Salmos

 2 En mi caso, mis pies casi se habían desviado,

estuvieron a punto de resbalar.+

 3 Porque llegué a tenerles envidia a los arrogantes*

al ver la paz de los malvados.+

 4 Porque mueren sin pasar dolor;

su cuerpo está saludable;*+

 5 no viven agobiados como otros humanos+

ni sufren como otros hombres.+

 6 Por eso la arrogancia es su collar;+

la violencia es la ropa que los cubre.

 7 Se les saltan los ojos de tanta gordura;*

han superado las imaginaciones de su corazón.

 8 Son burlones y hablan con maldad;+

llenos de arrogancia, amenazan a otros con oprimirlos.+

 9 Hablan como si estuvieran tan arriba como el cielo

y con su lengua andan presumiendo por la tierra.

10 Por eso el pueblo de Dios* los sigue

y bebe de las abundantes aguas de ellos.

13 Está claro que no ha valido la pena que mantuviera puro mi corazón

ni que lavara mis manos en la inocencia.+

14 Me pasaba todo el día angustiado;+

era castigado cada mañana.+

15 Pero, si yo hubiera dicho todo esto,

habría traicionado a tu pueblo.*

16 Cuando intentaba comprenderlo,

era muy angustioso para mí...,

17 hasta que entré en el magnífico santuario de Dios

y me di cuenta del futuro que les esperaba.

20 Como un sueño cuando uno se despierta, oh, Jehová,

así harás desaparecer* la imagen de ellos cuando tú te levantes.

21 Pero mi corazón estaba amargado+

y muy dentro de mí* sentía un dolor punzante.

22 Yo era irrazonable, no entendía nada;

delante de ti, era como un animal irracional.

23 Pero ahora estoy siempre contigo;

tú tienes agarrada mi mano derecha.+

24 Me guías con tus consejos,+

y después me llevarás a la gloria.+

26 Mi cuerpo y mi corazón podrán fallar,

pero Dios es la roca de mi corazón y la parte que me corresponde para siempre.+

He hecho del Señor Soberano Jehová mi refugio

para declarar todas tus obras.+