Salmos
Al director. Salmo de David.
2 Me sacó de un hoyo lleno de rugidos,
del fango pegajoso,
y puso mis pies sobre un peñasco,
me plantó en suelo firme.
Muchos observarán eso llenos de reverencia
y pondrán su confianza en Jehová.
5 ¡Cuántas cosas has hecho,
oh, Jehová mi Dios!
Son muchas tus obras maravillosas y tus pensamientos a nuestro favor+
—nadie puede compararse contigo—.+
Si tratara de narrarlos y hablar de ellos,
serían demasiados, más de los que puedo contar.+
No pediste ni ofrendas quemadas ni ofrendas por el pecado.+
7 Entonces dije: “Mira, he venido.
En el rollo* está escrito acerca de mí.+
9 Proclamo las buenas noticias de justicia en la gran congregación.+
¡Mira! No les pongo freno a mis labios,+
como tú bien sabes, oh, Jehová.
10 En mi corazón no oculto tu justicia.
Declaro tu fidelidad y tu salvación.
En la gran congregación no escondo tu amor leal ni tu verdad”.+
11 Oh, Jehová, no me niegues tu misericordia.
Que tu amor leal y tu verdad siempre me protejan.+
12 Las calamidades que me rodean son demasiadas, no se pueden contar.+
Me abruman tantos errores míos que no consigo ver mi camino;+
son más numerosos que los cabellos de mi cabeza;
estoy descorazonado.
13 Oh, Jehová, por favor, complácete en salvarme.+
Oh, Jehová, ven rápido a ayudarme.+
Que los que se alegran de mi desgracia
retrocedan humillados.
15 Que los que se burlan de mí diciendo “¡Ah, qué bien!”
queden horrorizados por su vergüenza.
Que los que aman tus actos de salvación siempre digan:
“¡Que Jehová sea engrandecido!”.+
17 Pero yo estoy indefenso y soy pobre.
Que Jehová esté pendiente de mí.
Tú eres quien me ayuda y quien me rescata.+
Dios mío, no te demores.+