dios y la sabiduría de Dios. . . . con el fin de que ninguna carne se jacte a la vista de Dios. Pero se debe a él el que ustedes estén en unión con Cristo Jesús, quien se ha hecho para nosotros sabiduría procedente de Dios.”—1 Cor.1:20-30.
14. ¿Por qué es ahora el camino que muestra sabiduría de parte de nosotros el que sigamos e imitemos a Cristo, y por qué nos mostramos más sabios que la política de este mundo si aceptamos a Cristo como Rey?
14 Por lo tanto el camino que muestra sabiduría de parte de nosotros en este día moderno es el de hacernos discípulos de Cristo y copiar a Cristo. “Cuidadosamente escondidos en él están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” Por lo tanto el apóstol Pablo sigue expresándose y nos advierte: “Cuídense: quizás haya alguien que se los lleve como su presa por medio de la filosofía y el engaño vacío según la tradición de los hombres, según las cosas elementales del mundo y no según Cristo; porque es en él que toda la plenitud de la cualidad divina habita corporalmente.” (Col. 2:3, 8, 9, margen) O, citando este texto de The Authentic New Testament (El Nuevo Testamento Auténtico, de 1955) por H. J. Schonfield: “Porque es en él que la inmensidad de la sabiduría divina habita corporalmente.” Él es la verdadera personificación de la sabiduría de Dios. El que lo aceptemos como el que Dios proveyó para nuestra salvación de la muerte que resultó de la imprudencia de Adán nos lleva a la vida. Como la sabiduría personificada él dice: “El que me halla ciertamente hallará la vida, y consigue buena voluntad de parte de Jehová. Pero el que no me llega a tener está haciendo violencia a su alma; todos los que me odian con intensidad son los que ciertamente aman la muerte.” (Pro. 8:35, 36) Mostramos más sabiduría que la política de este mundo si aceptamos al glorificado Jesucristo como Rey ungido de Jehová para el Nuevo Mundo, porque él es mucho más sabio que lo que era el rey Salomón. A él aun los ángeles del cielo le dicen: “El Cordero que fué degollado es digno de recibir el poder y las riquezas y la sabiduría y la fortaleza y el honor y la gloria y la bendición.” (Apo. 5:11, 12) Tiene todo lo que el Rey del Nuevo Mundo necesita.
CONOCIMIENTO, SABIDURÍA Y ENTENDIMIENTO
15. ¿Por qué no era necesario que Adán comiese del árbol prohibido para conseguir conocimiento, y en lo referente a qué salió perdiendo al desobedecer?
15 En los Proverbios el rey Salomón dice mucho acerca del conocimiento y la sabiduría y el entendimiento o discernimiento. Conecta estas cosas unas con otras. Veamos por qué. Primero está el conocimiento. Este proviene de Jehová Dios. En el jardín de Edén, el hogar original de la humanidad, Dios plantó entre otros árboles “el árbol del conocimiento del bien y del mal.” Dios le mandó al primer hombre, Adán, que no comiera de este árbol si quería evitar la muerte. (Gén. 2:9, 15-17) El libro de los Proverbios, así como también el resto de la Biblia, impresionantemente nos muestra que el Dios Todopoderoso Jehová estaba bien capacitado para dar a Adán el conocimiento del bien y del mal al debido tiempo de Dios sin que Adán tuviera que desobedecer a Dios y comer del árbol prohibido del conocimiento del bien y del mal. Al desobedecer a Dios, Adán dejó de tenerle temor a su Creador y así salió perdiendo en lo referente a conocimiento, porque como dice Proverbios 1:7: “El temor de Jehová es el principio del conocimiento.”
16. ¿Por qué no quiere Dios que el hombre caiga en la ignorancia, y, por consiguiente, por qué nos insta Salomón a escuchar lo que él dice?
16 Dios no hizo al hombre ignorante y no quiere que el hombre caiga en la ignorancia, pues eso no resulta en bien. “Además, no es bueno que el alma esté sin conocimiento, y el que está apresurándose con los pies está pecando.” (Pro. 19:2) El conocimiento debería servir para detenernos y no dejarnos emprender apresurada e ignorantemente cierto camino y así pecar contra Dios. “Todo el que es sagaz actuará con conocimiento, pero el que es estúpido diseminará la insensatez.” (Pro. 13:16) Dado que sabía lo provechoso que es el conocimiento de Dios, el inspirado escritor de Proverbios insta a todos los que buscan dicho conocimiento a escuchar lo que él dice por medio de este libro de la Biblia: “Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, para que puedas aplicar tu mismo corazón a mi conocimiento.”—Pro. 22:17.
17. ¿Cuándo ejerció Dios sabiduría por primera vez, qué es sabiduría, y por eso qué es lo que la sabiduría necesita y usa?
17 Durante toda su existencia eterna antes de que él creara a su Hijo sabio, Jehová Dios tuvo conocimiento. Cuando empezó a crear él puso ese conocimiento a trabajar. Fué entonces que él usó su sabiduría o la desplegó. La sabiduría es una obrera. Es la habilidad de usar el conocimiento de la manera correcta; es el ejercer conocimiento de una manera correcta con buenos resultados y el llevar a cabo el propósito de uno. Significa acción con iluminación. La sabiduría necesita conocimiento: “Los sabios son los que atesoran el conocimiento, pero la boca del insensato está cerca de la ruina misma.” La sabiduría usa el conocimiento: “La lengua de los sabios hace bien con el conocimiento, pero la boca de los estúpidos burbujea con insensatez. Los labios de los sabios siguen esparciendo el conocimiento, pero el corazón de los estúpidos no es así.”—Pro. 10:14; 15:2, 7.
18. Cuando Dios mediante la sabiduría acabó de crear al primer hombre y a la primera mujer, ¿qué vió, y qué precisamos ante todo para obrar con la sabiduría de Dios?
18 Al crear todas las otras cosas Jehová Dios usó a la sabiduría personificada en su primer hijo, y la usó como un obrero maestro. Cuando Dios por medio de la sabiduría acabó de crear al primer hombre y a la primera mujer, “Dios vió todo lo que había hecho y, ¡mire! era muy bueno.” (Gén. 1:31) La sabiduría da dirección hábil a la actividad de uno, y a causa de Su sabiduría y habilidad toda la actividad de Jehová Dios es perfecta. De manera que la sabiduría es más que simple conocimiento, más que el simplemente poseer información en la mente. Es poner esa información a trabajar de una manera que traiga honor y alabanza a la gran Fuente de conocimiento, Jehová Dios, y que por lo tanto traiga beneficio a sus criaturas. Para obrar con la sabiduría de Dios tenemos que obrar con conocimiento procedente de él. Por eso es indispensable que vayamos a la Palabra de Dios, la Santa Biblia, y que la estudiemos para conseguir el conocimiento que da. Nos es preciso conseguir conocimiento de ella para obtener la vida. La sabiduría personificada dijo a su Padre: “Esto significa vida ·eterna, el que ellos adquieran conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú has enviado, Jesucristo.” (Juan 17:3) Entonces uno puede ser sabio y los labios y las manos de uno pueden esparcir a otros el conocimiento dador de vida.
19. (a) ¿Qué nos es indispensable tener además de conocimiento y sabiduría? (b) ¿Por qué hay que tener conocimiento para tener entendimiento, pero qué es el entendimiento en sí mismo?
19 Además de conocimiento y sabiduría, es indispensable tener entendimiento. Es decir, nos es menester tener el entendimiento de Dios. No podemos comparar nuestro propio entendimiento de las cosas, sucesos y arreglos con el entendimiento que él tiene de ellas: “Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta y él mismo enderezará tus sendas. No te hagas sabio a tu propia vista. Teme a Jehová y apártate del mal.” (Pro. 3:5-7; 21:30) Si hemos de tomarlo en cuenta en todos nuestros caminos es preciso que lo conozcamos por medio de tener conocimiento de lo que él ha dicho y hecho. Este conocimiento lo hallamos en la Biblia. Sin conocerlo a él no podemos disfrutar de los beneficios del entendimiento verdadero. “El temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es lo que entendimiento es.” De nuevo se nos dice: “Los hombres dados a la maldad no pueden entender el juicio, pero los que están buscando a Jehová pueden entenderlo todo.” (Pro. 9:10; 28:5) Entendimiento, por lo tanto, significa el que uno tenga la habilidad de ver una cosa en sus diferentes partes conectadas, separar las diferentes partes de una cosa y ver y conocer la razón por la cual están y actúan juntas, y ver todo esto en la relación que tiene con Dios. Significa discernimiento, siempre teniendo a Dios en cuenta. Se ve, pues, que es más que sabiduría, la cual es la habilidad e inclinación de uno de usar el conocimiento que tiene para llevar a cabo su propósito de la manera que dé el mejor resultado.
20. ¿Cómo demostró Jehová entendimiento al crear los cielos, y en cuanto a esto por qué hizo al hombre diferente a la creación animal inferior?
20 Al crear los maravillosos cielos que nos son visibles, Jehová Dios usó y demostró entendimiento. Desde el principio de ellos él conoció y discernió todas las partes de los cielos y la relación de esas partes unas con otras y su funcionamiento armonioso como conjunto y la manera en que cada parte afecta a las otras. También le era importante discernir y prever qué efecto tendrían éstos en sus criaturas sobre la tierra. Él es el “Hacedor de los cielos con entendimiento: . . . Aquel que extiende la tierra por encima de las aguas: . . . el Hacedor de las grandes luces: . . . aun el sol para dominio por el día: . . . la luna y las estrellas para dominio en combinación por la noche.” (Sal. 136:5-9) “Jehová hizo la tierra con su poder, estableció el mundo con su sabiduría, y con su [entendimiento, AN] extendió los cielos.” (Jer. 10:12, Mod) Él creó al hombre diferente a la creación animal inferior de la tierra, por cuanto le dió al hombre la facultad de entender y el deseo de entender. El hombre tenía que entender la relación que existe entre él y su Creador si quería seguir viviendo.
21. ¿Por qué se dirige la persona entendida a la Palabra de Dios, y por qué se mantiene en contacto estrecho con la sabiduría?
21 Para entender tenemos que conocer lo que nos esforzamos por comprender con la mente con vista clara. “El corazón entendido es el que busca el conocimiento, pero la boca de los estúpidos es la que ambiciona la insensatez.” El esfuerzo que el entendimiento hace para conseguir conocimiento recibe recompensa: “El corazón del entendido adquiere conocimiento, y el oído de los sabios se esfuerza por hallar conocimiento.” Porque el corazón entendido percibe la Fuente del conocimiento verdadero y reconoce la relación que existe entre el hombre y Dios y reconoce que el hombre depende de Dios para todas las cosas, tal corazón se dirige a la Palabra de Dios en busca del conocimiento vital, y Dios da a tal corazón comprensión o discernimiento perspicaz del significado de su Palabra: “Por el darle perspicacia a una persona sabia ésta consigue conocimiento.” (Pro. 15:14; 18:15; 21:11) La persona entendida no sólo anhela conocimiento de todas las cosas que tienen que ver con la Palabra y las obras de Dios, y del propósito que hay tras ellas, sino que además se mantiene en estrecho contacto con la sabiduría para tener la habilidad y la inteligencia de usar ese conocimiento en armonía con Dios. Mantiene la sabiduría justamente en frente de ella. “La sabiduría está delante del rostro del entendido, pero los ojos del estúpido están en el extremo de la tierra.” (Pro. 17:24) Juzgando por el poco discernimiento que la persona estúpida tiene o muestra, sus ojos bien podrían estar tan lejos de ella como el extremo de la tierra.
22. ¿Cómo se distingue una persona estúpida de una persona entendida, y cómo se volvió a la estupidez el rey Salomón a pesar de su sabiduría?
22 La persona estúpida no fija su mente ni su vista en Dios; la persona entendida sí. Sabiduría no es lo único que ésta muestra al temer a Jehová; muestra entendimiento. Está obrando en armonía con su temor piadoso. Fué Dios mismo el que dijo: “¡Mira! el temor de Jehová—eso es sabiduría, y el apartarse del mal es entendimiento.” (Job 28:28) La persona entendida no rehusará una reprensión y luego se mofará: “Al escarnecedor le deberías golpear, para que el inexperto se haga sagaz; y debería haber reprensión al entendido, para que discierna el conocimiento.” (Pro. 19:25) Una simple reprensión, no un golpe violento, basta para una persona entendida. A pesar de toda su sabiduría, puede obrar indiscreta o incorrectamente. Por esa razón quizás necesite de vez en cuando una reprensión que la vuelva al entendimiento. Ya en plena vejez, el rey Salomón no prestó atención a una simple reprensión. A pesar de toda la sabiduría con la cual Dios le había favorecido, se volvió a la estupidez. ¿Por qué? Porque dejó de entender. ¿Cómo? Dejó que el cuadro mental y el agudo sentido que tenía de su relación con Jehová Dios se obscurecieran; se hizo cual bestia. “El hombre terrestre, aunque se le tenga en honor, que no entiende, puede en verdad ser comparado a las bestias que han sido destruídas.”—Sal. 49:20.
23. De modo que Salomón perdió el entendimiento cuando hizo ¿qué, y cómo podemos apreciar la gran sabiduría de la cual se apartó él?
23 Salomón perdió el entendimiento cuando abandonó su relación con Jehová y se puso bajo el yugo de otros dioses, los dioses de las muchas esposas paganas con quienes se casó. “Y Jehová llegó a estar enojado con Salomón, porque su corazón se había apartado de Jehová el Dios de Israel, el que se le había aparecido dos veces. Y respecto a esto le mandó que no siguiera tras otros dioses, pero él no había guardado lo que Jehová le había mandado.” (1 Rey. 11:9, 10) Si nos dirigimos a los escritos que Salomón compuso bajo inspiración como testigo de Jehová podemos apreciar la gran sabiduría de la cual Salomón se apartó, muriendo al fin desaprobado por Dios.
24. ¿Por qué nunca debemos ridiculizar las cosas .de Dios, y por qué trataremos de hacer que sean parte de nosotros mismos el conocimiento, la sabiduría y el entendimiento?
24 No ridiculicemos nunca las cosas de Dios. El conocimiento dador de vida del Dios verdadero nunca podrá obtenerse de esa manera. La persona que aprecie el vínculo creativo que le une a Dios y que ella depende totalmente de él hallará fácil el conocerlo. “El escarnecedor ha tratado de encontrar sabiduría y no hay; pero para el entendido el conocimiento es cosa fácil.” (Pro. 14:6) Viendo, pues, que hay que mantener juntos el conocimiento, la sabiduría y el entendimiento, y cuánto precisamos los tres para la vida y el comportamiento correcto, trataremos de hacerlos una parte inseparable de nosotros mismos. Los haremos parientes nuestros, miembros de nuestra familia espiritual. “Di a la sabiduría: ‘Eres mi hermana,’ y suceda que llames ‘Pariente’ al entendimiento mismo.”—Pro. 7:4.