Ponderando las noticias
El día del fin... ¿viene?
● En un reciente artículo del Times de Nueva York, Malcolm W. Browne declaró: “Entrevistas con astrónomos, geofísicos, biólogos y peritos en asuntos de la salud revelan que ellos creen que la extinción total de la humanidad no es necesariamente una posibilidad tan lejana como muchos quisiéramos creer.” Entre las diversas “catástrofes probables” están un choque de la Tierra con grandes objetos celestes, tales como cometas o asteroides, o una supernova (el estallido de una estrella de gran masa) a distancia considerablemente más cercana de 60 años-luz de nuestro globo terráqueo. Por ejemplo, se dice que una explosión cercana de una supernova vaporizaría la Tierra.
Pero ¿es realmente necesario que el hombre tema tal “día del fin”? Alguien pudiera pensar así hasta que examinara los asuntos con mayor detenimiento y profundidad... por medio de investigar lo que dice la segura Palabra de Dios, la Biblia.
Las Escrituras nos aseguran que Jehová Dios ‘no creó la tierra sencillamente para nada, sino que la formó para ser habitada.’ (Isa. 45:18) ¿Por cuánto tiempo? Para siempre, porque se nos dice: “[Dios] ha fundado la tierra sobre sus lugares establecidos; no se le hará tambalear hasta tiempo indefinido, ni para siempre.” (Sal. 104:5) Además, las palabras de Jesucristo a un malhechor que fue fijado en un madero al lado de él muestran claramente que, lejos de que la Tierra sea un planeta en peligro, cierto día será un hogar paradisíaco para la humanidad.—Luc. 23:43.
¿Es la solución suicidarse?
● Tiempo atrás un despacho de Prensa Unida Internacional procedente de Tokio declaró: “Un hombre de negocios y su hijo, angustiados porque debían millones de dólares, estrangularon a siete miembros de su familia y se dieron muerte por fuego en un arreglo para asesinato y suicidio en el cual estuvieron representadas tres generaciones.” El negocio del hombre había quedado en bancarrota con deudas de aproximadamente 2,6 millones de dólares. En una nota al alcalde de Yoshida, en la provincia de Shizuoka, aquel hombre dijo: “Presento mis excusas por causarle dificultad. Nosotros nueve, incluso mis nietas, nos mataremos debido a que nuestro negocio ha fracasado.”
Muchas personas se sienten afligidas, hasta angustiadas, debido a las grandes deudas en que incurren, el fracaso de sus negocios u otros problemas de la vida. Ciertas circunstancias desfavorables pudieran causar vergüenza a algunas personas. Pero ¿queda solucionado esto por un “arreglo de asesinato y suicidio”?
Las Escrituras instan a la persona que piensa entrar en alguna empresa a considerar antes de hacerlo, el costo de lo que se propone. Apropiadamente dijo Jesucristo: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla? De otro modo, pudiera poner el fundamento pero no poder terminarla, y todos los que miraran pudieran comenzar a ridiculizarlo, diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar pero no pudo terminar.’”—Luc. 14:28-30.
El seguir ese principio bien pudiera evitar que un individuo se aventurara a hacer algo que, desde el punto de vista de los asuntos de negocio, no sea sano, o de buen juicio. Por supuesto, es posible que se experimenten trastornos financieros hasta cuando no se ha ejercido mal juicio. En cualquier caso de fracaso en los negocios, el que estuviera en deudas debería hacer cuanto pudiera para pagar a las personas a quienes debe. (Rom. 13:8) Pero nunca, ni en estas circunstancias ni en otras de índole aflictiva, tiene la persona angustiada o aparentemente avergonzada el derecho de quitarse la vida... ni la suya ni la de otras personas. Más bien, el mandato de Dios es: “No debes asesinar.” (Éxo. 20:13) Esas palabras también excluyen el asesinato de uno mismo, o suicidio.
Pagan un precio alto
● El Dr. Paul J. Weisner, director de la División de Enfermedades Venéreas del Centro para el Control de las Enfermedades en los Estados Unidos, ha llamado a la gonorrea “un problema increíble.” Dijo, según se le citó: “Calculamos que cada año entre 50.000 y 80.000 jovencitas y mujeres jóvenes quedan estériles debido a la gonorrea. En realidad priva a estas mujeres jóvenes de su posible maternidad.” A veces, esta enfermedad venérea también causa esterilidad entre los varones.
Muchas personas creen que tienen derecho a la libertad sexual y no tienen razón para preocuparse por ninguna restricción moral. Pero con el tiempo, y en armonía con un principio bíblico ‘siegan lo que siembran.’ Suelen pagar un precio muy alto por la promiscuidad sexual; a veces contraen una enfermedad venérea consumidora. Como dijo el apóstol cristiano Pablo: ‘Reciben en sí mismas la recompensa completa, que se les debe por su error.’ (Rom. 1:26, 27; Gál. 6:7, 8) ¡Cuánto más sabio es evitar la conducta relajada!