Nuestra salud espiritual y “los riñones”
1. ¿Por qué nos alegra el que nuestros riñones funcionen bien?
LA BUENA salud física depende mucho de la condición de nuestros riñones. Mientras más vivimos, más profundamente apreciamos este hecho. Los riñones pueden hacernos muy conscientes de su presencia en nuestro cuerpo por los dolores severos que se pueden deber a algún mal funcionamiento de ellos por varias causas. Entonces puede ser que se nos haga difícil ponernos de pie y andar erguidos. Y sin embargo, para que nuestro cuerpo se halle en el mejor estado de salud, no nos gustaría perder uno de nuestros riñones. Daño grave a los dos o la pérdida de ellos significaría la muerte para nosotros. ¡Cuánto nos alegramos de tener los dos y mantenerlos en buena condición de trabajo!
2. ¿Por qué, a menudo, es aconsejable un examen de los riñones, y con qué salud asocia la Biblia los riñones?
2 Con frecuencia una visita a un doctor de medicina significa un examen cuidadoso de cómo les va a nuestros riñones. El papel que desempeñan en relación con el bienestar corporal es muy importante y, por consiguiente, es necesario examinar su funcionamiento. Esto ha sucedido desde que la profesión médica obtuvo entendimiento de la anatomía del cuerpo humano. Hace mucho tiempo un rey con inclinación a lo científico escribió varios proverbios sabios. Fue natural, entonces, que dijera algo respecto al corazón, el hígado, los riñones y los huesos. Dijo, con sabiduría: “Un corazón calmado es la vida del organismo de carne, pero los celos son podredumbre a los huesos.” (Pro. 14:30) También habla del sentimiento de alborozo que uno pudiera experimentar en los riñones. (Pro. 23:16) En tiempos muy antiguos se asociaba a los riñones con nuestro bienestar, no solo en sentido físico, sino también espiritual. El estado de la salud espiritual de uno es el más importante. Merece que se le salvaguarde.
3. En aprecio del Creador, ¿qué maravilla del cuerpo humano mencionó el salmista en Salmo 139:12-14?
3 Los riñones son notables entre las maravillas del cuerpo humano. Recibieron mención especial en una melodía que compuso el rey David de Jerusalén. Por aprecio al Creador pasó a decir: “Aun la oscuridad misma no resultaría demasiado oscura para ti, sino que la noche misma brillaría tal como lo hace el día; lo mismo daría que la oscuridad fuera luz. Porque tú mismo produjiste mis riñones; me tuviste cubierto en forma protectora en el vientre de mi madre. Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy hecho maravillosamente. Tus obras son maravillosas, como muy bien se da cuenta mi alma.”—Sal. 139:8, 12-14.
4. ¿Para que se entendiera qué punto mencionó aquí el salmista David los riñones?
4 Ahora bien, ¿por qué mencionó especialmente los riñones el rey David? Fue con el fin de hacerse entender. Estaba magnificando la intensidad de penetración a que pueden llegar el espíritu y las facultades visuales de Dios, que descienden hasta el Seol, el sepulcro común de la humanidad. Dios también puede penetrar profundamente con la mirada en el cuerpo humano, hasta los riñones mismos, que están más abajo del corazón y el diafragma y hacia la base de la espina dorsal. Y cuando Dios creó el embrión y lo mantuvo cubierto en forma protectora en el vientre de la madre de David, podía penetrar con la mirada hasta estos órganos situados en lugar tan profundo. Nada servía de estorbo a sus facultades visuales ni al alcance de su espíritu creador. Algo que indica la profunda ubicación de estos órganos sensitivos es lo que dijo el muy afligido patriarca Job: “Mis riñones han fallado muy adentro de mí [o, puesto literalmente, “en mi seno”].”—Job 19:27, NM; Leeser.
5. (a) ¿Cómo se indica aún más la profundidad de los riñones hasta más allá de lo que percibe la vista humana? (b) ¿Por qué no eran los riñones parte insignificante de los sacrificios que en la antigüedad se ofrecían a Dios?
5 Tenemos presente, también, que los riñones están encerrados en una capa de grasa de hasta trece milímetros o más de grueso, dependiendo del tamaño de uno. Esto significa aún mayor profundidad para estos órganos, una profundidad que los pone muy fuera de la vista humana. Por estar cubiertos de tan gruesa capa de grasa, los riñones eran una parte especialmente preciosa de los sacrificios de animales que el pueblo de Jehová le ofrecía antiguamente. Por ejemplo, respecto a los primeros sacrificios de animales de los cuales hay informe de que se ofrecieron a Dios, los que ofreció Abel el hijo de Adán y hermano de Caín, se declara que él “trajo algunos primogénitos de su rebaño, aun sus trozos grasos.” (Gén. 4:4) Entre estos trozos grasos estarían los riñones. También, tocante a los sacrificios que los israelitas tenían que ofrecer a Jehová, repetidas veces leemos acerca de “los dos riñones y la grasa que hay sobre ellos” que se asignaban a Jehová. (Lev. 3:4, 10, 15; 4:9; 7:4; 8:16) La grasa de los riñones ardía bien y producía un olor agradable. De modo que los riñones no eran parte insignificante de los sacrificios a Dios.
6. ¿Qué órganos que se consideran aquí estarían incluidos en el sacrificio cristiano que se menciona en Romanos 12:1?
6 En Romanos 12:1 el apóstol Pablo les dice a los cristianos que recibían las tiernas compasiones de Dios: “Presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, acepto a Dios.” En tal sacrificio estarían incluidos los riñones así como el corazón. Aquellos cristianos correctamente pondrían su corazón y riñones en el servicio que rindieran a Dios.
CORAZÓN Y RIÑONES ASOCIADOS EN LAS ESCRITURAS
7, 8. ¿Cómo afectan el corazón las reacciones de los riñones?
7 En las Sagradas Escrituras se presentan en asociación con regularidad el corazón y los riñones. Esto refleja el hecho de que en el cuerpo humano estos mismos órganos tienen relación unos con otros.
8 La acción de los riñones, que muestra si la circulación de la sangre es deficiente o no, puede dar indicación de lo bien que esté funcionando el corazón. Sabemos que los riñones desempeñan un papel vital en mantener puro y limpio el caudal sanguíneo, pues son órganos de eliminación. Cuando tenemos tensión emocional, los riñones responden, pues hay una producción de hormonas que reducen el calibre o diámetro interior de los vasos sanguíneos. Esto eleva la presión sanguínea y hace que el corazón tenga que efectuar trabajo más duro. La Biblia también enlaza de modo espiritual el corazón y los riñones.
9. ¿Actuando en qué calidad examina Jehová nuestros riñones, y qué expectativas de vida son afectadas por el resultado del examen?
9 Jeremías 17:10 es un ejemplo de esto. Dice ese versículo: “Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón, examinando los riñones, aun para dar a cada uno conforme a sus caminos, conforme al fruto de sus tratos.” Jehová hace tal examen, no como un doctor de medicina lo haría, sino de manera judicial. Él no mira simplemente al estado físico de ellos, sino también al estado moral y espiritual relacionado con esos órganos corporales. Este es el sentido que se transmite en Salmo 7:9, donde leemos: “Dios como justo está poniendo a prueba corazón y riñones.” Tal como nuestra vida física depende a un grado considerable de la condición de nuestros riñones, así nuestra vida eterna en el entrante dominio de gobernación de Dios en el cual habrá justicia, paz y perfecta salud corporal depende de lo que Dios como Juez determine que seamos, según lo revelen corazón y riñones. Según los caminos que sigamos en la vida, ¿qué dará a cada uno de nosotros? ¿Qué hallará él que sea el fruto de nuestros tratos, para que le sirva de guía en darnos lo que sea apropiado, lo que merezcamos? ¿Será destrucción, o vida eterna?
10. ¿A qué asemejó Jeremías a Jehová cuando Él llegó a ser enemigo de Israel, y qué resultado tendría una herida en los riñones?
10 No queremos que Jehová Dios se convierta en nuestro enemigo. (Sant. 4:4; Isa. 63:10) Al antiguo Israel le aconteció eso. Entonces el profeta Jeremías escribió como si representara a la entera nación de Israel, cuando los ejércitos babilonios destruyeron a Jerusalén en 607 a. de la E.C. Él asemejó a Jehová a un arquero en la guerra y dijo: “Ha pisado su arco [para usarlo], y me coloca como el blanco para la flecha. Ha introducido [al disparar entonces] en mis riñones los hijos de su aljaba.” (Lam. 3:12, 13) Las flechas con púas disparadas a la persona que estuviera huyendo, y el que se introdujeran profundamente en los riñones, significaba muerte para el que estuviera tratando de escapar. Una herida mortífera como aquélla para el pueblo representado por Jeremías significó muerte para el reino de Judá como nación independiente que tuviera un rey davídico en Jerusalén. ¡Qué triste!
11. Para evitar las flechas de Jehová en la “grande tribulación” venidera, tenemos que tomar en serio Su examen de ¿qué parte nuestra?
11 En la actualidad estamos viviendo en “los últimos días” de la cristiandad, la cual fue prefigurada por la Jerusalén y el reino de Judá infieles de aquellos tiempos antiguos. Para que, por decirlo así, evitemos las flechas de Jehová en la “grande tribulación” venidera, tenemos que prestar atención a nuestros “riñones.” Tenemos que considerar con seriedad el examen de estos órganos vitales por Jehová como el Examinador de ellos. ¿En qué condición moral, espiritual, nos encuentra él muy dentro de nosotros, en los riñones, por decirlo así? ¿Es mala esa condición, o favorece el que obtengamos vida eterna? Este centro figurativo de lo que en realidad somos... queremos hacer que siga funcionando saludablemente. Para lograr eso, es preciso que vigilemos lo que comemos y bebemos. Tal cosa aplica tocante a los riñones literales. También aplica en sentido espiritual.
12, 13. (a) ¿Qué una sola cosa bebe la congregación cristiana, y con qué efecto en ella misma? (b) El apóstol Pedro estimuló a los cristianos de Asia Menor a formar un anhelo por ¿qué bebida?
12 En 1 Corintios 12:13 leemos: “Pues de hecho por un solo espíritu todos nosotros fuimos bautizados para formar un solo cuerpo, seamos judíos o griegos, seamos esclavos o libres, y a todos se nos hizo beber un solo espíritu.”
13 Ese “un solo espíritu” es el espíritu de Dios. Se nos anima a orar por él para que nos sea dado en la medida en que lo necesitamos. (Luc. 11:13) Cuando todos los miembros de la congregación cristiana beben este “un solo espíritu,” éste preserva la armonía y unidad de la congregación como cuerpo bajo Jesucristo como Cabeza. Nos refresca como una bebida. (Rom. 12:11) El apóstol Pedro escribió lo siguiente a los cristianos de Asia Menor: “Como criaturas recién nacidas, desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra, para que por medio de ella crezcan a la salvación.” (1 Ped. 2:2) Por supuesto, posteriormente los niños en desarrollo son destetados y comienzan a comer alimento sólido.—Heb. 5:14.
14. Para conseguir vida eterna, tenemos que crecer hasta alcanzar ¿qué? ¿y de qué manera?
14 Para la salvación eterna tenemos que crecer hasta alcanzar la madurez cristiana, la edad adulta como cristianos. Con ese fin tenemos que alimentarnos de la Palabra de Dios en conjunto, sin limitarnos a las enseñanzas bíblicas primarias o elementales. Tenemos que alimentarnos de las enseñanzas, consejos, admoniciones e instrucciones avanzados que suministra para cristianos plenamente desarrollados. Esto nos beneficiará hasta lo más profundo de nuestro ser cristiano. El rey David se refirió a tales consejos divinos cuando escribió: “Los mismísimos cordeles de medir han caído para mí en lugares agradables. Realmente, mi propia posesión [dentro de estos cordeles de medir] me ha resultado grata. Bendeciré a Jehová, que me ha dado consejos. Realmente, durante las noches mis riñones me han corregido.”—Sal. 16:6, 7.
15. ¿Hasta dónde descendieron en David los “consejos” de Jehová, y por eso qué se dijo que lo corregía en las noches?
15 Observamos que el salmista David pasa por alto el corazón y menciona lo que está más abajo, los riñones. En sí los riñones literales no corrigieron a David. Los “consejos” dados por Dios hicieron esto. Pero estos “consejos” divinos habían llegado hasta el ser de David, hasta los lugares más recónditos del ser de David como adorador de Jehová. Habiendo sido recibidos hasta tan gran profundidad dentro de él, los “consejos” permanecerían allí. Por estar tan hondamente incrustados y arraigados en él, estaban allí para ser parte de David. No podían ser erradicados; otros seres humanos no se los podrían quitar.
16. ¿Por qué bien pudiera ser que tal corrección de David aconteciera “durante las noches,” y de qué manera?
16 Porque habían llegado a establecerse tan dentro de él, a los “consejos” se les identificaba con los “riñones.” Considerado el asunto desde este punto de vista, los riñones podían corregir a David, censurarlo, mostrarle el mejor camino o darle la respuesta correcta. Tal corrección podía acontecer durante las noches cuando pasaba horas despierto en su cama, pues él estaba completamente solo con sus pensamientos y el espíritu de Dios podía avivar los “consejos” que Jehová le había dado durante el día. Así David se echaba un buen vistazo y veía lo que realmente era.
17. Los riñones representan el centro de ¿qué, y, por eso, qué ve Jehová cuando penetra con su percepción en esto?
17 Así, tal como el “corazón” representa el centro de la motivación y el aprecio, los “riñones” representan el centro de algo personal. ¿De qué? De la personalidad genuina de uno. La personalidad subyacente afecta la motivación de uno. Dios, penetrando con su percepción en ese centro de la personalidad, ve lo que el individuo realmente es en sus maneras fundamentales de responder. De modo que los “riñones” sí afectan el “corazón,” hasta cuando se habla de ello de manera figurativa. Al aplicarnos los “consejos” de Jehová y al aplicarlos con sinceridad a nosotros mismos como personalidades, beneficiamos nuestra salud espiritual. Se nos purifica así para que seamos “genuinos.”
18, 19. (a) ¿Por qué pudiera ser que a los hombres pareciéramos una cosa pero a Dios otra? (b) ¿Cómo estaba lejos Jehová de los riñones de ciertos individuos que lo tenían cerca en la boca?
18 Para los hombres pudiéramos parecer una cosa, pero para Dios, cuyos ojos escrutadores penetran hasta más allá de la apariencia y circunstancias superficiales y sondean hasta lo más profundo de nosotros, en realidad somos otra cosa. El bienestar material y social no siempre quiere decir una buena relación con Dios, una intimidad estrecha con él. Si no tenemos cuidado, se nos pudiera clasificar con los israelitas que parecían tener el favor y el apoyo de Dios, pero que en lo interior estaban alejados de él. De éstos, Jeremías 12:2 dice: “[Dios,] los has plantado; también han echado raíz. Siguen avanzando; también han producido fruto. Tú estas cerca en su boca, pero lejos de sus riñones.”
19 Por eso, cuando las cosas les salen bien y les son agradables a los de esa clase, quizás tomen la Palabra de Dios en su boca y hablen mucho acerca de él. Sin embargo, muy en lo interior de ellos —en su verdadera estructura interna— no tienen un vínculo estrecho con Dios. Él no desempeña un papel verdadero en su vida interna. Está “lejos de sus riñones.” Sus “consejos” no están implantados allá profundamente en lo interior de ellos. Por eso, cuando persiguen a los cristianos, ¡sus “riñones” no los corrigen!
EXAMEN Y DIAGNÓSTICO CORRECTO
20. En vez de dejar que nuestro corazón se agrie para con la organización de Dios, ¿qué deberíamos dejar que hicieran nuestros riñones?
20 Bueno, entonces, que todos los hipócritas religiosos prosperen materialmente y en lo que toca a popularidad mientras lo permita Dios. Lejos esté de nosotros envidiar su prosperidad y el hecho de que ellos ganen la delantera en este mundo. Nosotros atribuimos valor superior a las cosas espirituales, las cosas que realmente valen para con Dios y que significan su favor y aprobación. Hace mucho tiempo el salmista llamado Asaf, músico del templo, razonó de manera incorrecta. Interpretó mal las apariencias y enfermó espiritualmente. Dijo: “Mi corazón se había agriado y en mis riñones sentía dolores agudos, y yo era irrazonable y no podía saber; llegué a ser como meras bestias desde tu punto de vista.” (Sal. 73:21, 22) En vez de sentir dolor agudo muy dentro de nosotros, es mucho mejor dejar que nuestros riñones nos corrijan. No queremos que nuestro corazón se agrie para con la organización visible de Dios como si hubiese entrado putrefacción en él. No queremos llegar a ser como simples bestias irracionales desde el punto de vista de Dios.
21. Según 1 Pedro 4:17 y Revelación 2:23, ¿bajo el examen de quién estamos ahora como cristianos?
21 Recordemos: Ahora estamos bajo examen especial. Desde que nació la congregación cristiana en el día de fiesta del Pentecostés de 33 E.C., cuando esta congregación empezó a beber el “un solo espíritu” (el espíritu derramado de Dios), hemos estado bajo más que el escrutinio de Jehová. (1 Ped. 4:17) Ahora también estamos bajo el examen del cabeza nombrado de la congregación cristiana, Jesucristo. Entre los mensajes que se enviaron a siete congregaciones mencionadas por nombre en Asia Menor, el glorificado Jesucristo hizo esta declaración de advertencia: “Todas las congregaciones sabrán que yo soy el que escudriña los riñones y corazones, y les daré individualmente a ustedes según sus hechos.”—Rev. 2:23.
22. (a) ¿Qué nos indica el hecho de que los ojos de Jesús sean “como llama de fuego”? (b) El hecho de que Jehová y Jesucristo examinen nuestro corazón y riñones, ¿qué nos garantiza, y por eso, a qué nos anima?
22 No lo olvidemos: el ensalzado Jesucristo ahora nos escudriña hasta más allá del corazón y llega a los riñones. En Revelación 2:18 él dice que sus ojos son “como llama de fuego,” lo que indica que sus facultades visuales son muy brillantes y agudas y penetran a grandes profundidades. A este respecto es como Jehová Dios, que está “escudriñando el corazón, examinando los riñones.” (Jer. 17:10) Por este hecho sabemos que se rendirá un juicio justo para todos los que revelen su caso a Jehová Dios: “Jehová de los ejércitos está juzgando con justicia; está examinando los riñones y el corazón.” (Jer. 11:20) Por eso, si con honradez escudriñamos los motivos de nuestro corazón y examinamos lo que realmente somos como personalidades cristianas, podemos cobrar ánimo para revelar a Jehová nuestro “litigio” y esperar que él obre como el Justo y nos vindique.
23. ¿Quién queremos que nos vindique como inocentes, y cuándo?
23 Por supuesto, no deseamos poner en el lugar de prominencia la vindicación nuestra como lo de mayor importancia para nosotros. En vez de justificarnos, queremos que Jehová el Juez justo nos vindique, como lo hizo Job. (Job 19:25-27) Pero si, después de escudriñarnos cabalmente, estamos convencidos de nuestra inocencia con la Palabra de Dios como base para ello, entonces, sin temor de ser desaprobados, podemos revelar a Dios nuestro “litigio” y esperar la venida de su “día de venganza.” Al “confesar de plano” todo, podemos decir al Juez Supremo: “Tú, oh Jehová de los ejércitos, estás examinando al justo; estás viendo los riñones y el corazón. Vea yo tu venganza en ellos [nuestros perseguidores], porque a ti he revelado mi litigio.” (Jer. 20:11, 12) En ese “día de venganza” las flechas de Jehová no traspasarán nuestros riñones, sino los riñones de nuestros perseguidores, y les producirán una herida profunda y fatal.—Jer. 46:10; Lam. 3:13.
24. ¿Cuál es la actitud de los que guardan su integridad respecto al examen por Jehová, como lo ilustra David?
24 Los cristianos que están manteniendo su integridad a Jehová reciben con regocijo el examen que él les hace. Imploran por él, de la misma manera que imploró por él el salmista. Dijo David: “Júzgame [o: Hazme justicia], oh Jehová, porque yo mismo he andado en mi propia integridad, y en Jehová he confiado, para no titubear. Examíname, oh Jehová, y ponme a prueba; refina mis riñones y mi corazón. Porque tu bondad amorosa está enfrente de mis ojos, y he andado en tu verdad.”—Sal. 26:1-3, NM; Rotherham.
25. ¿Qué estaba pidiendo David al solicitar que Jehová refinara sus riñones, y con qué confianza?
25 En el caso de David, el andar en integridad personal y el andar en la verdad de Dios iban de común acuerdo. Hoy, en nuestro propio caso, también necesitamos la verdad de Dios para andar en integridad para con Él. David, además de ser examinado y probado, quería que sus riñones fueran refinados. Quería que Dios lo probara como persona con un procedimiento ardiente como lo haría un refinador de metales al refinar oro y plata. David estaba seguro de que, a pesar de que Jehová lo escudriñara así a él hasta lo más recóndito, no hallaría en él “escoria,” inmundicia, condición de enfermedad espiritual. Por decirlo así, no se hallaría que estuviera padeciendo de cálculos renales.
26. De modo similar, ¿qué pueden pedir a Jehová los que hoy guardan integridad, y con qué confianza?
26 De modo similar, nosotros los que somos honrados guardadores de integridad en la actualidad podemos pedir a Dios que nos escudriñe a cabalidad hasta lo más recóndito, como si fuese con el procedimiento ardiente que utiliza un refinador de metales. ¿Por qué? Porque confiamos en que, bajo tal escudriñamiento minucioso, no saldrá ninguna “escoria” pecaminosa a la superficie en demostración de que muy en lo interior de nosotros haya adulteración, que estemos contaminados, que seamos mundanos o que nos falte integridad cristiana.
27. ¿Qué hallazgos resultantes del examen que nos haga Jehová harán que él se complazca intensamente?
27 Entonces, ¿qué le revela hoy a Jehová un escudriñamiento de nuestros “riñones”? Esperamos que un estado saludable en lo espiritual, en lo que toca a lo que verdaderamente somos como personalidades. Si sucede así, demostraremos que hemos estado obrando con sabiduría y no podremos menos que ganar la aprobación de Dios. En su interior, Jehová se complacerá muchísimo a causa de nosotros. Hablando de sí mismo como de un padre que tiene riñones, Jehová nos dice: “Hijo mío, si tu corazón se ha hecho sabio, se regocijará mi corazón, sí, el mío. Y mis riñones se alborozarán cuando tus labios hablen rectitud.”—Pro. 23:15, 16.
28. Por eso, ¿a qué grado vigilaremos lo genuino de nosotros como adoradores y testigos de Jehová, con qué esperanzas de pasar el examen?
28 ¡Ah!, entonces, con la mira de hacer que nuestro Padre celestial se alboroce, pondremos nuestro corazón y nuestros riñones en nuestro servicio sagrado a Él. Con relación a ser adoradores y testigos suyos, seremos genuinos hasta lo más recóndito de nosotros mismos. Entonces no tendremos pecados secretos que ocultarle. (Sal. 19:13, 14) No temeremos el examen final que nos haga, prescindiendo de lo profundamente que nos escudriñe. Con ese fundamento libre de tacha, pasaremos el examen de nuestros riñones por Jehová con haberes eternos a nuestro favor. Con alborozo él nos expedirá un “certificado de buena salud.”
[Ilustración de la página 24]
Los riñones representan nuestra personalidad genuina, la clase de persona que realmente somos