El milagro de la resurrección
“Sin embargo, ahora Cristo ha sido levantado de entre los muertos, las primicias de los que se han dormido en la muerte. Porque siendo que la muerte es por medio de un hombre, la resurrección de los muertos es también por medio de un hombre. Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia. En seguida, el fin consumado, cuando él entrega el reino a su Dios y Padre, cuando él haya destruido todo gobierno y autoridad y poder.”—1 Cor. 15:20-24, NM.
1. ¿Quién recibe el crédito por la esperanza de la resurrección? ¿Cuándo se indicó ésta por primera vez?
SOLO Jehová Dios podría concebir la idea de una resurrección. Sólo su poder podría ejecutar un acto tan milagroso. No fué inventada por hombres. La mismísima primera profecía, pronunciada por Jehová mismo, dió esperanza de una resurrección. Al hablar a la serpiente, Dios dijo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y la simiente de ella. Él [la simiente] te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.” (Gén. 3:15, NM) Aquí estaba manifestando la maravillosa promesa, que más tarde se cumplió, de que la “simiente,” después de ser magullada en la muerte por la Serpiente, viviría de nuevo para destruirla. Esto requeriría una resurrección de la “simiente.”
2. ¿Cómo tratan el Diablo y sus religiones falsas de invalidar la esperanza de la resurrección, y con qué efecto?
2 La Serpiente, El Diablo, había puesto la esperanza falsa de inmortalidad humana en la mente de Eva. La mentira del Diablo desde entonces se ha usado como base para despojarla del consuelo y esperanza que ofrece. Porque ¿quién obtiene algún consuelo verdadero de la declaración religiosa falsa de un clérigo en el funeral de una persona querida de que ésta no está muerta realmente, sino que sigue viviendo en algún mundo sombrío, ya sea en felicidad o en un infierno ardiente? Nuestro propio sentido superior nos dice que está muerta. Pero si creemos que está viva podemos pensar: “Quizás esté sufriendo.” O, “Si está en el cielo, ¿por qué la tuvo Dios primero aquí en la tierra? ¿Cuál es el propósito de todo ello?” Quedamos confusos, y la vaguedad y contradicción producen angustia mental. Al mismo tiempo esta idea falsa nos despoja del conocimiento seguro y consuelo firme de la verdadera esperanza de resurrección que las Escrituras dan. Si sólo examináramos la Biblia veríamos que esta persona querida no está sufriendo, sino que está esperando una resurrección a condiciones mucho mejores en el nuevo mundo. Agradeceríamos a Dios que el destino de esta persona no depende del lugar adonde la coloque un clérigo, sino de la propia misericordia y juicio de Dios.
3. ¿En qué son deficientes los planes de los hombres comparados con las promesas de Jehová?
3 No podemos tener felicidad completa sin la esperanza de una resurrección. La vida es muy estimada para cada uno de nosotros. ¿Cómo podemos ser felices si creemos que sólo en esta vida tenemos esperanza? El apóstol Pablo expresó el sentimiento con estas palabras: “Si sólo en esta vida hemos tenido esperanza en Cristo, somos de todos los hombres los más dignos de lástima.” (1 Cor. 15:19, NM) Este mundo puede ofrecer riquezas y placer, adelanto médico y científico, quizás prolongando la duración de nuestra vida unos pocos años, pero ni siquiera presume de hacer vivir al hombre para siempre, mucho menos ofrecer esperanza de vida para los que han muerto. Por esta razón debemos poner nuestra confianza en el reino de Dios más bien que en un plan de las Naciones Unidas de los hombres. ¿Qué hay si ellos pudieran traer paz, mejores normas de vida y prosperidad? Cuando más podrían traer sólo unos pocos años de ello para cada uno de nosotros. El Reino dará a sus súbditos vida permanente bajo condiciones no soñadas por el hombre, junto con la maravillosa realidad de traer de vuelta a los muertos para disfrutar dichas cosas eternamente.
CÓMO SURGIÓ LA NECESIDAD DE UNA RESURRECCIÓN
4. ¿Cómo surgió la necesidad de una resurrección?
4 ¿Cómo surgió la necesidad de una resurrección? En el principio no fué necesaria. No era parte del propósito original de Dios hacia la humanidad, porque no se intentó la muerte para el hombre. La muerte es una cosa contranatural para los humanos, introducida por el pecado, y la resurrección se añadió para vencerles esta inhabilidad a los hombres justos. Adán y Eva eran perfectos y tenían vida eterna delante de ellos mientras fuesen obedientes. Sus hijos naturalmente heredarían su perfección, llenando la tierra de hermosa humanidad obediente, que no tendría temor a la muerte y no conocería la enfermedad y el dolor. Pero Satanás el Diablo indujo a la primera pareja humana a salirse de los límites de libertad segura establecidos para ellos por su Creador. Adán y Eva siguieron el proceder de desobediencia voluntariosa y rebelión manifiesta, perdieron la oportunidad de ser padres de una sociedad viva de humanos y en cambio criaron una raza en la cual reinó la muerte. Por eso surgió la necesidad de una resurrección para vencer al rey muerte para los que desearan adoptar un derrotero contrario al de sus padres rebeldes.—Gén. 3:4-6; Rom. 5:12, 14, 19.
5. ¿Por qué es enteramente razonable aceptar el milagro de la resurrección como verdadero?
5 Cierto es que la resurrección es un milagro, una cosa que el hombre no tiene poder para efectuar o siquiera entender. Pero ¿por qué debe eso impedir el que uno la acepte? La vida misma es un milagro, no entendida por los hombres, pero la aceptarnos como realidad. Luego está el milagro del nacimiento, el milagro de la creación, el hecho milagroso de que la vida existe aquí en la tierra y aparentemente no en ningún otro de sus planetas hermanos. Todas estas cosas milagrosas más allá de nuestro poder para controlarlas o siquiera desentrañarlas, las aceptamos. Todas son provisiones de un Creador amoroso para nuestro bien. La resurrección es necesaria para completar ese buen propósito hacia nosotros.
UNA DOCTRINA PROBADA Y FIDEDIGNA
6. ¿Dónde encontramos la prueba más convincente de la resurrección de Jesús?
6 ¿Por qué podemos estar tan seguros de la resurrección? La fe tiene que fundarse en evidencia que sea atestiguada por autoridad fidedigna. Nosotros tenemos dicha evidencia de la resurrección. La principal es el testimonio dado por los apóstoles y discípulos de Jesucristo. Pablo, que primero fué un violento opositor de Cristo y uno que no creía en su resurrección, testificó que recibió un vistazo fugaz del resucitado y glorificado Hijo de Dios y dijo: “Ahora bien, si de Cristo está siendo predicado que ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo es que algunos entre ustedes dicen que no hay resurrección de los muertos? Si, verdaderamente, no hay resurrección de los muertos, tampoco ha sido levantado Cristo. . . . Además, también se nos halla testigos falsos de Dios, porque hemos dado testimonio contra Dios que él levantó al Cristo, pero a quien no levantó si los muertos verdaderamente no han de ser levantados. . . . Además, si Cristo no ha sido levantado, la fe de ustedes es inútil, todavía están en sus pecados. . . . Sin embargo, ahora Cristo ha sido levantado de entre los muertos.” (1 Cor. 15:12-20, NM) Para el registro del testimonio que él da del milagroso evento de la aparición de posresurrección de Cristo a él, vea Hechos 9:1-9; 22:6-11; 26:12-18.
7, 8. Dé algunas pruebas de que los testigos oculares de la resurrección de Jesús no fueron perpetradores de una colusión o víctimas de alucinación.
7 Por la boca de muchos más que dos o tres testigos quedó establecida la resurrección de Jesús—por más testigos que muchos otros sucesos de la historia que se aceptan plenamente. Refutando por completo el cargo de que fué una impostura, o de que su cuerpo lo robaron, como alegaron los enemigos que lo mataron, o que fué una alucinación imaginaria, o una colusión, tenemos estos hechos: Los testigos no eran hombres de poder o influencia, para vencer o sobornar a los guardias romanos apostados en el sepulcro de Jesús. Había poca probabilidad de una colusión entre tantos, especialmente en cuanto a algo que no sería de ninguna ganancia personal para ellos. El testificar ellos acerca de la resurrección no podía hacerse con ningún motivo egoísta; los exponía al sufrimiento y la muerte. Dieron su testimonio en el mismo lugar donde estaban los enemigos más enconados, donde seguramente un fraude podría ser descubierto. Y no esperaron, sino que testificaron entonces, mientras la rabia de los judíos estaba en su colmo. Además, si hubiera sido una mera visión o imaginación, habría sido algo esperado; pero esto fué para ellos una gran sorpresa en su desesperación y condición abatida—lo inesperado. Realmente fué la mismísima cosa que les dió el valor de dar testimonio que no pudo ser abatido bajo la más violenta persecución.
8 Si se leen los relatos de la resurrección de Jesús registrados en los cuatro evangelios fácilmente se verá la armonía y no obstante la falta de colusión en estos relatos. Que un gran número dió testimonio de ello y que un número mucho mayor lo aceptó en esa vecindad misma muy pronto después es algo de lo cual la Biblia atestigua y que es reconocido por escritores de historia profana, tales como Josefo.—Hech. 2:41; 4:4.
9. ¿Qué otras pruebas tenemos de que la enseñanza de la resurrección es verdadera?
9 Y ¿qué hay de las resurrecciones de Lázaro, la hija de Jairo y el hijo de la viuda de Naín? (Juan 11:43, 44; Mar. 5:41, 42; Luc. 7:14, 15) Estas fueron vistas por muchos, en testificación del poder de Jehová en este sentido. Sí, el poder de Dios había sido manifestado de esta manera en los días de los profetas Elías y Elíseo. (1 Rey. 17:21, 22; 2 Rey. 4:32-35) Abrahán creyó en la resurrección. (Heb. 11:19) Se prometió repetidas veces en las Escrituras hebreas. Tenemos una hueste de testigos en apoyo de la verdad del milagroso poder de resurrección que posee Jehová.—Isa. 25:8; 53:10-12; Job 14:13, 14; Dan. 12:13; compare Éxodo 3:15 con Lucas 20:37, 38.
PROPÓSITO DE LA RESURRECCIÓN
10, 11. ¿Qué propósitos se cumplen por medio de la resurrección?
10 Puesto que Jehová es el gran Dios de propósito, tiene un propósito con la resurrección. Cuando Adán pecó, Jehová tenía el poder de producir una nueva raza para poblar la tierra. Pero la resurrección muestra no sólo su poder ilimitado sino también su amor y misericordia y lo vindica como el Preservador de los que le sirven. Teniendo poder de resurrección, puede demostrar que sus siervos serán fieles a él hasta la misma muerte. Puede responder a Satanás dejando que vaya hasta el límite completo de matar a algunos en un esfuerzo vano para probar veraces sus acusaciones falsas. El hecho de que los siervos de Jehová están dispuestos a entregar aun la vida misma en su servicio prueba que su servicio no es por remuneraciones egoístas, sino por amor. También prueba que lo reconocen como el Todopoderoso, capaz de resucitarlos, el Supremo Soberano y el Dios de amor. Prueba que están dedicados a Jehová por sus cualidades maravillosas. Así Satanás es condenado absoluta y cabalmente como un mentiroso en el desafío que hizo contra la supremacía de Jehová y de la integridad de la devoción de sus criaturas a él por medio del amor.—Job 1:9-11; 2:4, 5.
11 Al tiempo del juicio en el Edén, Jehová se propuso una cosa nueva. La resurrección sería necesaria para llevarla a cabo. Esta era una nueva creación, una organización teocrática real de 144,001 reyes como la parte capital de su organización universal. Estos serían escogidos de entre los hombres, personas que probarían integridad inquebrantable hasta la muerte—un gobierno en cuyos miembros el universo siempre podría depender en cuanto a justicia, rectitud y adherencia a la dirección y principios de verdad de Jehová. Mediante la resurrección Jehová también podía permitir que su Hijo unigénito, el más allegado a él del universo y su Principal Funcionario Ejecutivo, fuera probado hasta el límite y levantado de nuevo al cielo, esta vez a vida inmortal para ser el Precursor y Cabeza de todos sus 144,000 hermanos reales. (Rom. 8:29; Col. 1:18; Apo. 14:1) De hecho, es por medio de Este que se abre el camino para una resurrección de otros. Su muerte y resurrección son una base para la esperanza de todos los que desean la vida. Este es el punto del argumento de Pablo: “Sin embargo, ahora Cristo ha sido levantado de entre los muertos, las primicias de los que se han dormido en la muerte. Porque siendo que la muerte es por medio de un hombre, la resurrección de los muertos es también por medio de un hombre. Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados.”—1 Cor. 15:20-22, NM.
LA PRIMERA RESURRECCIÓN
12. ¿Cuál fué el más grande milagro de Jehová?
12 La Biblia bosqueja dos clases de resurrección claramente: la primera y principal, la celestial; la segunda, la terrestre. En el capítulo quince de Primera a los Corintios Pablo discute principalmente la resurrección celestial, de la cual Cristo fué el primero. ¡Qué milagro, esta resurrección! Es la primera resurrección, primera en tiempo y primera en importancia. (Apo. 20:6) Jehová había ejecutado muchos milagros al crear ángeles de fuerza y poder mayores que los del hombre. Su misma primera creación, su Hijo unigénito, a quien usó después como Creador Asociado, era su más grande obra creativa hasta ese tiempo. Pero ésta no fué igual a su milagrosa obra de poder en el 16 de nisán de 33 d. de J.C. cuando resucitó a Jesucristo el “primogénito de entre los muertos”—el primero que fué levantado de entre los muertos para vida eterna.
13. ¿Cómo se demostró magníficamente el poder de Jehová en la resurrección de Jesús?
13 Imagínese usted la acción recíproca de la suprema sabiduría y el ilimitado poder de Jehová al levantar a Jesús a la inmortalidad, dándole un organismo divino, haciéndolo la representación exacta del mismo ser de Jehová, más alto que cualquier otra criatura, mucho más arriba que su previo puesto. (Fili. 2:9; Heb. 1:3) Además, el Jesús resucitado era la misma personalidad que había sido al morir. El poder de Jehová se aprecia más intensamente cuando consideramos el hecho de que aquí reconstruyó la segunda personalidad más grande del universo. ¡Cuán maravillosos frutos del espíritu había desarrollado el Hijo durante sus milenios de servicio celestial prehumano a Jehová! ¡Cómo había añadido a esto mediante su servicio terrestre bajo la prueba de Satanás, donde “aprendió la obediencia de las cosas que padeció”! (Heb. 5:8) Ahora ni un solo ápice de sus cualidades de integridad probada e inquebrantable había sido perdido por Jehová al resucitarlo, recreando su personalidad. ¡Cuán maravilloso logro!
14. ¿Ha de repetirse este asombroso milagro? Explique.
14 Ahora, este gran milagro ha de repetirse 144,000 veces al levantar los miembros asociados del cuerpo del Cristo a la inmortalidad. (1 Ped. 1:4; 1 Juan 3:2) Sí, éstos pueden decir: “El Señor Jesucristo, que modelará de nuevo nuestro cuerpo humillado para que se conforme a su cuerpo glorioso en virtud de la operación del poder que él tiene, aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.”—Fili. 3:20, 21, NM.
15. (a) ¿Cuándo se efectuó la resurrección de los miembros del cuerpo de Cristo? (b) ¿Qué hay de los tales que todavía están en la tierra actualmente?
15 El tiempo de su resurrección se manifiesta con las palabras: “En el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo [Jesús] las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia.” (1 Cor. 15:22, 23, NM) Su presencia como inmortal Rey reinante ahora está aquí. Desde 1918 él ha dirigido su atención a estos miembros del cuerpo, y ha levantado los miembros muertos. Pablo lo predijo con estas palabras: “Porque el Señor mismo descenderá del cielo con un llamamiento imperativo, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero.” Cristo Jesús, que también tiene el título “el arcángel Miguel,” después de arrojar a Satanás y sus ángeles del cielo, dirige su atención a estos muertos y, durante el tiempo del gran anuncio semejante a uno hecho con trompeta del Reino establecido, los levanta. (Jud. 9; Apo. 12:7, 10) Desde ese tiempo en adelante el resto de éstos que están sobre la tierra, al morir fieles, no tienen que esperar en el sueño de la muerte, sino que son levantados al mismo momento de morir para unirse a sus compañeros coherederos con Cristo en inmortalidad. Pablo explica esta serie de acontecimientos en su orden, diciendo: “Después nosotros los vivientes que sobrevivimos seremos arrebatados en nubes juntamente con ellos para encontrar al Señor en el aire; y así nosotros siempre estaremos con el Señor.” “¡Miren! Yo les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte pero todos seremos cambiados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados.”—1 Tes. 4:16, 17; 1 Cor. 15:51, 52, NM.
LA RESURRECCIÓN TERRESTRE
16. ¿Para cuáles otros mostró Jesús que hay esperanza?
16 Hay otros, también, para quienes la resurrección ofrece esperanza, personas a quienes Dios también retiene en su memoria como dignas de los beneficios de la resurrección. Jesús mostró que había otros cuando dijo: “No se maravillen de esto, porque la hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”—Juan 5:28, 29, NM.
17. ¿Quiénes reciben una resurrección a la vida?
17 Los que reciben resurrección celestial a la inmortalidad seguramente están entre los que son resucitados a la vida. Pero hay muchos que probaron ser fieles en tiempos antiguos y que rehusaron transigir con el mundo de Satanás, para obtener una resurrección bajo el Reino. Esta sería mejor que las resurrecciones que tuvieron lugar en sus días, antes de que el rescate hubiera sido pagado por el Mesías, y antes de que empezara su reino. (Heb. 11:10, 35) También se debe tener en cuenta, desde que el reino de Dios ha sido establecido, en 1914 d. de J.C., a algunos de su “grande muchedumbre” de personas semejantes a ovejas que han muerto fieles a él y todavía puedan morir así antes de que la guerra del Armagedón extermine el sistema de cosas de Satanás. (Mat. 25:34-40; Apo 7:9) Algunos de la “grande muchedumbre” ahora están sirviendo en puestos de “príncipes,” de siervos responsables en la sociedad del Nuevo Mundo de Dios. (Isa. 32:1) Asimismo, a hombres de la antigüedad se les dió esa promesa. (Sal. 45:16) Razonablemente se desprendería que los hombres fieles de la antigüedad y cualesquiera de las otras ovejas del día de hoy que mueran recibirán una resurrección temprana en el nuevo mundo, para unirse a los sobrevivientes del Armagedón en su obra de hacer de la tierra un paraíso. La de ellos también sería una resurrección a la vida, puesto que saldrían con un buen empiezo, ya habiendo ellos modelado su vida en gran manera en obediencia a Dios. La manera en que ellos obrarán al salir no es una de duda, sino que inmediatamente emprenderán de nuevo el camino de obediencia y conformidad con las maneras de obrar del nuevo mundo. Estos también serían “justos,” como se refiere a ellos Pablo en Hechos 24:15 (NM).
18. ¿Quiénes reciben una resurrección de juicio?
18 Pero ¿qué hay de los “injustos,” o “los que practicaron cosas viles,” que saldrán a una “resurrección de juicio”? Esta será parte de la resurrección terrestre e incluirá a los que no conocieron el camino de servicio a Jehová, pero cuyos corazones podrían desear los principios de la rectitud. El malhechor a quien Cristo habló es un ejemplo de los tales. (Luc. 23:39-43) Ellos no practicaron las cosas que agradan a Dios y que conducen a la vida, pero los deseos de su corazón eran rectos, tenían un amor a la justicia que Dios recuerda. Algunos pueden hasta haber manifestado buena voluntad hacia los siervos de Dios en tiempos pasados. Los tales tienen que salir para juicio, el resultado del cual depende de su obediencia a los reglamentos divinos que gobiernan el nuevo mundo de Dios. Esto acontecerá después que las condiciones paradisíacas estén adelantadas, como Cristo prometió al malhechor.
“EL FIN CONSUMADO”
19. ¿Cómo tiene la resurrección una parte en finalmente vindicar la palabra y nombre de Jehová?
19 Sin embargo, en armonía con Apocalipsis 20:5, nadie en la tierra tendrá el otorgamiento de vida eterna hasta el fin del reinado de mil años de Cristo. Cuando él llegue a este punto en el tiempo, habiendo levantado a los de la humanidad obediente a la perfección verdadera, su obra sacerdotal hacia ellos estará terminada. La muerte ocasionada por Adán entonces habrá sido destruída mediante la remoción de toda imperfección. La tierra estará llena y hermoseada conforme al propósito original de Jehová. En seguida Cristo se hará a un lado para dejarlos presentarse en su perfección delante de Jehová mismo, como Adán en el Edén. Este es “el fin consumado, . . . cuando él haya destruído todo gobierno y autoridad y poder.” (1 Cor. 15:24, NM) Después se aplica la prueba de soltar a Satanás por un corto tiempo y los que permanezcan firmes a favor del gobierno teocrático de Jehová serán declarados justos, concediéndoseles un lugar permanente en ese mundo sin fin. Entonces será cuando “los demás de los muertos . . . [llegarán] a vivir” en el sentido más pleno de la palabra. (Apo. 20:5, NM) Entonces Jehová Dios verdaderamente será “todas las cosas para con todos,” porque enteramente en él reside la decisión en cuanto a la vida o extinción permanente para cada uno de los habitantes de la tierra. Por medio de la resurrección el nombre y los propósitos de Jehová son vindicados. ¡Felices son los que reciben sus beneficios!