¿Le molesta la crítica?
¿PUEDE recordar usted la última vez que alguien le señaló una falta? Es algo que, por diversas razones le ocurre a todo el mundo de vez en cuando.
Aunque quizás alguien le dirigiese críticas para ensalzarse a sí mismo, por lo general provienen de personas que velan por nuestros intereses: su marido le dice que la comida ha salido un poco sosa; su mujer le comenta que la corbata no le pega con el traje; un amigo le censura por no cuidarse lo suficiente. O puede que la crítica sea una forma de disciplina —de parte del patrono o de uno de los padres (si eres menor)— para corregir algo que usted dijo o hizo.
En cualquier caso, ¿la aceptó con gusto o se irritó y hasta le dijo a la persona que no se metiera donde no la llaman?
A muchos les duele que le señalen una falta. Algunos se enfadan y se resienten, mientras que otros pierden la confianza en sí mismos, piensan ‘es que no hago nada bien’ y se deprimen.
¿Es usted de las personas que se molestan? No es de extrañar, pues a muchos les pasa lo mismo. ¿Puede usted aprender a aceptar la crítica sin que le duela tanto, sin tomárselo por la tremenda? En este artículo se analizarán seis maneras de hacerla más aceptable y que pueden ayudarle a eliminar, o por lo menos reducir, el escozor que produce.
1. Acéptela con gusto
¿Le parece extraño que algunas personas quieran que les señalen las faltas y hasta lo pidan? La revista Bits and Pieces comentó: “Los líderes sagaces [...] saben que a veces se van a equivocar. Por eso quieren oír opiniones contrarias, para así cometer menos equivocaciones y corregir lo antes posible los errores del pasado”.
Tal como otros pueden ver aspectos de nuestra apariencia que a nosotros nos pasan inadvertidos —como que llevemos el cuello levantado o la corbata torcida—, sucede lo mismo con aspectos de nuestra personalidad. Considere los comentarios que le hagan como una ayuda y no como una amenaza. Acepte la crítica con gusto, como una oportunidad de aprender algo y haga que sea una experiencia fortalecedora.
2. Controle a su peor crítico
¿Es usted demasiado exigente consigo mismo? ¿Está siempre cavilando en sus puntos débiles? O, si alguien le hace notar cierto defecto, ¿lo añade usted mentalmente a una larga lista de puntos débiles que no guardan ninguna relación con él?
El doctor Harold Bloomfield comenta: “Si ya estamos plagados de autocrítica, nos afectará mucho que otros nos saquen las faltas. Aunque alguien nos alabe y solo nos censure un pequeño detalle, acostumbramos a centrarnos más en lo que hemos hecho mal que en las cosas que hicimos bien”.
Sea razonable cuando se evalúe. Sin embargo, ¿cómo puede determinar lo que es razonable? Imagínese que un amigo íntimo recibe una crítica similar. ¿Cómo le gustaría que reaccionase? ¿Compadeciéndose de sí mismo? ¿Perdiendo los estribos? ¿Rechazando con orgullo el buen consejo? No, probablemente esperaría que escuchase la crítica sin apenas sentirse dolido, la evaluase honradamente y la utilizase para mejorar como persona.
Entonces, ¿por qué no acepta usted la crítica de la misma manera?
3. Pida detalles
“¡No me gusta su actitud!” ¿Querría usted que alguien le dijese eso? Claro que no, porque ese tipo de comentarios hieren, ¿verdad?
Lo mejor que puede hacer en esos casos es pedir que la persona sea más específica. En su libro Conversationally Speaking, Alan Garner explica: “Cuando se hace una crítica se acostumbra a generalizar [...]. Pedir detalles le permitirá descubrir exactamente cuáles son las objeciones de la otra persona [...]. Al igual que un periodista, todo lo que debe hacer es plantear preguntas para averiguar quién, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo”.
Por ejemplo, si alguien le dice que no le gusta su actitud, usted pudiera responder: “¿A qué actitud en particular se refiere?”. Si la persona no es lo suficiente específica, podría preguntarle también: “¿Por qué resulta molesta? ¿Podría darme un ejemplo de cuándo hice eso?”. Preguntas como estas, motivadas por el deseo de comunicarse, no de desafiar, pueden ayudar tanto a la persona que le ha señalado una falta como a usted a centrarse en los detalles específicos. Pueden revelar también si la crítica es válida o desmedida, y usted gana un poco más de tiempo para pensar bien el asunto.
4. Calme a la persona que le dirija la crítica
¿Y si la persona que le ha señalado una falta está disgustada? El doctor David Burns recomienda: “Prescindiendo de que la persona que le critique tenga razón o no, empiece por buscar alguna forma de concordar con ella”. ¿Cómo le beneficia a usted ese proceder? Contribuye a desarmar a esa persona, a calmarla y a hacerla más abierta al diálogo.
Por otro lado, si en seguida se pone a la defensiva —como suele suceder cuando la acusación que se nos hace es injusta— es muy posible que la persona se acalore aún más. Como indica el doctor Burns, “descubrirá que la intensidad del ataque de su oponente aumenta”. De modo que lo mejor que puede hacer es, antes de discutir cualquier punto en conflicto, buscar algún detalle con el que concuerde.
5. Céntrese en lo que se le dice, no en cómo se le dice
Cierta madre recibió una queja acerca del comportamiento de su hijo en el vecindario. La queja fue expresada de forma áspera y en un tono de rivalidad. La madre fácilmente podía haber descartado las observaciones de la vecina pensando que eran injustificadas o insinceras, y desde luego, estuvo tentada a hacerlo.
Pero en vez de eso, después de determinar que había algo de verdad en la crítica, dijo a su hijo: “No siempre son las personas que mejor nos caen quienes nos señalan nuestras faltas, pero podemos beneficiarnos de ello. Utilicémoslo como una oportunidad para mejorar”.
¿Le ha reprendido alguien con dureza? Quizás esa persona sea un tanto insensible o hasta celosa. Puede que en su momento usted mismo u otro tengan la oportunidad de ayudarle en ese campo. Pero no rechace su observación solo porque la expresó con brusquedad, sino céntrese en qué le ha dicho. ¿Es verdad? En ese caso, no se prive de la oportunidad de mejorar.
6. Amortigüe la severidad
Puede que esto le sorprenda, pero usted tiene cierta medida de control sobre la frecuencia y la severidad con que le hacen notar un defecto. Y este principio es particularmente cierto en el caso de la crítica correctiva procedente de personas que están en puestos de autoridad. Veamos la razón.
Hace mucho tiempo, el ajenuz era una planta muy conocida en Palestina. Pero a diferencia de otras, no se trillaba con ruedas de carro o rodillos de trillar pesados, sino con un palo o una vara. ¿Por qué se le daba un trato especial, más suave? Porque sus semillas, pequeñas y tiernas, no solo no requerían una trilla muy fuerte sino que podían estropearse con ese procedimiento.
En el libro bíblico de Isaías se utiliza el ajenuz para ilustrar diversos grados de disciplina. Cuando una persona responde a formas de corrección más suaves no necesita recibir un trato más severo por el mismo asunto. (Isaías 28:26, 27.)
Por consiguiente, uno puede evitar recibir corrección severa si responde con prontitud a la crítica que recibe de forma más suave. Por ejemplo, ¿se da usted cuenta de que acostumbra a llegar tarde al trabajo? Corrija ese hábito ahora mismo, antes de que su patrono le hable del asunto. ¿Ya le ha llamado la atención por ello? Responda de inmediato siendo puntual, antes de que se vea obligado a tomar medidas más drásticas.
Se puede soportar
Nos puede herir que nos señalen las faltas. Posiblemente le gustaría que le dejasen en paz, que dejasen de juzgarle y de darle ‘sugerencias amables’.
Pero sus deseos y su resistencia no detendrán la crítica, pues forma parte de la naturaleza humana actual. Además, usted no tiene control sobre la medida de tacto que otros utilizan cuando dan consejo sin que se lo hayan pedido.
En lugar de martirizarse, saque partido de lo que sí puede controlar: su forma de reaccionar. Utilice algunas sugerencias mencionadas en este artículo para soportar la crítica y suavizar el escozor que produce escucharla, y se alegrará de haberlo hecho.
Cómo señalar a alguien un defecto
Si usted se muestra susceptible cuando alguien le señala una falta, es posible que también le resulte difícil señalarlas a otros. A continuación se presentan algunas pautas que haríamos bien en recordar:
Sea parco en palabras. La verborrea puede transmitir un mensaje confuso y torcer sus esfuerzos por no herir los sentimientos de la otra persona.
Evite meterse con toda nimiedad que observe en otros, pues suele irritar y hará que con el tiempo los demás consideren sus opiniones de poca importancia y las descarten. Hasta puede que le rehuyan. Todo el mundo es imperfecto y tiene faltas, y nadie puede trabajar en todas al mismo tiempo. Por lo tanto, si el defecto que observa no es grave, déjelo pasar, pues como dice la Biblia: “El amor cubre una multitud de pecados”. (1 Pedro 4:8.)