Maestros del camuflaje en el mundo de los animales
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Nigeria
“ESTÁBAMOS en Safari en Kenya. Mirábamos continuamente de un lugar a otro de modo que no nos perdíamos nada. Bueno, por lo menos eso era lo que creíamos, hasta que repentinamente Runé me tomó del brazo y dijo: ‘¡Jaime ha visto algo!’
“Jaime, nuestro guía nativo de Kenya, estaba señalando a un árbol de la especie que llaman árbol de salchichas (kigelia-africana) que estaba a unos 120 metros. ‘Allí está un leopardo,’ dijo él.
“’¿Dónde?’ preguntó Sören.
“Miré, cambié la perspectiva, me froté los ojos y miré de nuevo. No vi nada más que hojas, ramas y las frutas en forma de salchichas.
“Jaime se rió. ‘Vamos un poquito más cerca,’ dijo él. Nos acercamos hasta estar a unos 15 metros del árbol y entonces lo vi. Puntos y manchas de color blanco y pardo ahora aparecieron en la forma sólida del leopardo y se podían distinguir de semejantes manchas, puntos y colores que presentaba el aspecto del árbol a la luz del sol.
“Jaime dijo que él tal vez no hubiera visto al leopardo si no hubiera sido que éste tenía la cola colgando con la punta arqueada. La torcedura de la cola era una forma poco común para el árbol, de modo que volvió a mirar y vio al animal.” Así Gösta y sus amigos llegaron a estar conscientes del mundo impresionante del disfraz de los animales... mundo que se hace evidente en todo nuestro alrededor por la semejanza entre los animales y su ambiente. Naturalmente, Gösta y sus amigos, como la mayor parte de nosotros, desean saber cómo se efectúa el disfraz o camuflaje y a quién o a qué debe darse el crédito por esta habilidad que tienen los animales.
Cómo se efectúa el camuflaje
El camuflaje es esencial para la supervivencia de los animales. Es para ellos un medio de ocultarse de los animales de rapiña, o ayuda a éstos a permanecer poco visibles mientras siguen furtivamente, aguardan o entrampan a su presa. El principio que está envuelto en el camuflaje es el lograr hacerse invisible por medio de confundir la vista de otras criaturas.
La experiencia que tuvo Gösta con el leopardo ilustra esto. Al igual que muchas otras criaturas, los leopardos tienen la piel manchada de modo que presenta un aspecto parecido a un bosque en el que la luz del sol está filtrándose por los árboles. Además, tienen la habilidad de permanecer inmóviles y hacerse invisibles por medio de fundirse en el ambiente que les rodea.
Es así aun en el caso de la cebra, que tal vez parezca la criatura silvestre más llamativa. Las rayas de la cebra sirven el mismo propósito que las manchas del leopardo. El contraste de tonos y formas que establece un patrón parece convertir la forma del animal en manchas o rayas irregulares. Esto se debe a que, cuando uno está mirando desde lejos, se le hace difícil al ojo fundir un patrón de colores variados en una forma sólida. Responde a la ilusión que resulta del patrón irregular de colores y percibe el fondo pálido de la piel del animal como espacios de luz entre los árboles y la hierba.
De esta manera, la cebra se funde en los troncos delgados de los árboles y los tallos de hierba, y el leopardo “se desaparece” en un árbol o arbusto. El avetoro, pájaro que habita los pantanos, también se funde en las cañas de su habitación gracias a sus rayas de color rojizo y negro. Pero, cuando le amenaza algún peligro, esta ave intensifica su disfraz por medio de permanecer inmóvil entre las cañas con el cuello y pico extendidos hacia arriba. Hasta se mueve de un lado para otro junto con las cañas cuando el viento sopla contra éstas.
Además, existe el patrón de contratonos que se forma cuando el color de la parte superior del animal es más oscuro que el de la parte inferior. Esto contrarresta el efecto de la luz del sol, que acentúa las tres dimensiones de un objeto por medio de crear una sombra en la parte inferior y sobre el suelo. La forma del animal se hace menos evidente debido al tono más oscuro de la parte superior del cuerpo, pues la sombra de ésta hace que el tono más claro de la parte inferior parezca más oscuro.
En contraste, otras criaturas se funden en su ambiente debido a una semejanza de colorido. Los osos polares, u osos blancos, el periquito verde y los saltamontes verdes, como también las criaturas nocturnas de color negro, gris o moreno, tienen un colorido parecido al de su ambiente. Es así también en el caso de los colores delicados o chillones de insectos, sapos, lagartos y aves que pasan la vida entre flores y hojas.
Los insectos y los peces
Otro método de disfraz es el de imitar formas, el mimetismo. Es en este campo donde sobresalen los insectos y peces. Recuerdo oír a alguien exclamar en cierta ocasión: “¡No puedo creerlo! La ramita está caminando.” Bueno, no era una ramita; era un insecto.
Los insectos constituyen un mundo de belleza variada y formas extrañas, sorprendentes y complicadas. El colorido y la forma proporcionan un disfraz tan perfecto que el ojo queda confundido aun cuando uno mira de cerca. Considere el insecto palo que parecía una ramita seca. Otros insectos parecen ramitos verdes, hojas verdes, hojas secas, hojas parcialmente descompuestas, o aun los excrementos de pájaros.
¡El insecto hoja se asemeja tanto a un montón de hojas verdes por su color, forma, las marcas en su cuerpo parecidas a venas y sus movimientos lentos de un lado para otro, que otros insectos han caído en el engaño y han tratado de mordisquearlo! Aquí en Nigeria hay un pequeño escarabajo parecido a una hoja que está en la punta de un tallo. ¡El tallo es su hocico!
Hay maestros del camuflaje dentro de las aguas también. El pez piedra parece una piedra grande. Y el cuerpo del “dragón del mar” de Australia con sus múltiples ramas parece un alga. El pez sargazo con sus manchas de color se hace casi invisible entre las algas del mar de los Sargazos. Allí queda oculto de los peces de rapiña y sorprende a sus víctimas. Agrega un cebo a su disfraz... una extensión carnuda que le sale del hocico y que puede menear para atraer a otros peces.
El pez escorpión tiene un colorido que consiste en manchas rojas que parecen a las piedras y corales de su habitación. Puede variar su colorido para que corresponda más estrechamente al de su ambiente. Muchas especies de peces pueden hacer esto, y algunas agregan arena y pedacitos de alga a su cuerpo para completar el disfraz.
Además tenemos al calamar que, cuando lo persiguen, emite un líquido parecido a tinta que forma una mancha. Así se forma una especie de “cortina de humo” que le permite salir de la zona de peligro. Dado que la mancha es casi del tamaño del calamar, confunde aun de otra manera a los que lo persiguen: ¡Puede imaginarse el lector lo que sucede cuando el pez de rapiña ataca violentamente a la mancha en vez de al calamar!
Los cambios de colorido del camaleón
Los cambios de colorido que efectúa el pez escorpión nos recuerdan otro maestro del camuflaje, el camaleón. Es uno de los pocos reptiles que despliegan una vívida variedad de colores.
En Madagascar, en cierta ocasión vi a uno que estaba bajando a tientas la rama de un árbol, temblaba como un viejito y tenía puesta una bata hecha de pedacitos de material verde, amarillo, gris y castaño. Estos también eran los colores de la corteza del árbol y de las hojas. Debido a su paso lento y deliberado llamaba menos atención. Al echar un vistazo, uno podía creer que estaba viendo un montón de hojas amarillas, castañas y verdes que el viento estaba haciendo temblar.
Los camaleones pueden cambiar de colorido a cualquier momento para asemejarse a su ambiente. A medida que los ojos del animal registran los colores del ambiente inmediato, ciertos nervios envían mensajes a hormonas, que responden por medio de estimular células que contienen pigmentos (cromatóforos) a cambiar de concentración, distribución y posición. De esta manera, el camaleón cambia de color. Esto constituye un contraste con el cambio de color que se efectúa involuntariamente en otras criaturas, conforme a cambios de temperatura que ocurren en cada estación y variaciones en la luz y en el colorido ambiental.
La adaptación
Respecto al camuflaje, se puede preguntar si Dios diseñó a los animales de esta manera porque se propuso que vivieran los unos a costa de los otros y que por eso necesitaban ayuda para sobrevivir. Es de notar que cuando Dios creó al hombre y a la mujer, los animales no les tenían miedo ni se tenían miedo los unos a los otros. La Biblia nos dice por qué, al declarar que Dios dio al hombre y a la bestia “vegetación verde para alimento.”—Génesis 1:29, 30.
Pero, después de la rebelión del hombre, la creación terrestre cayó en una condición caótica. El hombre dejó de dominar sobre los animales con amor. Después del Diluvio, a manera de concesión para su supervivencia, se le dio permiso al hombre para que comiera la carne de animales como alimento. (Génesis 9:2-4) Después de verse envueltos en este estado caótico, los animales también empezaron a vivir los unos a costa de los otros. Puesto que Dios había creado una gran variedad de características para que la vida animal fuera interesante, les sería posible a muchos animales adaptarse a su nueva situación por medio de utilizar ciertas características para sobrevivir.
La humanidad ha hecho más o menos la misma cosa. Ciertamente no fue el propósito de Dios que el hombre matara a su prójimo y a veces hasta practicara el canibalismo. Pero el hombre también tiene la capacidad para adaptarse a nuevas circunstancias a fin de sobrevivir, aun hasta el punto de utilizar métodos de camuflaje en tiempo de guerra.
En el nuevo orden de Dios, los hombres y los animales se encontrarán nuevamente en la condición pacífica que Dios se propuso para ellos. Entonces ninguno de ellos temerá la muerte repentina ni tendrá que preocuparse de que su provisión de alimento no sea adecuada.—Isaías 11:9; Oseas 2:18; Revelación 21:4, 5.