Predestinación o selección individual—¿cuál?
“Dios no es parcial, sino que en toda nación el hombre que le teme y obra justicia es aceptable a él.”—Hech. 10:34, 35, NM.
1. ¿Cómo operan juntos la justicia y el amor, y cómo no?
JEHOVÁ es un Dios de justicia y amor. Pero al ejercer su cualidad de amor jamás pasa por alto las demandas de la justicia. Ambas cosas operan juntas con equilibrio perfecto, sin que ninguna de las dos sea sofocada por la otra. Por medio del pecado heredado de Adán todos los hombres están justamente condenados a morir, pero mediante el sacrificio de Cristo a todos los hombres amorosamente se les ofrece la oportunidad de vivir. “El salario que paga el pecado es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 6:23, NM) La oportunidad de recibir el amoroso don de vida no se limita a unos cuantos escogidos, dejando que la justificable condenación de la muerte se imponga inalterablemente a los muchos restantes. Dios no señala con especialidad a algunos para vida prescindiendo de su conducta personal sólo para manifestar su amor, ni arbitrariamente destina a otros a la destrucción únicamente para exaltar su justicia. El proceder así sería manifestar parcialidad. Y Jehová “jamás es parcial”, no hace “acepción de personas”. (Deu. 10:17, UTA; 2 Cró. 19:7) Su amor y justicia se dirigen sabiamente y “la sabiduría que es de arriba” siempre opera “sin hacer distinciones parciales”. Enfáticamente, “con Dios no hay parcialidad.”—Rom. 2:11; Sant. 3:17, NM.
2. ¿Cómo es la astrología análoga a la predestinación?
2 Pero muchos religiosos dicen que Dios es parcial, cuando predican la predestinación, cuando declaran que el destino del individuo se determina divinamente antes de nacer. En vez de fundarse en la Biblia, la doctrina fué engendrada por el paganismo y criada por la tradición. En cierto sentido hay indicación de la predestinación en Deuteronomio 4:19 (BC) cuando Jehová advirtió a su pueblo pactado: “[Cuídate,] no sea que, alzando al cielo tus ojos y viendo el sol, la luna, las estrellas, todo el cortejo celeste, te dejes seducir y te prosternes ante ellos y les des culto.” Era práctica común de las antiguas religiones paganas hacer dioses de los cuerpos celestiales y adorarlos, y alegar que los destinos de los hombres eran guiados por estos dioses o cuerpos celestiales. Esto se manifiesta notablemente por las palabras de Jehová a los babilonios observadores de estrellas: “Te has cansado con tus muchos consejeros; preséntense, pues, y sálvente los que dividen el cielo, los que observan las estrellas, los que a los novilunios te manifiestan algo de lo que te sobrevendrá.” (Isa. 47:13, BC) Ellos dividían los cielos en doce secciones, una para cada mes, y de acuerdo con el mes o la posición de las estrellas al tiempo de nacer el hombre se determinaba el curso de su vida. Creían que sus dioses astrales más o menos predestinaban su vida. Las religiones paganas de los griegos y romanos hicieron dioses de los cuerpos celestiales, y los nombres actuales de los planetas son de la mitología romana.
3. ¿En qué creían los fariseos, y a qué problema arduo los arrojó esto?
3 Antes de su cautiverio en Babilonia los judíos frecuentemente cayeron víctimas de tales idolatrías. (2 Rey. 17:16; Jer. 44:17; Eze. 8:16) Después de su regreso a Jerusalén evitaron las idolatrías más evidentes, cayendo en vez de eso en lazos más sutiles. Empezaron a edificar una gran masa de tradiciones, y surgieron sectas religiosas entre ellos. Una de éstas fué la de los fariseos. Ellos no creían en predestinación por los dioses astrales de los paganos, pero creían que Jehová determinaba así las vidas humanas. Por su tradición transfirieron una doctrina pagana a Jehová, y anularon su palabra de que “el tiempo y la casualidad les tocan a todos ellos” en vez de que los sucesos estén predestinados. (Ecl. 9:11) Josefo, el sobresaliente historiador judío, nos dice: “Los fariseos . . . atribuyen todo al destino [o, la providencia], y a Dios, y no obstante conceden, que el obrar lo que es recto, o lo contrario, está principalmente en el poder de los hombres, aunque el destino coopera en toda acción.” “Cuando determinan que todas las cosas se hacen por destino, no quitan de los hombres la libertad para obrar como les parezca; puesto que su noción es, que ha agradado a Dios hacer un temperamento, por medio del cual lo que él quiere se hace, pero de modo que la voluntad del hombre puede obrar virtuosa o viciosamente.” (Guerras de los judíos, libro II, capítulo VIII, §14; Antigüedades judaicas, libro XVIII, capítulo I, §3) El creer en la predestinación y al mismo tiempo retener la opinión de que el hombre tiene libre albedrío siempre ha sido un problema arduo para los devotos de la doctrina, antiguos y modernos. Ninguno armoniza lógicamente los dos factores. Muchos hoy adoptan la supuesta solución de los fariseos, por falta de algo sensato. El decir que posee verdadero libre albedrío una criatura que fué deliberadamente creada con un temperamento que irá en el camino que Dios predestinó es semejante a decir que una máquina tiene libre albedrío, pero que se mueve sólo de la manera que su hacedor hizo que se moviera.
4. ¿Qué punto de vista católico se desarrolló concerniente a la predestinación?
4 Siguiendo el ejemplo de los fariseos, Agustín, el prominente santo católico romano, “mantuvo que la gracia es una operación interna de Dios sobre aquellos a quienes él designa salvar, impartiendo no sólo el poder, sino también la voluntad para hacer el bien. El hecho de que algunos son salvados y otros perdidos él lo atribuyó a la voluntad de Dios. Por consiguiente sus doctrinas de predestinación incondicional, de redención particular, y de gracia especial e irresistible. La reprobación, él concedió, se fundaba en culpa prevista, pero aparentemente sin darse cuenta de la inconsistencia, él negó la aplicabilidad del mismo principio a la elección. En 529 el sistema de Agustín se estableció como doctrina de la Iglesia por el Concilio de Arausio (Orange), pero la reacción en contra de la naturaleza estrictamente lógica y no obstante esencialmente inmoral de su dogma ha sido manifestada perpetuamente.” “Cuatrocientos años más pasaron antes de que se encontrara a un hombre con suficiente denuedo como para completar la teoría de Agustín y que declarara que, así como Dios ha elegido soberana e inmutablemente a quienquiera que él ha querido a la vida, sin ninguna previsión de fe y obediencia, así de su propio buen agrado libre e inalterablemente ha predestinado a quienquiera que él ha querido a miseria eterna, sin ninguna referencia a pecado y culpa previstos de parte de ellos. Este anticipador de Calvino fué un monje sajón llamado Gottschalk (Godeschalco). Su opinión novel le acarreó no sólo censura eclesiástica, sino hasta persecución.” Los concilios eclesiásticos de 848 y 849 le condenaron, y fué azotado y encarcelado en un monasterio hasta su muerte unos veinte años después.—Enciclopedia de M’Clíntock y Strong, tomo VIII, página 499.
5. (a) ¿De qué otra fuente provino apoyo a la doctrina? (b) ¿Cómo se ve de nuevo a la astrología unida con ella?
5 Durante este mismo período general de tiempo otra religión enseñaba el fatalismo y la predestinación, y tenía textos para apoyarlos: “No es dado a un alma que muera, sino por permisión de Alá, en libro con plazo.” “De ellos (los hubo) que guiólos Alá; y de ellos (los hubo) que se verificó en ellos el error . . . Alá no guía a quien extravía.” “No acaece acaecimiento en la tierra ni en vuestras almas, que no (esté escrito) en un libro, antes que las creáramos. Ciertamente, esto para Alá (es) sencillo.” “En verdad, éste (es) un recuerdo; así, pues, el que quiera, tome hacia su Señor camino. Y no queráis, sino si quiere Alá. Verdaderamente, Alá es sabedor, sabio. Entrará a quien quiera en su piedad.” (Azora 3:139; 16:38, 39; 57:22; 76:29-31, Rafael Cansinos Assens) Por supuesto, éstos no son textos inspirados de la Palabra de Dios, la Biblia, sino que son del libro sagrado de los mahometanos, el Corán. La Enciclopedia de M’Clíntock y Strong, tomo I, página 499, une la predestinación y la astrología y manifiesta el interés del mahometismo en ambas, diciendo: “Por la última [astrología judicial], se pretendía, se podían predecir sucesos que dependían de la voluntad humana, como acciones particulares, paz, guerra, etc. La astrología conviene bien con las doctrinas predestinarias del mahometismo, y en consecuencia los árabes la cultivaron con gran ardor del siglo séptimo al décimotercero. Algunos de los padres cristianos primitivos arguyeron en contra de las doctrinas de la astrología; otros las recibieron en una forma modificada. En su capacidad pública la Iglesia romana varias veces condenó el sistema, pero muchos clérigos celosos lo cultivaron. Se dice que el cardenal D’Ailly, ‘el águila de los doctores de Francia’ (murió en 1420), calculó el horóscopo de Jesucristo, y mantuvo que el Diluvio pudo haber sido predicho por la astrología.”
6. ¿A qué grado se sintió la influencia de Calvino, y cómo se esparció la doctrina?
6 En medio de la agitación de la Reforma revivió el tema de la predestinación, y durante la década que comenzó en 1530 y las dos que siguieron Juan Calvino dominó la escena como defensor de la predestinación incondicional, no sólo de los que se salvarían sino también de los que se perderían. De nuevo la Iglesia romana condenó estas opiniones, así como lo había hecho siete siglos antes cuando había argüido a favor de ellas el monje sajón Gottschalk. Sin embargo, un siglo después, del sínodo conocido como la Asamblea Wéstminster de Teólogos, salió la grandemente calvinista Confesión de fe, que se adoptó en 1646 por el Parlamento británico, para llegar a ser el credo de la Iglesia inglesa y la base doctrinal de casi todas las presentes iglesias presbiterianas. Mediante los puritanos la enseñanza de la predestinación se esparció por toda Nueva Inglaterra, y mediante los holandeses reformados y otros cuerpos presbiterianos se llevó a través de la mayor parte de los estados centrales y occidentales de los Estados Unidos. Hoy los principales defensores de la doctrina son los presbiterianos, aunque muchos de los modernos cuerpos eclesiásticos de esta fe particular han modificado sus opiniones y suavizado la severa doctrina.
7. ¿En qué se revela la opinión católica sobre la predestinación ahora?
7 Lo susodicho ha manifestado cuán extensamente se creía y se cree la doctrina, que se adherían o todavía se adhieren a ella en diversos grados los antiguos astrólogos, religiosos paganos, fariseos, mahometanos, presbiterianos y católicos romanos. La inclusión de los últimos nombrados quizás llegue como sorpresa a muchos y sea negada por algunos; por eso citamos lo siguiente del número de julio de 1951 del opúsculo Por qué, editado por el “padre” Ricardo Félix, O.S.B., y publicado con aprobación eclesiástica por los padres benedictinos de Lago Bénet, Wisconsin: “Dios predestina a ciertas almas para el Cielo. Él no predestina a ninguna alma al Infierno. El Concilio de Trento oficialmente condenó la herejía de Calvino que sostenía que por un decreto absoluto de Dios parte de la humanidad estaba predestinada al Infierno. La predestinación de los electos al Cielo es un acto positivo de Dios; la reprobación de los inicuos no lo es.” Esto reafirma las enseñanzas predestinarias de Agustín concernientes a los que deben salvarse, y automáticamente deja a todos los demás perdidos sin esperanza, ya estén específicamente predestinados a la destrucción o no. Recientemente las opiniones predestinarias del catolicismo salieron a relucir en la prensa pública, cuando se informó del funeral celebrado para una niña de diez años que se había caído de una escalera. En esa ocasión se dice que un sacerdote católico de una iglesia de Brooklyn dijo: “Dios quería otro ángel y Él se llevó a Dorotea. Dorotea había sido designada por Dios para permanecer con sus padres sólo por este período de tiempo. Luego él la llamó para servirle en este tiempo de Navidad.”—El Daily Mirror de Nueva York del 19 de diciembre de 1952.
PREDESTINADOS COMO CLASE
8. ¿Exactamente en qué consiste la enseñanza presbiteriana?
8 Sin embargo, las iglesias presbiterianas son las primeras defensoras de la doctrina de la predestinación, y por lo tanto centramos la atención sobre lo que ellas sostienen. Según sus propias palabras, enseñan: “A los de la humanidad que están predestinados a la vida, Dios, antes que se pusiera la fundación del mundo, según su propósito eterno e inmutable, y el consejo secreto y buen placer de su voluntad, los ha escogido en Cristo, a gloria eterna, por su mera gracia libre y amor, sin ninguna previsión de fe o buenas obras, o perseverancia en cualquiera de ellas, o cualquiera otra cosa en la criatura, como condiciones, o causas que lo impulsaran a ello; y todo para la alabanza de su gloriosa gracia. Al resto de la humanidad, le agradó a Dios, según el consejo inescrutable de su propia voluntad, por medio de la cual extiende o retiene misericordia como le place, para la gloria de su poder soberano sobre sus criaturas, pasar por alto, y ordenarlo a deshonra e ira por su pecado, para la alabanza de su justicia gloriosa.”a
9. ¿Pueden ellos seguir la pista de la doctrina hasta Pablo, y cómo tratan de hacerlo?
9 Los presbiterianos alegan que pueden seguir la pista a esta doctrina hasta Pablo. Ellos quizás puedan seguirla hasta Pablo el fariseo, pero no hasta Pablo el apóstol. Cuando era fariseo y conocido como Saulo de Tarso y violento perseguidor de los cristianos, Pablo quizás haya creído en la predestinación. Pero cuando abandonó esa secta no trató de salvar alguna de sus enseñanzas tradicionales, acerca de las cuales Jesús les dijo a aquellos religiosos: “Han hecho la palabra de Dios inválida a causa de su tradición.” (Mat. 15:6, NM) Pablo no contaminó la enseñanza cristiana con la doctrina farisaica de la predestinación de individuos. Sin embargo, los “predestinacionistas” hoy tratan de apoyar su pretensión de que Pablo enseñó la predestinación citando sus palabras en Romanos 8:29, 30: “A los que conoció en su presciencia, los predestinó también para ser conformados a la imagen de su Hijo; para que él fuese el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, los llamó también; y a los que llamó, los justificó también; y a los que justificó, también los glorificó.”
10. ¿Por qué es que en Romanos 8:29, 30 se preordena una clase en vez de individuos?
10 De esto ¿puede correctamente alegarse que ciertos individuos fueron predestinados para ser llamados y justificados y glorificados como criaturas espirituales para reinar mil años con Cristo en el cielo? Note en este texto que los llamados y justificados primero son predestinados, y dado que la predestinación divina no podría fallar, ningún individuo una vez llamado y justificado podría fallar en cuanto a ser glorificado con Cristo con el tiempo. Ese es el punto de vista que tiene que adoptarse si este texto se aplica a individuos. Sin embargo, otros textos, que se considerarán después, manifiestan que las personas que han sido llamadas y justificadas o declaradas justas pueden apostatar y ser destruídas. De modo que lo que se predestina infaliblemente en Romanos 8:29, 30 tiene que ser una clase, y no los individuos que componen la clase. Jehová ha predestinado o preordenado los requisitos que esta clase tiene que llenar, sus normas de conducta, su trabajo mientras está sobre la tierra, su servicio con Cristo en el cielo, su lugar en el arreglo divino de cosas, y hasta el número de individuos que la compondrán.—Apo. 14:1-4.
11. ¿Hace el uso de pronombres en plural que el texto quiera decir individuos en vez de una clase?
11 Algunos dirán que si se hubiese querido decir una clase se habría usado “la”, el acusativo del pronombre singular “ella”, y no “los”, una forma plural. No necesariamente. A menudo usamos los pronombres plurales “ellos” y “ellas” o sus declinaciones refiriéndonos a una clase en vez de a los individuos que componen el grupo. Por ejemplo, dos escuelas combaten en un torneo atlético, y una muchacha de la escuela vencedora dice: “Nosotros los derrotamos a ellos.” “Nosotros” se refiere a la escuela vencedora como grupo, y no a todos los estudiantes individualmente, porque como individuos ellos no derrotaron a la otra escuela. Seguramente la muchacha no los venció. Ni siquiera jugó. Sólo los del equipo los derrotaron a ellos. Y “ellos” no se refiere a todos los estudiantes de la escuela perdedora tampoco, porque no todos ellos jugaron y sufrieron la derrota individualmente en el campo atlético. “Ellos” se refiere a la escuela perdedora como grupo, no como individuos. Asimismo, “los” en Romanos 8:30 se refiere a una clase, no a individuos. Sólo así puede armonizarse este texto con otros textos.
12. ¿Cómo excluye Mateo 22:14 la predestinación?
12 Si Jehová Dios predestinara con anticipación a individuos a la salvación, ¿llamaría o invitaría a dicha salvación a los que no estaban predestinados para ella, a los que de ninguna manera podrían lograrla? ¿No sería dicha invitación sumamente hipócrita, una burla despiadada y un escarnio cruel para con los que él ha preordenado a fracasar? Sería el tormento sadista de criaturas débiles e impotentes a manos de un Creador todopoderoso. Negaría los atributos divinos de la justicia y el amor. Jehová Dios no es culpable de tal mala y odiosa conducta, injusta e hipócrita. Por medio de derramar su espíritu santo o fuerza activa sobre las personas él las llama o invita a ser miembros de la clase celestial, y eso sin predestinar con anticipación su buen éxito o fracaso en lograrlo. Algunos de los individuos que son llamados se hacen infieles y se retiran. Otras personas son llamadas para ocupar su lugar. Se llama a suficientes personas para que con el tiempo el número predestinado sea escogido finalmente, no importa cuántas hayan apostatado después de ser llamadas. Fué debido a esta circunstancia que Jesús dijo: “Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.” Si la predestinación fuera verdad, el número llamado sería el mismo que el número finalmente escogido.—Mat. 22:14.
13. ¿Qué preguntas surgen a causa de Efesios 1:4, 5, y cómo las contestan los presbiterianos, de manera confusa?
13 Los creyentes en esta doctrina llaman atención a Efesios 1:4, 5: “Nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos e irreprensibles delante de él: habiéndonos predestinado, en su amor, a la adopción de hijos, por medio de Jesucristo, para sí mismo.” Pero de nuevo la referencia es a una clase, y el uso del pronombre “nos” no afecta este hecho, como se indicó previamente. Sin embargo, este texto dice que esta clase fué predestinada o preordenada “antes de la fundación del mundo”. ¿No indicaría eso que Jehová sabía antes de crear a Adán y Eva que caerían en el pecado, y producirían prole imperfecta y pecadora, de tal modo haciendo necesario a Cristo el Redentor y la preordenada clase del Reino que reine con él por mil años para restaurar a la perfección a la humanidad caída? Los presbiterianos responden que sí, diciendo: “El poder ilimitado, la sabiduría inescrutable, y la bondad infinita de Dios, hasta ahora se manifiestan en su providencia, en que aun se extiende a la primera caída, y a todos los demás pecados de ángeles y hombres, y eso no mediante un mero permiso, sino por uno tal que tiene con él una sujeción muy sabia y poderosa, y de otra manera ordenándolos y gobernándolos, en una dispensación múltiple, para sus propios fines santos.”b También, “Dios desde toda la eternidad por medio del sapientísimo y santísimo consejo de su propia voluntad, libre e inalterablemente ordenó todo lo que sucede.”c No obstante ellos afirman que, aunque Dios inalterablemente ordena y manda y gobierna todo lo que sucede, la criatura humana tiene completa libertad y libre albedrío, y Dios no puede ser culpado por lo que ordena irresistiblemente. Muy confuso.
14. ¿Cómo se identifica bíblicamente el “mundo” de Efesios 1:4, 5?
14 Realmente, no existe la más leve evidencia de que Jehová haya preordenado la caída de Adán y Eva. Entonces ¿por qué preordenaría “antes de la fundación del mundo” la provisión de Cristo y la clase del Reino para levantar a la humanidad obediente de los efectos de la caída de Adán? Porque el mundo que empezó con la creación de Adán y Eva no es el mismo que aquel antes de cuya fundación esta clase fué predestinada. Pedro habla de tres mundos: el “mundo de entonces”, que surgió cuando Adán pecó y fué destruído después por el diluvio del día de Noé, el presente mundo inicuo que comenzó después del diluvio y terminará con la destrucción ardiente del Armagedón, y el prometido nuevo mundo donde habrá de morar la justicia. El fundamento del nuevo mundo fué colocado al tiempo de la muerte de Jesús, porque es su muerte sacrificatoria la que proporciona la base para que las criaturas humanas sean rescatadas del pecado y la muerte, haciendo posible que algunos reinen con él como una parte de los nuevos cielos y que otros vivan para siempre sobre este globo como una nueva tierra obediente. En consecuencia se hace referencia a Jesús como “el Cordero que fué degollado desde la fundación del mundo”.—Heb. 9:25, 26; 2 Ped. 3:5-7, 13; Apo. 13:8, NM.
15. ¿Por qué no significa el hecho de que la clase fué preordenada antes de la fundación del mundo que Dios previó la caída de Adán?
15 ¿Fué Jesús degollado, empalado en el madero de tormento, antes de la creación de Adán? ¡Seguramente que no, sino más de cuatro mil años después, en 33 d. de J.C.! Pero antes de que fuera colocada la fundación de este justo nuevo mundo por la muerte, resurrección y ascensión de Cristo con el mérito de su sangre derramada para presentarlo delante de Jehová, Cristo y la clase del Reino habían sido predestinados. No obstante esta preordenación fué después que Adán y Eva pecaron. Fué después de su caída que Cristo fué prometido como la Simiente que traería liberación, y a quien serían unidas fieles criaturas humanas para llegar a ser los nuevos cielos del nuevo mundo. (Gén. 3:15; 22:17, 18; Isa. 65:17; Gál. 3:16, 29) De modo que cuando se entiende que es antes de la fundación del nuevo mundo (33 d. de J.C.) que se preordenó la clase del Reino, la base para alegar que Dios predestinó la caída de Adán y la condición de su prole se desvanece. Si Jehová hubiese ordenado previamente la caída de Adán, la prueba de obediencia en el Edén no hubiera sido prueba justa en absoluto, ¡sino una simulación, una patraña, una farsa! ¡Jehová no haría ningún fiasco semejante, con la vida eterna del hombre pendiendo de la balanza injusta!—Lev. 19:36; Deu. 25:13-16; Pro. 20:10.
NOMBRES EN EL LIBRO DE LA VIDA
16. ¿Cómo razonan los predestinarios concerniente al libro de la vida, y cómo es esto como bumerang?
16 Tienen todavía otra manera de argumentar los predestinacionistas. Ciertos textos hablan de nombres en el libro de la vida, y se arguye que los nombres de estos individuos se registraron allí antes de que el mundo empezara, y esto indica que fueron predestinados a la salvación. Como se ha mostrado, sin embargo, no pueden usar correctamente el Apocalipsis 13:8 ó Ap 17:8 para razonar que antes de que el mundo original empezara con la creación de Adán algunos nombres fueron escritos en y otros dejados fuera del libro de la vida. En cuanto a otros textos que usan, tales como Lucas 10:20 y Filipenses 4:3 y el Apocalipsis 21:27, no es posible por medio de ninguna magistral tergiversación de asuntos hacer que éstos digan que los nombres fueron registrados antes del nacimiento de los individuos. Realmente, el arrojar los predestinacionistas el argumento del libro de la vida a la controversia es como si arrojaran un bumerang. ¿Por qué? Porque si el estar uno en el libro de la vida significa que está predestinado a la salvación, entonces puede demostrarse que tal predestinación falla, y si ella falla el mismo fundamento de la doctrina se desmorona. A los que prueben ser fieles Jesús promete: “De ninguna manera borraré su nombre del libro de la vida.” (Apo. 3:5, NM) Lo cual indica que hay nombres que pueden ser borrados. Si fuera imposible borrarlos, la promesa de Jesús no tendría sentido. Que sí es posible borrarlos lo muestra el Salmo 69:29 (NC; 69:28, Mod.): “Sean borrados del libro de la vida.” Que el propósito de Jehová es borrar a los que se hacen infieles se demostró cuando Israel adoró al becerro de oro en el Sinaí. Después de pedir a Dios que perdonara a Israel, Moisés dijo: “Pero si no, bórrame del libro.” La respuesta de Jehová fué: “Al que peque contra mí lo borraré de mi libro.”—Éxo. 32:32, 33, BC.
17. ¿Qué observaciones en cuanto a nombres son apropiadas aquí?
17 El decir que estos nombres son nombres literales que fueron registrados antes de que los individuos nacieran es decir que Jehová dió nombres a todos estos bebés, y no los padres. Algunos nombres copian los de dioses demoníacos. ¿Dió Jehová dichos nombres odiados a sus siervos predestinados? Tenemos que abandonar la opinión estrecha y percibir que los nombres implican mucho más que meras designaciones literales de personas. En la Biblia los nombres tienen sentido, denotando las circunstancias o actividades o cualidades de la persona, y frecuentemente fueron cambiados durante la vida de ésta para que asumieran más significado, para que fueran más descriptivos de la persona a medida que ésta o sus circunstancias cambiaran. En este amplio sentido los nombres representan ciertas cualidades o principios o acciones, y sobre la base de dichas cosas los nombres pueden ser buenos o malos, temidos o reverenciados, famosos o infames. Dichos nombres que las personas se hacen para sí mismas durante la vida son los que determinan si se encuentran registrados en el libro de la vida de Dios o no, más bien que las designaciones literales vistas desde un punto de vista estrecho que se les dieron al nacer.
18. ¿Qué clase de nombres se hallan en el libro de la vida?
18 Registrados en el libro de la vida están los requisitos justos para conseguir la vida. En él se describen las cualidades aprobadas de mansedumbre y humildad, justicia y rectitud, amor y misericordia, celo y fidelidad, aguante paciente y servicio obediente. Si hacemos nombres para nosotros mismos como personalidades morales, guardadores de integridad, predicadores celosos y amadores del prójimo estaremos en el libro de la vida de Dios, porque allí es donde se mencionan dichas cosas con aprobación. El libro de la vida contiene los nombres y reputaciones con los cuales nosotros tenemos que vivir en conformidad si queremos ser incluídos en él, si nos encontramos descritos en él. Si mediante nuestra conducta nos hemos hecho nombres que representan y se amoldan a los requisitos divinos que el inmutable Jehová ha establecido desde el principio y que él aprueba, entonces dichos nombres nuestros están en conformidad con y reflejan lo que está en el libro de la vida de Dios. Si nuestros nombres representan las mismas cosas que el libro de la vida de Dios representa, entonces nuestros nombres están en él. El libro de la vida no es un libro literal como los que hacen los hombres y en los cuales escriben, así como no son los nombres que se hallan en él los nombres literales que se les da a los hombres al nacer. El libro de la vida lo son los requisitos justos de Jehová que las criaturas tienen que llenar para vivir, y los nombres que se hallan en él son nombres que representan y se ajustan a esos requisitos.
19. ¿Qué podemos hacer para que nuestros nombres sean incluídos en ese libro, o para que sean borrados?
19 Nosotros podemos hacer algo para que nuestros nombres sean inscritos en ese libro, o para que sean borrados. Todos nacemos bajo ira, no en el libro. (Juan 3:36) Quizás continuemos en este camino pecaminoso por años, y luego cambiemos a hacer cosas buenas, cosas aprobadas como dignas de la vida, cosas que se describen en el libro de la vida, y mediante el asociarnos con dichas cosas entramos al libro de la vida. Habla de nosotros en que menciona con aprobación las buenas obras que ahora hacemos. Esas cosas siempre estuvieron establecidas ahí, desde el comienzo; pero nosotros no vivíamos en conformidad con ellas. Nuestros nombres, nuestra fama, no se ajustaban a ello; pero cuando cambiamos y nos hacemos un nombre en conformidad con esas cosas buenas entonces entramos a las categorías o clases que ya están mencionadas con aprobación en el libro de la vida. ¿Y qué hay si después de eso nos hacemos infieles, cesamos de vivir en conformidad con el buen nombre, perdemos nuestro buen nombre, y hacemos un nombre malo, un nombre en conformidad con inmoralidad, o pereza, o chismografía, o queja, o difamación solapada, o arrogancia? Si nos hacemos un nombre en conformidad con tales cosas ya no se nos hallará mencionados en el libro de la vida, porque tales cosas no se mencionan ahí, no se describen ahí como requisitos, y en consecuencia nuestras obras ya no nos identifican como estando en ese libro. El buen nombre que una vez tuvimos ha desaparecido y el nombre malo que pudiéramos hacer después no está en el libro de la vida. Tales nombres inicuos son borrados de la memoria de Dios en cuanto a resurrección o salvación a la vida, y el nombre anterior por justicia se olvida cuando la iniquidad lo reemplaza con un nombre malo.—Pro. 10:7; Eze. 33:12-16.
20. ¿Qué está implicado en que se confiese el nombre de uno, y cómo se vive en conformidad con los nombres?
20 El confesar el nombre de Jesús delante de los hombres significa mucho más que sólo repetir su nombre literal, como él declaró. (Mat. 7:21) Para confesarlo adecuadamente o demostrar creencia en él tenemos que declarar su sentido, su significado, su fama, lo que representa, y vivir en conformidad con él como nuestro modelo. (Mat. 10:32; Mar. 8:38; Luc. 12:8) Asimismo, cuando Cristo reconoce los nombres de sus seguidores a Dios en el cielo no se trata de simplemente hacer mención de sus nombres literales, sino un testimonio a los nombres de integridad edificados por su servicio fiel. (Apo. 3:5; 14:13) Ni Jehová ni Cristo nos dan nuestros nombres personales al nacer nosotros, pero asignan nombres a ciertas clases de siervos fieles. Se tiene que vivir en conformidad con estos nombres. (Isa. 43:10-12; 62:2-4; Apo. 2:17; 3:12) De modo que no se trata simplemente de inscribir nombres literales en un libro literal en el cielo, sino de edificar un modelo de vida que se conforme a los requisitos de Jehová. Por nuestros frutos se nos identifica. (Mat. 7:20) Si nuestros frutos son iguales a los que se identifican en el libro de la vida, entonces el libro de la vida, nos identifica a nosotros, nos reconoce, nos abarca dentro de su contenido. Que nuestra conducta, que hace un nombre para nosotros, corresponda a la conducta descrita en el libro de la vida. De esa manera se nos hallará en él.
21. ¿Cómo se menciona a Jesús en las Escrituras hebreas aunque no se halla en ellas ese nombre personal suyo?
21 Esta no es una opinión arbitraria que adoptar concerniente a los nombres en el libro de la vida, sino que tiene una analogía sostenedora en la Biblia misma. ¿Identifican las Escrituras hebreas al Mesías? Sí. ¿Por su nombre personal? No, el nombre Jesús no se une ahí al Mesías. Pero sólo el que el nombre personal no se registre en las Escrituras hebreas no significa que éstas no mencionan a Jesús como Mesías. Se dan muchos nombres descriptivos del Mesías, nombres que describen sus cualidades, su conducta, su servicio, su puesto. Se le llama Emmanuel, y fué Jesús quien vivió en conformidad con ese nombre. (Isa. 7:14; Mat. 1:22, 23) Se le llama Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre Eterno y Príncipe de Paz, y Jesús corresponde a todos ellos. (Isa. 9:6, Va) El Mesías fué llamado por muchos otros nombres que Jesús cumplió, tales como la Simiente de la Mujer y la Simiente de Abrahán (Gén. 3:15; 22:17, 18; Gál. 3:16; Heb. 2:14), Siervo a y Luz de las Naciones (Isa. 42:1, 6; Mat. 12:18; Luc. 2:32; Hech. 26:23), Caudillo y Testigo (Isa. 55:4; Mat. 23:10; Apo. 3:14), Redentor (Isa. 59:20; Rom. 11:26), Piedra Probada, Piedra Angular y Firmísimo Asiento (Sal. 118:22; Isa. 28:16; Mat. 21:42; Efe. 2:20; 1 Ped. 2:4, 6-8). Cientos de otros detalles descriptivos acerca del Mesías se hallan en las Escrituras hebreas, y todos ellos tuvieron su cumplimiento en Jesús y lo identificaron como el Mesías prometido. Jesús así lo mostró a sus discípulos. (Luc. 24:27, 44, 45) Jesús cumplió con todos los nombres descriptivos que las Escrituras hebreas dieron al Mesías. Si todos estos nombres descriptivos aplican a Jesús, ¿cómo podemos alegar cuerdamente que no se le menciona en las Escrituras hebreas simplemente porque el nombre personal Jesús no se da en conexión con el Mesías? ¡No podemos!
22. Análogamente, ¿cómo se hace mención de los fieles en el libro de la vida?
22 Asimismo es con los que son identificados en otro libro, el libro de la vida. Sus páginas simbólicas tienen descripciones de los que se hacen nombres por celo, fidelidad, castidad, integridad, etc. Si correspondemos con esos nombres descriptivos estamos en el libro de la vida. Así como Jesús se encuentra en las Escrituras hebreas como el Mesías, aunque su nombre personal no se menciona ahí, así podemos nosotros estar en el libro de la vida como quienes llenan los requisitos, aunque nuestros nombres terrestres personales no están inscritos en algún libro literal en el cielo. Y así como Jesús hubiera perdido su identidad como Mesías si no hubiera vivido en conformidad con los nombres mesiánicos descriptivos que se hallaban registrados en las Escrituras hebreas, así perderemos nuestros buenos nombres como cristianos y seremos borrados del libro de la vida si no mantenemos nombres que correspondan a los requisitos divinos. Se nos menciona descriptivamente en el libro de la vida sólo mientras nos amoldamos permanentemente a los nombres descriptivos que se dan en él concernientes a los salvados, haciendo esos nombres propiedad nuestra.
LOS REDIMIDOS, JUSTIFICADOS, SANTIFICADOS Y ESCOGIDOS PUEDEN FALLAR
23. ¿Qué palabra calificadora introducen los presbiterianos para evadir la fuerza de Mateo 22:14, y qué dicen acerca de los redimidos?
23 Avanzando a otros argumentos que presentan los creyentes en la predestinación, hacemos frente a su aserción de que los que una vez son librados o redimidos por Cristo no pueden fallar después. Se ha demostrado previamente que los llamados pueden caer, habiéndose citado las palabras de Jesús en Mateo 22:14, al efecto de que muchos son llamados pero pocos escogidos finalmente. Ese texto asesta un golpe devastador a su doctrina, y tratan de evadirlo diciendo que los llamados que caen no fueron llamados efectivamente. Ninguna autoridad bíblica les concede licencia para añadir esta calificación, pero la supervivencia de su doctrina la demanda. El propósito por el cual se menciona esto aquí es hacer ver el peso que ellos colocan sobre la palabra “efectivamente”. Cuando la usan excluyen la posibilidad de fracaso. La usan con respecto a los que son redimidos por Cristo: “A todos aquellos para quienes Cristo ha comprado la redención, él segura y efectivamente aplica y comunica la misma; intercediendo por ellos, y revelándoles, en y por la Palabra, los misterios de la salvación; persuadiéndolos efectivamente por su Espíritu a creer y obedecer; y gobernando sus corazones por su Palabra y Espíritu; venciendo a todos sus enemigos por su poder y sabiduría todopoderosos, de tal manera y modos como son más consonantes con su maravillosa e inescrutable dispensación.”d
24. ¿Cómo es 2 Pedro 2:1-3 un golpe en contra de la predestinación?
24 Lo susodicho demuestra que ellos enseñan que no pueden fallar aquellos para quienes la redención se compró, que la redención se les aplica efectivamente, que efectivamente son persuadidos y todos los enemigos vencidos. ¿Por qué medio son redimidos o librados? Pedro responde: “Ustedes saben que no fué con cosas corruptibles, con plata y oro, como rescate que ustedes fueron librados de su forma inútil de conducta recibida por tradición de sus antepasados. Sino que fué con sangre preciosa, semejante a la de un cordero inmaculado y sin tacha, la de Cristo.” (1 Ped. 1:18, 19, NM; Efe. 1:7; Col. 1:14; Heb. 9:12; Apo. 5:9) Con su sangre Cristo los compra y llegan a ser suyos. Él es su dueño. A ellos está escrito: “No pertenecen a ustedes mismos, porque fueron comprados con un precio.” (1 Cor. 6:19, 20; 7:23, NM) Según la enseñanza predestinaria, si Cristo los ha redimido, librado y comprado y ha llegado a ser su dueño, jamás podrían apostatar. Pero la Biblia dice que pueden, y algunos lo hacen: “Estos mismos introducirán calladamente sectas destructivas y hasta repudiarán al mismo dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada. Además, muchos se desviarán del camino y seguirán sus actos de conducta relajada.” “Pero en cuanto a éstos, el juicio de tiempos antiguos no se está moviendo lentamente, y la destrucción de ellos no dormita.”—2 Ped. 2:1-3, NM.
25. ¿Qué otra cosa manifiesta que los redimidos pueden apostatar?
25 Continuando la discusión en cuanto a los que han sido comprados y después repudian a su dueño Cristo Jesús, el apóstol Pedro dice: “Ciertamente si, después de haberse escapado de las corrupciones del mundo mediante un conocimiento acertado del Señor y Salvador Jesucristo, ellos vuelven a mezclarse en las mismas cosas y son vencidos, las condiciones finales han venido a ser peores para ellos que las primeras. Porque hubiera sido mejor para ellos no haber conocido acertadamente el camino de la justicia que después de conocerlo acertadamente apartarse del santo mandamiento entregado a ellos. Les ha sucedido el dicho del proverbio verídico: ‘El perro ha vuelto a su propio vómito, y la puerca que fué bañada a revolcarse en el lodo.’” (2 Ped. 2:20-22, NM) Después de ser limpiados por el agua de la verdad y la sangre de Jesús regresan a los pecados de su suciedad anterior. La destrucción de los tales no dormita, sino que llega al tiempo fijo de Dios.
26. ¿Cómo manifiesta Pablo que los redimidos pueden caer, y qué excluye todo recobro para ellos?
26 El apóstol Pablo expresa la misma idea al escribir: “Es imposible tocante a los que de una vez por todas han sido iluminados y que han probado el don gratuito celestial y que han llegado a ser participantes del espíritu santo y que han probado la palabra correcta de Dios y los poderes del venidero sistema de cosas, pero que han apostatado, revivificarlos de nuevo al arrepentimiento, porque empalan al Hijo de Dios otra vez para sí mismos y le exponen a vergüenza pública.” (Heb. 6:4-6, NM) Los que se mencionan aquí que apostataron sin ninguna posibilidad de recobro habían tenido los beneficios del rescate aplicados a ellos, habían sido comprados por la sangre de Jesús. Si no, podían haberse aprovechado de ella para la salvación. Sin embargo, ya habían usado los beneficios del sacrificio y después habían apostatado. Ahora ellos mismos deliberadamente empalan a Cristo otra vez repudiándolo personalmente, no atribuyéndole más valor a su sacrificio que a la muerte de un criminal. Cristo murió por ellos una vez; no vendrá a la tierra a morir por ellos de nuevo. “Esto lo hizo una vez para todo tiempo.” “Ni es con el fin de que él se ofreciera a sí mismo muchas veces, como en verdad entra el sumo sacerdote al lugar santísimo año tras año con sangre que no es la suya. De otro modo, él tuviera que sufrir muchas veces desde la fundación del mundo. Pero él ahora se ha manifestado una vez para todo tiempo en la consumación de los sistemas de cosas para apartar el pecado por medio del sacrificio de sí mismo.”—Heb. 7:27; 9:25, 26, NM.
27. ¿Qué dicen los presbiterianos acerca de los justificados, pero qué dice la Biblia?
27 Concerniente a los que son justificados o declarados justos los presbiterianos enseñan: “Ellos jamás pueden caer del estado de justificación.”e ¿Por qué medios son justificados los hombres? Son “justificados, sin merecimiento alguno, por su gracia, mediante la redención que tienen en Cristo Jesús”. O, “justificados por su sangre.” (Rom. 3:24; 5:9) Pero en los párrafos anteriores se han citado textos que manifiestan concluyentemente que hay personas que pueden apostatar después de ser redimidas y compradas por la sangre de Cristo, y que su restauración no es posible. Y dado que es esta redención o exoneración la que trae justificación, cuando esta exoneración desaparece la justificación desaparece con ella. Los presbiterianos reconocen que los justificados pueden pecar y venir bajo desagrado divino, pero añaden que por medio de confesión humilde y petición de perdón pueden “renovar su fe y arrepentimiento”.f No obstante un texto citado previamente dice que si “después han caído en la apostasía,—imposible es renovarlos otra vez para arrepentimiento.”—Heb. 6:4-6.
28. ¿Cómo chocan los presbiterianos con la Biblia tocante a los santificados?
28 Los santificados están seguros, dicen los presbiterianos: “Aquellos a quienes Dios ha aceptado en su Amado, efectivamente llamado y santificado por su Espíritu, no pueden total ni finalmente apostatar del estado de gracia; sino que seguramente perseverarán en él hasta el fin, y serán salvados eternamente.”g La misma clase que se considera en Hebreos 6:4-6 y 2 Pedro 2:20-22 se considera de nuevo en Hebreos 10:26-29 (NM): “Si practicamos el pecado voluntariosamente después de haber recibido el conocimiento acertado de la verdad, ya no queda ningún sacrificio por los pecados, sino que hay cierta horrenda expectación de juicio y hay un celo ardiente que va a consumir a los que se oponen. Cualquier hombre que ha despreciado la ley de Moisés muere sin compasión, sobre el testimonio de dos o tres. ¿De cuánto más severo castigo, piensan ustedes, será considerado digno el hombre que ha pisoteado al Hijo de Dios y que ha estimado como de valor ordinario la sangre del pacto por la cual fué santificado, y que ha ultrajado con desprecio al espíritu de bondad inmerecida?” Los tales desprecian la sangre de Jesús que validó el nuevo pacto, al que han sido introducidos. En consecuencia son consumidos, pero con una destrucción eterna que lleva consigo mucho más severa deshonra y desprecio que los que sufrieron aquellos que fueron ejecutados bajo el pacto de la ley de Moisés. Pero el punto vital que debe notarse aquí es que estos opositores en un tiempo habían sido santificados. Sin embargo, ellos apostataron.
29. ¿Qué manifiesta que los escogidos pueden caer, contrario a la predestinación?
29 Los que están en línea para reinar con Cristo son llamados los “electos” o la “elección” en la Biblia Versión del Rey Jaime; algunas versiones usan la expresión “escogidos” en vez de las otras. Los creyentes en la predestinación dicen que los tales no pueden fracasar. Marcos 13:22 declara: “Se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales y prodigios, para engañar, si fuere posible, aun a los escogidos.” La palabra en cursivas no se halla en el griego original, y su añadidura hace que parezca que el engaño de los escogidos es imposible. Otras versiones más exactas dicen: “Para descarriar, si posible, a los escogidos.” (NM; Besson) “Para extraviar al pueblo escogido de Dios si pueden.” (UTA) A algunos pueden, a algunos no. Pablo aguantó ciertas cosas por causa de los escogidos, para ayudarlos a obtener la salvación. (2 Tim. 2:10) Esto hubiera sido innecesario si los escogidos no pudieran caer. Si Dios hubiera ordenado la elección segura, no hubiera habido necesidad de exhortar a los escogidos para que la hicieran segura. No obstante Pedro dijo: “Poned el mayor empeño en hacer segura vuestra vocación y elección: porque si hacéis estas cosas, no tropezaréis jamás.” (2 Ped. 1:10) Evidentemente, Pedro les dice que caerán a menos que hagan segura su selección mediante sus esfuerzos diligentes. Y si no pueden perderse, ¿por qué tendrían que ser abreviados los días de tribulación para salvarlos?—Mat. 24:22.
30. ¿Qué más prueba que es posible caer de la fiel clase preordenada?
30 La doctrina de la predestinación enseña que los que han sido redimidos, justificados, santificados y escogidos jamás pueden apostatar; no obstante los textos considerados prueban plenamente lo contrario. Una vez salvo no significa siempre salvo. Los vencedores con Cristo tienen que ser no únicamente llamados y escogidos, sino “llamados, escogidos y fieles”. ¿Por cuánto tiempo fieles? “Pruébate fiel aun bajo peligro de muerte, y te daré la corona de la vida.” No sólo tiene que tenerse sino mantenerse: “Mantengan firmemente asido lo que tienen, para que nadie les quite su corona.” Para permanecer en unión con Cristo los ungidos no pueden hacerse tibios, porque a los que se enfrían él dice: “Voy a vomitarte de mi boca.” (Apo. 2:10; 3:11, 16; 17:14, NM) Para que ellos participen del reino celestial con Cristo tienen que aguantar hasta el fin: “En realidad llegamos a ser participantes del Cristo sólo si hacemos fuerte nuestro asimiento de la confianza que tuvimos al comienzo firme hasta el fin.” (Heb. 3:14, NM) Para ganar, la carrera tiene que correrse hasta el fin, la pelea combatirse hasta el fin. (Mat. 10:22; 24:13; 2 Tim. 4:7, 8) Seguramente el apóstol Pablo fué de la clase predestinada, sí, escogido, llamado, redimido, justificado y santificado, cuando escribió su primera carta inspirada a los corintios; no obstante era posible que él llegara a ser desaprobado y echado fuera: “Trato mi cuerpo severamente y lo guío como a un esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no sea desaprobado de algún modo.” (1 Cor. 9:27, NM) De seguro no se sintió predestinado individualmente, fuera de la posibilidad de caer. Fué únicamente cuando la muerte estaba cerca y la lucha terminada que él habló confiadamente concerniente a la corona.—2 Tim. 4:6-8.
LOS INDIVIDUOS ESCOGEN SU PROPIO DESTINO
31. ¿Qué textos niegan la predestinación y manifiestan la selección individual?
31 Lo que afirman los predestinarios es que Dios fijó el destino de toda persona antes de su nacimiento, algunos siendo predestinados a la salvación y algunos ordenados a la ira divina, y esto sin ninguna presciencia de cómo habrían de obrar. (§8) Si Jehová hubiese escogido así el destino del hombre antes de nacer, haciendo de cualquier selección futura del hombre una burla vana, Moisés jamás hubiera sido inspirado a decir a Israel: “Yo invoco hoy por testigos a los cielos y a la tierra, de que os he propuesto la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge la vida para que vivas, tú y tu descendencia, amando a Yavé, tu Dios, obedeciendo su voz y adhiriéndote a Él, porque en eso está tu vida.” (Deu. 30:19, 20, NC) Tampoco hubiera dicho Josué: “Si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién debáis servir, si a los dioses que sirvieron vuestros padres que habitaban más allá del río, o a los dioses de los Amorreos en cuya tierra habitáis: que en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová.” (Jos. 24:15) De nuevo, “Cualquiera que invoque el nombre de Jehová será salvo.” (Joel 2:32; Rom. 10:13, NM) Sin ser obstruído por la predestinación, cualquiera que desee puede obtener la vida: “El espíritu y la novia siguen diciendo: ‘¡Vengan!’ Y cualquiera que oye diga: ‘¡Vengan!’ Y cualquiera que tenga sed venga; que cualquiera que desee tome del agua de la vida gratis.” (Isa. 55:1; Apo. 22:17, NM) Jehová dice: ‘Amonéstenlos de parte mía. Que oiga el que quiera, y que no acepte oír el que no quiera. ¿Me complazco de alguna manera en la muerte del inicuo, y no más bien en esto, que se vuelva de su camino y viva? ¿Por qué has de morir? No me complazco en la muerte de ninguno que muere. ¡Vuelvan, entonces, y vivan!’—Eze. 3:27; 18:23, 31, 32; 33:7, 11-15, UTA, NC.
32. ¿Qué cosa desenmascara la insensatez de la predestinación?
32 ¡Cuán hipócrita exhortación sería ésa si aquellos a quienes se dirige no pudieran escoger! ¿Predestinaría Jehová a algunos a la muerte para luego decir que se complacería en que se volvieran de esa predestinación divina y vivieran? ¡Qué insensatez pensar así! ¿Y hubiera dicho Cristo que era su deseo ansioso recoger a los hijos de Jerusalén si hubieran estado predestinados divinamente al abandono? Naturalmente que no, y el registro manifiesta que esas personas lo quisieron así, contrario al deseo de Jesús: “Jerusalén, Jerusalén, la asesina de los profetas y apedreadora de los que son enviados a ella,—¡cuántas veces quise recoger a tus hijos, de la manera que la gallina recoge a sus polluelos bajo sus alas! Pero ustedes no lo quisieron. ¡Miren! su casa se les deja a ustedes.”—Mat. 23:37, 38, NM.
33. ¿Quiénes pueden obtener la salvación, y cómo?
33 No mediante alguna predestinación humanamente incontrolable viene la vida eterna, sino mediante el adquirir conocimiento de Jehová y Cristo, mediante el esforzarse por ser un obrero aprobado manejando adecuadamente la verdad, mediante el obrar nuestra propia salvación con temor y temblor, mediante el predicar para salvar a otros así como a nosotros mismos, mediante el ser hacedores de la palabra y no únicamente oidores, mediante el hacer la voluntad de Dios y no únicamente servicio de boca. (Mat. 7:21; Juan 17:3; Fili. 2:12; 1 Tim. 4:16; 2 Tim. 2:15; Sant. 1:22, NM) No para unos cuantos limitados, predestinados a la salvación, proveyó Jesús el rescate, sino que él “vino a ser responsable por la salvación eterna de todos los que le obedecen”. (Heb. 5:9, NM) Los hombres están libres para escoger servir a quien quieran y obrar como deseen, y mediante ello determinar su propio destino, sea éste vida o muerte.—Rom. 6:16.
34. ¿De qué maneras es inconsistente la predestinación con los procedimientos de Jehová, y sobre la base de qué siega el hombre?
34 Si la predestinación fuera verdad, ¿por qué dió Jehová su ley a Israel o hace que las buenas nuevas del Reino se prediquen a las naciones? ¿Por qué tendría períodos de juicio para determinar el destino de los hombres sobre la base de su conducta, juzgándolos “individualmente según sus obras”, rindiendo “a cada uno conforme a sus obras”, y diciendo “conforme a sus caminos los trataré, y conforme a sus prácticas los juzgaré”? (Eze. 7:27, UTA; Rom. 2:6; Apo. 20:13, NM) ¿Por qué separar a las ovejas y las cabras según reaccionan al mensaje y los mensajeros de Cristo? (Mat. 25:40, 45) ¿Por qué todo esto, si el destino de los hombres se determina antes de nacer? No Dios, sino el hombre, es responsable del destino del hombre. No como Dios predestina, sino como el hombre siembra, el hombre cosecha. Para cosechar la vida el hombre nunca puede cansarse de sembrar buena siembra: “Cada uno llevará su propia carga de responsabilidad. No sean engañados: Dios no es alguien de quien se pueda mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; porque el que esté sembrando con el pensamiento en su carne segará de su carne la corrupción, pero el que esté sembrando con el pensamiento en el espíritu segará del espíritu la vida eterna. Por lo tanto, no desistamos de hacer lo que es recto, porque segaremos al tiempo debido si no nos rendimos.” (Gál. 6:5, 7-9, NM) Dios no manifiesta parcialidad a algunos, predestinándolos a la vida, y distinción contra otros, predestinándolos a la muerte o al tormento. La evidencia hace obligatoria la conclusión: “Dios no es parcial, sino que en toda nación el hombre que le teme y obra justicia es aceptable a él.”—Hech. 10:34, 35, NM.
35. No obstante ¿qué tenemos que recordar concerniente a obras?
35 De lo susodicho nadie debe concluir que podemos salvarnos por nuestras obras. Si pudiéramos hacerlo ganaríamos la salvación como derecho nuestro, pero no podemos. Viene por medio de la bondad inmerecida de Dios. (Rom. 11:6; Efe. 2:8, 9; 2 Tim. 1:9) Sin embargo, por medio de estudio obtenemos fe y por medio de obras en armonía con nuestro conocimiento damos prueba de nuestra fe y obediencia. (Rom. 10:14, 17; Sant. 2:18-26) Tenemos que hacer estas obras para manifestar obediencia, porque es a los obedientes que el rescate aplica o aplicará. Sin dichas obras la salvación es imposible.
36. ¿Cómo tratan los presbiterianos de desembrollarse de las dificultades, y con qué resultados?
36 También debe notarse que en 1902-1903 la Iglesia presbiteriana de los Estados Unidos de América añadió dos capítulos a la Confesión de fe, junto con un Informe declaratorio. Estas añadiduras aparentemente se hicieron para suavizar la severidad del “predestinacionismo”, y armonizar con los textos que manifiestan la selección individual y la necesidad de buenas obras. Pero al tratar de hacer esto las añadiduras realmente contradicen el material anterior. Si ellos añaden estos capítulos deben suprimir algunos de los anteriores para evitar choques. No obstante si ellos hicieran las necesarias supresiones eliminarían del todo los preceptos predestinarios. De modo que en su incertidumbre guardan ambos y se contradicen a sí mismos y a la Biblia. Están en un dilema hecho por ellos mismos. El nuevo material no armoniza la predestinación con la Escritura, no obstante al tratar de marchar de acuerdo con la Escritura contradice la predestinación. Deslíe la doctrina hasta que pierde por completo toda su fuerza. Además, la contemporizan muchísimo. Por ejemplo, el capítulo X, sección 3, página 45, declara: “Los infantes escogidos, que mueren en la infancia, son regenerados y salvados por Cristo mediante el Espíritu.” Pero el Informe declaratorio, página 125, dice que esto “no se debe considerar como que enseña que persona alguna que muera en la infancia está perdida. Creemos que todos los que mueren en la infancia están incluídos en la elección”. La Biblia no los apoya en esto.—Eze. 9:6.
37. ¿Qué preguntas desafiadoras quedan, pero qué podemos esperar?
37 El tema no puede cerrarse aquí, porque todavía quedan sin contestación algunas preguntas importantes. ¿No armonizan los creyentes en la predestinación su doctrina con el libre albedrío del hombre? ¿Y qué hay de Esaú y Jacob, y Faraón, Sansón, Jeremías, Judas, y hasta Jesús? ¿No manifiesta la Biblia que ellos y todavía otros fueron predestinados? Preguntas desafiadoras éstas, pero el espacio sólo permite plantearlas aquí. Tenemos que aplazar las respuestas hasta nuestro siguiente número.
[Notas]
a La Constitución de la Iglesia presbiteriana en los Estados Unidos de América, publicada en 1952. Citando de Confesión de fe, capítulo III, secciones 5, 7, páginas 15-17.
b Id., capítulo V, sección 4, página 22.
c Id., capítulo III, sección 1, página 13.
d Id., capítulo VIII, sección 8, página 40.
e Id., capítulo XI, sección 5, página 50.
f Id., capítulo XI, sección 5, página 50.
g Id., capítulo XVII, sección 1, página 65.
[Ilustración de la página 597]
Emmanuel
Maravilloso
Consejero
Poderoso Dios
Padre Eterno
Príncipe de Paz
Simiente de la Mujer
Simiente de Abrahán
Caudillo
Testigo
Redentor
Piedra Angular
Firmísimo Asiento