¿Qué tiene pensado Dios?
1. ¿Quién tenía la respuesta autoritativa a la pregunta: “¿Quién sabe lo que Dios ha pensado?” y qué respuesta dio éste?
CUANDO hablamos a la gente en cuanto a los propósitos de Dios para con la humanidad, a menudo oímos la pregunta: “¿Quién sabe?” Esta misma pregunta la hizo un famoso hombre hace mil novecientos años. Él preguntó: “¿Quién ha llegado a conocer la mente de Jehová?” (1 Cor. 2:16) Pero este hombre tenía la respuesta autoritativa a su pregunta. Estaba capacitado para contestar en virtud de dos hechos importantes: (1) Era un docto concienzudo de todas las Escrituras Hebreas, un experto en la ley de Dios dada a Israel. (2) Tenía una posición de acercamiento a Dios de la que solo pocos han disfrutado, a saber, la de ser uno de los doce apóstoles del Señor Jesucristo, el Hijo de Dios. Aunque mostró que nadie puede saber todo lo que tiene pensado Jehová, contestó la pregunta en las siguientes palabras: “‘Ojo no ha visto, ni oído ha escuchado, ni se han concebido en el corazón del hombre las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman.’ Pues es a nosotros que Dios las ha revelado por medio de su espíritu, porque el espíritu escudriña todas las cosas, aun las cosas profundas de Dios.”—1 Cor. 2:9, 10.
2. (a) ¿Cuán interesado está Jehová en comunicarse con los humanos? (b) ¿Qué consejo en cuanto a entender la mente de Dios da Jesús, y cómo seguimos ese consejo, con qué resultado?
2 Jehová, el Dios de la Biblia, el Dios de la nación de Israel y el Dios de Jesucristo y sus seguidores, es un Dios comunicativo. Tan interesado estuvo en comunicarse con la raza humana que envió a su propio Hijo, su más Íntimo, desde el cielo a la Tierra para revelar los propósitos de Dios a la humanidad. Por eso, el apóstol susodicho dijo también a compañeros cristianos: “Nosotros sí tenemos la mente de Cristo.” (1 Cor. 2:16) Es por medio de la Palabra de Jehová, que es un registro de su comunicación con la nación de Israel y de su comunicación desde entonces por medio de Jesucristo, que podemos discernir lo que Dios tiene pensado. Dios nos manda: “Pregúntenme aun acerca de las cosas por venir concernientes a mis hijos; y concerniente a la actividad de mis manos ustedes deben mandarme.” (Isa. 45:11) Jesús aconseja: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá. Porque todo el que pide recibe, y todo el que busca halla, y a todo el que toca se le abrirá.” (Mat. 7:7, 8) Esto significa inquirir en la Palabra de Dios y averiguar los porqués y las razones de las cosas que Dios dice y hace. Él no es un Dios lejano, un Dios ausente, ni espera que obremos sin conocimiento de lo que tiene pensado sobre las cosas. Y un descubrimiento sumamente alentador y alegrador del corazón, al penetrar en la mente de Jehová según él la revela en su Palabra, es que su inclinación mental hacia nosotros es buena y del todo a favor de nuestro bienestar.
3. ¿Cómo nos ayuda a conseguir la respuesta en cuanto a lo que Dios ha pensado la profecía que Dios dio por medio de Isaías?
3 Un excelente bosquejo para que nosotros lo consideremos al buscar la respuesta a la pregunta: “¿Qué tiene pensado Dios?” se dio en el siglo octavo a. de la E.C. por Dios, hablando por medio de su profeta Isaías. Al examinar esta profecía conseguimos las razones y propósitos de los pasos que da Jehová, revelándonos su mente con una claridad que nos deja sin duda en cuanto al derrotero apropiado que se debe emprender.
POR QUÉ HABLA CON ANTICIPACIÓN
4. (a) ¿Cuál es la situación de Israel al tiempo que se da la profecía de Isaías? (b) ¿Qué les dice Jehová en Isaías 48:1-13?
4 Al tiempo que se da la profecía, Israel vive en la Tierra Prometida. Babilonia todavía no es la Tercera Potencia Mundial. Todavía no es ni siquiera una amenaza seria para la posición dominante de Asiria. Pero Dios había predicho que debido a los pecados de Israel él permitiría que éste entrara en cautiverio a Babilonia. Antes de que siquiera entrara en cautiverio él lo anima, en Isaías 48, versículos 1 al 13, recordándole que él es el Creador del cielo y de la Tierra, el mismo Dios desde el principio hasta el fin, y que él no ha olvidado a su pueblo. Le dice que a causa de él mismo obrará contra Babilonia para librarlo. No permitirá que se le profane por no ejecutar lo que promete, tampoco dará su gloria a ningún dios falso. Él declara:
5. ¿Qué quiere decir Jehová por sus palabras en Isaías 48:14, 15?
5 “Reúnanse, todos ustedes, y oigan. ¿Quién entre ellos ha dicho estas cosas? Jehová mismo lo ha amado. Hará lo que es su deleite sobre Babilonia, y su propio brazo estará sobre los caldeos. Yo-yo mismo he hablado. Además, lo he llamado. Lo he introducido, y habrá el hacer un éxito de su camino.” (Isa. 48:14, 15) ¿Qué quiere decir Jehová con estas palabras? De hecho, dice: ‘¿Quién entre los dioses falsos del mundo pagano ha predicho estas cosas en cuanto a la caída de Babilonia y la liberación de mi pueblo por Ciro el Persa? Es Ciro a quien he amado debido a la obra contra Babilonia que yo me propuse que él hiciera. Él hará lo que es mi deleite contra esa ciudad inicua. Su brazo estará sobre los caldeos con una fuerza que no podrán resistir.’
6. (a) ¿Por qué habla Jehová con anticipación, como lo expresa en Isaías 48:16? (b) ¿Cómo hace Jehová un llamamiento a Israel en Isaías 48:17-19?
6 Ciro no sabría hasta después de capturar a Babilonia y después que Daniel pudiera mostrarle la profecía de Isaías que Jehová lo había usado para capturar a Babilonia y subyugar a los caldeos. Que Dios mismo es el profeta de ello, él lo dice: “Acérquense a mí. Oigan esto. Desde el comienzo no he hablado en ningún lugar de encubrimiento en absoluto. Desde el tiempo de su acontecer he estado allí.” (Isa. 48:16) Jehová no teme profetizar esto con anticipación. No está prediciéndolo secretamente para que nadie más tarde pueda probar que él verdaderamente predijo esto. Él sabe lo que hará y lo predice con anticipación para que su pueblo en aquel tiempo y también nosotros en este tiempo tengamos la seguridad de que él es el Dios verdadero, y podamos confiar en que él llevará a cabo sus propósitos declarados. Luego le dice a Israel:
LO QUE SE PROPONE PARA SU PUEBLO
“Esto es lo que Jehová ha dicho, tu Recomprador, el Santo de Israel: ‘Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña a beneficiarte, Aquel que hace que pises en el camino en que debes andar. ¡Oh si solo tú prestaras atención realmente a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser exactamente como un río, y tu justicia como las olas del mar. Y tu prole llegaría a ser exactamente como la arena, y los descendientes de tus partes interiores como los granos de ella. El nombre de uno no sería cortado ni sería aniquilado de delante de mí.’”—Isa. 48:17-19.
7. (a) ¿Cómo muestra Jehová lo que él verdaderamente se propone y desea para su pueblo en Isaías 48:17-19? (b) ¿Qué dice entonces a su pueblo para que éste no pierda la esperanza mientras está cautivo en Babilonia?
7 Con esto los israelitas pueden ver que Dios los va a librar de Babilonia. Él mismo se llama su Recomprador. Sabiendo esto con anticipación, Jehová muestra que el deseo de su corazón es que los israelitas eviten el cautiverio y el ser deportados de su tierra natal prestando atención a Sus mandamientos. Luego, en vez de que venga la calamidad sobre ellos desde Babilonia, ellos pueden tener paz y prosperidad tan cabal, profunda y abundante como un río. Sus obras de justicia pueden ser tan innumerables como las olas del mar. Jehová había prometido a su antepasado Abrahán que haría a su descendencia tan innumerable como los granos de arena sobre la orilla del mar. ¡Cuán grande su amor a ellos y cuán bueno su propósito para con ellos! Hace un llamamiento al amor de ellos como el Único que realmente está interesado en ellos, enseñándoles cómo sacar provecho ellos mismos, conduciéndolos amorosamente en el camino en que hay que andar. ¡Oh si solo escucharan! No desea que sean cortados o aniquilados de delante de él. Pero él tiene presciencia de que son rebeldes, que no seguirán su enseñanza y guía y que tendrán que ser disciplinados. Aun así, Jehová es tan bondadoso con ellos que no puede abandonarlos completamente. Sus siguientes palabras resultarán ser una luz de esperanza durante su cautiverio:
“¡Salgan de Babilonia! Huyan de los caldeos. Proclamen aun con el sonido de un clamor gozoso, hagan que esto sea oído. Háganlo salir hasta la extremidad de la tierra. Digan: ‘Jehová ha recomprado a su siervo Jacob. Y ellos no tuvieron sed cuando los estaba haciendo andar aun a través de lugares devastados. Hizo que fluyera para ellos agua de la roca, y procedió a dividir una roca para que el agua brotara.’”—Isa. 48:20, 21.
8. ¿Les da Jehová esta profecía de esperanza para incitarlos a rebelarse contra Babilonia durante su cautiverio?
8 Por lo tanto, a estos descendientes de su amado siervo Jacob no los deja en desesperación completa. Por supuesto, Babilonia no va a abrir su prisión voluntariamente para dejar huir a los israelitas, y no es la voluntad de Jehová que ellos se escapen de la cárcel para tratar de salir de Babilonia antes de que ésta caiga. Por medio de su profeta Jeremías (25:11-14) más tarde les dirá que no pueden regresar a su tierra natal antes de que ésta haya yacido desolada por setenta años. De modo que tendrán que esperar a Jehová por medio de Ciro, a quien él ha amado como su libertador.
9. (a) ¿Cómo resulta en magnificar Su nombre el hecho de que Jehová profetiza por adelantado? (b) ¿Cómo exhibió Jehová su gran amor a los que fueron testigos de sus actos poderosos y que estaban en paz con él? (c) ¿Cuál era su actitud para con los desobedientes y especialmente para con Babilonia?
9 El hecho de que él predice esto resultará en que se ensalce su nombre, porque cuando Babilonia realmente cayó, la noticia de su caída se publicó a través de todo el Imperio Medo-persa, y los israelitas pudieron decirles a otros en cuanto a ello y explicar por qué cayó Babilonia y así no dejar que la gente atribuyera todo el crédito a un hombre por su caída. Así, además de su Palabra tuvo testigos de sus actos y propósitos, tal como los tiene en la Tierra hoy en día. Su amor a los que se aprovecharon de la liberación se mostró por el hecho de que los llevó de regreso a través de un territorio devastado, pero los cuidó, sacándoles agua de una masa de roca y encargándose de que pudieran regresar a Jerusalén a salvo. La bondad de Jehová para su pueblo de veras fue incomparable. Pero no podría estar en paz con los de su pueblo que rompían sus mandamientos, y particularmente no con la Babilonia inicua.—Isa. 48:22.
10. (a) ¿Eran necesariamente inicuos los que permanecieron en Babilonia? Dé un ejemplo. (b) ¿Qué pudieron hacer en cuanto a la restauración del templo los que no pudieron regresar a Jerusalén?
10 Cuando vino la caída de Babilonia, algunos israelitas no hicieron el viaje a Jerusalén; pero a éstos no se les consideró necesariamente como inicuos, por ejemplo, al anciano Daniel. Si no estaban de acuerdo algunos en salir de Babilonia, podían obrar en armonía con la sugerencia del decreto de Ciro y contribuir oro, plata, bienes y animales domésticos a los que realmente regresaban y también podían enviar una ofrenda voluntaria para la casa del Dios verdadero, que estaba en Jerusalén.—Esd. 1:2-4.
POR QUÉ PERMITIÓ QUE SUFRIERA SU PUEBLO
11. (a) ¿Hasta qué grado había aumentado la iniquidad de Jerusalén para el tiempo de su caída ante Babilonia en 607 a. de la E.C.? (b) ¿Cómo describe Jehová la acción disciplinaria que tomaría contra Jerusalén, en Isaías 51:17-20?
11 Jerusalén representaba el nombre de Dios, pero en el día de Isaías estaba resultando rebelde. Dios sabía que para el tiempo de la caída de Jerusalén ante Babilonia en 607 a. de la E.C., su iniquidad aumentaría hasta el grado de que la paciencia de Jehová para con ellos se acabaría y habría que administrarles disciplina. Él advierte:
“Despiértate, despiértate, levántate, oh Jerusalén, tú que has bebido a mano de Jehová su copa de cólera. La copa de mesa, la copa que causa tambalear, la has bebido, la has vaciado. No había ninguno de todos los hijos que ella dio a luz que la condujera, y no había ninguno de todos los hijos que crió que la cogiera de la mano. Estas dos cosas estaban sobreviniéndote. ¿Quién simpatizará contigo? ¡Despojo y derrumbe, y hambre y espada! ¿Quién te consolará? Tus propios hijos se han desmayado. Han yacido al frente de todas las calles como ovejas silvestres en la red, como los que están llenos de la cólera de Jehová, la reprensión de tu Dios.”—Isa. 51:17-20.
12. (a) ¿Por qué no pudo mantener en pie a Jerusalén ninguno de los hijos de Jerusalén? (b) ¿Cuáles eran las “dos cosas” que Jerusalén tenía que beber? (c) ¿A quién había acudido equivocadamente, con qué resultado? (d) En Isaías 51:21-23, ¿qué dijo Jehová acerca de un cambio al administrar él su copa de cólera?
12 Dios usó a Babilonia para administrar esa disciplina. Jerusalén tambaleó a causa de su copa de cólera y ninguno de sus habitantes podría ayudarla a andar rectamente. Aun los pocos justos entre ella, como Ezequiel, Daniel y sus tres compañeros hebreos allegados, no pudieron impedir que tambaleara y no pudieron ayudarla a ponerse de pie. Las dos cosas que Jerusalén tenía que beber de la copa de cólera de Jehová Dios eran en pares: (1) Despojo y derrumbe, (2) hambre y espada. Durante el sitio de dieciocho meses por Nabucodonosor ella sufrió de hambre extremada, la espada de la guerra babilónica, un derrumbe de su gobierno y su defensa y un despojo por conquistadores paganos. Egipto, a quien había acudido, no pudo ayudarla, y los que estaban dentro de ella se desmayaron de debilidad y agotamiento. Pero alentadoramente Jehová predice el fin de la experiencia de embriaguez de ella:
“Por lo tanto, escucha esto, por favor, oh mujer afligida y ebria, pero no con vino. Esto es lo que tu Señor, Jehová, aun tu Dios, con quien su pueblo contiende, ha dicho: ‘¡Mira! Quitaré de tu mano la copa que causa tambalear. La copa de mesa, mi copa de cólera-ya no repetirás el beber de ella. Y la pondré en la mano de los que te irritan, que han dicho a tu alma: “Inclínate para que atravesemos,” de modo que solías hacer tu espalda exactamente como la tierra, y como la calle para los que atraviesan.’”—Isa. 51:21-23.
13. (a) ¿Cómo explica Isaías 51:21-23 por qué Jehová permitió que su pueblo sufriera? (b) ¿Hasta qué posición baja trajo Babilonia a Jerusalén, figuradamente?
13 Esto explica por qué Jehová permitió que ella entrara en cautiverio. Fue debido a que ella, como la ciudad capital de su pueblo, tomó la delantera en contender con él en vez de estar de acuerdo con él y obedecerlo amorosa y confiadamente. Pero su disciplina terminaría y su cólera se apartaría de Jerusalén y sería dirigida contra Babilonia y sus aliados, que habían irritado y humillado a Jerusalén hasta el grado de hacerla, por decirlo así, yacer boca abajo y tenderse en el suelo para andar ellos pesadamente sobre ella como sobre una calle de ciudad. Cuando esto tuvo lugar en 607 a. de la E.C. Jerusalén comenzó a ser pisoteada por los gentiles. Allí comenzaron los siete tiempos de los gentiles, continuando hasta 1914 E.C.—Luc. 21:24; Dan. 4:16, 23, 25, 32.a
14. ¿Cuándo se quitó de las manos de Jerusalén la copa de la cólera, y qué mandato empezó a aplicarle entonces a ella?
14 La copa de la cólera de Jehová se quitó de las manos de Jerusalén y se puso en las manos de Babilonia en 539 a. de la E.C. Dos años después, en 537 a. de la E.C., Ciro proclamó su decreto dejando libres a los israelitas. En aquel tiempo comenzó a aplicar esta profecía inspirada por Jehová con doscientos años de anticipación: “¡Despiértate, despiértate, ponte tu fortaleza, oh Sion! ¡Ponte tus hermosas prendas de vestir, oh Jerusalén, ciudad santa! Porque ya no volverá a entrar en ti el incircunciso e inmundo. Sacúdete y líbrate del polvo, levántate, toma asiento, oh Jerusalén. Suéltate las ataduras que tienes en el cuello, oh cautiva hija de Sion.”—Isa. 52:1, 2.
15. (a) ¿En qué condición conservaría Dios a Sion después de ser restaurada? (b) ¿Fue restaurada al trono ahora la dinastía de la línea de reyes de David, o qué? (c) En vista del hecho de que los romanos destruyeron a Jerusalén en 70 E.C., ¿cómo puede decirse, no obstante, que la profecía de Isaías se realizó?
15 Sion había de ser reedificada como una ciudad hermosa, ya no esclava impotente de Babilonia sino hermosamente adornada y fortalecida para la adoración de Jehová. Siendo otra vez “el pueblo del magnífico Rey” o “la ciudad del gran Rey,” como la llamó Jesús, ella había de ponerse sus hermosas prendas de vestir de su realeza. (Sal. 48:2; Mat. 5:35) Había de ser una ciudad santa; por lo tanto, era incorrecto que las personas incircuncisas e inmundas entraran en ella. Mientras permaneciera fiel a Dios y retuviera su santidad, ningún conquistador gentil incircunciso estaría venciéndola y reduciéndola al polvo otra vez. Aunque los reyes de la familia de David no fueron restaurados en aquella ocasión y sucesivas potencias mundiales ejercieron dominación sobre ella, ella permaneció intacta como la ciudad santa, el centro de adoración para el pueblo escogido de Jehová, hasta que finalmente, debido a rebeldía, Roma la destruyó en el año 70 E.C. La profecía de Isaías se cumplió, porque el capítulo 52 de Isaías se cumple en el sentido verdadero, completo, en la organización celestial de Dios, la Sion celestial, porque ella es la “Jerusalén de arriba” libre y fue prefigurada por la Sion o Jerusalén terrestre. Pues, 37 años antes de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C., Dios hizo que su centro de adoración fuera el templo espiritual, la congregación cristiana.—Gál. 4:26.
16. ¿Qué cambio de posición debe hacer Sion, y de qué relación con Jehová disfrutaría ella?
16 Mientras Jerusalén estuvo en esclavitud a Babilonia, podía llamársele la “cautiva hija de Sion,” pero ahora ya no había de sentarse en el suelo y lamentarse, sino que debía de tomar un asiento elevado, soltando de su cuello las cintas o cadenas del cautiverio. Había de ejercer su libertad para servir a Jehová como su ciudad del templo. Allí Jehová residiría en ella, como profetiza Zacarías 2:7, 10: “‘¡Oye, Sion! Escápate, tú que estás morando con la hija de Babilonia. Clama en voz alta y regocíjate, oh hija de Sion; porque aquí estoy viniendo, y residiré en medio de ti,’ es la declaración de Jehová.”
CÓMO FUE VENDIDO Y RECOMPRADO EL PUEBLO DE DIOS
17. (a) ¿A cambio de qué había sido vendida Sion a Babilonia? (b) ¿De qué manera, entonces, habría una recompra?
17 Jehová había vendido o entregado a Sion a Babilonia por nada debido a su rebeldía. Por lo tanto, Babilonia no debería haber creído, como creyó, que tenía un derecho perpetuo sobre Sion. Jehová explica: “Fue por nada que ustedes fueron vendidos, y será sin dinero que serán recomprados.” (Isa. 52:3) De modo que Dios no tendría que pagar nada como precio de rescate para conseguir la libertad de Sion. No le costó nada a Jehová el librarla. Sin embargo, hubo una recompra de Sion, porque el rey Ciro puso en libertad a Sion voluntariamente y reconoció a Jehová, y Jehová, a su vez, le dio a Ciro el Persa los países que él conquistó en su marcha para triunfar sobre Babilonia y después le dio a Persia la tierra de Egipto en los días del hijo de Ciro, Cambises. (Isa. 43:3, 4) Todos éstos eran países paganos. Al permitir que los israelitas regresaran para reedificar el templo en Jerusalén, el rey Ciro les restauró los vasos que el rey Nabucodonosor había robado del templo de Jehová, y no exigió ninguna compensación.
18. ¿Qué advertencias de parte de Jehová y del registro histórico pasó por alto Babilonia?
18 Babilonia no tenía ningún derecho legítimo sobre el pueblo de Dios y por eso fue destruida por haberlo oprimido. Dios hace recordar casos anteriores de opresión en Isaías 52:4 cuando recuerda: “Fue a Egipto que descendió mi pueblo en primer caso para residir allí como forasteros; y sin causa Asiria, por su parte, los oprimió.” Babilonia no aprendió una lección por el registro de la acción de Dios al libertar a Israel de los egipcios. Pasó por alto el hecho histórico de que Dios mató a 185.000 soldados asirios que amenazaron a Jerusalén y derrocó a Asiria ante los medos y los caldeos alrededor de 633 a. de la E.C., después que Asiria, sin causa, había derrocado el reino de diez tribus de Israel, desarraigado al pueblo y poblado de nuevo la tierra con paganos de países extranjeros.
JEHOVÁ QUIERE QUE SU NOMBRE SEA MANTENIDO EN RESPETO
19. (a) Puesto que Babilonia era tan inicua, ¿por qué tuvo Jehová un interés en ella, y qué situación buscaba él en ella? (b) ¿Qué debió haber temido Babilonia, pero, contrario a eso, qué hizo ella?
19 En vista de estas cosas, ¿qué interés tendría Jehová en Babilonia? Contesta: “‘Y ahora, ¿qué interés tengo aquí?’ es la declaración de Jehová. ‘Pues mi pueblo fue tomado a cambio de nada. Los mismos que lo gobiernan siguen aullando,’ es la declaración de Jehová, ‘y constantemente, todo el día, se trataba con falta de respeto mi nombre. Por esa razón mi pueblo conocerá mi nombre, aun por esa razón en ese día, porque yo soy El que está hablando. ¡Mira! Soy yo.’” (Isa. 52:5, 6) De modo que Jehová tenía pensado hallar en Babilonia una situación existente que sería semejante a la que había hallado previamente en el antiguo Egipto y la antigua Asiria. El alardear y el jactarse Babilonia contra Jerusalén, especialmente por el desprestigio a su nombre, no pasaría inadvertido por él y él no podía menos que contestar, porque los babilonios no temieron que ellos también podían ofender al Dios verdadero aun más seriamente que su pueblo, a quien Dios había vendido en su mano por nada, y agregar a su pecado de adoración de ídolos.
20. (a) ¿Qué lección aprendieron muchos de los israelitas en Babilonia? (b) ¿Qué tuvieron que oír y aguantar allí, pero por qué no podía esto continuar para siempre?
20 Los israelitas deberían haber aprendido una lección de parte de esta disciplina de Jehová. Muchos de ellos lo hicieron. Habían acarreado gran vituperio al nombre de Jehová, como el apóstol cristiano Pablo les dijo a los judíos naturales de su día alrededor de 56 E.C.: “Porque ‘el nombre de Dios es blasfemado entre las naciones a causa de ustedes’; así como está escrito.” (Rom. 2:24) Por setenta años tuvieron que aguantar esta falta de respeto, que naturalmente les acarreó mucho desdén. Oyeron su nombre desacreditado, usado incorrectamente, blasfemado, tomado de manera indigna, pero Jehová no permitiría que esto continuara para siempre. Él tiene demasiado respeto a su propio nombre y a su posición como Soberano Universal. Él garantizó que vindicaría su nombre y lo colocaría en su propio lugar santificado ante todas las naciones, porque, como dice él: “Yo soy El que está hablando. ¡Mira! Soy yo.”
LA ADORACIÓN QUE JEHOVÁ QUIERE
21. (a) ¿Qué siente Jehová para con su pueblo, pero qué, requiere de ellos? (b) ¿Por qué debemos estudiar su Palabra? (c) ¿Por qué no es un interés egoísta el celo de Jehová por su nombre?
21 De esta experiencia de Israel se puede ver que Jehová tiene gran amor a todas sus criaturas y las trata a todas con justicia y misericordia. Particularmente tiene amor inquebrantable a su pueblo, a los que llevan su nombre. Pero también tiene cuidado de que su nombre sea mantenido en el respeto apropiado entre ellos. No quiere simple alabanza de dientes afuera. Desea obediencia amorosa, como un hijo fiel obedecería a su padre. Los que, por lo tanto, aceptan el nombre de Dios no pueden hacer que su religión sea algo que esté aparte de su vida, sino que tienen que gobernar su vida por la adoración de Jehová y la obediencia a sus mandamientos. Él, no el individuo, establece la norma en cuanto a lo que es la adoración verdadera de él. Su buena voluntad es para con todos los que siguen este derrotero y él tiene pensado bendiciones más allá de lo que cualquier mente humana pueda concebir de por sí, como dijo el apóstol: “Ojo no ha visto, ni oído ha escuchado, ni se han concebido en el corazón del hombre las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman.” (1 Cor. 2:9) Por eso, debemos estudiar su Palabra. Aun el que él sea celoso por su propio nombre no es un interés egoísta. ¿Por qué no? Porque la santificación de su nombre mediante el reino del Ciro Mayor, Jesucristo, obrará para los intereses de todo el universo y traerá paz sin fin a esta Tierra, junto con vida eterna y todas las bendiciones concomitantes, las cosas que todavía no se escuchan y que él, Jehová, tiene pensado otorgar sobre los que le obedecen.
[Nota]
a Vea La Atalaya del 15 de mayo de 1965, y el libro “Babylon the Great Has Fallen!” God’s Kingdom Rules!, capítulo 10, publicado por la Sociedad Watchtower Bible and Tract, Inc., Brooklyn, Nueva York.