Un examen del mundo del homosexual
HOMOSEXUALIDAD... ¿qué trae a su mente esa palabra? La mayoría de las personas tienen un entendimiento bastante limitado del tema. Aunque los homosexuales están reclamando como nunca antes consideración y entendimiento para su punto de vista, pocas personas están dispuestas a hacer un examen de su mundo y averiguar por qué son del modo que son los homosexuales (o “gays,” literalmente “alegres,” denominación en inglés que ellos han escogido para sí).
Sin duda muchas personas saben básicamente lo que es un homosexual. Pero eso es más o menos todo lo que saben. La primera parte del término homosexual se extrae de una palabra griega hómoios, que significa “semejante, igual.” Por lo tanto un homosexual es una persona que prefiere tener contacto sexual con personas del mismo sexo. Los homosexuales varones prefieren a otros varones. Las homosexuales mujeres o lesbianas desea actividad sexual con otras mujeres más bien que con hombres. Pero hay mucho más que saber acerca del tema.
El mundo del homosexual se debe ver precisamente de ese modo... como un mundo completo, una cultura o modo de vivir singularmente propio. No se trata solo de preferencia sexual. Un extraño, o alguien a quien los homosexuales llaman un “straight” (“recto”), solo puede entender parcialmente este mundo. No obstante, en años recientes se ha arrojado más luz sobre éste. Particularmente en los pasados cinco años los homosexuales mismos han revelado más acerca de sus modos.
¿Quiénes son homosexuales?
Ante todo, es prudente tener en la mente algunas distinciones. No se ha de confundir a todos los homosexuales con los que padecen de trasvestismo. El individuo que es de este último grupo quisiera ser del sexo opuesto y hasta se viste y comporta como si lo fuera. Algunos individuos llegan al extremo de convertirse en “trasexuales.” Es decir, de hecho se someten a una operación que los cambia físicamente. Los hombres reciben hormonas que agrandan los pechos y suavizan la piel; se extrae quirúrgicamente su órgano sexual y se forma una vagina artificial, algunas veces del sensible material del pene o del escroto. Por supuesto, no pueden tener hijos, pero les es posible una medida de orgasmo sexual en el coito.
Las mujeres “trasexuales” han tomado testosterona para que les crezca más abundantemente el pelo en la cara y en el pecho. En algunos casos se ha inducido a que el clítoris aumente de tamaño o se ha agregado un pene artificial con el cual pueden causar a otra compañera mujer el clímax sexual.
Sin embargo, la mayoría de los homosexuales no son así. Algunos se ofenden cuando los colocan en la misma categoría con los del trasvestismo y los “trasexuales,” que, en su opinión, son la hez del mundo homosexual. La mayoría de los homosexuales varones le dirán a uno que se sienten felices de ser varones y que no tienen ningún deseo de ser mujeres. Sin embargo, sexualmente, prefieren la compañía de otros hombres.
Parece que algunos homosexuales prefieren ciertas ocupaciones, como peluquería, decoración de interiores, diseño de modas y las artes interpretativas. Se dijo que en la temporada teatral de 1967 a 1968 de Broadway, en Nueva York, por lo menos el 31 por ciento de 58 funciones fueron producidas por homosexuales; el 38 por ciento tuvo directores homosexuales.
Pero los homosexuales absolutamente no están limitados a estas profesiones. Un escritor homosexual declaró: “La mayoría de los homosexuales que he conocido trabajaban en ocupaciones tan corrientes como el comercio, las finanzas, las profesiones jurídica y médica, el ministerio, y en hacer cumplir la ley... y varios eran atletas profesionales.” Es un hecho interesante que ciertos homosexuales realmente prefieren los trabajos llamados “masculinos,” quizás para que otros no los identifiquen fácilmente como homosexuales.
¿Cuántos hay en el mundo “gay”?
El deseo de muchos de permanecer ocultos y desconocidos como homosexuales hace imposible determinar su número exacto. Se cree que la ciudad de Nueva York tiene una de las más grandes agrupaciones de ellos en los Estados Unidos; el número en esa ciudad se calcula por algunos en 50.000 y por otros en más de cientos de miles. Cuando se le preguntó al Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York acerca de la cantidad de homosexuales en su ciudad, dijeron que ‘ni siquiera aventurarían una conjetura.’ Se dice que en una ciudad de Texas de más de 800.000 habitantes hay una comunidad de 50.000 homosexuales, aunque solo 600 homosexuales “conocidos” viven allí.
¿A qué se debe que tantos homosexuales mantienen en secreto su identidad?
Hay muchas razones. Temen que pudieran perder sus trabajos o sus familias que se ejerza una fuerte presión social en contra de ellos. Esos homosexuales están, según el lenguaje del mundo homosexual, “in the closet” (“en su escondite”). No se han manifestado públicamente como homosexuales. Muchos se las arreglan para ocultar su vida secreta aun de sus cónyuges; estos individuos están dispuestos a copular con personas de ambos sexos, lo cual se llama “bisexualidad.”
Hace más de veinticinco años, el Dr. A. Kinsey halló que el 25 por ciento de los hombres estadounidenses que él entrevistó habían tenido “más que experiencias homosexuales incidentales.” Hoy, el Dr. Wardell Pomeroy, uno del equipo original de investigadores de Kinsey, insiste en que el porcentaje actual de los que son homosexuales realmente no ha aumentado, sino que más personas que antes eran homosexuales en secreto ahora lo son al descubierto. Nadie discute el hecho de que en los últimos cinco años se han hecho más visibles. Pero, al mismo tiempo, parece igualmente difícil creer que, debido a esta misma franqueza, no haya habido un aumento correspondiente en la cantidad verdadera de homosexuales. ¿Qué ha contribuido a esta “franqueza” y sin duda al aumento de la homosexualidad?
Un factor principal parece ser el apoyo popular que está ganando. En los Estados Unidos y otros países se hizo mucho para aumentar los derechos civiles de varias minorías durante la década que empezó en 1960 y en los primeros años de la década actual. No solo fueron afectados los grupos sociales y otros grupos étnicos, sino también los homosexuales.
Los medios de comunicación han hablado acerca de las manifestaciones que los homosexuales realizan en protesta y a veces han presentado sus quejas bajo una luz favorable. Ha recibido publicidad el trato diferente que se les da en campos tales como vivienda y empleo. Algunos han señalado lo que parece ser una discrepancia en vista de la tolerancia oficial de los aficionados a las drogas y las prostitutas.
Al mismo tiempo más hombres de profesiones reputadas tales como médicos, escritores y abogados se han declarado francamente “gay” u homosexuales. Esto le ha impartido cierto crédito al movimiento, a los ojos de muchas personas.
Además, ha habido mucha experimentación sexual en años recientes, parte de una llamada “revolución sexual.” Hombres y mujeres jóvenes han hecho casi todo en su búsqueda de “sensaciones nuevas.” No debería sorprender demasiado el que una cantidad considerable haya participado también en actividad homosexual. Para muchos individuos esto ha comenzado con el “juego” sexual de la masturbación, al principio solos, y entonces con una persona del mismo sexo, quizás en un dormitorio escolar o en un cuarto de duchas de un gimnasio. Después de esto, un paso ha llevado a otro a medida que se han envuelto cada vez más en el mundo del homosexual.
Con el tiempo esos individuos se hallaron sujetos, no solo a ciertos hábitos sexuales, sino atrapados dentro de una entera cultura homosexual. Lentamente, más y más de las amistades que hacían eran homosexuales. Esto, a su vez, influía en su estilo de vestir y en la música que escuchaban, y así por el estilo. Sí, finalmente se hallaban como miembros completos del mundo “gay.”
El dilatado mundo del homosexual
Ese mundo se ha ensanchado tanto que ahora cuando un homosexual llega a una ciudad de tamaño regular por lo general puede hallar a personas con un estilo de vida parecido al suyo. Por ejemplo, en muchas ciudades grandes hay veintenas de bares, restaurantes y clubes exclusivamente para homosexuales. Un homosexual puede consultar agencias de viajes mundiales, lugares de veraneo y servicios de citas “gay.” Puede leer los diarios “gay,” algunos de los cuales tienen una circulación de decenas de miles de ejemplares. O puede leer libros escritos por y para los homosexuales y hasta consultar un diccionario, The Queen’s Vernacular, para hallar el significado de los términos identificados con su modo de vivir.
Han aparecido exhibiciones de arte modas “gay.” Los comerciantes homosexuales saben que el mundo “gay” no es un mundo azotado por la pobreza. No hace mucho que una revista estadounidense, After Dark, en cuya preparación se tiene presente a los lectores homosexuales, informó que sus suscriptores tenían un ingreso promedio de 18.000 dólares [por año]. El 63 por ciento eran universitarios y más del 70 por ciento poseían acciones, bonos o acciones en fondos mutuales. Un 40 por ciento había viajado a Europa durante los cinco años anteriores. Incidentalmente, la circulación de la revista aumentó de 49.500 a 71.300 en tan solo un año reciente.
Adicionalmente, es probable que un homosexual, sea que se haya declarado abiertamente como tal o no, haga contactos homosexuales en sus tratos diarios. El abogado, el médico y el dentista que consulta pueden ser homosexuales. Sí, los homosexuales hasta tienen su propia iglesia. La Iglesia de la Comunidad Metropolitana encabezada por Troy Perry afirma tener una de las más elevadas concurrencias a iglesia en Los Ángeles; ahora tiene unas cincuenta sucursales en ciudades de los Estados Unidos, el Canadá y la Gran Bretaña.
De esto se puede colegir que el “mundo del homosexual” implica más que meramente la orientación sexual personal. Es todo un modo de vivir. Cada aspecto de su mundo está condicionado para hacer que el homosexual crea que el ser “‘gay’ es bueno.”
Pero, ¿es realmente bueno ser “gay”? ¿Creen que lo es los homosexuales mismos? El individuo que acaba de entrar en el mundo homosexual quizás piense que sí. Pero tiene sentido el preguntar: ¿Hará la homosexualidad más satisfaciente la vida de uno? ¿Encierra promesa de un futuro seguro? Esas son preguntas necesarias. Para ser justos se le tendría que brindar a los homosexuales mismos la oportunidad de declarar cómo las contestarían.
¿Qué dicen ellos? ¿Y qué han revelado sus experiencias?